ADIÓS "OJITOS RASGADOS"
— ¡Hola! Maestra Carmen.
—Hasta que te dejas ver Angélica. Ahora mismo tú y yo vamos hablar muy seriamente, vamos a mi casa. Me parece increíble que abandonarás la escuela justo a punto de terminar tu ciclo escolar, sabes lo importante que es prepararte para la secundaria, tendrás que repetir este año, "Un año" Angélica... ¿Entiendes lo delicado que es tu retraso?
— ¡Qué bonita es su casa!
—Gracias, no la tendría así si tuviera hijos, como una vez me lo dijiste.
La alfombra es blanca y se siente acolchada al pisarla, la sala también es color blanca con detalles pequeños en color negro al igual que grandes cojines.
—Y toda la sala fuera negra si tuviera hijos.
Sonreí con ella que también lo hizo, jamás la vi sonreír de ese modo.
—Le puedo hacer una pregunta.
—Sí, dime Angélica.
— ¿Le hubiera gustado tener hijos?
Se dejó caer en el sofá grande cerca de mí con la mirada fija en un jarrón que tenía unos hermosos tulipanes y me respondió.
—Sí, una niña tan bonita y lista como tú, pero él hubiera no existe, lo hecho, hecho está y no hay remedio ni cambio para el pasado.
Sonreí alegre y halagada con su respuesta y ella continuó hablando...
—Un día me vi vestida de blanco en el altar, el sueño de toda mujer se hacía realidad para mí, él era un hombre alto, blanco como la leche, con ojos negros como este cojín del este sofá.
Mientras lo acariciaba con delicadeza y con un brillo como el de las estrellas en sus ojos, en momentos sus labios sonreían pasivamente pero con suma felicidad.
—Se llama Francisco.
Al mencionar el nombre se llevó sus manos al rostro para que no la viera llorar o quizás apenada por sus sentimientos vivos dentro de ella. Noté que su mirada cambió, ya no es opaca, ahora hay un brillo radiante al hablarme de él.
—Sus padres no aceptaron nuestro amor, no le permitieron que se casara conmigo y evitaron que realizáramos nuestra boda como nuestro amor, me dejó allí... Parada en el altar, él no llegó a la boda, no llegó a la iglesia y no volvió a mi vida.
Se fue quebrando su voz...Ya había llanto y aun así ella continuó...
—Desde ese momento no soy la misma mujer que un dia fui alegre y enamorada, él se llevó para siempre mi felicidad y ese día nació esta mujer que ves aquí para quedarse para siempre, él falleció en mi vida por cobarde.
—Cálmese maestra, no quiero verla sufrir.
La abracé acariciando su cabello corto y con la otra mano sujeté su hombro. Sentí tan indefensa a esa mujer que me daba tanto miedo, en realidad había sufrido tanto en su pasado y por ese motivo su carácter endureció, yo no quiero que me pase lo mismo, yo deseo superar y olvidar como aprender a ver diferente la tristeza, quiero sonreír y ser feliz siempre. Me prometo a mí misma ser como una niña aun cuando sea una mujer adulta.
—Usted no murió aquel día maestra, usted solo le puso un protector a su corazón y a su alma, solo usa un disfraz de insensibilidad, de rencor, de mal humor con su vida y con quienes la rodeamos, tal vez él no pudo defender su amor, usted no sabe que pasó con él. Ahora la comprendo, pero debe de sentirse orgullosa de sí misma porque es una mujer fuerte, independiente, dinámica y muy sobresaliente, es la mejor maestra de la escuela, tanto que ya es directora y continúa dando clases en lo que llega la otra maestra, sus alumnos somos los mejores en puntualidad, ortografía y uniformes. Solo dígame algo. ¿Lo ha vuelto a encontrar en su camino?
—Qué forma de pensar tan bonita tienes Angélica, hablas como una persona adulta. Mírame... una vieja cuarentona recibiendo lindos consejos de una niña.
—Dígame, por favor. ¿Ha vuelto a ver a Francisco?
—No, no lo he vuelto a ver nunca, sólo sé que lo mandaron a vivir a Europa y que lleva una vida social muy diferente a la mía.
— ¿Porque usted nunca lo busco para aclarar lo sucedido? ¿Porque no lo hizo justo en ese momento que sucedió?
—Claro que no, una mujer no debe cometer tal bajeza.
La interrumpí algo molesta.
—Pero usted tenía una relación con él... iban a casarse, tenía derecho a cuestionar su cobardía como a pedirle una explicación, a saber qué pasó. Que le dijera los motivos por qué no llegó a la boda, quizás lo obligaron, tal vez no pudo salir de su casa.
—Nada Angélica, nada justifica la humillación que viví, la tristeza, la decepción. ¿Y su ausencia después? Tú no has sentido el dolor intenso que va invadiendo todo tu ser sin ganas de vivir, sin ganas de hacer más nada que llorar, olvidarte de todo y de todos e invadirte una gran soledad de abandono y amargura. Eres una niña-adolescente muy madura pero debes cuidarte, estudiar y saber muy bien de quien te enamoras para que no sufras desilusiones tormentosas como yo.
Por un momento iba a confesarle lo que me había sucedido... mi experiencia al cruzar esos cerros de espinas y piedras, de sangre y de dolor. Mi violación... Pero no tuve el valor suficiente para hacerlo por temor a ser rechazada por sentirme sucia e indeseable.
