→ 07. ¿Meeting?




***Narra Bella***



Intenté calmar a Damon en el camino, ya que yo debía estar molesta, no él. Aunque debo admitir que es sexy cuando se enoja. En fin.

Le expliqué, más bien, le rogué que por favor no le dijera a nadie sobre donde estuve. No quería preocupar a nadie, muchos menos a Charlie, pues solo Damon averiguó en donde estaba. Tal vez se preocupó porque no le respondí la llamada.

Después de todo el alboroto, preferí que era mejor ir a dejarlo a su increíble mansión y seguir con mi vida. Me daba vergüenza siquiera mirarlo a los ojos, no solo por la pena que me daba, sino porque este chico lograba ponerme nerviosa.

Durante todo el camino no nos dirigimos palabra alguna, pero noté que él me miraba de reojo con una leve sonrisa.

—Gracias —le dije bajando la mirada mientras él descendía de la camioneta.

Antes de cerrar la puerta y haber bajado por completo, se detuvo, me miró y sonrió ampliamente. Callando todo lo que quería decirme en el momento, ahogando cada pensamiento con él.

Inesperadamente cerró la puerta y se alejó un poco para decir adiós con su mano derecha, mientras la otra la resguardaba en su chaqueta negra.

De inmediato me dirigí a casa, esperando que Charlie no estuviera o si no me preguntaría porque salí tan temprano de clases. Conduje sin dejar de pensar en lo que había sucedido recientemente. Las imágenes de Edward en mi mente volvían aparecer como pan caliente.

¿Lo había olvidado? ¿O simplemente me sentía atraía por él?

No lo sé. Pero después... Damon.

—¡Maldición! —mascullé entre dientes, apretando fuertemente el volante con ambas manos.

¿Qué diablos tiene que ver el mayor Salvatore?


(...)


Pues, como lo imaginé, Charlie estaba preparando el almuerzo. Entré silenciosamente a casa, pero fue casi en vano, porque de inmediato me preguntó exactamente lo que mencioné. Así que no me quedó otra opción que inventar una excusa claramente creíble: que había una actividad y nos dejaron salir más temprano de clases.

Por suerte me creyó. Así que no esperé más, y con todo lo pasado me dolía el alma.

Subí a duras penas hasta mi habitación y me encerré sin querer comer nada, hasta que sentí mi móvil vibrar.

Damon me mandó un texto preguntando si ya había llegado a casa, le respondí con un cortante "sí" y un emoticón de cara feliz.

Sin esperar una respuesta por parte de él, me recosté en mi cama observando el techo. Imaginándome una vida plena y feliz sin Edward en mi vida, pero eso era imposible. Nada calzaba.

Primero, me dijo que necesitaba hablar conmigo, me pidió perdón por haber intentado asesinarme, y luego dijo que me sigue queriendo.

¿Qué quería que pensara?

Por un lado lo seguía queriendo, pero mi lado más consiente me decía que no lo perdonara, que volvería a lo mismo.

¿Quién me asegura lo contrario? Exacto, nadie.

Ahora lo que más me preocupa es la integridad de Charlie, es mi prioridad.

Sé que Damon dijo que me ayudaría y todo, pero no es lo mismo, casi no lo conozco. Además, está loco por Elena. Sí, a pesar de ser la novia de su hermano. Pero... no tiene nada que ver una cosa con la otra, Isabella. Dios. –

Bien, lo admito. Él llama mi atención, pero no en el sentido de decir "me casaría con él", solo lo encuentro atractivo, su look de chico malo me gusta, nada más.

—Bella —me llamó Charlie debajo del marco de mi habitación. —Debes comer algo hija, estás muy delgada —dijo con preocupación

Nuevamente vibró mi móvil, con una sonrisa tontamente en mi rostro, leí la pantalla. Pero tan rápido como se formó, se esfumó al ver el nombre de Edward en él.



«Bella, créeme. Ellos saben dónde estás, Alice lo ha visto.

Vienen por ti.

Ella dice que se intentará comunicar en persona lo más pronto contigo.

Escúchala, ella no tuvo nada que ver y lo sabes... Cuídate».



Ese texto fue un tanto alarmante, incluso rostro lo demostró, cambié mi expresión de inmediato y Charlie lo notó. Literalmente me senté con rapidez contra el respaldo de la cama.

—Bella ¿Sucede algo? —. Dejó la manilla de la puerta en segundo plano y se acercó a paso lento.

No... —negué con la cabeza también. Charlie me miró fijamente sin creerme nada.

—Bella... —me miró de forma que ya sabía que algo andaba mal. Me conoce demasiado bien para mi gusto.

—Mira... yo... Es Edward —respondí lo más rápido que pude.

—¿Se atrevió a hacerte daño? —cambió su expresión en un santiamén —Si ese hijo de... ¡Cómo se atreve, lo voy a matar!

—No, papá —lo interrumpí, se estaba alterando. —Estoy bien—bajé la mirada a mis manos mientras jugaba con mis dedos un tanto nerviosa.

—Entonces, ¿ocurre algo más? ¿Te dijo algo?

