Piloto: maldito cristal
La Tercera Guerra Mundial terminó oficialmente el 4 de agosto de 1985.
Poco después, los científicos realizaron experimentos fusionando genes animales, en su mayoría caninos y felinos, con ADN humano en un intento desesperado por repoblar la Tierra. Los primeros años transcurrieron en paz con la aparición de nuevas especies a medida que los países se recuperaban gradualmente.
Sin embargo, como todas las intervenciones humanas en la naturaleza, el resultado llegó a reflejarse en otra separación de clases que tuvo su detonante en 1984. Más tarde descubrieron que la raza pura se comportaba de manera agresiva en ciertas situaciones, decidiendo exterminarlos para establecer el mundo entre híbridos y betas.
La especie enfrentó oleadas de masacres, refugiándose como en la época de la Inquisición. A los ciudadanos tampoco les importaba la sangre de inocentes corriendo entre dedos. Niños, mujeres u hombres, el único criterio para disparar era pertenecer al linaje puro.
La distinción entre naturaleza no cesaba en las muertes injustificables, sino que comenzaba a velarse en acentuación. Mientras algunos tenían todos los derechos que les otorga la ley, el resto luchó por al menos conseguir vivienda y empleo, o bien, obtener una defensa pública que no fuera parcial cuando se les acusaba de crímenes atroces.
Fruto de una hibridación, Harry Styles nunca había sufrido discriminación en la piel. Era dueño de una acogedora casa en la capital de Estonia en el Mar Báltico Tallin, y era uno de los veterinarios responsables de bienestar de los gatos en el santuario más grande del norte de Europa, el instituto de Saint Barking, cuyo principal objetivo era la rehabilitación de animales salvajes después de ser víctimas de abuso y explotación, ser tratados y, en la mayoría de los casos, reintroducidos en sus hábitats naturales.
Sin embargo, ninguna de estas conquistas suplió la soledad que lo consumía todos los días. La ausencia de un compañero definitivo lo hizo languidecer durante la noche, pensando en escenarios desagradables, dando como resultado enormes bolsas oscuras bajo sus ojos.
Martin, Dorian, Sebastián, Isaac, Sander han sido algunos de sus pretendientes en el pasado, siendo el más reciente hace unos cuatro meses. Aunque recopiló buenos sentimientos de sus experiencias, ninguno de estos alfas lo ganó por completo hasta el punto de clavarle los colmillos en el cuello.
Harry ansiaba el maldito mordisco que todos decían que era el vínculo eterno entre almas gemelas. Anhelaba sentirse conectado con alguien física y emocionalmente, y esperaba estar en el camino correcto.
El omega regresaba a casa después de un agotador día de trabajo. Cuando Aivo* se quitó la bata de laboratorio antes de las cuatro de la tarde, supo que tendría un turno más largo en la unidad de recuperación.
*Avio: es un nombre poco popular que puede ser llevado por una persona de sexo femenino. Las personas que se llaman Aivo pueden ser originarias de: Estonia.
Después de un mes de lidiar con ese evento, el contenedor de basura al revés ya no fue una sorpresa. Harry procedió a dejar un puñado de comida y agua en recipientes medianos, desconfiado sobre un posible animal al acecho que se escondía cuando él no estaba presente.
Pero ahora, además de comer como es debido, el pequeño ladrón siguió hurgando en las bolsas negras, contaminando la acera con restos orgánicos y tornando la fachada fea y desagradable.
Styles se quejaba por teléfono son su madre sobre la basura que tenía que recoger en la mañana mientras cruzaba la sala de estar. Los zapatos fueron abandonados al lado de la mesa de café antes que su espalda encontrará la suave tapicería del sofá en un pequeño salto.
- No, madre. No voy a llamar a control de animales solo para resolver este problema. Si, pero si, lo se. Creo que es un gato callejero hambriento. Pondré una trampa para tratar de atraparlo y-
El sonido de un vaso rompiéndose en el piso de la cocina alertó a Harry. Sentándose con cautela, el omega le pidió a Anne que guardara silencio por unos momentos. Cuando escucho otro similar, sus dedos ya estaban palpando el doble fondo detrás del estante de libros.
- Te llamaré más tarde.
Equipado con una escopeta, se acercó sigilosamente. Sus manos temblaban mientras empuñaba la escopeta, finas líneas de sudor frío escapaban de los costados de su cabeza, y sus ojos verdes se movían con agilidad, buscando el más mínimo movimiento.
Los ruidos que llegaban a sus oídos sonaban como si la planta de su pie caminara sobre fragmentos de vidrio, hecho consistente con lo que había identificado anteriormente.