Pero sí conocía ese mismo dolor que ella me describió, la necesidad de pedir a gritos "AYUDA" y del miedo de tener que guardar SILENCIO para proteger a mi hermanita y a mi mamá.
Si había una gran diferencia en nuestro mutuo dolor porque ella NO estuvo SOLA, no tuvo que guardarse su sufrimiento porque su familia como sus amigos estuvieron con ella y su hermana Elena. Ellos le inyectaron fuerza, amor y atención, algo que yo no he tenido por tener que guardar silencio por temor a la reacción de mi familia, porque todavía por las noches me acompañan las pesadillas, todavía lloro al recordar lo sucedido porque no he logrado olvidar aquel día porque en verdad no le importaba a nadie mi vida.
Si decía que me violaron le causaría una gran tristeza a mi familia, una gran culpa a mi madre y a mi hermana porque ellas decidieron arriesgarme, siempre me pregunto ¿porque una madre expone a tanto peligro a un hijo a una niña de 12 años? ¿En qué momento confiaba en aquel hombre horrible, desarreglado, sucio? Que sin conocerlo le entregaba a su hija confiadamente.
Ahora comprendo y me identifico con mi maestra, por eso es tan estricta al enseñarnos, es su forma de auto protección, no deja que nadie la ame para no amarnos y se sienta abandonada después. No deja que nadie vea ese ser maravilloso que lleva en su interior porque ella es "hermosa" vulnerable como todos lo somos, somos seres únicos, hermosas con nuestras historias de dolor.
—Perdóname Angélica, no debí decirte nada, eres una niña. Vete a tu casa y perdóname por hablarte de asuntos de adultos.
—No se disculpe maestra, le agradezco de verdad confiarme y contarme una parte importante de su vida porque me ha dado una gran lección que no olvidaré.
— ¿Qué dices niña? ¿De verdad?
—Claro, usted es una gran mujer y valiosa que ha entregado su vida para enseñarnos a ser buenos estudiantes, para que seamos más responsables, ha formado buenos alumnos con buenos hábitos, sobre todo porque ha dedicado la mayor parte de su vida a la educación. Nos motiva a estudiar alentándonos para ser buenos adultos cuando crezcamos, nos aconseja y nos ha puesto el ejemplo siendo la número 1 de la escuela con reconocimientos y nadie se los podrá arrebatar nunca porque ha dejado un gran legado de rectitud, de formación estricta y el resultado es visible en diplomas de sus alumnos. Ahora su responsabilidad es mayor porque ya no tendrá 26 alumnos y un grupo, ahora tendrá 12 aulas con muchísimos alumnos y sé que esta escuela será la mejor de esta zona porque la tendrá a usted al frente. Le doy las gracias de todo corazón por enseñarme a tener buena ortografía a sacar mi carácter aunque no haya sido de la mejor manera.
Ella lloraba sentada en el mismo lugar del sofá, yo me puse de pie para darle un beso en la mejilla con un abrazo muy fuerte de amor y admiración y salí sin que se diera cuenta.
Mañana todo será mejor que hoy para las dos, estoy segura.
Salía del edificio caminando por la acera cuando escuché su voz gritar mi nombre...
— ¡ANGELICAAAA!
¡Esa voz! Al escucharla sentí mi cuerpo estremecer, volvieron las mariposas a mi estómago, mis nervios en las manos, pero NO mi sonrisa, si... Es Luigi. Él levantó su mano saludándome y pidiéndome que lo esperara.
—Ahorita bajo. Por favor no te vayas.
—Está bien, te esperare.
Bajó las escaleras rápidamente y abrió sus brazos con una hermosa sonrisa, yo corrí a refugiarme a ellos sintiendo un abrazo muy diferente al de mi familia pero similar al de mi hermanita Claudia, sentía el verdadero amor en ese abrazo de protección, de seguridad y felicidad de volver a verme como yo lo sentía por él.
— ¿Dónde estuviste todos estos meses? ¿Por qué te fuiste sin despedirte de mí?
—Me fui a vivir con mi hermana a Estados Unidos.
Podía ver y sentir en su hermosa mirada el amor verdadero como el brillo de sus ojos al verme y eso me ponía nerviosa, me perdí en su mirada y empecé a tartamudear fue entonces cuando le pregunté.
— ¿Tu que has hecho, Luigi?
—Te extrañé muchísimo.
— ¿De verdad?
—No lo dudes Angélica, siento en mi ser un gran amor por ti.
— ¿Amor Luigi? Pero casi no nos conocemos.
— ¿Cómo puedes decir eso Angélica? Me bastó mirarme en tus ojos color miel aquella mañana para sentir que entre nosotros nació el amor aquel día, yo sé que es algo inexplicable para muchas personas pero yo siento que tú también me quieres, sé que tú también lo sentiste como aquella tarde en el parque cuando tomé tu mano y sentí tu calor, tu suavidad, el nerviosismo entre los dos, este amor de almas. Dime... ¿Por qué tenías que irte? Dime que tú no sentiste lo mismo que yo cuando nos conocimos, pero se sincera y dímelo ahora.
—Si Luigi, si lo sentí y siento amor por ti. Tienes razón en todo lo que dices.
