REGRESO A CASA
Pasaban los días y ella no dormía con nosotros, yo no preguntaba nada porque disfrutaba cuidar a mis ojitos rasgados.
No comprendía nada y tenía muchas dudas.
¿Porque María no trabaja?
¿Dónde pasa las noches y por qué duerme la mayor parte del día?
¿Por qué no pasa más tiempo con nosotras y porque descuida tanto a su hija? ¿Será porque, para eso vine yo?
Un día por la mañana llegó con nosotras a nuestra habitación...
— ¿Cómo durmieron?
—Bien.
Kristell se alegraba mucho al verla y la podía ver alejarse como si nada, pero si yo la dejaba con su mamá y me salía a la cocina, ella lloraba a mares como si yo fuera su madre.
— Ok, voy a darme un baño y dormiré un rato, no me hagan ruido. Hoy vamos a ir de compras más tarde, ponte un levis y tenis porque así se visten aquí las niñas para que no sospechen que no eres americana, eres blanca y tienes esa ventaja.
Pasábamos la mayor parte del día jugando sentadas en medio de la sala, coloreando libros de pintar, viendo a través de la puerta a los gansos y la naturaleza o viendo las caricaturas. Kristel dormía mucho por ser solo una bebé de meses a cargo de una niña de tan solo 12 años que ya sabía cocinar, lavar, limpiar, hacer biberones, bañar al bebé, levantarse de madrugada a prepararle su biberón sin molestarse, cambiar pañales y amar, amar como se ama a otro ser que va creciendo contigo, con su amor, con su inocencia compartida así como su infancia.
Fuimos a una tienda muy grande y me compraron algo de ropa, tenis como juguetes a Kristell.
Pasaban los días uno tras otro. Me he dedicado a cuidar a mi bebita y mi hermana no tiene idea de lo que se ha perdido al NO ver esa carita feliz de su hija, las carcajadas cuando jugamos y ya le estoy enseñando a hablar, es una bebita muy inteligente y aprende muy pronto, hoy me dijo mamá y me puse muy feliz, sé que no lo soy pero la amo y lloré de felicidad.
*****
De nuevo las pesadillas volvían a mí de vez en cuando cada noche, pero hoy el terror se apoderó de mí, sentí real aquel momento de mi violación y sentí que me veía a través de la ventana aun con las cortinas cerradas, me imaginaba que abriría la puerta de la recámara y se vendría encima de mí. Todo, todo lo imaginaba en un momento de terror. Me invadió el miedo y salí corriendo de la recámara, la desesperación me atrapó... Sentí que en cualquier momento me aventarían contra el piso mientras corría, abrí la puerta del pasillo saliendo de nuestra habitación.
Tal vez fue el destino pero ciertamente abrí la primera puerta que encontré y allí estaba María y Víctor desnudos en la cama, ella encima de él gimiendo y mi perturbación fue mayor al verlos así, grité asustada.
— ¡NOOO!
Mi respiración se volvió agitada, mi corazón acelerado, mis manos temblaban porque solo podía pensar que él estaba abusando de ella, entonces María me gritó...
— ¡Vete de aquí! ¡Vete a tu habitación ahora mismo!
Salí corriendo de regreso a nuestra habitación, mis lágrimas no me dejaban ver por dónde iba pero llegué allí, al que era mi lugar favorito," a la puerta de cristal" recorrí las persianas y me dejé caer en el piso llorando confundida. Ahora entiendo, ahora sé por qué no dormía con nosotras, porque no se ocupa de kristell, por que no trabaja, entonces entendía las respuestas a todas mis dudas, ella no pedía auxilio, ella estaba con él por qué quería.
Entonces surgió la mayor duda y mi temor más grande... ¿Qué será de Kristell? ¿Qué harán conmigo ahora que los vi?... En ese momento de duda y confusión llegó Víctor mientras se ponía una camiseta blanca y abrochándose el pantalón levis que podía ver que no usaba ropa interior.
—Angélica, lo que viste es algo normal en una pareja que se ama, NO tienes por qué asustarte como lo hiciste, es un acto de amor, de entrega, tu hermana y yo nos vamos a casar.
Mis pensamientos corrían a mil por hora... ¿Acaso ella no estaba casada ya con Jorge? solo espera que él la buscara para regresar con él. Víctor seguía hablándome.
