→ 08. Black & White


**Narra Bella**


De los dos años que llevaba en el instituto jamás había asistido a una fiesta de tal magnitud, ni siquiera asistía a fiestas. Esto era todo nuevo para mí. Estaba excelentemente decorado, desde los invitados hasta el cóctel, detalles exquisitos.

La casa de Tyler era espectacular, por supuesto, no podía ser de otra forma. La temática era blanco y negro. Me gustaba la idea de venir vestida con ropa cómoda de ambos colores, pero no iba a ser la chica "mala", es por eso que escogí un vestido strapless pegado al cuerpo de color blanco, no demasiado largo, pues llegaba a mis rodillas; junto a unos lindos zapatos de taco alto, blancos también.

Recogí una parte de mi cabello a un lado, y por el otro suelto con ondas. Sencillo pero lo bastante formal. Me maquillé sutil con un labial fucsia y sombra color carne.

Con las chicas habíamos decidido que era mejor que llegáramos por separado de los chicos. Bonnie y Elena, fueron de negro, Caroline y yo fuimos las únicas de blanco, y no niego que les queda de maravilla ese color.

En fin.

Una vez dentro de la mansión, las chicas se fueron con sus respectivas "citas", y yo, estaba sola con una copa de vino en mis manos, esperando a alguien que sabía que no iba a asistir.

Sin querer conscientemente, lo busqué en más de una ocasión con la mirada, recorrí cada rincón del lugar, pero no había nadie familiar con sus características.

—¿A quién buscas con tanto esmero? —preguntó una voz familiar, logrando erizarme el cuerpo ante su repentina aparición.

—A nadie —mentí sin voltear a verlo directamente, aun sabiendo que era él.

—¿Segura? —el azabache acortó proximidad entre ambos, y se paró en seco frente a mí. —Pensé que esperabas por mí —bromeó. —Ya sabes, soy tu cita —me guiñó el ojo.

—Cierto, lo había olvidado por completo —dije con tono sarcástico. —Pero no es porque yo quisiera, era solo para venir y aceptar la invitación de las chicas —comenté incómoda.

—Por las razones que sean, estás acá y es lo único que cuenta —de repente, extendió su mano. —¿Bailas? —preguntó con una extensa sonrisa. Solo me dediqué a observar su mano sin saber qué responder. No sé qué responderle.

Me dejó estupefacta su repentina reacción, pues no pensaba que Damon supiera mover ambos pies sin pisar el de su pareja.

—Ok —acepté su mano con gusto. —Pero no me hagas pasar vergüenza —advertí. Ambos sonreímos a la vez.

Nos acercamos al centro de la pista, y justo en ese momento —como si fuera un horrible cliché—, comenzó a sonar un vals, para mi suerte no me quedó otra opción que comenzar a bailar con él.

No emitíamos comentario alguno, solo bailaba abrazada del cuello de Damon, observando a mi alrededor sin un punto fijo en particular, mientras él sostenía de mi cintura firmemente.

Era un silencio cómodo, pero sinceramente no quería que esto acabara. Aunque para mí mala suerte, la paz no dura mucho.

—¡Chicos, es Elena! —llega agitado y preocupado Stefan.

—¿Qué sucedió? —pregunté asustada.

—Es Niklaus... la tiene —afirmó agitado. —Me dijo hace un momento atrás que iba al tocador y no volvió más, tengo miedo de que le haya pasado horrible. No se puede confiar en un Mikaelson, mucho menos en él.

—Tranquilo, hermano —Damon colocó su mano sobre el hombro de Stefan para contenerlo, aun así, el ojiazul parecía mucho más preocupado. —Iremos por ella —dijo con seguridad.

Su rostro se transformó rígido, y sus facciones se tensaron. No recuerdo haberlo visto de aquella manera, tan asustado y con miedo en sus ojos, es como si le importase más de lo que debiera, y algo en mí me decía que esto no iba acabar bien.