Lo miré a los ojos y nos abrazamos de nuevo, nos fundimos en un beso y no sentí "miedo" con sus labios semi-abiertos con los míos cerrados, pero cuando sentí sus manos acariciarme el cabello lo retiré porque aquel recuerdo vino a mí.
—Debo ser sincero contigo antes de continuar hablando de mi amor por ti, antes de volver a besarte o tomar tu mano entre la mía.
— ¿Dime que te sucede?
Bajó la mirada y comprendí que algo grave pasaba sin tener idea que fuera.
—Antes que nada quiero dejar claro que "Te quiero" que te esperaba cada día, cada tarde en el parque. Te buscaba por donde caminaba, llamaba por teléfono a tu casa y colgaba. Te esperé cada día con la misma ilusión de verte, de abrazarte, de sentir tu mano y besarte de nuevo. Nadie me dijo nada de ti, ansiaba verte, si anochecía quería que amaneciera para saber si ese día te vería y no fue así, seguí saliendo con mis amigos cada día, cada noche pero pensando en ti.
—Solo dime cual es el secreto, ¿Qué verdad me tratas de confesar? ¿Qué me ocultas Luigi?
—Tengo novia, me gusta pero no siento amor, no siento lo que siento contigo cuando la tengo cerca, mucho menos cuando nos besamos. No me siento "yo mismo" cuando platico con ella, todo es diferente a ti pero ya no importa porque tú ya estás aquí y todo seguirá como antes de irte, tú eres mi novia y yo te quiero solo a ti, voy a terminar mi noviazgo y continuaremos con el nuestro.
Sentí por primera vez celos verdaderamente tremendos "celos" y decepción, le di la espalda para que no viera mis deseos de llorar como el dolor que estaba sintiendo y no descubriera que me estaba afectando demasiado con su confesión.
—No me des la espalda Angélica, mírame...
Sostuve su mirada fuerte que me debilitaba, allí frente a frente con esos ojos de color aceituna que me volvían loca me armé de valor y le dije:
—No Luigi, no tienes por qué terminar tu noviazgo para volver conmigo. Sí, es verdad que siento algo muy fuerte por ti pero quiero conocerte por mas tiempo, descubrir si es amor verdadero lo que sentimos, pero no puedo permitir que termines tu noviazgo solo porque regresé, eso no es correcto, si le declaraste tu amor fue porque lo sentías y yo no debo ser un problema entre ustedes.
Sus ojos verdes aceituna miraban el piso y me di cuenta que al igual que yo sostenía las ganas de llorar valientemente, yo me sentía igual.
—No podría ser tu novia sabiendo que si te gustó otra niña es porque realmente tú no sientes amor por mí, yo sé que me fui sin avisar y lo entiendo, debemos tener respeto por "ella"... Continúa con tu noviazgo. Yo no puedo causarle ese dolor a ella solo porque volví para robarle a su novio, me desilusionaste, y me siento confundida como celosa, pero no permitiré que la lastimes por mi culpa.
Entonces lloré liberando mi tristeza como mi decepción, ambos lloramos tomados de las manos. Siento que lo quiero demasiado, hoy más que antes lo necesitaba a mi lado porque su amor me hace sentir segura, querida y muy feliz, pero me doy cuenta que lo perdí y me destrozaba el corazón saberlo.
—Angélica no sigas, somos jóvenes y Mariela lo entenderá porque ella ya sabía que yo te quería a ti, voy hablar con ella y estoy seguro que no sufrirá.
—¡¡MARIELA!! ¿Porque ella Luigi?
—Estaba siempre cerca de mí, con ella platicaba de ti y me aconsejaba que lo mejor era tener otra novia y así me daría cuenta de lo que sentía realmente por ti, nos besamos y así inició todo. No le pedí fuera mi novia como lo hice contigo.
Se llevó una mano al corazón y otra a la cara y me dijo: (Es un recuerdo que tengo muy presente en mi corazón)
—Nunca he dejado de quererte como de extrañarte Angélica.
Yo sabía que no podía seguir escuchándolo porque me rendiría ante él.
—Luigi, solo puedo decirte de corazón que si quieres ser mi amigo yo estoy dispuesta a continuar solo como amigos y conocernos más.
—NO, no lo entiendes, yo no te veo como amiga ¿Porque no me comprendes y perdonas el error que cometí? No quiero perderte otra vez, "TE QUIERO" No quiero volver a dejar de mirarme en tus ojos.
—No continúes Luigi por favor, conoce más a Mariela y así nos daremos un tiempo para que descubras tus sentimientos.
—Por ti hago lo que me pidas, pero no voy a continuar con Mariela. Voy a conquistarte ¿me oyes? —Me fui corriendo— mi amor por ti no cambiará, es el mismo de ayer como de hoy y siempre.
Me fui muy triste a casa y llorando, sintiendo desilusión al escucharlo hablarme de Mariela y el vernos llorando los dos. Al llegar a casa María me esperaba vestida muy elegante, se veía radiante y hermosa como lo es ella.
— ¿Dónde estabas Angélica?
—Fui con la maestra de catecismo que me prepará para mi primera comunión.
—Ya se me hizo tarde pero al menos no han llegado por mí.
Ese vestido color morado le va muy bien, es con escote halter. La admiro mucho porque es hermosa, pero reconozco que es mentirosa y a veces mala.
—José Antonio no tarda en llegar por mí me invitó a cenar, kristell está dormida y tú ya sabes qué hacer si se despierta.
