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Capitulo 3: De compras.

Después de que Tessa entrara a la casa, busco a su madre y su olfato la guio directamente hacia la cocina, desde donde ya se comenzaba a notar una nube de humo proveniente del horno.

Se poyo contra el marco de la puerta, cruzándose de brazos, en tanto veía a su madre tan concentrada en su libro, apoyando medio cuerpo sobre la encimera, sin notar que la cocina se estaba llenando de humo.

―Madre ―la llamo sin obtener respuesta ―¡Madre!

―Oh cariño ya regresaste... estoy haciendo... ¡Por dios santo! ―gimió dejando el libro para correr hacia el horno, lo abrió y de el salio mucho más humo.

Entonces Tessa, quien ya estaba acostumbrada a esa clase de cosas, abrió la ventana para que se despejara el humo, sin inmutarse demasiado por el desastre que reinaba a su alrededor. Adoraba el despiste de su madre, simplemente no seria Danae si no quemara la comida al menos cuatro de los siete días de la semana.

―Supongo que me distraje un poco ―susurro apenada Danae mientras apagaba el horno con una mano y con la otra dejaba la fuente dentro del fregadero, entonces de repente escucharon que la puerta se abría de manera abrupta y en la cocina aparecía el vecino nuevo con un matafuego en la mano, seguido de su hijo.

Tessa rodó los ojos con impaciencia, luego miro a su madre y esta se quedo mirando fijamente al hombre que, por supuesto se quedo descolocado al notar que no había un incendio por ningún lugar.

―Yo... vi el humo y... ―dijo el hombre mientras su hijo se mordía los labios intentando contener la risa, en tanto Tessa se preguntaba porque diablos no se abría la tierra y se la tragaba de una buena vez por todas. No podía ser que el chico más sexy que había visto en su vida estuviera en su cocina pensando que había un incendio, siendo que solo se trataba de la despistada de su madre quemando una vez más la comida.

―Descuide, solo es Dana quemando la comida ―susurro Tessa ―otra vez ―agrego cuando miro a su madre... acomodarse el cabello nerviosa.

¡Fantástico, a su madre le había gustado el vecino nuevo!

Tessa lo miro y se dijo que en efecto era un hombre atractivo, cabello oscuro como su hijo pero no tenia sus maravillosos ojos azules, su complexión física era bastante corpulenta pero sin ser exagerado, y tenia una bonita sonrisa, la cuál se dibujaba en esos momentos en su rostro, pues al parecer estaba comprendiendo lo que sucedía.

―Lo siento ―se disculpo ―perdón por entrar a su casa de este modo, es que vimos el humo salir por la ventana y creímos que la casa se incendiaba...

―¿Creímos, vimos? ―pregunto detrás suyo su hijo ―habla por ti, yo escuche tus gritos de fuego y corrí detrás de ti ―argumento su hijo mirando a Tessa con curiosidad.

La chica, no estaba acostumbrada a tener las miradas sobre ella y menos de muchachos tan guapos como ese, así que desvío la mirada cohibida y se aclaro la garganta.

―Esta bien, suelo tener algunos accidentes en la cocina ―admitió Danae limpiándose las manos y avanzando hacia el vecino ―por cierto mi nombre es Danae Watson y ella es mi hija Tessa.

Tessa embozo una tímida sonrisa.

―Mi nombre es Jason Daugherty y el es mi hijo Lyon.

Lyon levanto la mano a modo de saludo, mientras Dana se devanaba los sesos intentando pensar que más decir, Tessa lo sabia, la conocía lo suficiente y hasta ese momento, la información que estaba obteniendo de ese incidente le servia. Su sexy vecino se llamaba Lyon y por todos los cielos su mirada si que parecía la de un león.

―Somos nuevos en el campus ―dijeron los dos adultos, acto que provoco que Lyon y ella cruzaran la mirada, cuando sus padres comenzaron a reír como dos idiotas.

―Lamento haberlos asustado ―dijo al fin su madre después de unos minutos de intenso silencio ―prometo ser más responsable la próxima vez.

"¡Como si eso fuera cierto!" ―pensó Tessa con burla, pero se mantuvo callada.