—Quiero ser tu amigo Angélica, no me tengas miedo y no pienses mal de mí.
Entonces lo interrumpí.
—Mamá me dijo que no hay amigos porque todos buscan algo a cambio o aprovecharse como tú lo haces porque no tenemos donde vivir, porque estamos en tu casa, pero estas alejando a María de su hija y eso está muy mal porque Kristell necesita a su madre.
—No, no, yo no me aprovecho de ella, yo amo a tu hermana y quiero a su hija como a ti, yo voy a ser un papá para Kristell, ella es muy pequeña pero cuando crezca le explicaremos porque no se parece a mí, pero tú si nos puedes comprender porque ya eres grande y muy inteligente.
—Entonces ¿Por qué me trajeron si María no trabaja? No necesitaba que yo cuidara a Kristell, ella es su mamá y debe hacerlo ¿Por qué arriesgaron mi vida en cruzarme?
—Si te necesitamos porque María tiene que atenderme también a mí, debe estar conmigo, y no te pasó nada así que no había riesgo de tu vida.
—Dime entonces: ¿Porque ella no cocina para su hija? No le hace sus bibis, no lava su ropa, ya casi no lo abraza, no la baña, nunca juega con Kristell y ahora me dice mamá a mí.
—Entiende por favor niña, yo soy músico, toco en un bar por las noches y ella debe acompañarme, solo dime ¿Si nos vas a ayudar con Kristell? Sin decirle nada a nadie de tu familia de lo que viste hoy hasta que anunciemos que nos vamos a casar.
—Sí, yo amo a Kristell, quiero mucho a mi hermana y no voy a dejar sola a mi bebita hermosa, "Es como si fuera mi hija"
— Gracias, eres una buena niña.
Y se fue... Me quedé más tiempo contemplando el jardín, el cielo, escuchando el ruido de los animales y me llegaba el olor de las gardenias, mmm que rico huele, siento paz aquí contemplando la noche. Anhelaba salir corriendo entre la naturaleza.
—Angélica, ven... Yo te voy a ayudar para que siempre seas feliz, a que tengas buenas calificaciones y a que tengas suerte con los hombres.
—No. —Respondí inmediatamente al ver a la señora Mary— es lo que menos deseo.
—Eso dices ahora porque estas chica, ya verás cuando crezcas querrás casarte y tener muchos hijos.
Si eso implicaba que me hicieran lo que aquel desgraciado me hizo no quiero volver a sentir lo que sentí, ese miedo, ese dolor, ni sufrir como estoy sufriendo con pesadillas y el miedo a todo hombre y encima haber visto desnudo a Víctor fue perturbador.
—Tienes que formar una familia como tus padres y tu hermana.
Me invadió la tristeza con los recuerdos de mi casa. ¡Cuánto la extraño! cuanto desearía ir a la escuela sin importar que mi maestra fuera mala conmigo, ver jugar a mi hermanita Claudia, estar en mi recamara, extraño el olor a frijoles cociéndose, el calor de mi hogar.
Aquí nada es igual, no estoy en mi país donde nací, no puedo salir a correr sintiendo el jardín en mis pies descalzos, no puedo salir a jugar con los animales, no voy a la escuela, no siento "libertad" yo no quiero seguir viviendo de esta forma y sin embargo estoy aquí porque alguien más decidió por mí y eso me causa tristeza, desilusión, siento coraje con algo de rencor por mi debilidad.
Tuve que venir con Kristell a protegerla, a alimentarla, ¿Qué sería de ella si yo no estuviera aquí? Caminaba al lado de la señora Mary como perdida en mis pensamientos, dejándome llevar sin saber a dónde íbamos.
Al llegar a la habitación de la señora Mary vi que tenía velas de diferentes colores encendidas, había "libros de brujería" como en el buró muñecos de tela muy feos.
— ¿Qué es esto?
—No te asustes, yo sé leer las cartas, los caracoles, la arena y hago magia negra" ¿Quieres que te diga tu futuro?
—Sí.
Entonces pregunté:
— ¿Qué puede ver en las cartas?
—Algún suceso importante en tu vida del pasado, del presente o del futuro.
Sentía dudas porque quizás podría ver que me violaron y arriesgaría a mi hermanita, como a mi mamá. Pero tal vez con su magia podría ayudarme a cuidarlas también y nadie se daría cuenta al ser mágico.