A los segundos tocaron el timbre y la puerta. Debía ser él, abrí la puerta y allí estaba como siempre muy bien vestido con una gabardina negra, en ese momento salió María a su encuentro y él exclamó al verla.
— ¡Estas hermosa! ¡Eres hermosa!
—Gracias, que caballeroso eres José Antonio. Me voy Angélica, cuida por favor a Kristell.
—Así lo haré María, que se diviertan.
— ¡Hooo! se me olvidó al ver la belleza de tu hermana que les traje unos chocolates a ti y a Kristell.
En realidad es una bolsa grande y llena de diferentes dulces.
—Gracias.
Cerré la puerta y escuché el timbre del teléfono, fui a responder y escuché una voz de hombre preguntarme.
— ¡Hola! ¿Está María?
—No, se acaba de ir a cenar. ¿Quién habla?
—Soy yo, Víctor... Angélica, dime algo ¿Con quién salió?
—Con José Antonio.
— ¿Quién es él?
—Es primo de su esposo.
Ingenuamente respondía.
—Dame la dirección de tu casa por favor.
— Si, es la calle....
—Gracias Angélica, nos vemos pronto.
—Si Víctor, adiós.
Me fui a dormir al lado de mi bebita hermosa y a pensar en Luigi como en Mariela.
A la mañana siguiente busqué a María para decirle que le llamó Víctor pero no llegó a dormir. Dejé a Kristell dormida con mi mamá y me fui a la primera clase de catecismo.
— ¡Hola, Angélica! ¡Buenos días!
— ¡Hola! ¡Buenos días!
—Siéntate al lado de Luigi porque los acomodé por edad.
¡LUIGI! El está aquí y lo busqué indiscretamente para verlo sentado en la última fila muy serio mirándome como yo a él, lo saludé y me senté a su lado temblando.
Qué coincidencia que esté aquí, pero no debo pensar ya en él, en realidad no es coincidencia porque es la única iglesia cerca. Me reprochaba en mis pensamientos.
Después de la primera clase hubo un descanso y salí a caminar alrededor de la iglesia que no era muy grande pero no sabía qué más hacer, llegué a unas piedras grandes y me senté sobre ellas cuando lo vi venir a mí con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón color beige.
— ¿Cómo estás Angélica?
—Bien Luigi ¿Y tú?
—Mal, no dejo de pensar en ti y verte me hace sentir muy feliz y a la vez me siento triste porque quiero abrazarte y besarte.
—No lo hagas por favor, yo también lo deseo pero no debemos hacerlo.
Regresamos al salón invadidos de un gran silencio mientras caminábamos juntos tomados de la mano.
Conocer a Dios en mi clase de catecismo fue maravilloso. Es una linda forma de aprender a sentirlo dentro de mí, así como mi piel se erizaba al escuchar las maravillas que ha creado con tanto amor y esperanza para todos sus hijos.
Siento paz y estoy feliz de conocerlo espiritualmente como el sentir que lo amo sin necesidad de verlo para creer en su amor y respetar su poder.
Me fui a casa tranquila y en paz, al abrir la puerta allí estaba mi hermano Roberto que había venido de Ensenada a pasar el fin de semana con nosotros. Corrí abrazarlo y él también me abrazó, es un hombre perseverante e inteligente, de carácter fuerte a diferencia de mí que soy tan débil, tímida y algo reprimida, él siempre me dice que confía en mí y que nadie en esta casa es más sincera que yo y eso me hace sentir muy bien, feliz.
—Yo sé que si alguien me miente de esta familia y te pregunto a ti si es cierto lo que me dijeron, sé que tú siempre me dirás la verdad.
—Sí, Roberto yo siempre te diré la verdad, yo no te voy a defraudar porque nunca te voy a mentir.
Cuando miré a mi alrededor vi a un hombre más en casa que estaba de espaldas y me parecía a... Sí, es Víctor.
— ¡Hola! Angélica.
— ¡Hola! Víctor.
María me veía bastante molesta, con odio podría asegurarlo y no tenía idea el por qué.
—Angélica, acompáñame a la recámara.
—Si...
La seguí y de pronto cuando nadie nos veía me jaló del brazo izquierdo tan fuerte que me caí sobre la cama aterrada al sentir su coraje.
—Quieres decirme ¿Por qué diablos le diste la dirección de la casa a Víctor?
—Porque quería venir a verte, eso me imaginé.
Me gritó muy molesta olvidando que en la sala estaba Roberto y Víctor.
— ¡No te hagas la idiota! no tenías por qué dársela, no quiero que vuelvas a decir nada a nadie de lo que te pregunten, siempre responde que no sabes hasta que primero me lo hagas saber a mí y yo te diré que responder. Más te vale que no haya golpes entre ellos porque solo tú serás la culpable que entre ellos se hagan daño.
Me invadió el miedo porque no quería que se lastimaran, amo a mi hermano y estoy agradecida con Víctor por darnos casa y comida. Pero... Después vinieron las dudas... Me hizo sentir responsable de sus propias acciones como de sus mentiras.
¿Qué podía pasar? ¿Acaso no va a casarse con Víctor? ¿O ella no piensa cumplir su promesa?...
No entiendo nada. En ese momento no recordaba su confesión que solo estaba complaciendo sus necesidades físicas como ella me lo dijo. Tan solo soy una niña que no comprende las formas de ser de algunos adultos y menos sus necesidades físicas que a mí solo me traen malos recuerdos.
