"Nadie importante"
El domingo estábamos en el parque que habían diseñado específicamente para nuestros padres en lo que alguna vez fueron los baldíos de la ciudad; los primos estábamos sentados en el pasto hablando de cualquier trivialidad mientras nuestros padres hablaban y reían contándose quién sabe qué cosas.
De pronto, Eliah y Úrsula se levantan y se acercan a sus padres con ese aire que significa que tienen un plan y que están aburridos.
—Papá —exclaman ambos llamando la atención de estos —¿Podemos ir a una fiesta?
Xander y yo intercambiamos miradas de preocupación y fastidio tras escuchar eso, mis tíos exhalan un suspiro.
—¿A dónde? —pregunta Uriel.
—Al antro —responde Eliah.
—¿A qué hora? —interroga Elías.
—Ahora —responden ambos.
—Si Xander y Karim quieren acompañarlos, adelante —contestan ambos con desinterés.
—¿Vamos? —cuestionan ambos mellizos como si pudiéramos elegir.
—¿Tenemos que ir? —reponemos mi primo y yo con muecas de fastidio, Elías y Uriel ríen ante eso.
—Son iguales a sus padres —murmura Elías risueño.
—¡Oye! —exclaman indignados los padres de Xander y los míos.
—Tú no Xitlali —tranquiliza Elías —El resto no se queje, eran iguales
—¡No es cierto! —reclaman los hombres.
—Ninguno de ustedes quería estar en las fiestas —recuerda Elías apuntándolos.
—¡Yo sí iba! —repone Gyan.
—¡Yo también! —secunda Irán.
—Te consta que yo igual —finaliza Marcos.
—¡Tú no cuentas Marcos! —reponen Zoraya, Elías, Uriel y Mikel haciendo que mi padre abra la boca indignado y los primos contentamos una risa.
—¿Por qué no? Iba —reprocha Marcos.
—Te teníamos que rogar prácticamente —asegura Uriel.
—Y te la pasabas todo el rato sentado y con tu cara de "ya saquenme" —complementa Elías.
—Pero iba, ¿no? —refuta mi padre —Y mis caras eran en las fiestas de disfraces, porque odio disfrazarme
—El punto es el mismo —sentencia Elías —Ibas con la misma actitud que tu hijo
—¡Hey! —reclamo frunciendo el ceño.
—No interrumpas Karim —escupe Elías y yo abro la boca impactado.
—¡Estás hablando de mí! —reclamo risueño —Tengo derecho a opinar
—No en este momento —responde Uriel —Ahorita se trata de molestar a tu padre
—Ah bueno, chingo a mi madre —suelta Marcos dándose un golpe en la pierna exhalando un resoplido —A ver, ¿iba o no a las fiestas?
—El punto no es que fueras —aclara Elías —Es que la pasarás bien, tu esposo estaba bien mientras se estuviera divirtiendo y Gyan estaba bien mientras nadie lo obligara a socializar, pero tú no
—Yo estaba bien, nunca me quejé de nada
—No te gustaba estar en las reuniones Marcos acéptalo —exclama mi tía Zoraya —Te la pasabas sentado mirando a todos con tu vaso de limonada
—¡Y tú y Omali se iban a la mitad de la fiesta! —expone Marcos generando que los primos exhalemos una risa.
—Eso no era porque no quisieran estar en la fiesta tío —exclama Úrsula risueña.
—Más bien querían su propia fiesta —finaliza su hermano y ambos chocan los puños haciendo que sus padres contengan una risa.
—¡Uriel, Elías! —reclaman Zoraya y Omali.
—No dijeron ninguna mentira —defiende Elías apretando los labios para contener la risa.
—Por lo menos nosotros nos íbamos —contraataca Omali —Tú y tú esposo se encerraban en un baño
Uriel y Elías lo voltean a ver con esa típica mirada de padres regañando a sus hijos por decir algo que no debían y todos los demás soltamos una sonora carcajada.
—Osea que… —insinúa Úrsula.
—¡No! —interrumpen molestos mis tíos haciendo que los dos mellizos se sobresalten.
—Ya no es divertido, ¿verdad? —se burla mi tía Zoraya.
—Zoraya, por tu bien, cierra la maldita boca —sisea Elías apretando los puños.
—¿Qué ocurre? —pregunta Xander confundido.
—Llevamos unos cuantos días intentando sonsacar a nuestros padres con eso para que nos dejen tener ese tipo de salidas —explica Eliah.
—Tus padres tienen dos para ganar —interviene Marcos —La edad y que ellos no tenían padres
—Ahora me van a decir que nadie aquí dejó de ser virgen de adolescente, ¿no? —se burla Úrsula, varios de los adultos ríen.