—No, no —mentí. —Sólo me mandó un texto disculpándose por milésima vez, ya sabes... —no, en realidad no sabía nada.

—No deberías hablar con él y mucho menos creerle —se sentó en la orilla de mi cama. —Si te lastimó una vez, no dudo que lo haga una segunda o tercera vez.

—Lo sé —sonreí tímida. —Sabes... estoy un poco cansada, creo que dormiré un par de minutos. Que te vaya bien en tu trabajo. Te quiero —me despedí con un beso en la mejilla, me miró una última vez emitiendo un suspiro y salió de mi habitación.

—Te quiero también —alcancé a susurrar antes de cerrar la puerta tras de sí.

No fui capaz de contarle cada detalle de lo que Edward me dijo, y mucho menos decirle que me reuní con él.

Me duele mentirle a Charlie, pero es por su bien y el mío.


(...)


Intenté tomar una pequeña siesta, más bien, fue una pesadilla. No pude conciliar el sueño. Así que por segunda vez en el día miré el techo, y sentí vibrar el celular en la mesa de noche. Con temor a que fuera Edward nuevamente, cogí el móvil con miedo, pero gracias al cielo era Caroline.

—Caroline ¿Qué sucede? —contesté a la llamada tranquila.

¡¿Cómo, qué sucede?! ¿Cuándo pensabas contarnos sobre la "reunión" de hoy con tu ex? —sonaba enojada al otro lado de la línea. Bufé. ¡Oí eso! —respondió molesta.

Me causó un poco de gracia y agradecimiento que se preocupara por mí. Digo, no nos conocemos hace mucho y es como si fuéramos las mejores amigas.

Rodé los ojos y recordé nuestro pequeño acompañante.

 —¿Fue Damon, verdad? —asintió con un "ajá". —No quería contarle a NADIE —lo recalqué. —Para que no se preocupasen por mí, pero veo que el chico rudo, no sabe guardar secretos.

¡Oí eso, Swan!  —gritó Damon por el alta voz. Me hizo sacar una pequeña sonrisa.

—¿Caro, quién más está contigo? —. Pregunté para salir de dudas.

¡Oh! Ya sabes... Elena, Stefan y Damon —lo dijo de forma inocente.

—Bien, ahora todos están enterados. Entonces no entiendo por qué me llamas para preguntar si ya debes saber todo con lujo de detalles —reí.

Algo así respondió la rubia sin inmutarse.

Y... supongo, que Damon les comentó que casi se agarran a golpes con Edward ¿no? 

—No. Creo que omitió esa parte —dijo Stefan a lo lejos. Me lo imaginé fulminando a su hermano mayor con la mirada.

—No fue nada, además... tenía que defenderte, pequeña —lo dijo como todo un macho alfa.

—Bueno, chicos... ahora que lo saben todo descansaré. Nos vemos mañana en el instituto ———colgué sin recibir un adiós por nadie.


(...)


A la mañana siguiente, hice mi rutina diaria.

Levantarme de la cama, ducharme, ponerme algo casual, desayunar algo liviano, leer la nota que deja Charlie todas las mañanas, tomar las llaves de la camioneta e ir rumbo al instituto.

Nada fuera de lo normal, a excepción del nuevo texto que me dejó Edward:


«Buenos días, linda.

Estaré cerca de tuyo cuidándote.

Besos.

PD: No te acerques tanto a ese tal DAMON o soy capaz de acribillarme».



Eso último le dio un toque chistoso al día, en realidad no sé por qué se pelean esos dos, si ni siquiera se conocen como para odiarse.

En fin.

En clases teníamos que hacer un trabajo grupal, lo cual nos reunimos con Bonnie, Elena & Caroline.

En el transcurso del trabajo, Caro me invitó una fiesta que daría hoy en la noche un tal Tyler.

Según las chicas, todas irán con parejas, excepto yo.

«Eso me pasa por ser nueva, pero no vale que use mis dotes vampiros para encontrar una cita. Prefiero ir sola».

En cuanto digo eso, Bonnie me interrumpe diciendo que ella irá con un chico llamado Kai, Caroline quedó de ir con Matt, Elena obviamente irá con Stefan, Jeremy no quiso asistir, y Damon... pues, ahí está el problema. Las chicas tenían todo "arreglado" para quedar con él, a lo que no se negó.

¡Diablos!

Me negué a ir, pero me insistieron tanto que lograron convencerme.

Prontamente estaría ahí con el chico malo, en una fiesta. Sería mi cita.

A pesar, que intentaba distraerme con esto de la fiesta y el instituto, me tiene preocupada el hecho de que ELLOS vienen tras de mí.

Si me encuentran... No lo sé, creo que tendré que averiguar qué pasará.

Por suerte, ahora tengo el apoyo de tres vampiros y una bruja a mi favor.

Que la guerra empiece.



¡Hola! ¿Qué les pareció el capítulo? Intenté hacerlo extenso, pues no he tenido tiempo de actualizar antes, perdón por eso. :c ... Espero que lo disfruten, es el primer capítulo del dos mil dieciséis.


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