—Quiero ver crecer a mi hijo
—No
—Es mi hijo!
—Ya viví esto antes y no voy a permitir que pase lo mismo ahora

UK miró seriamente a Argentina

—Intentas someterme solo por el placer de jactarte que te acostabas conmigo y que pudiste dejarme en estado. Solo es tu orgullo hablando y no quiero eso para mi bebé
—Pero soy el padre
—Y eso qué! No quisiste uan relación conmigo, solo querías jugar. No quiero eso para mi bebé
—Es diferente ahora! Quiero cuidarlos a los dos. Es algo que quiero hacer, que me nace hacer 
—No necesito que me cuiden, Arge. Ya he tenido hijos antes, sé cómo lidiar con esto solo
—Quiero ayudar

El británico perdió la paciencia.

—No dejaré a mi hija en manos de alguien que solo me usó para inflar su orgullo. No eres confiable —empujó el pecho del latino para hacerlo retroceder—. No debí tomarte cariño y dejar que jugaras conmigo. Fue mi error, pero lo estoy reparando

Siseó con rabia antes de elevar su barbilla y pedirle que se alejara de él. Hizo oídos sordos a palabras ajenas. Estaba harto de la insistencia con ese asunto.

Debía mantenerse tranquilo.

Debía pensar en su bebé.

No quería alterar su estado emocional, era perjudical, quería que su bebé creciera sano. Quería conocer a su bebé y encontrar su felicidad cuidando de su familia. Ya no quería intrusos en su vida.

Pero era tan complicado.