—Es mejor separarnos —dije saliendo del trance y de tantas interrogantes que tenía en el momento. Un nudo en mi garganta me apretaba con fiereza, pero aun así tenía que disimular. Ellos asintieron.

No tardaron más de dos segundos e ir tras ella como verdaderos perro falderos tras su sabueso, pero eso no debía importarme, no ahora.

Respiré profundamente y seguí mis instintos que me llevaban a Elena, directamente al enorme patio trasero de la mansión completamente iluminado y bien decorado.

Me detuve un momento a contemplar tal exquisitez desde el balcón, me apoyé levemente en él y a lo lejos distinguí una silueta de lejos, bastante similar para mí gusto. Enfoqué la vista y poco a poco comencé a bajar las escaleras sin apartar la mirada, no había duda. Era ella.

—Jane —la llamé a viva voz, percatándome que nadie más a nuestro alrededor se diera cuenta. La rubia me miró fríamente con sus rojos ojos, sonrió levemente y se fue en un cerrar y abrir de ojos.

¡Maldición!

—Esto no puede ser —mascullé entre dientes, lo bastante bajo para que nadie con buen oído vampírico lo hiciera.

Cada vez están más cerca de mí y eso me preocupa, y cada vez que pienso que estoy "a salvo" algo sucede.

Debo estar más alerta que nunca. Por lo mismo, me quedé paralizada unos minutos en el mismo lugar en el que había visto a Jane, todo esto me perturbaba y temía por Charlie. Giré sobre mis propios talones y dirigí la vista hacia el balcón, al volver a voltear alguien tocó mi hombro repentinamente y lo primero que reaccioné fue a defenderme lanzándolo al suelo.

—Auch —se quejó. —Eso dolió —se tomó el brazo sin ponerse de pie.

—Perdón —me disculpé extendiéndole mi mano para ayudar. —No sabía que eras tú, Damon —intenté sonar lo más tranquila posible. —¿Y Elena? ¿Ya la encontraron?

—Sí, para eso venía —comenzó a informar, logrando ponerse de pie. —Logró escapar de Klaus con ayuda de Elijah, más no sé —sacudió su esmoquin. —¿Y tú porqué reaccionaste así? ¿Te hicieron daño?

—Vas a pensar que estoy loca o ebria, pero estoy segura que vi a una chica que es integrante de los Vulturi.

—Podría pensar que estás loca, pero... —bromeó. Le pegué un codazo en su brazo.

—Qué gracioso.

Él sonrió.

—Fuera de bromas... ¿Estás segura? Digo, acá hay demasiada gente como para que logren hacer algo.

—Lo sé, no quieren quedar expuestos. Pero ya saben dónde estoy. Y también saben que ustedes existen, por lo que no dudarán en dañarlos si es necesario con la intención de tenerme a mí —expresé con miedo.

—Eso no pasará, tranquila —intentó calmarme. Sentí su mano sobre mi frío brazo, sin poder saber qué responder, él continuó. —Pero lo que no dejo de entender es por qué te necesitan, jamás nos has dicho.

—No me creerán.

—Claro que sí, en Mystic Falls todo es posible.

Sonreí sin gracia, pues era gracioso oír eso cuando venía de un pueblo de similares características.

—Ustedes no son como nosotros.

—Aquí nada es como nosotros pensamos —guiñó el ojo, haciendo que mis mejillas comenzaran a sentir calor.

—Bien... promete que no te burlarás —él asintió con las manos en señal de paz. Suspiré. —Los vampiros de nuestra "especie", tienen algo así como "poderes" —a esto último hice las comillas con los dedos. Damon sonrió levemente incrédulo. —¡Ves, te dije que no me creerías! —bufé cruzándome de brazos. —Pierdo el tiempo contigo —comencé a retirarme hasta que Damon utilizó su velocidad vampírica para alcanzarme.

Tomó de mi brazo y me giró a su dirección, encontrándome lo bastante cerca de él.

