→ 21. «This is not a goodbye, it's a see you soon»
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...
***Narra Bella***
Me sentía terriblemente culpable por todo lo sucedido, pero ya no había marcha atrás. El daño estaba hecho.
Luego del incidente, decidimos que era buena opción ir a la mansión Salvatore y conversar para cerrar ese ciclo.
Me encontraba de espaldas al sillón del living, observando por la ventana alguna cosa que llamaba mi atención, sin embargo, la culpa de haber herido a Damon me carcomía e inevitablemente pensaba en eso. Sentí unos pasos acercarse, por lo que suspiré pesadamente esperando lo peor.
—¿Cuándo sucedió esto? —preguntó Damon con su típica voz, aunque esta vez se oía debilitada.
Bonnie se había ido a reencontrar con Elena y Stefan para ir en busca de Rebekah, quien seguía desaparecida por alguna razón.
Cerré los ojos levemente y giré sobre mis talones para observarlo de frente. Ante su obvia pregunta encogí los hombros sin saber que responder, ni yo misma sabía cuándo se había desatado toda aquella confusión.
—Bella... —esperaba una respuesta. También lo necesitaba.
—No lo sé... —respondí con voz baja—, no sé que estoy haciendo, ni lo que digo. No estoy segura de nada...
—Eso no fue lo que me aseguraste hace unas horas —acortó proximidad y se acercó a paso lento. Dejó el vaso con bourbon sobre un mueble y preguntó: —¿lo amas?
Un gran e inexplicable nudo se formó en mi garganta, deseando que aquello hubiese sido un mal sueño y no la realidad, pero ya era tarde.
—¿Qué? —evidentemente me sorprendía que fuera él quien me preguntara eso. Ya había pasado demasiado con su hermano, y claramente este no era su karma.
—¿Lo amas? —reiteró la pregunta de la misma forma.
—No lo sé..., es decir, no... —contesté con dificultad. —No lo amo, pero logró confundirme —aclaré. —Al principio fue culpa de la compulsión, pero después que la quitó... en realidad, no sé —él asintió levemente con la cabeza.
—Entiendo... —bajó la mirada con decepción. —No tengo nada más que hacer aquí. Haz hecho tu elección —lo miré sorprendida ante su tan calma reacción.
—¿Qué dices? —sacudí la cabeza negando reiteradas veces. —No. No he dicho que quiero estar con él, Damon.
—¿No?
—Por supuesto que no.
—¿Estás segura de eso? —se cruzó de brazos con arrogancia. —La historia se vuelve a repetir, Bella. Tal y como tú misma lo contaste.
—Damon, no... —interrumpió.
—No quiero herir a nadie más —comencé explicando, mientras él volteaba dándome la espalda.
—Toma una decisión, y cuando estés segura de lo que sientes me buscas. Si no, tomaré eso como que no quieres saber nada más de mí y me perderás para siempre.
Sin dejar que le respondiera salió a velocidad vampírica de la habitación. ¿Era broma? Quería que eligiera entre él o Niklaus. La elección no era difícil, pues estaba segura que estaba enamorada de Damon, pero a Niklaus... ¿qué sentía realmente por él?
Me maldije una y mil veces por todo lo que he ocasionado. Me daba impotencia no poder haber hecho nada para contrarrestar todo.
Tomé una bocanada grande de aire, y me dispuse a salir de esa mansión. No quería tener que saber más de los Mikaelson por un largo tiempo, no quería sentir su aroma ni tener recuerdos de ellos. Necesitaba dejar todo atrás.
(...)
Habían pasado dos días desde que había tenido el último encuentro con Niklaus y Damon. De este último no había sabido nada y tampoco había sido capaz de escribirle ni llamarle, me daba temor.
Por otro lado, logré entablar una conversación 'seria' con mi madre, pues le expliqué lo que pasaba en mi cabeza y lo que sentía realmente mi corazón. Claro, le omití algunos detalles, pero al final me aconsejó.
—Hija, debes dejar que tu corazón sea el que decida. No pases por alto la relación que estabas manteniendo con el chico, por algo estaban juntos ¿no?
¡Ash! Odiaba que siempre tuviera razón, me conocía como nadie.
Además, con tanta cosa en la cabeza, había olvidado llamar a mi padre, claro que cuando lo intentaba llamar estaba ocupado. Creo que estaba en una "misión" o algo así con la Sheriff, mamá de Caroline en otro Estado.
Pero como todo lunes, había que volver a la realidad, sí, al instituto. Sin ánimos ni motivación, me levanté como siempre, me duché e hice mi rutina.
Tomé las llaves de mi camioneta y conduje hasta el instituto, ahí me recibían mis amigos, excepto Damon.
—¡Qué bueno es verte bien otra vez! —Alice se acercó y me enredó entre sus brazos. Lo necesitaba.
