9.


—El sexo es placer y goce. Así debe serlo.

—A veces no es así

UK dijo eso con tal convencimiento, que Argentina tuvo que detener su camino para mirarlo.

—¿A qué te referís?

—A veces solo es solo complacer y rutina... A veces solo es una súplica desesperada.

—No, no... El sexo debe ser especial, no es una obligación.

El inglés sonrió con tristeza, porque veía en aquellos ojos una seguridad que envidiaba, y un desconocimiento que tal vez no era tan bueno.

—Cuando alguien está a punto de perder algo... Ya no es cuestión de amor o placer... Solo es callar, ceder y esperar que sea suficiente.

—UK

—Espero que nunca pases por algo así, Arge —suspiró antes de retomar su camino.

—Espera —lo siguió—. ¿Por qué...?

—Es un consejo y una advertencia, Arge... Nunca dejes que el sexo sea para complacer a alguien más, siempre debe ser para complacerte a ti mismo. Lo aprendí a las malas, y espero que tú no lo hagas.

El tema no siguió, porque el latino admiró una profunda tristeza en esa mirada azulina que siempre le pareció tan bonita.

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