[⭐]Lo espero de corazón.

El humo de cigarrillos era algo que sintió al momento de entrar al lugar, Hitoshi arrastraba sus pies sin cuidado hasta dejarse caer sobre una de las sillas frente a la barra de aquel bar.

Pidió un cerveza, recostando su mejilla contra su antebrazo sintiéndose cansado.

Desde hace un par de días que Shinso siente un vacío en su interior, un vacío que lo marea, lo ahoga y lo hace sentir mal, no está seguro de que es, pero lo siente cada vez que vuelve a ser consciente de la monotonía en la que su vida se ha estado sumergiendo desde hace algún tiempo.

Se levanta las mañanas, desayuna ligero —si es que lo recuerda—para ir a su trabajo donde tendría que aplastar su trasero en una silla para escribir, escribir y escribir artículos que no le interesan —pero el público parece amar— y es que cuando decidió ser escritor, no pensó que terminaría estancado en una columna aburrida del periódico sobre consejos de la vida, que irónicamente, el no sabe vivir.

Después vuelve a su hogar, oscuro, frío y solitario, con un gato que intenta animarlo, para que le dé su alimento y luego olvidarlo también hasta que vuelva a necesitar de él. Las ojeras se marcan de púrpura bajo sus ojos, y sus labios cuarteados duelen, al parecer es alérgico a su pasta dental, que deteriora sus labios, pero no le importa y cree que aquel ardor efímero lo hace sentir vivo.

Recibe la cerveza, el vidrio se desliza con suavidad por la madera pulida, está fría, tan fría en contraste con sus manos que las gotas caen hasta chocar contra la superficie brillante y crear un charco pequeño a su alrededor.

Y a Hitoshi ni siquiera le gusta beber, ni el whisky, ni el ron, ni el vino, pero cierra los ojos tragando con fuerza y fingiendo que el sabor no le molesta tanto, la cerveza no sabe tan terrible o eso quiere creer.

—Quiero de lo que él está tomando. —pidió una voz a su lado, no levanta la vista, ni siquiera sabe si es con él, pero escucha de nuevo un vidrio deslizándose por la madera. —Viejo, creí que era algo fuerte, esta mierda es solo cerveza.

El vaso choca con fuerza contra la madera, y Hitoshi levanta la vista con ganas de mandar a callar al sujeto y que lo deje hundirse en su soledad en silencio.

Sus ojos púrpuras chocan contra los turquesas del sujeto, que lo mira con un deje de burla brillando en ellos, algunos mechones negros como la noche caen sobre su frente rozando con los piercings plateados que tiene sobre la ceja derecha, al igual que en sus orejas y en su labio inferior.

Es guapo, eso es cierto, pero no evita que sea ruidoso y algo molesto, dejándolo con ganas de callarle, o simplemente irse pero no hace ninguna.

—Viejo, eres una nena, pones tremenda cara de sufrimiento por solo un sorbo de cerveza. —dice burlón, tomando todo el contenido de su vaso de un solo trago, con una sonrisa victoriosa en su rostro.

—¿Pretendes que me sorprenda? —preguntó con una ceja alzada, no sabía el objetivo del extraño comentando para después mostrarle como beber una cerveza.

—No me molestaría, pero por tu cara creo que es mucho pedir. —responde sonriente, y a Shinso le da escalofríos.

Le parece algo extraño, las personas no acostumbran a sonreírle así, con un deje de burla y coquetería, acostumbra ver sonrisa de cortesía y otras forzadas, el sabe que no es la persona más amable, ni la más cordial en un mundo que te regresa lo que das, no le sorprendería si un día alguien termina dándole un golpe.

—Ni siquiera me gusta la cerveza por eso la tomo de esa forma. —contesta sin razón, y el vacío se siente un poco menos, tal vez porque es algo fuera de lo común.

—Entonces ¿por qué tomas cerveza? Es la primera vez que vengo pero estoy seguro que debe haber algo más para beber.

—Porque la cerveza es lo que más me gusta de todas las bebidas. —respondió esperando que el extraño no entendiera y a la misma vez sintiendo pereza de tener que explicar.

—Reformularé mi pregunta, entonces, ¿por qué bebes licor si no te gusta? —Y de verdad le sorprendió que el extraño entendiera, y siguiera mirándolo como si sintiera un verdadero interés por saber.

