10

Después de esa incomoda reunión Tessa regreso a su casa esperando encontrarse con su madre pero se quedo petrificada cuando llegó a la sala y allí parado en medio de la misma, vio a un hombre alto de cabello castaño casi rubio, delgado que al verla sonrió y la estudio minuciosamente.

―¿Quien es usted y que hace aquí?

―Mi nombre es Raymond Roy, pero todos me dicen Ray ―sonrió mostrando una perfecta dentadura ―soy el tutor de Dante.

―¿Cómo entró?

―La puerta estaba abierta, llame pero...

―Esto es invasión de la privacidad, váyase o llamaré a la policía ―amenazo Tess tomando el teléfono que tenia a su lado y marcando el 91, lista para marcar el otro 1.

Raymond sonrió sentándose cómodamente en uno de los sillones, sin quitar los ojos de Tessa, analizándola.

―Tú madre y yo somos... buenos amigos.

―Jamás lo nombro.

―Bueno... es que hace un tiempo no nos vemos.

―Fuera de mi casa.

―Eres una jovencita muy madura para tu corta edad.

―Dije... fuera de mi casa.

―¡Tess cariño ya llegué!

Tessa miro de reojo a su madre y esta al hombre que estaba en su sala sonriendo, cómodamente sentado en su sillón.

―¿Que haces aquí Ray? ―replicó dejando su bolso en el suelo y clavando la mirada en él con cautela.

―Tu hija es preciosa Danae, muy parecida a tu esposo.

―¿Cómo entraste?

―La puerta estaba abierta ―le dijo Tess ― entonces el señor Roy se tomo la concesión de entrar sin ser invitado.

―Muy típico de ti Raymond.

―Oh vamos Dana, no puedes continuar molesta conmigo por lo que paso hace tanto tiempo.

―Vete Raymond, no eres bienvenido a mi casa.

―Ya escucho, fuera ―ordenó Tess.

Ray se levanto del sillón y ante la sorpresa de Tess, su madre la coloco detrás suyo, saco dos Sai* de su cintura y moviendolas con gran maestría, se encargo de dejarle en claro a Ray que no estaba jugando.
El intruso simplemente sonrió, se acomodó el cuello de la camisa y camino hacia la puerta sin prestar atención a Danae y mucho menos a sus armas.
Cuando se fue, cuando la puerta se cerro, Danae guardo las armas nuevamente en su espalda y giro a ver a su hija.

―¿Estas bien, te hizo algo?

―Estoy bien, pero... ¿Madre que fue lo que sucedió recién?

―¿Que te dijo Ray, te dijo alguna cosa?

―Solo que era el tutor de Dante y que deseaba conocerme ―miró a su madre con cautela ―ahora, podrías por favor decirme que fue lo que acaba de suceder.

―No confíes en nadie Tess ―le dijo su madre, caminando hacia la puerta y poniendo el cerrojo ―Solo confía en quienes yo te diga.

―La cuestión madre, es que tú no me dices mucho ―le recordó Tess inquieta por el modo en que su madre, revisaba toda la casa apresurada.

Solo cuando creyó que estaban seguras, se sentó en el sofá y miro a su hija directamente, señalando un sitio junto a ella. Tessa se sentó y la miro entre admirada por todo lo que estaba descubriendo sobre su madre y al mismo tiempo enfadada porque se lo oculto tantos años.

―Raymond y Mía son tutores, Ray de Dante y Mía de Aleza, la chica de cabello rojo.

―Esta bien ¿y que con eso?

―Ambos pertenecen al grupo de opositores.

―¿Opositores?

―Son quienes se niegan a permanecer en las sombras, ocultando nuestros poderes, ellos consideran a los humanos esclavos, son quienes desean gobernar imponiéndose sobre todos por medio del poder.

―Ya entiendo, tú me dijiste que estaban divididos en dos grupos, los que aún mantenían la palabra de los originarios y los que pensaban que liderar era mejor que ocultarse.

―Así es, y Ray es uno de los lideres de los opositores.

―Todavía no comprendo porque estaba aquí, ¿Que quería?

―Reclutarte, piensa que si te pones de su lado y eres la que puede abrir el portal...

