Aceptó unas copas y la salida porque estaba estresado, por sus problemas territoriales... y por la información que le dio Arge sobre su interés especial en él.

Pero no creyó llegar a un estado bastante sincero debido al alcohol.

Y con ellos.

—¿¡Por qué no te culeas a mi pana!?

—¿Por qué no dejas que te coja mi compa?

—¿Por qué no cachan?

Ecuador, México y Perú seguían insistiendo una y otra vez. No sabía si era por el alcohol o porque así eran esos tres.

Pero estaba comenzando a desesperarse.

—No sería correcto de mi parte —UK arrastró las sílabas—. No ahora.

—¿Por qué?

—Porque primero debería invitarlo a pasear, a cenar, a bailar... ¡Salir! —se sirvió un vaso lleno más—. Y después yo debería discutirlo un poco y...

—¡Ya cójaselo!

—¡Hágalo!

—¡Lo haré si con eso dejan de gritar! —se cansó.

—Es un pacto, compadre.

Sí... ya estaban muy tomaditos en ese punto.