—Me... asfixias... —dije con dificultad.
—¡Lo siento! —una sonrisa se formó en sus labios. Nos separamos. —Es solo que... te extrañamos, Bella —le dediqué una leve sonrisa.
Por detrás aparecían Caroline y Bonnie, quienes se acercaron para darme su apoyo sin saber todo con certeza. La rubia me tomó por el brazo alejándonos de los demás y me preguntó:
—¿Cómo estás por lo de Damon? —en voz baja. Levanté los hombros omitiendo responder algo de lo que me fuera a arrepentir. —No me gustaría estar en tus zapatos. Pero sé que lo solucionarás —me dedicó una sonrisa.
¡Qué difícil era convivir con todo lo que sentía! Quería que todo terminara pronto, pero estaba contra reloj. O iba a ser el final de todo.
Al instante llegan Stefan, Elena y Jacob. Me daba alegría ver que se llevaran bien Jake con Caro, hacían una linda pareja. Idea mía, claro... nadie sabía lo que pasaría entre ellos, ni en cómo terminaría todo. Por el momento, se conocen.
En acto seguido caminamos a nuestros casilleros, lo abrí y tomé un par de libros para la clase que nos tocaba, pero una pequeña nota cayó cuando saqué uno de mis libros. La recogí sin dar señales de sospecha y la leí con precaución.
"No me puedo ir sin despedirme de ti, te espero a medio día en el bosque. —N.M."
No le conté absolutamente a nadie, no quería que el rumor se extendiera y que luego alguien le contara a Damon. Puede haber malos entendidos.
La clase terminó y me dispuse a ir al bosque, no sin antes inventar la excusa de que estaba cansada y que quise ir a casa pronto.
Me despedí de los chicos y conduje con mi camioneta al lugar en dónde Niklaus me señaló en la nota.
Bajé y cerré la puerta por detrás. Caminé acomodando mi abrigo y buscando con la mirada al híbrido.
¿Dónde estás? Pensé.
Me mantuve fija observando hacia el frente, pero oí las hojas del piso sonar, sin voltear aún escuché la voz de acento británico.
—Viniste —su expresión de alegría me impactó. Creí que con lo sucedido ya me odiaría.
Suspiré y decidí voltear. Quedamos frente a frente, tan cerca que su respiración se cruzaba con la mía.
—Niklaus —murmuré en voz baja. —¿Qué quieres?
—Quiero que seas honesta conmigo —su respuesta me confundió. Se oía demasiado seguro de lo que pretendía obtener de mí.
—¿Sobre qué? —fruncí el ceño a medida que apretaba mis labios.
—Quiero que seas sincera, me digas que sientes y qué deseas de mí. Si pretendes que me quede a tu lado o simplemente que me aleje de ti. Cualquier decisión que tomes la aceptaré —terminó por decir.
Me quedé en silencio unos segundos sin saber qué responder.
¿Ahora debía hacer mi elección? Bien, si es así... tomé una bocanada de aire y aclaré la garganta.
—Estoy por terminar mi último año de instituto. Tengo planes a futuro, estudiar en una Universidad y cosas que quiero, y en ninguna de ellas te implican a ti..., bien, ninguna —mi respuesta fue clara.
—Eso quiere decir que... —interrumpí.
—Sí, quiere decir que te dejo ir... Quiero estar con Damon, Niklaus. Por nada dejaré este pueblo para abandonar a mi padre, eso jamás. Eres el enemigo, no puedo liarme contigo.
—Lo noto —dijo de inmediato, oprimiendo una leve sonrisa.
—No. No lo haces. Porque si cubro nuestra conexión con enemistad, es porque sí me odio a mí misma, por la verdad, porque me confundes y daño a otra persona que quiero de igual manera, así que promete que te irás y jamás volverás, entonces, bien. Voy hacer honesta contigo. Seré honesta contigo sobre lo que quiero... —hice una pausa y lo miré fijamente—, quiero que te alejes.
Asintió.
—Me iré y no regresaré. Lo prometo.
—Bien —me acerqué a él y sin pensar en las consecuencias, lo besé. Fue un beso con pasión y sentimientos que pensé que no sentiría jamás por una persona como él, pero demostró que puede ser distinto.
Ambos sonreímos. Esta sería nuestra despedida.
Nos separamos para tomar aire.
—¿Este es el adiós? —pregunté con nostalgia. No podía negar que me afectaba, pero claramente era la elección correcta.
Quería más a Damon, por sobre todas las cosas y errores que cometiéramos.
—No —me sonrió. —Esto no es un adiós, es un hasta pronto. New Orleans es mi destino —besó mi frente y desapareció ante mis ojos. Sé que no lo volveré a ver en mucho tiempo, pero siempre estará la especial conexión que formamos.
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