—¿En serio? —pregunta Eliah incrédulo —¿Qué edad tenían?
—Marcos —inquiere Irán.
—Si no mal recuerdo, fue mi cumpleaños veintiuno —responde Marcos.
—Veintiuno entonces —afirma Irán.
—¿Tía Zoraya? —pregunta Eliah.
—Veinte —contesta ella y todos los adultos ríen —¿Qué?
—Esa nadie se la cree Zoraya —se mofa Elías con una sonrisa burlona.
—¡Es en serio! —reclama ella.
—Soy tu hermano y me consta que te fuiste a ese tipo de salidas más veces de las que puedo contar —expone mi madre y todos asienten.
—¿Y puedes probar que haya hecho algo? —contraataca Zoraya dejando a Marcos sin argumentos.
—Touché —acepta sin problemas.
—Wow —exclama Elías —Eso fue fácil
—Hay que saber cuándo no discutir —cede Marcos encogiéndose de hombros.
—¿Tía Xitlali? —pregunta Úrsula.
—Veinticinco —respinde ella sonriente.
—A mis padres no les preguntes —advierte Mikel chiquito —Yo soy el producto de su primera vez
—¡¿En serio?! —preguntamos todos los primos incrédulos y mi tío Mikel exhala una carcajada mientras niega con el dedo.
—No, por supuesto que no —responde mi tío aún riendo.
—Pero casi —acepta mi tía Irene —¿Cuántos años teníamos cuando nos casamos?
Mi tío Mikel se queda pensando un momento para que después todos voltean a ver a Marcos, él los mira con una mueca de fastidio.
—¡¿Por qué siempre me preguntan a mí ese tipo de cosas?! —cuestiona irritado.
—¡Porque eres el único que recuerda ese tipo de cosas! —exponen todos haciendo que Marcos suelte un resoplido.
—Zoe, Zuri —llama Marcos y ambos mencionados voltean hacia él —Ustedes asistieron a la boda de sus padres, ¿no es así?
—Sí —afirman los mellizos.
—Entonces se casaron a los veintisiete —responde Marcos.
—Pues esa edad teníamos en nuestra primera vez —sentencia Irene haciendo que Eliah y Úrsula abran la boca sorprendidos.
—Eso es demasiado —reclaman al unísono haciendo que todos soltemos una carcajada —¿Y ustedes?
Uriel y Elías se quedan callados al igual que el resto, pero a diferencia de ellos, los demás intentan contener la risa.
—Como diecisiete —murmuro aunque no lo suficientemente bajo como para que no me escuchen y todos voltean hacia mí —Digo, supongo por la cara que pusieron
Eliah y Úrsula se cruzan de brazos y miran a sus padres con aire arrogante e interrogante, mis tíos exhalan un suspiro de resignación.
—Efectivamente, diecisiete —murmura Uriel derrotado haciendo que varios rían.
—¿Papá? —preguntan los mellizos a Elías que aparta la vista con aire incómodo.
—Pues la misma, ¿no? —interviene Marcos y Elías lo mira negando de forma suave —Bueno, ignorando… eso
—Igual, no —comenta Gyan riendo, Elías lo voltea a ver confundido hasta que abre los ojos.
—¡Oye, sí es cierto! —exclama risueño —¿Cuántos años teníamos?
—Yo quince —responde Gyan encogiéndose de hombros.
—Entonces dieciséis —finaliza Elías.
—¿Exactamente qué ignoramos? —pregunta Úrsula.
—¡NADA! —gritan todos los adultos y yo contengo mi propio grito.
—¡Díganos! —insiste Eliah.
—Querían ir a una fiesta, ¿no? —corta Elías enojándose —¡Bueno largo!
Todos nos preocupamos ante su reacción pero aún así nos levantamos para irnos.
—¡Yo conduzco! —avisamos Xander y yo y el resto de los primos gritan alegres.
Cada uno se sube a su auto, los mellizos Castillo suben conmigo al igual que Irene mientras que los mellizos Herrera y Mikel suben con Xander.
Ambos conducimos rumbo al bar de siempre, al llegar, los menores se lanzan dentro del local mientras Xander y yo nos quedamos apoyados en los cofres de nuestros autos.
—¿Qué tan buena idea es quedarnos aquí como si fuéramos chóferes y esperar hasta que salgan? —propone Xander y yo contengo una risa.
—Nada buena —repongo negando —Corremos el riesgo de que los cadáveres vivientes nunca salgan y que los Castillo se escapen
—Buen punto —acepta Xander acercándose a la puerta del bar —Here we go again
—Yep, here we go again
Ambos entramos al bar y vemos a nuestros primos ya con sus tragos en mano y los Castillo bailando en la pista eufóricos.
