→ #10; La maldición de los Herejes.
Lamento la demora, pero, tenía una confusión de ideas, que finalmente resultó en esto! Así que, sin más, les dejo el capítulo y que lo disfruten. :)
AVISO DE UTILIDAD PÚBLICA;
Ethan solo será nombrado en este capítulo, pero espero que ya en el próximo pueda tener un contacto más directo con nuestros personajes c:
Buenas noches.
...
---Actualidad.---
***Narra Damon***
Por alguna maldita razón sigo aquí, encerrado entre estas cuatro paredes grises, sin entender por qué.
Sin fuerzas y sin ganas de seguir luchando por mi vida, pero eso es lo de menos. En este momento tengo mis pensamientos con otra persona, y nuestra conexión es nula, no puedo rendirme, debo saber que Bella se encuentra bien. Después de ese día que la encontré tirada en el piso le pregunté si en verdad me recordaba o era su subconsciente que no la dejaba hacerlo. O tal vez fue alguien con un mayor poder como los malditos herejes que la hicieron olvidar por completo quién era. Puede que en una parte de mi frío corazón siga pensando en Elena, y me gustaría que apareciera, pues desde el día en que pasó todo el caos, dejó una nota para Stefan y no ha vuelto desde entonces, por lo que he intentado despegarme de sus recuerdos que finalmente me terminaron por destruir.
Por ahora intento pasarlo bien con chicas, saborear lo que más amo en esta vida; la sangre humana y el Bourbon. Rubias, morenas, todas sirven para la ocasión, no hay distinción. A pesar de mis sentimientos hacia Elena, me molesta, me irrita y me dan ganas de arrancarle el corazón con mis propias manos a Ethan. Sí. El maldito que me quitó el corazón de Bella y de sus recuerdos. El mismo que la enamoró con sus estúpidas clases de cortesía y buena presencia.
¿Por qué?
Si no debería... ella está feliz, pero con el simple hecho de que haya dicho que no me recuerda creó una duda que no ha parado de crecer desde entonces.
Intenté conversarlo con Caroline, pero es caso perdido. Dice que ya no me ayudará más con su mejor amiga, porque la ve mucho más alegre y radiante que antes, sobre todo cuando estuvo conmigo. Y Bonnie, bueno... me dijo que hará lo posible para que pueda conversar con ella, pero no promete nada.
Así que, sí. Estoy completamente perdido, y preparado para morir. Pero no puedo hasta saber que ella esté bien, hasta escucharla decir que ya no me ama desde sus labios o hasta que alguien decida asesinarme con una estaca en el corazón.
Es una sensación extraña la que siento dentro de mí, por una parte siento que debo protegerla, pero por otro que debo dejarla ir y ser feliz, que ya no sea un problema para ella, pero algo se interpone, y no quiero. Simplemente no quiero alejarme de Isabella y verla feliz con Ethan, me da náuseas de solo pensar en ello. Solo por el hecho de saber que tiene novio, lo mataría frente de sus propios ojos para que se dé cuenta que él no es la mejor opción. Que hay mejores, como yo, por ejemplo. Pero es algo que absolutamente no admitiré frente de ella, menos después de haber dicho que no sabe quién soy.
Ahora... El por qué estoy encerrado con esta maniática. Es simple... quise tener otra de mis noches de placer, pero al parecer quedó obsesionada, y desde entonces no ha parado de seguirme a dónde voy, y eso incluye Whitmore.
Puede que ahí me haya visto con Bella, la vez que fui en busca de BonBon para realizar un hechizo de localización, y eso conllevaba a Elena. Tal vez, mi querida madre Lily le habló sobre Stefan y de mí, aunque dudo que hayan sido los mejores recuerdos, puesto que nos abandonó cuando Stefan era apenas un niño y a mí jamás me quiso. Y hace un par de semanas atrás volvió, sin saber que aún seguía viva me pilló por sorpresa, y estuve a un segundo de romperle el cuello por sus incoherencias, pero gracias a mi santo hermano Stefan, no lo hice. Aunque ganas no me faltaban.