Yo imagino que quiere a Víctor pero también sé que espera a que Jorge la busque para volver con él.
No comprendo a mi hermana o tal vez no tengo la edad para hacerlo, pero si saldré a cuidar a mi hermano y a escuchar por mí misma lo que se digan entre ellos.
Salí a un pasillo corto entre mi recamara y el baño, había una pared de concreto que me cubría de no ser descubierta por mi hermano, de allí escuché lo que decían y recuerdo perfectamente.
— ¿Desde cuando tienes una relación con María, Víctor?
—Desde hace 7 meses, casi desde que llegó a casa de mi hermana Yolanda, en realidad fue amor a primera vista. Hace poco le propuse matrimonio y ella aceptó encantada.
—María, ¿Por qué lo hiciste? Aún NO estás divorciada. ¿Te quieres casar con él?
—NO, no quiero.
— ¿Que dices María? Si tú y yo nos amamos, me dijiste que me darías muchos hijos, que tendremos un maravilloso hogar, que yo seré un padre verdadero para Kristell.
Víctor empezó a llorar y a ofuscarse al mismo tiempo, Roberto entonces intervino ya que él es como si fuera nuestro padre porque siempre está al pendiente de lo que necesitamos en la ausencia de nuestro papá siempre se ha preocupado por ayudarnos y aconsejarnos lo mejor posible.
—Ven Víctor, vamos hablar afuera un momento solos.
Yo me sentí realmente culpable de todo lo que estaba sucediendo, del dolor que estaba sintiendo Víctor, de la molestia y desilusión de mi hermano, por la preocupación aparente de mi hermana, y todo lo ocasioné yo por mi ingenuidad y estupidez.
Antes de salir Víctor sujetó de los brazos amorosamente a María y le preguntó...
— ¿Dime que no fui tu juguete? Mírame, solo soy un hombre enamorado porque tú hiciste sentir este gran amor al corresponderme.
—No puedo engañarte Víctor, sí te amaba pero lo pensé mejor por Kristell, no debo negarle el derecho de vivir y crecer con su padre, quiero que crezca en el calor de su hogar, que la llevemos juntos a la escuela como al parque. Que comamos reunidos a la mesa, yo no quería lastimarte, eres un hombre maravilloso, joven y apuesto, me vas a olvidar y formaras un hogar con otra mujer con tus propios hijos. Tú no podrías ser un padre para mi hija y lo sabes que nadie te creería que es tu hija al contrario se burlarían de ti como de mí, hasta de ella misma por sus ojos orientales.
— ¿Te reconciliaste con él? Con tu ex esposo.
—Claro que no, nunca te he mentido.
La interrumpió enojado pero más decepcionado.
—Sí, ya veo a tu hermano en el hospital por el accidente, basta ya de mentiras María. Te voy amar siempre, no sé cuánto me durará este dolor como este desamor, esta tristeza desgraciada que siento. "Adiós" para siempre.
Se dirigió a Roberto, diciendo...
—No digas nada más, continúa estudiando porque te deseo lo mejor, veo con agrado que eres un hombre maduro y sensato, agradezco tu comprensión. Los sucesos de la vida son solo eso "sucesos" que nos marcan el alma con dolor o alegría pero siempre con un aprendizaje y eso me llevaré. Si ella decidió darle al verdadero padre a su hija lo entiendo y la respeto, para ella yo no soy lo mejor y me doy cuenta con quien dormía, a quien amé y por quien lloré estos días, discúlpame Roberto pero ella no vale nada... Me voy.
Se fue triste como derrotado sabiendo que fue sólo un juguete de amor y entretenimiento, un disfraz de amor para mi hermana y su pasatiempo. En el rostro de mi hermano era visible una gran molestia, coraje y desilusión por las acciones de su hermana mayor.
María al ver su rostro decidió irse a la recámara llorando y yo detrás de ella para consolarla y pedirle perdón por mi estupidez.
Al entrar en la habitación y cerrar la puerta exclamó:
— ¡Pobre hombre! ¡Pobre Víctor enamorado! Solo vino arruinar mi maquillaje.
Me observó por el espejo y me dijo:
—Pobre de ti que repitas lo que estas escuchando, tonta y ¡CHISMOSA!
—No diré nada a nadie, pero ¿Porque te ríes así? ¿Por qué estás tan contenta? Me haces sentir miedo.
Sonrió a carcajadas como si le hubiese contado un chiste.
—Es fácil de entender porque los hombres son estúpidos, hago lo que yo quiera con ellos porque son mis sirvientes y ellos son felices por tenerme.
— ¿Cómo lo haces? ¿Cómo puedes manipularlos en tan poco tiempo?
—Tú no debes saberlo... A lo mejor algún día te enseño cuando tengas la edad suficiente. Pero a Kristell sí le voy a enseñar a manipular a todas las personas para su conveniencia y no solo a los hombres, pero pensándolo bien ya lo lleva en la sangre por mi herencia y una parte de su padre.
Daba vueltas con su espejo en la mano y retocando su maquillaje entre carcajadas malvadas. ¡Como una loca desquiciada!
Me sorprendió mucho y sentí miedo no solo al verla, también al escucharla como pasó del llanto a la risa, de la tristeza a la felicidad, es como una actriz profesional.
