Capítulo 2
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Miraba impaciente el reloj, faltaban solo cinco minutos para las 8:00, esperaba al que seria el nuevo socio, un magnate japonés quería aliarse con ellos, Hamato Yoshi dueño y fundador de Hamato's Hotel’s trataba de calmar los nervios de su hijo mayor y mano derecha Leonardo Hamato, a pesar de sus cortos veintitres años habia demostrado ser el más apto de los tres hermanos para heredar hacerse cargo del negocio familiar.
-Cálmate Leonardo, recuerda que debes mantener la cabeza fría concentrate – Leo respiro calmandose
La puerta se abrió justo cuando el reloj marcaba las ocho en punto, Leonardo esperaba a un anciano con bastón pero en su lugar un par de piernas largas y tonificadas fue lo primero que vio, como si de una secuencia en cámara lenta se tratara subió su vista lentamente observando un cuerpo femenino bien marcado y con curvas casi perfectas enfundado en un vestido formal negro hasta las rodillas dejando a la vista una piel muy blanca de porcelana y para terminar de matarlo por dentro un rostro delicado y bello, sus ojos azules hicieron contacto con unos color miel muy bellos y un pequeño lunar cerca del ojo izquierdo y por último unos labios rojos perfectos.
Un carraspeo lo saco de su burbuja, sintió sus mejillas rojas al parecer había observado más de lo que debía.
Detrás de la bella dama se encontraba un hombre mucho más alto con complexión grande y apariencia intimidante con cierto parecido a la bella dama delante de él.
-Buenos dias señorita…- saludo Yoshi
-Karai – respondió presentándose haciendo una reverencia – un placer Hamato-san
Yoshi saludo profesionalmente a Oroku Saki presento a Karai como su hija y mano derecha.
-Leonardo Hamato, un gusto señorita – saludo cordial y por impulso tomo la mano de Karai y beso sus nudillos sintiendo por primera vez su suave piel. Algo que molesto a Saki quien sin disimulo alejo a su hija del joven Hamato - un gusto señor Oroku
Éste no respondió.
Un rato despues los cuatro se encontraban hablando de negocios, los Oroku eran dueños de una de las constructoras mas importantes de Asia, horas después acordaron ultimar detalles de su alianza en la próxima reunión que se llevaría a cabo en dos semanas.
-Un placer hacer negocios con ustedes – Saki y Yoshi entrecharon sus manos, Leonardo no dejaba de observar a Karai, quien trataba de no verlo tanto, o por lo menos que su padre no la descubriera haciéndolo. Karai sabía lo sobreprotector y celoso que era su padre.
Saki se colocó frente a su hija casi cubriendola con su imponente cuerpo, como si estuviera protegiendola.
-Ha sido un gusto – cordial y profesional se despidió Karai de los Hamato
Ella fue la primera en salir le dio una rápida mirada a Leonardo.
Esa fue la primera vez que ambos sintieron lo que llaman “mariposas en el estómago”.
Presente
Karai fue despojada de sus pertenencias luego de haber ingresado sus datos al sistema de la prisión, manchando así su nombre para siempre.
-Deja todo en la cesta – ordenó la encargada de la prisión -
Para Karai fue duro despedirse del único recuerdo de su madre, un collar de oro fino con la fotografía de su madre y padre dentro.
Se le fue entregado un uniforme color naranja, una camiseta blanca, una toalla, zapatos tipo militar negros, ropa interior y un rollo de papel higiénico.
-Desnúdate – ordeno una Guardia
Eso era Humillante, nunca había estado desnuda frente a nadie y no quería que esa fuera la primera.
-No – se negó – no lo hare –
la guardia negó sonriendo y se acercó a ella a paso lento quedando frente a frente golpeo el abdomen de Karai con su puño haciendo que se. Incline por el dolor
La guardia tenia un aspecto un tanto intimidante, su físico era de gran masa.
-Aquí se hace lo que yo diga princesa – Karai respiraba rápido tratando de llenar sus pulmones de oxigeno.
A pesar de la amenaza de la tipa karai seguía en negación, Liz – la guardia – la golpeo una vez más y al solo obtener negativa llamo a más de sus secuaces y entre tres sometieron a Karai dejándola solo en ropa interior, su sosten desapareció poco después, karai trato de cubrirse con sus manos sus pechos.
Liz ordeno a las dos guardias salir, se acerco a Karai y trato de tocarla. Karai escupió en su rostro emfureciendo así a Liz.
Tomo una inmensa manguera y abrió la llave mojando completamente el desnudo y lastimado cuerpo de Karai. Estaba muy fría.
-Esto es solo el comienzo princesa – observo sin descaro el cuerpo de Karai – sabes, vas a gustarle a mi jefe - salió con una sonrisa siniestra
Karai titiritaba del frio, tomo la toalla y cubrió su cuerpo, se vistió rápidamente, no quería que la tipa entrara y la viera.
Aun con su cabello mojado fue llevada bruscamente a su celda. Sin darse cuenta lloraba como nunca, mientras pasaba por los pasillos de la prisión escuchaba chiflidos y comentarios vulgares dirigidos a ella.
Temia por lo que seria de ella ahora, no queria estar encerrada siendo inocente. Nadie lo creía
Se detuvieron frente a una celda, se veía limpia tenía una litera y al parecer la cama de arriba ya estaba ocupada. Era un pequeño cuarto blanco.
-Entra – fue empujada bruscamente cayendo al suelo –
Se puso de pie y quiso correr hacia fuera, la celda fue cerrada con llave. Comenzó a golpear las barras con todas sus fuerzas gritando que era inocente.
-¡SAQUENME DE AQUÍ! ¡SOY INOCENTE! ¡LEO! ¡AYUDAME, POR FAVOR! - imploraba – ayúdame Leo, se pego a la pared deslizándose quedando sentada y abrasada a sus rodillas –
♡•°♡
Las cosas eran tensas y grises en la casa de los Hamato, Rafael ya no estaba, habían obsequios de boda sobre la mesa, unos cuantos arreglos florales que Karai había elegido para su boda.
Leonardo entró a su habitación dando un portazo, comenzó a golpear cualquier cosa, tiraba lo que encontrará a su paso, las lagrimas también caían con fuerza, dolía. Vaya que lo hacía. Sentía un vacío en su corazón.
Había enviado a la asesina de su hermano a prisión, le había dado justicia a Rafael.
Hamato Yoshi estaba en su despacho, escuchaba el escandalo de Leonardo en su habitación y no hizo nada, dejaría que se desahogara y luego hablaría con él. Sin demostrarlo también sufría por la muerte de su hijo.
Mickey el menor de los Hamato estaba en su habitación llorando. Él creía firmemente en la inocencia de su ex-cuñada. Con solo diecinueve años entendía mejor la situación.
El creía en la inocencia de Karai.
Segundo capítulo 😀😀😀
¡votos y comentarios! ¿Qué opinan de esto? ¿creen que karai es inocente? Puede. Que si, puede que no.
¿a que creen que se refería Liz con lo de "gustarle a su jefe"?
cuando vean letra en cursiva significa que contaré un pequeño pedazo del pasado ¿entienden?
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