―Tendrá el poder en ambos lados.

―Así es.

―Pero... ¿Entonces que sucede con Dante y Aleza? ¿Son opositores también?

―No, dejaron muy en claro que ellos no estaban interesados en el gobierno, ni aquí ni en nuestro planeta.

―Sigo sin comprender ¿Que impediría que los obliguen?

―La segunda regla primordial de nuestra raza, la primera ya la conoces, sobre escoger a la pareja desde el punto de la supervivencia.

―Si.

―El segundo es que no hay vuelta atrás cuando tomas una decisión, se crea como un lazo entre las comunidades, es imposible romper ese lazo, si tu tomaste la decisión de ser parte de los cuidadores.

―¡Cuidadores?

―Es el nombre que tenemos nosotros, porque intentamos cuidar a los humanos.

―Entiendo.

―Si tomaste la decisión de ser un cuidador, no hay nada ni nadie que pueda oponerse a eso, es una ley, ni siquiera ellos pueden romperla.

―Entiendo... eso creo.

―Hay ciertas decisiones, de gran relevancia, que son como hechizos mágicos hija, no se pueden romper una vez lanzados.

―¿Que sucede si te arrepientes, si deseas cambiar de opinión?

―No se puede, simplemente no se puede hacer.

―¿Eso quiere decir que si quiero cortarme el cabello, no podre arrepentirme después?

Danae sonrió acariciando la mano de su hija.

―Claro que no cariño, solo tiene que ver con decisiones que guíen el curso de tu vida.

―¿Y ellos dos escogieron ser cuidadores?

―Si, lo hicieron cuando descubrieron lo que sucedió con sus padres.

―Madre hay cosas que no tienen sentido, según dijiste los opositores son los que causaron la muerte de muchos niños, otros por lo que supe hoy fueron secuestrados e incluso los padres... ¡Mi padre fue muerto a manos de ellos! ¿Como es que nadie hace nada para evitarlo, apresarlos, castigarlos, lo que sea?

―Una ley lo prohíbe, somos seres muy atados a las leyes de nuestro planeta, aunque sabemos que ellos son la causa de nuestro dolor, no podemos apartarnos, es como esa unión de la que te hable, cuando sabes quien es tu pareja designada no puedes evitar sentir el llamado, pues con nuestra gente es igual, el modo en que fuimos... ¿Como decirlo?... Programados es así, necesitamos estar juntos como raza, como especie, es una unión que no se puede romper, aunque ellos... aunque ellos sean el motivos por el cuál estamos sufriendo.

―¿Entonces lo que quieres decirme es que debemos convivir con quienes asesinaron a nuestros seres amados?

Danae asintió.

―Ray... él fue quien mato a tú padre ―confesó después de unos minutos de pensarlo bien ―y yo evite verle la cara cuando me fui contigo lejos, necesitaba ponerte a salvo, lejos de él, pero falta poco para tu cumpleaños numero 21 y tú tienes que estar con el grupo de niños al que perteneces... tuve que regresar, tuve que traerte de vuelta.

―Madre... esta universidad es más de lo que aparenta ¿Verdad?

―Este sitio a sido por muchos siglos nuestro punto de reunión, podemos separarnos por años, pero cuando el llamado se acerca, simplemente algo te impulsa a regresar, cuando tu padre y yo nos casamos nos juramos que nunca volveríamos, eramos tan jóvenes, tan inocentes los dos, pensamos que estar alejados seria sencillo pero cuando estabamos por cumplir la edad indicada todo se complico, y tuvimos que regresar a la fuerza, entonces cuando recibimos nuestros poderes y a nuestro huésped, volvimos a intentarlo, fue cuando el caos se desato aquí, fue cuando tu padre murió y yo tome la decisión de marcharme lejos contigo, pensando que podría permanecer así siempre, pero...

―Tuviste que regresar por mi, por todo esto que esta por suceder, porque cumplo los 21 años en poco tiempo ―concluyó ella la frase.

―Si.

―Madre esto no puede continuar, debemos buscar hacer justicia, no se puede vivir prácticamente bajo el mismo techo que los asesinos de nuestra propia gente.