Lo peor de todo, es que no ha venido sola, sino, que junto a sus adoptivos 'hijos' como ellas los denomina; Valerie, un viejo amor de Stefan; Mary Louise, una psicópata capaz de todo con tal de obtener más poder, Beau, y mi querido padrastro; Julian. Oh, cierto y la loca despechada de Nora, la misma que me tiene encerrado desde hace dos días. La puerta empezó a crujir, lo que significaba una sola cosa; Nora venía dispuesta a torturarme si es que no le decía que estaría con ella, y eso me sacó de mis pensamientos haciéndome reaccionar por completo.
Estoy cansado, sediento, con ganas de estar bajo la regadera por horas para sacarme este maldito olor a loca, y de ir en busca de Isabella.
¿Por qué decidió alejarse tan pronto de Mystic Falls? ¿Por qué no simplemente vuelve por su padre? Sabiendo que estamos todos en peligros si los herejes siguen en el pueblo.
- Damon, te traje tu dosis diaria. – La oía a lo lejos por el maldito aneurisma que me causó horas atrás, y por la debilidad de mi cuerpo. – Ahora ya sabes que dolerá, pero... -
- No. – La interrumpí con rapidez y con voz casi inaudible. – No te amo, entiéndelo. No me agradas. Y aunque fueras la última mujer en el mundo, no estaría conmigo. – Levanté mi cabeza con cautela y le dediqué mi sonrisa torcida, haciéndola enfurecer más de lo que estaba.
Se acercó a paso rápido y en un momento sus tacos dejaron de sonar en el piso, la miré directamente a sus grandes ojos y me devolvió la sonrisa, pero de pronto sentí un frío líquido recorrer mis venas, ardía como la mierda, y supe que me había inyectado verbena por milésima vez.
- No te irás, Damon. – Acercó su cara 'angelical' a mi rostro y lo tomó con ambas manos para que la mirase directo a los ojos. – No te moverás de aquí, bueno... ya nadie puede. – Empezó a reír fuerte y con ironía.
Sus ojos transmitían maldad, y que algo no andaba bien.
¿Por qué dijo aquello?
Mojé mis labios, y respiré profundo para hablar con dificultad.
- ¿Qué hicieron? – Encogió sus hombros, y soltó mi rostro.
- Bueno, te lo diré solo porque no puedes salir de aquí, amor. – Empezó a caminar a mí alrededor con sus manos entrelazadas. – Mientras tú dormías como un bebé anoche, mis hermanos y yo, hicimos un hechizo para este hermoso pueblo, ¿No ves que somos generosos? – Sonrió, y caminó hasta quedar a mi espalda, para agacharse y hablar en mi oído. – Eso quiere decir que nadie podrá salir, ni entrar a Mystic Falls. ¿No es divertido? Para el vampiro que quiera entrar o salir simplemente se quemará con el campo que creamos en el límite del pueblo y finalmente morirá. Así que si piensas que tu adorable Isabella o sus estúpidas amigas vendrán a salvarte estás equivocado. – Caminó otra vez, pero para quedar frente de mí. - ¿Entiendes? –
La miré desafiándola. Pero no ha pensado en que aún tengo a Stefan, quién siempre tiene un plan para venir en mi ayuda.
- Oh, casi lo olvido. Stefan tampoco podrá venir... digamos que está ocupado con temas del pasado. – Hizo una mueca. – Así que, ahora todo está en tus manos. O estás conmigo, o no estás con nadie. –
Es una arpía y despechada con todas sus letras. Me secuestra, amenaza, me tortura y me pide que aun así la prefiera, no, no, no. Está muy equivocada, pero debo tener un plan B para actuar si es que quiero salir vivo de aquí.