Con la mejilla apoyada en la culata del arma, su dedo índice se cernía cerca del gatillo. El aliento que ya estaba jadeando se volvió casi inexistente cuando el alcance apuntó hacia el intruso.
No era animal, era una persona. Quizás la persona más deplorable que Harry había visto en su vida.
El hombre era una o dos pulgadas más bajo que el omega y estaba desnudo, visualmente sin importarle ese pequeño detalle. Había manchas de suciedad por toda su piel que, solo para agregar, estaba estropeada con ronchas rojizas, rasguños extensos y moretones que alternaban entre púrpura, verde, amarillo y azul. Su cabello era largo, lacio, castaño y se veía sucio. Los iris azulados permanecieron nítidos, como el agua cristalina.
- ¿Quién eres y cómo entraste en mi casa? - pregunto Harry, sonando mucho menos intimidante de lo que había pensado en su cabeza. El extraño se quedó quieto, mirándolo con una expresión impasible. - Responde o disparo.
El sentido del olfato de Harry no podía identificar la clase de ser que estaba parado frente a él. Pensó que estaba resfriado por el clima gélido que llegaría a Tallin en unos meses, pero descarto la idea después de oler el olor de la comida sobre el fregadero de granito.
Carne. Mucho de ella.
Noto por primera vez la sangre alrededor de sus labios delgados y agrietados, que fluía por su torso estrecho y rezumaba en capas delgadas y discretas entre sus dedos.
La nevera estaba abierta, completamente volcada y varios paquetes tirados por el suelo complementaban el caótico escenario. Debajo de los pies del invasor estaban los fragmentos de vidrio, algunos de ellos posiblemente incrustados en las suelas.
Bastaba sumas uno más uno para deducir lo que había sucedido.
- Eres el responsable del desorden en mi puerta. - El chico apretó los labios y Harry apretó con más fuerza el cañón del arma, acercándola más. - ¿Es o no es?
Un movimiento de cabeza fue más que suficiente.
El omega tenía un extraño en su casa. Un desconocido que, si bien podía vulnerar su integridad física, no mostraba signos de peligro. Por el contrario. El hombre destilaba vulnerabilidad y miedo al estar en esa posición.
- ¿Estas perdido? - Otro asentimiento mínimo. - ¿Cuál es tu nombre?
-No puedo decir. - La voz baja rompiendo el silencio, era pasable y sincera
- ¿Estás huyendo de alguien? ¿La policía te persigue? - Él lo negó. - Tienes linaje felino, lo sé por las garras que desgarraron mi basura. Si no puedes decirme quién eres, al menos dime que eres.
Styles no dudó en ayudarlo cuando tropezó con los fragmentos y chilló de dolor. El tabú de la desnudez se olvidó cuando su brazo rodeó la cintura del otro alejándolo con cuidado del espejo.
Sin embargo, para su sorpresa, el desconocido empujo la escopeta con un solo movimiento, haciendo que se deslizara. En una fracción de segundo, tenía un cuchillo de cocina agarrado en su mano lesionada, la punta se cernía peligrosamente sobre el pecho del residente.
-Sabes curar las heridas. - murmuró, refiriéndose al escudo del Instituto Saint Barking en la camisa de algodón del omega. - ¿No lo sabes?
-Lo se. - Trago saliva. - Soy veterinario.
-Ayúdame y te doy mi palabra de que me iré.
Harry no estaba en condiciones de negarse, un tropiezo y estaría muerto. Con un movimiento de cabeza tembloroso, el intruso suspiro, retrocediendo un poco solo para observar claramente lo que haría.
-Mi botiquín de primero auxilios. - Señaló el armario debajo del fregadero. - Necesito buscarlo.
Styles no era alguien en quien confiar, no cuando podía escapar y llamar a la policía en la primera oportunidad, pero tenía un voto de confianza. Harry era un omega y los omegas no eran capaces de matar a otros seres vivos. Aun así, el veterinario podría lastimarlo, y estaba pensando exactamente como lo haría mientras posponía la búsqueda del botiquín.
Pero el hombre misterioso se había ido cuando se dio la vuelta.
Como recuerdo, solo gotas de sangre y un cuchillo clavado detrás de la puerta.
꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦
N/T: bueno nenis este es el primer cap, espero que haya sido de su agrado, quiero agradecerle a -bluelouG por la increíble portada, es genial y tambien a tideslt , cielito te amo gracias por subirme el animo. Les amo cuidense, tomen agua y tengan un buen dia
diana<3
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