Vino a mí la duda, ¿Será que también a mí me ha manipulado cuando dice quererme? Y solo lo hace por conveniencia para que no diga nada de todo lo que sé de ella o continúe cuidando a Kristell para su beneficio.
Sí, eso debe de ser... Solo finge amarme para controlarme y usarme.
¿Qué futuro le espera a mi bebita con una madre así? Pero yo voy a estar con ella siempre para cuidarla y aconsejar.
En ese momento tocaron a la puerta, era mi hermano Roberto.
—Pasa hermano, Angélica hazme el favor de esperar afuera.
—Sí, ¿Me llevo a kristell?
—No. La voy a dormir.
Dijo María mientras la tomaba entre sus brazos. Pero Kristell no estaba acostumbrada a dormir con su mamá porque yo le canto sus canciones favoritas y la hago reír antes de dormirla.
Solo la usaba de protección.
—Voy a ir a la iglesia a preguntar si ya tienen fecha para hacer la primera comunión, más tarde regreso.
Los deje en la habitación solos para que aclaran lo sucedido y no escucharlos discutir.
Entré a la iglesia haciendo la reverencia de respeto, admiración y amor para Jesús que está en medio del altar rodeado de crisantemos blancos.
Muy cerca del altar estaba mi maestra con el sacerdote.
—Pasa Angélica, justo estábamos hablando de ti.
Sonreí alegre al saber que alguien hablaba de mí.
— ¿Y que decían?
Me senté aun lado del sacerdote admirando su rostro tranquilo, pacífico y me daba confianza.
— ¿Estás lista para confesarte y hacer tu primera comunión?
—Sí, estoy lista.
—Decíamos que eres una niña muy buena e inocente y que estamos muy felices porque te pusiste al corriente en muy poco tiempo.
— ¿Entonces si voy hacer mi primera comunión?
— ¡Claro que sí, hija!
— ¡Gracias, padre!
—Escribe en tu cuaderno si así lo deseas todo lo que quieres platicarle y pedir perdón a Dios padre y no olvides mencionarle nada, travesuras, mentiras y hazlo con el corazón, tu arrepentimiento debe venir de allí. Pero mira nada más que lindos ojos, no creo que esa mirada tierna y pura tenga pecadillos...
Sonreímos y me sentí avergonzada de saber que sí tenía especialmente un GRAN pecado que confesar. MI VIOLACIÓN.
—Sí tengo pecados y se los voy a escribir a Dios, gracias padre y a usted maestra por enseñarme a conocer a Dios, voy a avisarle a mi mamá que si podré hacer mi primera comunión.
—Espera... No te vayas sin llevarle esta información a tu mami, allí viene la fecha que será el próximo domingo a las 9.00am tienes que ser puntual.
—Gracias a los dos, yo se la entregaré a mi mamá.
Salí feliz porque mi tormento pronto terminaría al librarme de esta amenaza de no poder decir lo que me hizo ese hombre asqueroso por mi deber de proteger a mi familia, el sacerdote me dirá que hacer, si debo decirle a mi madre y familia que me violaron o callarlo para no causarles culpa y tristeza.
Los días fueron pasando y María seguía saliendo con José Antonio, ella le decía "pitufo" de cariño porque es un hombre de baja estatura.
Yo decidí no escribir mis pecados porque tenía miedo que alguien los fuera a leer, los memorizaba y contaba para no olvidar decírselos al padre en mi primera confesión.
Esa noche mientras pensaba en todo lo que deseaba no olvidar y confesar escuché sollozos que venían de la sala, fui a ver qué pasaba... Solo estábamos en casa mi hermanita y mamá con Kristell.
— ¿Qué pasa mami? ¿Por qué llora? ¿Le pasó algo a mi papá?
—No, es María. Llamó José Antonio para explicarme que tu hermana estaba de compras en San Diego y tuvo una hemorragia, una amiga pidió una ambulancia y está en el hospital.
La abracé para que sintiera seguridad y mi amor.
Sé muy bien lo que hace falta un abrazo cuando pasa algo desagradable. Tantas veces yo lo necesite y me encontraba sola.
—No se preocupe, recuerde que él es Doctor y la va a cuidar, mejor vamos a rezar.
Nos fuimos a la recámara y allí permanecimos rezando hasta quedarnos dormidas.
Le llamaron al siguiente día por la tarde a mamá avisando que ya venían a casa.
No sé porque le pasaría eso... ¿Acaso a mí también puede pasarme? ¡Qué miedo!
— ¿María, cómo te sientes, cómo estás?
—Bien madre, no se preocupe.
— ¿Qué te pasó hija?...
José Antonio la interrumpió y se veía triste, diferente a como era en días pasados, no sonreía, se notaba que había llorado por lo rojo de sus ojos.
—No se preocupe señora, no es nada grave y en unos días su hija estará como si nada, "Estoy seguro de eso" solo que repose y no debe cargar a Kristell durante al menos una semana.
Se acercó a despedirse de María y le dijo al oído...
—Nunca te voy a perdonar lo que hiciste como nunca me volverás a ver.
María lloraba y al parecer esta vez sentía que era verdadera su tristeza, cuando nuestra madre se fue a trabajar María me mandó al teléfono público a llamarle a Jorge con el pretexto de lo que le había sucedido.