—No es eso, es solo que no me acostumbro a que un vampiro tenga "súper poderes" y cosas así —se defendió. Entrecerré los ojos con evidente molestia, pero dejé que continuara. —¿Y qué clase de poderes tienes? —se puso serio.

—Con mi mente creo un campo de fuerza —continué explicando. —Jane, la chica que te vi es una de las más poderosas de la familia Vulturi, ella tiene la capacidad de inducir un paralizante ilusorio y dolor en las mentes de otras personas, pero yo puedo evitar eso —calé aire profundamente. —Digamos que es como su "amigo" Klaus —dije en tono irónico. —Con la gran diferencia que es mitad vampiro, mitad bruja, ¿mee comprendes?

—Sí. Pero debes estar tranquila. Sabes, ahora que Elena está a salvo, Caroline con Bonnie la están pasando bien en la fiesta, creo que deberíamos volver y terminar lo que estábamos haciendo ¿te parece? — rodeé los ojos, porque claro que hablábamos de un tema importante, y también sabía que él intentaba animarme, así que terminé accediendo.

—Vamos —sonreí.



.



Bailamos durante casi toda la noche, no dejábamos de conversar y reírnos cada vez que nos mirábamos. Realmente la pasé bien. Aunque, podía notar que Elena no dejaba de observarnos con frialdad y enfado, al igual que yo Stefan pudo notar esa incómoda sensación, y agradezco tener buen oído, puesto que de lejos logré oír que la recriminaba.

En un momento de la fiesta ya estaba agotada, así que le pedí a Damon que fuéramos a tomar un poco de aire, no sin antes lograr beber un poco de whisky.

Él me sostuvo de la mano con seguridad, y lo único que mi cuerpo respondía era a observarlo detenidamente. Me sonrió y caminamos en completo silencio a uno de los tantos balcones que había en esa mansión.

Estuvimos conversando de nuevo sobre la vida. Me contó un poco de su pasado "mujeriego" y en cómo había cambiado cuando estuvo con Elena, después de su relación se había vuelto más "normal".

Dice que ahora busca a la persona indicada, que quiera estar hasta la eternidad con él, —a veces me sorprendo de lo cursi que puede llegar a ser el Salvatore mayor. Pero de cierta forma me agrada—.

Al parecer nos habíamos pasado un poco de copas, pues nos reíamos por absolutamente todo, hasta de lo más ilógico y básico. Realmente la pasé muy bien con él, pero para coronar la torta como se dice informalmente, no podía faltar lo más importante...

De un momento a otro nos quedamos mirando fijamente sin siquiera escuchar un suspiro, se acercó a mí a velocidad vampírica y con una mano movió un mechón de mi cabello hacia atrás. Me acorraló contra la pared y el tiempo se detuvo para ambos, sobre todo para mí, pues no había vuelto a besar a otro chico desde mi ruptura con Edward, y eso me provocaba ciertos recuerdos y sentimientos que no había sentido en bastantes meses.

Lo observé directamente a los ojos para encontrarme con un par de azules iluminados y con tonos rojizos por el exceso de alcohol en su cuerpo. Sabía que si lo besaba en ese momento me arrepentiría luego, solo por saber que le seguiría el juego a falta de coherencia en nuestras acciones, pero nada de eso me logró importar más.

Dejé que el destino hiciera lo suyo y me entregué completamente a sus brazos fuertes, cerré levemente los ojos para recibir el cálido beso de sus labios que tanto deseaba. Le seguí el juego por unos segundos, pero de un momento a otro mi cabeza recordó a Elena. Me separé rápidamente de Damon y no fui capaz de recriminarle, ni nada. Solo me había dejado llevar por lo que también tenía ganas de hacer.

Desde que lo vi la primera vez en el Grill, lo había encontrado atractivo, llamó mucho más mi atención cuando me habló. Y ahora que lo conozco un poco mejor, creo que hasta podría atraerme un poco. Pero algo pasó, como si fuéramos tierra y electricidad, nos distanciamos.