―No es problema, si necesitan alguna cosa... pues estamos aquí junto.

―Igualmente ―respondió su madre ―lo que sea, aquí estaremos ¿verdad Tessa?

―Claro... ―respondió la chica.

―Papá es mejor que regresemos, aún tenemos mucho que desempacar.

―Si... tienes razón ―miro a Dana y sonrió de nuevo ―si necesitas algo...

―Papá, ya dijiste eso ―le recordó su hijo y Tessa se mordió el labio conteniendo la risa.

―Si... bueno... hasta luego...

―¡Adiós! ¡No vemos! ―los saludo su madre, cuando ya se iban.

Una vez que quedaron solas de nuevo, Tessa miro a su madre y esta suspiro teatralmente.

―¿No te parecieron hermosos los dos?

Su hija rodó los ojos y negó, caminando hacia el teléfono.

―Pediré comida... ¡Mierda!

―Señorita, que es ese vocabulario.

―¿Madre aquí hay tiendas, sitios para pedir comida o algo similar?

Danae se quedo entonces pensativa y luego se apoyo contra la encimera con expresión devastada.

―¡Mierda! ―murmuró.

―Eso mismo pensé, intenta limpiar esto mamá, iré a ver si consigo algún sitio para comprar alimentos.

―Esta bien.

Una vez más, al salir y encontrarse con la mirada de Lyon, una sonrisa se dibujaba en su rostro y ella se sentía mortificada.

¿Porque su madre tenia que ser tan despistada?

―¿Todo bien allí dentro? ―pregunto Lyon acercándose a ella.

―Si, pero ahora debo encontrar donde comprar alimentos, es que no quedo nada ―rio Tessa maravillándose de lo sencillo que era poder hablar con él, cuando antes jamas podría haberlo hecho.

¿Significaba eso que ya estaba madurando? Pero sobre todo... ¿Que estaba superando sus temores pasados?

―Comprendo...

―Yo... bueno, debo irme, no se si es que encontrare algo por aquí, ni siquiera se si hay tiendas y esas cosas ―se lamento Tessa.

―Vi una tienda por aquella dirección, de echo hay todo un centro comercial.

―¿En verdad? ―se intereso Tessa esperanzada, con suerte no se iría a dormir con el estómago vacío ―¿es muy lejos de aquí?

Lyon lo medito un momento y luego miro a su padre que salia evidentemente buscando a su hijo.

―Espera un segundo ―le dijo a Tessa y se apresuro a ir con su padre, hablo con el unas palabras, este asintió, metió las manos en los bolsillos y le dio unas llaves, después Lyon volvió junto a ella ―te llevare y de paso aprovechare para hacer también unas compras.

―Oh no, no quiero molestar ―negó automáticamente Tessa.

―¿Porque no? Estamos de camino al mismo sitio, somos ambos nuevos aquí, no haremos compañía, anda animate...

Lyon le sonrió y Tessa no fue capaz de negarse.

Asintió sonriendo y se metió dentro del auto, mientras él se encontraba junto a la puerta abierta.

―¿De donde vienen? ―pregunto Lyon mientras conducía ―nosotros de Chicago.

―Boston ―contesto ―mi madre es profesora de Lengua y Literatura, yo tomare la carrera de Historia.

―Interesante.

―¿Y tu padre?

―Sera el nuevo entrenador del equipo de Baloncesto y yo obviamente estaré en su equipo ―sonrió ― tomaré la carrera Historia también ― dijo como si eso lo apenara.

―Sentí como si te diera pena eso ¿No es la profesión que te agrada?

―Claro que si, de lo contrario no la tomaría, pero... bueno es que cuando digo que es la profesión que me apasiona, las mujeres suelen...

Tessa sonrió ahora con mas confianza y se acomodó el cabello tras la oreja.

―Tienes la apariencia de una estrella de cine y las mujeres te ven como el macho alfa, pero tu eres en tu interior un nerd ―rio sin poder evitarlo.

―¿Crees que parezco una estrella de cine? ―pregunto Lyon con tono pícaro _¿Nerd, en serio?

Tessa se dio cuenta de lo que dijo, se mordió el labio mortificada y desvió la mirada, poniéndose totalmente roja.