Le llamé diciéndole que María estaba muy enferma y recién había salido del hospital y eso la había hecho reflexionar, también le mandaba preguntar ¿Si podía venir para hablar del futuro de Kristell? a lo cual respondió.
—"Ahorita salgo para allá".
Platicaron durante mucho tiempo mientras nosotras jugábamos en nuestra recámara, más tarde entró María por kristell.
—Yo la llevo con su papá para que tú no la cargues María acuérdate que dijo José Antonio que no lo hicieras.
—Cállate tonta, no repitas eso frente a Jorge.
Se la entregué en brazos de su padre, el cual le dijo amorosamente:
—En cuanto tu mami pueda caminar vengo por ustedes para llevarlas a su casa de donde NO debieron irse.
Se despidieron Jorge y María dándose un gran beso en los labios y yo me sentí feliz de verlos pensando que se amaban de verdad, por fin se reconciliaron, ya estarían juntos los tres y serán felices.
Qué bueno que María no se casó con Víctor, que bueno que José Antonio la dejó y ella logró lo que quería por el bien de Kristell.
PASARON LOS DIAS:
Hoy viene Jorge por ellas y estoy muy triste porque extrañaré a Kristell, estoy muy acostumbrada a ella, ya no dormirá en mis brazos, ya no me despertaré en la madrugada para hacerle su bibi, la amo tanto como se la voy a extrañar.
Ya teníamos listas sus maletas, sentía ganas inmensas de llorar pero no quise arruinar la felicidad de María, pero mi bebé me miraba atentamente, ya hablaba un poco principalmente lo que yo le enseñé, "nalala" es naranja, "apotos" es vámonos.
Mi corazón me dolía como si clavaran espinas lentamente al escucharla decir "mamí apotos" no puedo resistir verla marcharse llorando por mí como yo estoy por ella, la vi alejarse estirando su manita para alcanzarme en brazos de su madre.
Solo yo y ella sabíamos lo que nos amábamos, lo que ambas nos necesitábamos, lo que nos divertíamos jugando.
Corrí a mi recamara y lloré amargamente en mi cama como si me hubieran arrancado lentamente la piel, mi alma y en castigo siguiera viviendo sola sin mis "ojos rasgados".
***
Un día cualquiera iba a la tienda y me encontré a Luigi, me habló y caminamos juntos platicando.
—Estoy muy triste Angélica, al parecer el destino no desea que estemos juntos, tal vez cuando seamos grandes nos vuelva a reunir y si no lo hace quiero que sepas que siempre vivirás en mi corazón, que lo que siento por ti es muy especial y nunca te voy a olvidar.
— ¿Por qué dices eso Luigi?
—Mañana me voy a Italia a vivir con mi padre.
Comencé a llorar... No puedo creerlo, no sé qué decir, no puedo hablar, siento un nudo en mi garganta horrible.
—Luigi, siempre te voy a querer y serás el amor de mi vida, el mejor recuerdo de niña...Siempre te voy a recordar yo también, "Te Quiero" y lamento el tiempo que perdimos, seguramente así tenía que ser.
Nos abrazamos llorando, disfrutamos los últimos besos con el sabor de nuestras lágrimas y se marchó para siempre, al otro lado del mundo donde yo jamás podría ir, ni volver a saber de él, se fue llevándose mi primer amor, mi primer beso y quedándome yo con el de él.
A los días llego una familia a vivir a un departamento de donde yo vivía con dos lindas niñas, similares en la edad de Claudia y mía, rápidamente me hice amiga de una de ellas llamada Nancy, una niña chaparrita de ojos cafés claros con piel morenita clara, con quien yo platicaba siempre de lo que me sucedía y como me sentía, ella me aconsejaba porque se daba cuenta de los maltratos que recibía de mi madre, de las responsabilidades que tenía sin ser justas para una niña de mi edad.
Siempre la buscaba y le pedía permiso a su mamá para que la dejara ir conmigo a la tienda, con ella me desahogaba, con ella lloraba, no duró mucho nuestra bella amistad por que se fueron a vivir a Ensenada y ahora gracias a Facebook la encontré, nos hemos reunido y sigo considerándola mi mejor amiga, el tiempo solo pasa pero nuestros sentimientos nunca cambian, recordamos algunas anécdotas de la infancia y cada una tenemos nuestra propia historia única y maravillosa.
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Mis ojitos "rasgados" creció y su belleza única era evidente, conviví con ella hasta los 17 años siendo su mejor amiga, su madre, su confidente, la protegía como si fuera mi hija, la comunicación entre ella y yo fue maravillosa, yo diría perfecta sin exagerar, nos escribíamos cartas contándonos nuestras vivencias diarias, tengo maravillosos recuerdos a su lado, después solo fueron etapas conviviendo hasta que cumplió los 25, al fin su madre logró separarnos por celos, por envidia de su amor a mí y por temor a que yo le dijera las verdades ocultas de su madre, hoy en día no nos hablamos pero tengo de ella lo que nadie más pudo tener y disfrutar como yo. "El amor más puro e inocente, su amor verdadero fue solo para mí.
Con ella conocí y sentí el amor de madre sin serlo, con ella aprendí a cuidar, a respetar lo que se ama, la disfruté, amé y amo muchísimo aun cuando no la veo y deseo que siempre sea muy feliz, mi bendición siempre la tendrá, aun cuando su carácter haya cambiado y sus sentimientos hacia mí transformados en odio, coraje y resentimiento ajeno.