—La noche será larga —murmuramos ambos resignados.
Xander, Irene y yo estábamos sentados en la mesa del bar, Xander y yo veíamos al resto de nuestros primos bailando alegres en la pista, milagrosamente, aún no había ninguno ebrio.
Mikel se acerca tímido a la mesa y sacude el hombro de su hermana.
—¿Qué quieres? —reclama Irene sin apartar la vista de la mesa y sosteniendo su limonada.
—Baila conmigo —pide Mikel haciendo que todos giremos la vista hacia él.
—No —responde Irene.
—Ándale, por favor —suplica Mikel sacudiéndola —Baila conmigo
—Nunca me pides que baile, ¿ahora qué?
—Me retaron —admite Mikel.
—¿Quién? —cuestiona la pequeña abriendo los brazos.
—¿Quién será? —repone Mikel sarcástico.
Todos voltean la vista hacia la pista y vemos a los Castillo mirando hacia la mesa con una mueca burlona, Irene rueda los ojos.
—¡Una canción! —advierte Irene soltando la bebida y tomando la mano de su hermano.
—¡Gracias! ¡Eres la mejor! —Mikel levanta a su hermana y la aprieta en un abrazo no correspondido y la jala a la pista.
Xander y yo vemos a los Garcés alejarse y unirse al resto de nuestros primos.
—¿Estamos seguros de que son hermanos? —pregunta Xander bromista.
—Pues a los mismos padres sí comparten —respondo encogiéndome de hombros —Aunque es posible que Mikel sea tu hermano
—Jaja, vería probable eso considerando que se parece más a mi madre que a la suya —admite mi primo y ambos chocamos los cinco.
Xander permanece viendo a nuestros primos y yo giro en mi silla para quedar de espaldas a la mesa, al pasear mi vista por el bar, mi mirada cae en una chica sentada en una mesa al otro lado de la pista de baile.
Sonrío suavemente al ver a Irina sentada bebiendo algo que parece refresco y revisando su teléfono, la mesa en la que está es grande, así que supongo no vino sola, pero sí lo está ahora; no caigo en la cuenta de que me quedé concentrado mirándola hasta que siento un golpe seco de Xander en mi nuca.
—¡Ahhhh! —exhalo adolorido doblándome en la silla —¡¿Por qué hiciste eso?!
—¡Porque me tienes como pendejo hablando solo! —reclama Xander mirándome.
—¿Y era muy necesario el golpe? —regaño sobándome la nuca y girando hacia él.
—Considerando que te está hablando desde hace como tres minutos, sí —interviene una voz y giro para ver a Irene sentada frente a nosotros.
—¿Tú en qué momento llegaste? —pregunto incrédulo.
—Hace dos canciones —responde Irene y yo abro la boca sorprendido.
—Vez como sí era necesario el golpe —apunta Xander y acepto —¿Quién es ella?
—¿Qué? —pregunto confundido.
—La chica que mirabas —aclara Xander y yo siento como poco a poco el color sube por mi rostro —¿Quién es?
—Nadie importante —afirmo un poco nervioso.
—Ajá —sentencia Irene y le da un largo trago a su bebida.
—¿Qué? —inquiero viéndola y ella se encoge de hombros.
—Que "nadie importante" viene hacia acá —menciona Xander.
—¡¿Qué?! —pregunto incrédulo y al dar la vuelta veo a Irina parada a un par de metros de mí —Hola
—Voy por otro trago —avisa Irene.
—Hola —saluda Irina dándome una sonrisa, Xander me empuja para que me levante y eso hago pero me mantengo alejado de ella —¿De nuevo por aquí?
—Vine con mis primos —respondo y empiezo a girar para quedar con la espalda apoyada en el muro junto a nuestra mesa —¿Y tú?
—Con mis amigas, pero me abandonaron por un par de tragos con piernas —expone y yo contengo una risa, entonces Xander se aclara la garganta.
—Ah, claro —murmuro nervioso —Xander, ella es Irina Dantès, la nueva pasante de mis padres
—Eres la nueva de neurología, ¿cierto? —pregunta Xander.
—Sí —afirma Irina con una sonrisa de sospecha —¿Estás ahí?
—Voy al área de psiquiatría seguido —explica mi primo.
—¿Eres el hijo del doctor Garcés?
—Correcto
—¡Ay! Mucho gusto —Irina extiende la mano y mi primo la toma en un apretón suave.