Aun así, él no hacía más que observar mi rostro con nostalgia y con deseos de más, y no me encontraba en todos mis sentidos para negarme, pues sabía que si quería raptarme en ese momento me dejaría.

Damon volvió a tocar mis labios con desesperación, pero de un momento a otro se separó rápido de mí, no porque él quisiera, sino porque Edward lo tenía en el suelo golpeándolo una y otra vez con sus puños.

—¡Suéltalo! —prácticamente le rogué que dejara de hacerlo, más no hacía caso.

En mi desesperación no me quedó más opción que separarlos yo misma. Tomé una valentía y empujé a Edward con todas mis fuerzas, lo más lejos que pude de ambos, dejándolo completamente inconsciente en el suelo.

Me lancé al suelo al lado de Damon, mi cuerpo solo reaccionó a salvarlo a él, y poco me importó lo que pasara con Edward. Sé que es una locura, pero en ese momento sentí la necesidad de protegerlo.

Llamé a Stefan por celular como pude, llegó de inmediato con Elena. Le dije que se llevaran a Damon a casa porque aún se encontraba inconsciente y no quería más escándalos en esa noche, además tenía una conversación con Edward.

Por supuesto, Damon se negaba, pero insistí.

Esperé pacientemente que se llevaran a Damon, mientras el recién aparecido abría los ojos lentamente.

—¡¿Qué diablos te pasa?! —lo encaré apenas despertó. Me acerqué a Edward con paso firme mientras intentaba levantarse. Definitivamente no lo iba a auxiliar.

—Te dije que no te acercaras a él —se toma la cabeza con dolor, se dio un gran golpe.

—¡Tú me engañaste! —grité enojada. —¡Luego me abandonaste!, no tienes ningún derecho a reclamarme nada —lo logré empujar nuevamente, cuando apenas se había puesto de pie. —¡Déjame en paz, Edward! Ya no te amo —intenté sonar lo más fría posible.

—Eso es mentira, Bella. Sé que aún me amas. —dirigí la vista hacia un punto ciego. Claro que aún seguía sintiendo cosas por él, pero ¿amor? Eso había muerto hace bastantes meses.

—No —me negué a demostrarle más debilidad. —Yo no te necesito, me olvidé de ti el día que intentaste entregarme, ahora vete.

—¿Es por él, verdad? —lo observé detenidamente sin responder nada, pues ni yo sabía la verdadera razón. —Sí, es por él... —se respondió él mismo. —Pero te advierto —me apuntó con el dedo índice —, si te vuelvo a ver cerca de él, lo mato. Lo juro, Isabella. Lo mato.

No podía creer lo que me estaba diciendo, ¿quién diablos se cree que es? Jamás me había hablado de esa manera y ahora me dice todo esto, creyéndose "Edward, súper protector".

No, ya dije. Daré vuelta la página, no más Edward, no más Vulturis en mi vida.

Lo dejé hablando solo, pues no tenía nada más que hacer allí con él.

Era momento de descansar, había sido un agotador día, pero aun así creo que fue uno de los más increíbles. No pensé que llegaría a besar a otro chico que no fuera Edward. Mi vida ha cambiado por completo desde que nos vinimos a Mystic Falls.

Creo que Charlie tenía razón; ciudad nueva, vida nueva. Y lo mejor de todo, es que con Damon me siento tranquila y segura. Espero que esta sensación de felicidad no se acabe tan luego, sobre todo después de haber visto a Jane y la amenaza de Edward.

No me dejaré derrotar tan fácilmente.


¿Edward será capaz de cumplir su amenaza contra a Damon? ¿Damon luchará por conquistar el corazón de Bella? ¿Elena? ¿Vulturis? Todo puede pasar. :O!

¡COMENTEN!


CAPÍTULO EDITADO.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top