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Septiembre1 semana – Miércoles
Tocaba deportes, era uno de sus días favoritos debido a que podía quitar el estrés haciendo ejercicio. En el gimnasio estaba estirándose cuando el profesor llamó la atención de todos haciendo alusión a que debían compartir espacio con los del primer año pues su profesor había faltado.
Muchos se quejaron, pero a él le dio igual, de todas formas, lo más probable era que jugarían a las quemaditas y lanzar pelotas a la cara de otro era muy emocionante.
Nightmare se acercó. Ambos estaban con ropa de deporte.
"¿No te sientes observado?"
"¿Ah?" Eso desconcertó al moreno, ese murmuro disimulado para no llamar la atención y la mirada indiferente a otro lado requería discreción. Miró a todos lados, no había nadie mirándoles. "No, pero seguro a ti sí".
Nightmare era muy popular. Si se sentía observado era seguramente por eso, nada que ver con él.
Pronto todos los del primer año estuvieron junto al segundo año, el profesor a cargo no hizo más que dividir en dos equipos, primero contra segundo. A Error le daba igual, aún así lo prefería así porque después no tendría que ser molestado por ser tan bruto en un juego que le sentaba muy bien.
El silbato sonó y las pelotas iban de lado a lado; siendo atrapadas, esquivadas o cayendo en el objetivo. Pasaron cinco minutos para que la cancha se despejara y fuera más fácil el movimiento. Error seguía de pie, tenía una de las pelotas en la mano, mirando fijamente a su adversario; estaba sorprendido, su cabello era bicolor cosa que no acostumbraba a ver, de todas formas no pudo ver más pues aquel muchacho tenía también una pelota y con rapidez la lanzó hacia él.
En una reacción rápida, se agachó, esquivando con éxito el ataque. Sonrió orgulloso de sus reflejos y pese estaba dispuesto a contraatacar, un ruido de molestia sonó detrás suya.
"...Si serás..."
Era la voz de su amigo, pudo reconocerla. Se giró viendo cómo el rostro adverso se enrojecía, debía suponer que le llegó en la cara. Algo que no se esperó, fue ver que Nightmare rompía cualquier norma del juego y en vez de retirarse resignado por haber perdido, fue donde el bicolor tomando su camiseta amenazándolo.
"¡¿Qué te pasa?!"
"¿¡Cómo que qué me pasa!? ¡Me acabas de tirar una maldita pelota en la cara!"
"¡Debías haber estado más atento!"
"¡La pelota se tira al torso! ¡No sabes jugar!"
"¡¿Hah?!"
El de cabello bicolor también le tomó del chaleco y trataron de botar al otro. Muchos se acercaron pero más que alejarlos quisieron ver; el profesor tuvo que interrumpir sonando el silbato. Los regañó y los mandó a ambos a la dirección.
"¿Qué acaba de pasar...?" Se preguntó, ¿Acaso Nightmare acababa de perder los estribos?
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