Caminó a un mueble grande de madera, abrió con llave un cajón y sacó una baraja grande envuelta en un pañuelo negro que comenzó a barajar y a extenderla sobre la cama en esa misma tela negra y empezó hablarme.
—Veo que tienes muy buena estrella, eres una hija consentida de Dios. Vas a tener éxito y dinero. Sí vas a tener dos hijos que será una niña primero y un niño después. Hay dos hombres muy importantes en tu vida, hay uno que te amará siempre, serás su gran amor secreto porque NO podrán estar juntos.
—No, señora Mary ya no quiero saber nada, me voy a dormir.
Aún podía respirar el aroma raro de su habitación y sentir "miedo" como escalofríos, llegué a nuestra recamara y Kristell dormía plácidamente, pero mi sorpresa fue ver a María recostada junto a ella.
—Te estoy esperando hermanita, ven a sentarte junto a mí. —Me acariciaba el cabello— Tenemos que platicar de lo que viste hoy.
—No quiero hablar de eso, ya lo hizo Víctor. Solo quiero olvidar lo que vi.
—Pero yo soy tu hermana y tengo que darte una explicación aun cuando no quieras me vas a escuchar y no tengo por qué hacerlo porque soy una mujer adulta y libre, lo haré por la edad que tienes solamente. Soy una mujer joven y muy hermosa, estoy pasando por un momento muy difícil, Jorge me golpeaba cuando quería, me engañaba con otras mujeres y fue por este motivo que lo abandoné. Ahora me divierto con Víctor y te voy a decir "Mi secreto" prométeme que no dirás nada a nadie, sé que puedo confiar en ti.
— Sí, te lo prometo.
—A Veces tenemos que decir algo que no sentimos para que otras personas se han felices y tener lo que nosotras necesitamos, pero hay que saber muy bien cuando y a quien para poder manipular a la persona.
—No te entiendo María.
— Está bien Angélica, mi secreto es que no estoy enamorada de Víctor, solo lo estoy "usando" "aprovechándome de su amor" mi cuerpo tiene necesidades físicas que tú desconoces y se las estoy dando solo hasta cuando me busque Jorge, por eso no nos hace falta comida, techo, ropa. Recuerda que prometiste guardarme el secreto.
—Sí, está bien, yo solo quiero que tú seas feliz porque así lo será kristell.
La abracé con amor sin criticarla, pero no me gustaba que Víctor fuera a sufrir. En ese momento abrió la puerta y era él.
—María, te estoy esperando...
—Hoy no dormiré contigo porque me quedaré con las niñas, mañana platicamos.
—Está bien, te entiendo.
Dijo algo molesto, pero quizás se fue comprendiendo que era lo correcto.
Yo también comprendía la manipulación de mi hermana hacia él, que me lo confesara me causó una gran decepción. Hoy duerme con nosotras porque hoy no quiere estar a su lado, pero mañana seguirá con él.
No podía conciliar el sueño, no podía cerrar los ojos y borrar de mi mente la imagen de María con Víctor "Desnudos".
¿Cómo se puede engañar así?... ¿Cómo puede dormir con él besándolo y amarlo si en realidad no lo ama?
Muy temprano salí a caminar a escondidas por primera vez desobedeciendo las reglas que conocía muy bien, pero me gusta sentir el césped en mis pies, escuchar el canto de las aves, respirar ese agradable olor a gardenias, me senté en el césped a seguir pensando en esa traición de María a Víctor, en la hipocresía y lo bien que podía fingir amarlo, quisiera olvidar y no pensar más en todo lo que me ha sucedido, quisiera regresar el tiempo y que mamá no me dejara con aquel tipo desgraciado, ojalá lo hubiera podido recordar en ese momento, ojalá pudiera volver el tiempo atrás y evitar que me violara. La voz de María interrumpió mis pensamientos.
— ¿Dónde estás, Angélica?
— En el jardín.
Tenía que decir la verdad siempre y esa es una cualidad mía.
—Ven, por favor.
Di unos cuantos pasos y al dar el siguiente vi a una víbora larga, muy grande, entonces grité asustada, aterrada... ¡María, una víbora! Me quedé quieta, asustada viéndola.
—No te muevas, ya estoy aquí.