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Mi hermana María se separó de Jorge, se hartó de sus infidelidades como de sus golpes físicos, de ver sufrir a sus 3 hijas con el abuso físico que ella recibía como el verbal, aún me niego a aceptar como una mujer tan hermosa, inteligente para los negocios haya permitido sufrir tanto por un hombre infiel, egoísta y machista para crear una falsa apariencia de "familia". Actualmente reside en USA con dos de sus hijas.
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José Antonio cumplió su promesa de no buscarla, solo volvió en una ocasión... Cuando se enteró que al poco tiempo María tuvo una hija, por el tiempo que había transcurrido siendo doctor podía ser su hija, pero ella siempre le aseguró que NO lo era. José Antonio continua atendiendo su clínica en playas de Tijuana, se casó y tiene una familia muy bella. Deseo que sea muy feliz.
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De Victor y Yolanda nunca más supe nada.
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Mi hermano terminó su carrera y formó una familia realmente hermosa, la mejor de mi familia, sus dos hijas ya se graduaron de la Universidad.
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Yo he cumplido mi promesa, si... La que le hice a mamá cuando era niña, tiene 74 años diagnosticada con diabetes a los 43 y la he cuidado con todo mi amor pacientemente que como hija, mujer y madre hay en mi alma para darle a la mujer que me dio la vida.
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Mi padre de 81 años es mi brazo derecho en mi negocio, me apoya en todo y siempre me dice al contrario de mi madre que está muy agradecido por darles casa, comida, medicina y todo mi amor, que con nadie estarían mejor que a mi lado y en nuestra casita.
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Hice mi primera comunión a los 20 años, no pude hacerla de niña aún a esta edad sentía que yo había sido culpable de la violación sufrida, no comprendía que yo no había provocado nada, me sentía culpable, sucia, que ninguna persona sería capaz de amarme, cuando al fin vino el momento de confesarme y tal vez no fue el sacerdote indicado para hacerlo porque su consejo fue que guardara silencio siempre, que nunca dijera mi secreto para que no me señalaran y no causar daño a mi familia más triste y sola me sentí.
Haciéndome sentir con sus palabras más daño al guardarlo y la culpable de ser violada, como la responsable de hacer sufrir a mi madre y a mi hermana cuando realmente las únicas responsables fueron ellas.
Me dijo que no hiciera sentir mal a mi madre con mis reproches como tampoco a mi hermana, que mejor olvidara mi violación y perdonara al hombre por lo que me hizo, que si nadie se enteraba sería lo mejor para que yo no sufriera discriminación. Creo que tenía prisa por irse porque en momentos lo sentía apresurarme y no me desahogué como yo lo soñé de niña, como lo necesitaba de joven y mujer, a pesar que a esa edad seguía siendo una niña viviendo encerrada en casa por miedo a los hombres y al mundo exterior, NO deseaba que me hicieran daño nuevamente y crecí sola, era muy seria, con muy pocas amigas.
Hasta hoy que cuento mi historia es cuando algunos familiares se enteran de lo que me pasó, no sé cuántos conocidos lo hagan. Mi intención es motivar a todas las madres, a la mujer a NO guardar silencio, a no permitir abuso de ningún tipo, verbal, físico o mental, todas tenemos derecho a vivir libres, seguras y FELICES, todas tenemos derecho a sentirnos AMADAS, PROTEGIDAS, a tratar de ver la realidad cuando alguien solo nos utiliza, sea familia o amigos, no permitan la autoridad de otra persona en sus vidas porque solo tú tienes el poder de decidir en tu vida.
No permitas que te acosen, no permitamos vivir sintiendo miedo, sintiéndonos ofendidas o sucias, la mujer es la creación más bella de Dios, respetémonos con el verdadero valor que tenemos, cuidemos a nuestros hijos pero siempre, siempre demostremos nuestro amor por ellos abraza, besa, di te quiero, nunca los guardes para mañana porque no hay seguridad que despertemos.
No te imaginas cuanto le hace falta a tu hijo si no lo haces seguido, a mí me hizo mucha falta un abrazo, besos y escuchar que me amaban sobre todo de mi madre.
Soy muy feliz a pesar de lo vivido de niña y aún le temo a los hombres, tengo 13 años viviendo sola, sin pareja, sin estar con un hombre íntimamente y no me ha hecho falta, me he dedicado a mi hija, a mis padres, a mi negocio y aclaro que no estoy cerrada al amor, pero no ha llegado ese hombre de verdad, el caballero que me sepa conquistar, que me sepa enamorar, estoy segura que está en otro continente el indicado...
Tengo a mi lado lo mejor de mi vida, una princesa de 12 años y si hoy me preguntan que si tengo que vivir todo lo que sufrí de niña para poder tener a mi hija con el corazón en mi mano respondo que sí, todo vale la pena para ser lo feliz que he sido desde que ella llegó a mi vida transformándola en felicidad y alegría...
Gracias por leer <3 y te invito a leer mi autobiografía llamada "ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA" allí narro mi experiencia de mi primer trabajo, el enamorarme y la llegada de mi hija a mi vida como el sufrimiento por la envidia y la maldad de mis hermanas hacia mí.
¡VIVE FELIZ!
¡AHORA!
¡FELIZ VIDA, FELIZ CAMINO!
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