—Simplemente quiero sentirme un poco menos vacío, un poco más relajado. —respondió vago, sin saber la verdadera razón, esa noche antes de abrir la puerta de su apartamento solitario, con un gato que lo esperaba sólo para que le diera de comer, sintió la repentina necesidad de hacer algo más, pero era lunes, un día de la semana donde casi nadie salía a beber, ocupados con sus trabajos o con responsabilidad de ir al trabajo a la mañana siguiente. —¿Por qué más beben las personas?

—Para olvidar sus penas, para sentirse libres. —responde el extraño con seriedad, mirando el charco alrededor de su vaso, que aún estando vacío dejo escurrir un par de gotas. —O por puro gusto como yo, al menos a mí si me gusta el licor.

Y volvió a sonreír con coquetería, acomodando su cabello hacia atrás mostrando unos tatuajes en las muñecas que esconden las mangas de su chaqueta de cuero.

—Tal vez tienes razón, cada persona tiene sus propias razones ya sean comunes, extrañas o sin sentido como la mía.

—Oh, yo no dije eso, creo que tu razón tiene mucho sentido, a veces no sabemos cómo llenar ese vacío en nuestro interior, y elegimos las maneras equivocadas de hacerlo. —contestó, Hitoshi sentía que esos ojos turquesa taladraban su alma junto al brillo que los bañaba, y quería golpearlo, o callarlo, o besarlo. Solo no quería sentir que esas palabras tenían tanto sentido y en su interior no quería admitir que aquel hombre tenía razón.

—¿Y tú cómo lo sabes?

—Porque yo también lo intenté una vez, ahora sólo lo hago por mero gusto. —comenta indiferente. —Pero ¿sabes qué? Hay que probar el mal para recordar lo reconfortante que es el bien, tomar el camino equivocado para encaminarse por el correcto, ver que tan bajo puedes caer para empezar a desear subir. O simplemente evitarse la molestia y caminar con cuidado por la vida, aunque esta última me parece algo aburrida.

Y Shinso sentía que aquel hombre extraño tenía algo de razón, que siempre tuvo tanto miedo de equivocarse que siguió el camino común, trabajar para ganarse la vida, volver a casa con cuidado y seguir el ciclo, una y otra vez.

La pequeña espina en su interior cuando el ciclo empezó era tan pequeña e insignificante que la ignoró, aún cuando fue creciendo y creciendo, hasta sentirlo como un hoyo, que se extiende, cada vez más grande y causando que sienta que se queda sin aire.

Ahora está ahí, solo, sin nada bueno en lo cual distraerse, recurriendo a algo que ni siquiera le gusta creyendo tontamente que le ayudaría.

—¿Quieres salir de aquí? —La voz del extraño resuena de nuevo, se había perdido por momentos con la vista fija en el pequeño charco alrededor de su cerveza que ahora debía estar caliente.

—¿Me estas invitando a irme contigo? —pregunta suave, como sus comunes respuestas ácidas pero ni siquiera tenía ánimos de ser irónico.

—Con quien más. —respondió sonriente, jugando con el piercing en su labio.

—Ni siquiera te conozco.

—Soy Todoroki Touya, pero puedes decirme Dabi. ¿Y tu eres?

—Shinso, Hitoshi Shinso.

—Muy bien guapo, ya nos conocemos ¿te gustaría salir conmigo de aquí? —preguntó de nuevo, levantándose de un salto de la banca señalando la puerta con su cabeza. —Siempre hay otras formas de llenar ese vacío, Shinso. Y si no te gusta beber, conozco otra forma mejor y más divertida.

Dabi sonreía, era una sonrisa bonita y a la vez aterradora, Hitoshi sentía que detrás de tanta belleza, había algo escondido, dudaba que fuera algo bueno, pero aún así parecía atrayente, y Shinso quería saltar.

—Claro.

Una vez afuera, Touya le dirigió frente a una motocicleta, a la cual le invitó a subir, pasando sus brazos por la cintura del azabache.

—No te arrepentirás, guapo. —Escuchó, seguido del rugido del motor, y la brisa fría golpeando su rostro.

Y por primera vez Shinso Hitoshi no lo pensó demasiado, simplemente saltó, y esperaba de corazón que la caída valiera la pena.

[⭐]

¡Aquí lo tienes, Kyle!

No fue a propósito pero puedes tomarlo como regalo de Navidad.

No estoy segura de que género es, pero me parece que quedó bastante bien.

¡Espero te guste!

Con cariño Val.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top