Lyon comenzó a reír mientras estacionaba el auto en la playa de estacionamiento de un pequeño centro comercial, que Tess no había notado en su travesía de esa mañana.

―Disculpa, no quería intimidarte ―le dijo Lyon bajando y apresurándose para abrir la puerta de su lado ―por cierto es probable que lo vuelva a hacer es que te ves muy bonita cuando te sonrojas.

Tessa se puso aun más roja de ser posible, mientras Lyon sonreía caminaba a su lado de camino al interior del local.

El centro comercial constaba de tres pisos, con escaleras mecánicas incluidas, había una pequeña fuente en el centro que vertía el agua al compás de un melodía que sonaba de fondo en todo el lugar, tiendas de ropa, comida, deportes y demás, había hacia los lados varios puestos de comida rápida donde estaban reunidos diferentes grupos de jóvenes, entre ellos, el grupo que Tessa había cruzado antes en la mañana.

―¡La nueva! ―escucho que dijo uno de los muchachos decía la mismo tiempo que se paraba justo frente a ella.

Tenia los ojos con una mezcla impresionante entre verde y azul, como si fuera un pedazo de mar, su cabello rubio oscuro estaba algo alborotado, llevaba una camiseta con el nombre de la universidad en color celeste y gris, unos pantalones de mezclilla color gris y un extraño tatuaje en uno de sus brazos, pero lo que más noto Tess, era su sonrisa, amplia y cálida, con dos filas de hermosos dientes blancos y sus pestañas... largas y espesas... era verdaderamente tan guapo que encandilaba, sin exagerar, inclusive su físico se notaba sumamente sensual y bien marcado bajo esa camiseta ajustada.

―Eres muy bella, aunque no lo note antes por como te vistes, ¿Como te llamas?

Tessa miro a Lyon, este no parecía nada contento por la repentina interrupción del desconocido, y ella se sentía incomoda por el modo en que el rubio la observaba, se sentía como un dulce y él, un niño ansioso por comerlo.

―Tessa ―respondió con tono bajo ―Tessa Watson ―repitió un poco más firme ahora, notando como los demás de su grupo se acercaban a ellos.

―Tessa Watson ―repitió el rubio a sus amigos ―¿Y tu? ―le pregunto ahora a Lyon.

―Lyon ¿ y tu amigo?.

―Yo soy Ethan, ellos son: Ariel, Eydha, Lenna y Dante ―los nombraba a medida que los señalaba.

Ariel era alto y delgado de cabello negro y mirada inquietante, Eydha era simplemente la versión femenina de Ethan, una belleza tan impresionante que parecía una modelo o algo similar, Lenna era la que llevaba el cabello recogido tenia una mirada aguda y una sonrisa cálida, una combinación extraña pero bella, y Dante, tenia rostro de niño bueno, pero estaba segura de que no era ni la mitad de lo que parecía.

A Tessa le pareció que ese grupo era de los populares, y eso la hizo sentir extraña, ya que por lo general los "populares" solían ignorarla o aún peor le hacían la vida imposible.

―Mucho gusto, emm... yo debo... ―hizo señas como si tuviera que avanzar hacia la tienda ―debo ir por los comestibles...

―Si, solo pasamos por aquí para hacer las compras ―apoyo Lyon.

―¿Son hermanos? ―pregunto Eydha ―porque no se parecen.

―No, somos vecinos ―contesto Lyon sonriendo ―por casualidad los nuevos acabaron juntos uno cerca del otro ―rio Lyon ―en fin, nos veremos en la bienvenida supongo ―les dijo, tomo a Tessa del brazo y se alejo hacia el lado opuesto al grupo que se los quedo mirando.

Mientras avanzaban y Lyon comentaba que esos chicos parecían simpáticos, Tessa volvió a sentir el impulso de virar la mirada hacia ellos, como si hubiera un imán que la atraía y que apenas lograba contener.

Apretó fuertemente las manos en puños controlando el impulso.

―¿Estas bien Tess? ―pregunto Lyon.

―Si, todo bien ―sonrió con disimulo, vencida por el fuerte deseo de volver la mirada.