―Lo sé y pronto tendremos una oportunidad para buscar esa justicia que tanta falta nos hace.

―¿A que te refieres?

―Una única vez cada cierta cantidad de tiempo, todas las reglas de nuestra gente quedan totalmente anuladas, se llama día Cero, es cuando podremos hacer que Ray y los que lo siguen paguen por tanto daño.

―Cuando.

―El mismo día que tu cumples los 21 años hija, cada cien años un día se vuelve el día en que todos los que tenemos cuentas pendientes buscamos cobrar las deudas del pasado, por siglos nuestra raza a tolerado incluso el genocidio de millones de los nuestros por ser pacifistas y estar atados a una doctrina en la cual no es correcto buscar justicia, venganza o el resarcimiento de las penas causadas por nuestra misma raza, solo ese día podemos hacer algo, solo ese día no seremos juzgados.

―Pero, no entiendo, una vez más hay algo contradictorio en eso, ¿Acaso no fuimos atacados por Medusa tan solo ayer? No pertenece a nuestra raza ella también, de alguna manera repugnante y retorcida debo admitir ―dijo Tessa algo asqueada.

―Si, pero esos pocos que se separaron de nuestra forma de vida, ya no pertenecen de algún modo a nosotros, ya no tienen el vinculo que nos une.

―Espera ¿y eso como lo lograron?

―Convirtiéndose en opositores, pero sobre todo negando nuestra existencia y rompiendo el lazo de unión que todos los de nuestra raza tienen desde el mismo día de nuestro nacimiento.

―Pero... ¿Como, como lo hicieron madre?

―Solo se puede lograr de un modo.

―¿Cuál? Madre, ¿No lo ves? Ellos encontraron el modo de ser libres, de poder escoger con quien estar, donde vivir... dime como madre, dime para poder hacerlo también.

―Asesinando a su progenitor, ellos han tenido que asesinar a sus padres o al menos a uno de ellos, ese es el costo de su libertad Tessa.

Tessa se paralizo al escucharla decir eso, no podía ser más cruel el destino, porque para ser libre tenían que hacer lo único más doloroso y horrible del mundo. Miro a su madre, le sonrió y luego acaricio sus manos con afecto.

―Descuida madre yo jamás pagaría un costo tan alto por mi libertad, prefiero ser mil veces presa de este destino de imposición, antes que permitir que algo te suceda.

―Lo sé cariño, lo sé.

―¿Los demás saben sobre todo esto? ―pregunto entonces para cambiar un poco el rumbo mórbido y lúgubre que había tomado la conversación.

―Si, todos saben cuál es el costo.

―Ahora entiendo muchas cosas.

―¿Que cosas cariño?

―Pués la actitud de algunos como por ejemplo Xavier y Aleza.

―Xavier a sufrido mucho la distancia con su compañera, es casi imposible resistir cuando llegas a la edad adecuada y sientes el llamado, duele cada segundo lejos del ser que es tú compañero, es casi como si te clavaran algo filoso y punzante en el pecho.

―¿Como hacen para resistir eso? Papa murió y tú continuas como si nada, incluso Xavier se ve normal, pero tú dices que es doloroso.

―En mi caso es como si una parte de mi se hubiera dormido, como cuando te sientas sobre tu pie y no lo sientes después, hay un hormigueo si pero no lo sientes, en el caso de Xavier... pués no sé como lo tolera hija, créeme, es doloroso al extremo.

Tessa no pregunto más, recordó la manera en que Aleza lo miro, el rencor que sintió en sus palabras cuando le reprocho no volver la mirada hacia otras mujeres y también recordó lo vacíos que estaban los ojos de Xavier cuando hablo de su pareja destinada. Se pregunto entonces, si Ethan era el destinado para ella ¿Le dolería también apartarse de él? ¿Podría tolerar eso? ¿Y escoger a uno condenaría al dolor constante al otro?

Por primera vez, sintió el peso de la responsabilidad que significaba que dos de las vasijas estuvieran pendientes de ella, si escogía a Lyon condenaba a Ethan, si escogía a Ethan entonces condenaría a Lyon, fuera como fuera, ella seria la verdugo de uno u otro y eso no le agradaba.

Continuara....

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