Los tres nos quedamos en un incómodo silencio, veo a Irina mordiéndose de forma insistente el labio inferior, creo que quiere decirme algo pero no frente a Xander; bajo la vista y le dirijo una mirada discreta que él distingue, sin embargo, se encoge de hombros.
—Te diría que me voy, pero no tengo a dónde —expresa y yo aprieto los ojos y la boca —Así que, ¿por qué no mejor se van ustedes?
Aprieto el puente de mi nariz mientras contengo una risa por su "solución", aunque para mí sorpresa Irina la toma rápido.
—¿Quieres bailar? —ofrece y rápidamente pongo mis manos tras mi espalda.
—¿Bailar? ¿Yo?
Xander ríe ante mi respuesta y lo mando a callar con una mirada, Irina estira sus manos hacia mí y yo me pego más a la pared.
—Sí, vamos, ¿qué tiene? —insiste con una sonrisa.
—Es que… no sé bailar —admito nervioso intentando fundirme con la pared para escapar de esto.
—No importa, vamos —suplica dando saltitos hacia mí —Yo te enseño
Sin saber qué decir, volteo a ver a Xander pidiendo auxilio, pero él simplemente se da la vuelta ignorándome.
—¡Xander! —reclamo y lo escucho reír.
—Estará bien, ¡anda! —persiste Irina y toma mi brazo.
—Okey… —cedo y ella no se hace esperar para jalarme a la pista.
Irina me arrastra al centro de la pista, en el bar están tocando música rock, veo a todos moverse y yo me siento como un tronco entre flores danzantes, ella me toma de las manos y me hace mirarla.
—Solo es rock, no hay pasos —dice segura —Brinca y muévete al ritmo de la música
Ella sigue su indicación empezando a brincar y agitar su cabello, no sé muy bien que hacer así que solo muevo mis pies de un lado a otro en una danza nerviosa.
La risa de Irina se me contagia un poco y de pronto me hace dar una vuelta así que la obligó a hacer lo mismo, recuerdo algunos movimientos que he visto a Eliah hacer repetidamente, así que empiezo a mover mis hombros y mi cabeza, mientras escucho la música; cuando menos lo espero, estoy imitando los movimientos raros de Irina mientras no paro de reír en medio de la pista.
Pasan alrededor de tres canciones con nosotros riendo y bailando en la pista cuando en una vuelta la aprieto contra mi cuerpo mientras tomo su cintura; aprovechando el fin de la canción, la suelto y la aparto disimuladamente.
—Para ser alguien que no sabe bailar, bailas bastante bien —comenta Irina y yo me siento sonrojar.
—Aprendo rápido —murmuro avergonzado.
—¿Otra? —pregunta tomando mi mano, estoy a punto de decirle que sí cuando suena su celular, lo revisa y abre los ojos —Es mi mamá, ¿me permites?
—Claro, claro —admito sin problema, ella me da una sonrisa y empieza a buscar a su alrededor, yo señalo detrás de ella —Allá está la puerta
—¡Gracias! —grita sobre la música y responde mientras se dirige a la salida —¿Hola?
Río un poco, meto las manos en mis bolsillos y doy media vuelta para volver a mi mesa, camino con la mirada en el suelo y una sonrisa boba en mi rostro que se borra cuando al llegar a la mesa veo a todos mis primos sonriéndome burlones; volteo a ver a Xander inmediatamente.
—¡Yo no hice nada! —defiende y da media vuelta en su silla.
—¿Entonces quién? —pregunto y todos apuntan a Mikel.
—¡Perdón! —suplica este —Era eso o cumplir mi parte de la apuesta
—¿Qué apostaron? —pregunto arqueando una ceja.
—Que no invitaría a bailar a una chica que no fuera su hermana —responden los Castillo.
—¡Ni siquiera tenía que aceptarte el baile! —reclamo mirando a Mikel, definitivamente voy a matarlo.
—Lo siento —murmura apenado y yo exhalo un resoplido.
—¿Quién es ella? —pregunta Úrsula.
—Nadie que les importe —sentencio generando que mis primos suelten un grito pareciendo una ambulancia.
—No sabía que tenías novia —comenta Zoé.
—Porque no tengo —repongo —Es la pasante de mis padres
—Ay que aburrido —reclaman todos y se van.
—¿Cuánto crees que les dure ese pretexto? —cuestiona Xander.
—Espero que por lo menos, lo que resta de la noche
Xander y yo levantamos nuestros vasos y los chocamos antes de darles un largo trago.
¿Qué dicen? ¿Le creemos a Karim o no?
¿Qué pasará ahora?
¿Cuánto tiempo durará lo de "nadie importante"?
Espero les guste.
Atte: Ale Bautista.
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