Había comenzado su camino a casa, le faltaban algunos cuantos minutos para llegar a lo cual el aprovecho tarareando su canción favorita.

La magia de la música término al ver a su amigo mirando su celular al medio del caminó con una expresión de desesperación.

—Lucas, ¿Estás bien? –pregunto para después colocarse a su lado.

—Ah hola Will –contesto– Si bueno... Max de nuevo se enojó conmigo

—¿Ahora que hiciste?

Max es una de sus mejores amigas en la vida que siempre lo ha apoyado y principalmente por tomar la desición de conocer la verdadera identidad de su príncipe azul (como lo había apodado ella).

Se sentía de cierta forma contesto de que dos de sus amigos salieran, aunque en algunas ocasiones era algo complicado.

—La verdad no lo sé, tan solo le dije que se veía mal en ese vestido y ya –dijo irritado.

—Se más específico –replico el joven chico.

—Bueno le dije: "Te vez gorda en ese vestido Maxim", ¡me dio una cachetada y se largó! ¿Puedes creerlo?

La mente de Will dio muchas vueltas en un momento, realmente debería de estar bromeando.

—¿Bromeas cierto? –pregunto  irónico a lo cual su amigo negó con la cabeza– De verdad que eres un tonto amigo, faltas a clases y luego le dices gorda a tu novia amigo ¿Que te pasa?

Así transcurrió el poco tiempo de trayecto que les quedaba juntos, Will regañandolo constantemente y su amigo tan solo lo escuchaba atentamente.

—Muchas gracias Will –dijo– por ayudarme

—No tienes porqué agradecer me, para eso están los amigos ¿No?

Con una sonrisa se despidieron para el rápidamente entrar a su hogar donde no había algún auto afuera, a lo cual debía suponer que no había nadie.

Al abrir la puerta se encontró a su pequeño amigo peludo que saltaba con radiante felicidad mientras se veía su placa rebotar en su pelaje de nombre "Milk".

—¿Cómo estás amigo? –pregunto mientras lo tomaba en brazos–

Con una sonrisa de oreja a oreja dejo a su mejor amigo de cuatro patas en el suelo mientras se encaminaba a su habitación al fondo del largo pasillo.

Al abrir la puerta de su habitación se sorprendió al ver una carta en la ventana, ya le habían llegado algunas de esa forma pero era algo extrañó.

No recibía más de una todo los días.

Con entusiasmo dejó caer su mochila a medio pasillo de la misma, tomó la carta y se recostó en su cama para comenzar a leer.

Will, no puedo creer que después de tanto tiempo respondieras a una de mis cartas.
No sabes la felicidad que siento ahora mismo.
Yo también quiero conocerte pero sabes a la perfección que me gustan los juegos de detectives (pista número 1), ¿Ya sabes que hacer no?
Atte: Anónimo.
Pd: Gracias por ayudar a Lucas (pista número 2)

—Papel de detective activado