- Te dejaré esta noche para que lo pienses. Volveré temprano por la mañana, y si veo que no aceptas mi propuesta, me pondré muy triste. ¿Sabes lo que hago cuando estoy triste? Asesino gente inocente, incluyendo policías. – Guiñó su ojo para despedirse con la mano y desvanecerse en la oscuridad de la puerta.
Charlie, no. Isabella no me lo perdonaría, no sabiendo que si a su padre le ocurre algo es por culpa mía.
Maldición.
Estoy contra la espada y la pared.
- De-bo sa-lir de a-quí... - Murmuré a regañadientes, intentando soltarme de las cuerdas con verbenas que cada vez dañaban más mi piel. –
Cuando finalmente creí haberlo logrado, la puerta se abre por segunda vez en la noche y una silueta femenina se hizo notar.
Ahora sí estoy muerto, pensé.
Cerré mis ojos respirando profundo, esperando mi ansiado final. Sabía que si Nora me veía siquiera intentando escapar me mataría, de eso estaba seguro. Pero al sentir que aún seguía respirando, abrí lentamente los ojos y una cabellera negra se hacía presente frente de mis ojos. Acercándose más hasta llegar a mis pies.
- ¿Qué diablos? – Pregunté sin darme cuenta de quién era realmente. Pero luego reaccioné. Ese collar, yo... yo la conozco. – Elena. – Intenté sonar indiferente y dolido. Aunque no niego que me puse feliz de verla, sobre todo cuando era ella quién me estaba desatando para escapar. –
- Démonos prisa. – Susurró cuando terminó por desatar mis pies. – Nora nos podría oír y eso no nos salvaremos. –
- Pero, ¿cómo? – Pregunté impactado. ¿Por qué me salva? ¿Por qué no está con Stefan? Son tantas preguntas que tengo en mi mente, y que ahora no pueden ocupar espacio. Debo pensar con la cabeza fría, pero ella no ayuda en mucho. - ¿Cómo entraste? –
Levantó la vista, y sonrió levemente. Se puso de pie y caminó para desatar mis manos. Cuando finalmente me encontraba libre, sobaba mis muñecas por el horrible dolor que esas cuerdas provocaron en mí.
- Eso no importa. – Encogió sus hombros sin importarle. – Ahora debes salir de aquí, antes de que te vuelva a encontrar. –
- Lo hará, Elena. Sabes que lo volverá hacer... y tú... - Soné preocupado. Es inevitable no estarlo, ella fue una persona importante para mí, pero ahora solo puedo pensar en Bella. –
- Descuida, estaré bien. Ve, Damon. Isabella te necesita. – Dijo finalmente. Jamás pensé que diría eso, tal vez se dio cuenta de sus errores e intenta corregirlos, sobre todo si en algún momento su amistad hacia ella fue verdadera. –
Asentí con la cabeza y expresión seria. Estaba dispuesto a salir de esa maldita habitación, pero antes giré y hablé una vez más.
- Gracias. – Articulé frío y distante, para salir rápidamente de ahí. –
Me tenía en una especie de sótano, de una casa aparentemente abandonada en mitad del bosque. ¿Cuál es el gusto de la gente encerrar a personas en el bosque?
Una vez que salí de la casa, me asomé con cautela sin ser observado por nadie. Cuando me aseguré de ello, corrí con todas las fuerzas que me quedaban, para ir en busca de comida. Si me alimento, podré estar fuerte y poder ir en busca de Stefan, y así recurrir a Bella.
Hasta ahora me doy cuenta lo mucho que he perdido durante estas últimas semanas. Perdí a la única persona que realmente le importé en mi maldita vida, y yo solo la desperdicié. No la supe valorar... y es ahora cuando me doy cuenta de todo lo que he hecho, me doy cuenta de todo lo que he perdido una vez que está todo tan lejano de mí.
La única forma de poder reunirme con ella y saber que está bien, es hacerla ir al límite del pueblo, pero corro el riesgo de ser visto y volver a caer en manos de Nora.
¿Qué diablos haré ahora? ¿Stefan estará en condiciones de poder ayudar?
Bella, Bella...
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