Retrocede lentamente, me decía Johnny mientras él se adelantaba para partirla en dos con una pala. Entonces corrí y abracé a María.
—No tengas miedo, eso te pasa por salirte cuando tienes prohibido hacerlo.
—No lo volveré hacer, lo prometo.
Entramos a casa y yo seguía temblando de miedo, la señora Mary me dio un dulce diciendo que era por el susto y María mas tarde me dijo que para que no estuviera triste le llamaríamos por teléfono a mamá.
—Sí, estoy emocionada por hablar con ella y Claudia.
— ¡Hola! ¿Cómo estas pequeña? Sí, aquí está a mi lado... espérame te comunico con ella.
Sin duda era Claudia, tomé el auricular feliz.
— ¡Claudia!... ¿Cómo estás?... ¿No has hablado con extraños?
—Angie, no. ¿Cuándo vas a volver para que juegues conmigo, he?
—No lo sé, pero tengo muchas ganas de verte y abrazarte.
— ¡Yo también a ti!
En eso escuché su voz decirme...
— ¿Cómo estas, mi niña linda?
Comencé a llorar sin poder responder, quería decirle TODO lo que había vivido a mi madre.
María tomó el teléfono.
—Mamá, Angélica se emocionó al escucharla espéreme: Angélica, ve a jugar con Kristell.
De nueva cuenta mis ojitos rasgados me ayudaban a no sentir tristeza, ella subió sus manitas a mi rostro limpiando mis lágrimas y me decía, "mamá" abrazaba a mi cuello dándome un beso de amor verdadero. Un beso, el más bello que una mujer pueda sentir, el más puro, transparente, incondicional y lo tenía yo, yo era la dueña de ese amor, la tenía siempre en mis brazos, la escuchaba decirme "mamá" "mamá" con esa hermosa vocecita tierna y entonces comprendí porque tuve que sufrir tanto para llegar a su lado, valió la pena si ella podía crecer segura y amada justo en mis brazos.
Debí ser infeliz para hacerla feliz a ella, si lloré fue para evitar sus lágrimas, si tuve que sentirme muerta en vida fue para verla feliz y entonces ¡VALIÓ LA PENA!
Entró María a la habitación muy feliz, exageradamente contenta.
—Les tengo buenas noticias.
Mientras me quitaba de mis brazos a Kristell que lloraba estirando sus brazos para regresar a los míos.
—Tu papi ya nos está buscando, ya nos extraña y vamos a volver a casa, a nuestra casa al lado de tu papi.
Me sentí feliz yo también, volvería a mi casa, a la escuela, a ver a mi familia y a Luigi...
¿Luigi?
¿Realmente tendría el valor de verlo a los ojos?
¿Verlo de frente?
No había pensado en él... ¿Qué pensaría de mí al dejarlo y no verme más? ha pasado tanto tiempo, tantos meses.
Víctor llevó a sus papas al centro comercial de compras y nos quedamos solas, entonces volvió a llamarle a mamá a escondidas, no supe por qué. Me pidió la ayudara a fingir algo, pero no pudo terminar porque llegó Víctor a la habitación.
—María, acompáñame a comer.
—No puedo Víctor, Angélica está enferma y necesito cuidar a las dos niñas.
Yo la voltee a verla extrañada porque yo no me sentía mal...A eso se refería cuando me pidió ayuda y continuó hablando...
—Anda Angélica, recuéstate... Voy a buscar algún medicamento que te ayude a sentirte mejor.
— ¿María, voy a comprarle medicina? ¿La llevamos con el doctor?
—No Víctor, aquí tengo medicamento. Gracias. Finge que te sientes mal tonta, llora.
Me decía en voz bajita, mientras Víctor cargaba a Kristell.
—No, yo no quiero hacerlo, no sé.
—No quiero ir con él porque ya me tiene "harta"...
Tomó una pastilla de su bolsa y se acercaba a mí, yo solo pensaba...No me la voy a tomar, tengo "miedo" estaba muy impresionada al verla actuar y escucharla muy segura mintiendo. Me dio un vaso con agua y la pastilla que escondió entre las cobijas. Me dijo "tómatela" le di un sorbo al agua y me recosté dándoles la espalda sintiendo tristeza por ser cómplice en sus mentiras.
¡Que ingenuo es Víctor!
¡Qué hábil es mi hermana!
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