El grupo de jóvenes se los había quedado mirando fijamente y eso le causo un fuerte escalofrió.

―¿Segura? ― insistió Lyon siguiendo su mirada.

―Si, te molesta si nos apresuramos, es que mamá se debe de preguntar donde me metí.

―Claro.

Hicieron las compras, y para cuando salieron se toparon de nuevo con el grupo de chicos, que justamente se subían a una camioneta alejándose del estacionamiento, y una vez más sus miradas se fijaron en ellos de manera penetrante.

El regreso lo hicieron en silencio, Tessa se había sumido en sus pensamientos sin siquiera haberse dado cuenta, perdida en las sensaciones que le quedaban cuando se cruzaba con esos chicos tan poco comunes.

―Gracias por la ayuda ―le dijo Tess recogiendo sus comestibles ―creo que... nos veremos en la noche.

―Si, hasta más tarde y...  cocina tu esta vez ―bromeo riendo.

―Si, descuida no necesitaremos bomberos ahora ―le devolvió la broma.

Entro a la casa, ya todo estaba limpio y su madre estaba recostada en el sofá de la sala con su libro en las manos, al sentir que entraba se levanto para ayudarla, mientras la observaba con suma atención.

―¿Que? ―pregunto Tess incomoda con su mirada.

―Cuéntame.

―¿Que quieres que te cuente?

―¿Como te fue con el bombón de la casa vecina.

―Me llevo hasta el centro comercial, ¿Sabias que había uno en el campus? Es muy practico, creo que hasta cines tienen, aunque no estoy segura, tenemos que ir juntas y explorar.

―¿Y?

―¿Y que? ―pregunto comenzando a acomodar los comestibles en las alacenas y en el refrigerador.

―¿Pero no paso nada más? ―insistió Dana parándose en frente de Tess cuando ella iba hacia un anaquel ―¿Te invito a salir, te pidió una cita... intento besarte?

―Mamá, tu en verdad eres la más extraña criatura del universo, se supone que deberías estar preocupada porque el es un chico guapo y joven, seguramente con las hormonas descontroladas, no incitarme a estar con él.

Su madre tan solo sonrió encogiéndose de hombros.

―¿Que puedo decir en mi favor? Solo quiero que mi pequeña experimente lo bello de la vida y que mejor que el amor.

Tess rodó los ojos poniéndolos en blanco, le puso todos los comestibles en los brazos a su madre y se alejo comenzando a preparar la comida.

―Eres el sueño de toda hija, madre, pero lamentablemente yo tambien soy el sueño de todo padre... al menos los que si están cuerdos ―le dijo riendo mientras cortaba las verduras.

Danae rio, acomodó todo en su sitio, se acerco a Tess, le dio un beso en la mejilla y luego se alejo de nuevo hacia la sala.

―Deberías aceptar si te invita a salir, dile que tienen la bendición de tu loca madre.

―Gracias mamá, es bueno saberlo...

*

*

―¿Que opinan de la nueva? ―preguntaba Ethan.

―No lo sé, me pareció insignificante ―contesto Eydha.

―Tu lo parecías también cariño hasta que comenzaste a estar con nosotros.

Eydha miro a Aleza, la pelirroja que acaba de entrar con cierto enojo.

―Creo que deberíamos consultarlo con...

―Deja a los adultos fuera de esto ―intervino Dante ―ya sabes como se pone tu hermano con este tema.

―Si eso es verdad ―apoyo Lenna ―es mejor que seamos nosotros los que nos encarguemos de investigar a los nuevos.

―No hay que descartar al chico, se veía tan... ―suspiro Eydha.

―A ti todos te parecen tan... ―se burlo riendo Ariel.

Eydha le saco la lengua colgándose de su cuello, para besarlo en la mejilla.

―Y tu eres muy celoso mi querido Ariel.

―Prepárense para la noche, tenemos que descubrir si los nuevos son parte de esto, tenemos poco tiempo, la luna plateada se aproxima y si llega antes de que encontremos a la vasija, todo sera en vano.

―Si, Ethan tiene razón ―replicó Dante ―una vida más así y me volveré loco.

―Todos lo haremos ―apoyo Lenna...

Continuara...

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