Bienvenida de vuelta

—Esto es malo, esto es malo, esto es muy, muy, muy malo —repite mi tío dando vueltas por la habitación mientras yo lo observo sentado en la escalera.

—¿Puedo hacerte una observación antes de que tu cabeza explote? —interrumpo haciendo que él gire la vista hacia mí.

—Supongo que igualmente la necesito —murmura mi tío —Así que adelante

—¿Por qué no intentas salir ahora y abres la puerta?

—Creo que estaba demasiado estresado para pensar en eso

Mi tío se acerca a mí, me levanto para darle paso y dejarlo subir, cuando queda justo frente a la puerta, inhala profundamente y se desvanece en la nada, sonrío acercándome un poco cuando de pronto una especie de red eléctrica azul bloquea la puerta y mi tío aparece cayendo de sentón en la plataforma frente a la puerta.

—¡Tío! —exclamo preocupado subiendo a verlo —¿Estás bien?

—Estoy bien, tranquilo —responde sobándose la cabeza.

—¿Qué pasó?

—Parece que es como una especie de campo de fuerza —murmura levantándose y acercándose con precaución —Anuló mi poder

Mi tío desaparece su mano y aproxima su brazo hacia la puerta, la red eléctrica se vuelve roja y empieza a sonar de forma potente una alarma que nos aturde y nos hace doblarnos y taparnos los oídos.

La alarma sigue sonando por espacio tal vez de tres minutos hasta que finalmente se detiene, ambos quitamos nuestras manos de nuestras orejas y yo sacudo la cabeza.

—Okey, parece que, por la puerta, no vamos a salir —murmuro aún aturdido.

—Pues creo que no saldremos entonces porque no hay forma de salir que no sea la puerta —repone mi tío también sacudiendo la cabeza.

Más tarde, ambos nos encontramos sentados en el suelo, debe estar por anochecer, pero faltan varias horas para que la mujer entre a traernos la cena, aún así se escucha la llave en la cerradura; los dos nos levantamos y me coloco detrás de mi tío esperando.

La mujer se asoma fingiendo una sonrisa malvada, pero en realidad se ve fastidiada mientras forcejea con alguien afuera.

—Tienen una nueva compañera —anuncia mientras comienza a jalar a alguien —Explíquenle cómo funcionan las cosas aquí

La mujer termina ganando el forcejeo y empuja a otra persona por las escaleras haciendo que caiga rodando mientras ella cierra la puerta.

Al llegar al suelo, la persona a quien lanzó se levanta con rapidez y con sus manos arranca la bolsa que traía en la cabeza, dejando ver un rostro idéntico al de la mujer, esta nueva persona arranca algo de su boca con evidente molestia antes de gritar.

—¡Me las vas a pagar, América!

Mi tío Gyan me indica que me quede atrás y da un par de pasos hacia la nueva mujer que sacude sus manos y acomoda su cabello.

—¿Amelia? —cuestiona con miedo.

La mujer voltea con molestia, pero al ver a mi tío su rostro se relaja e incluso sonríe, sacude los rastros de polvo de sus hombros antes de dar un asentimiento suave.

—Hola Gyan —saluda tranquila —Que gusto volver a verte

Mi tío se detiene un momento y exhala un suspiro antes de apuntarla con el dedo.

—Demuestra que de verdad eres tú —solicita con precaución, la mujer frunce el ceño.

—¿Qué dices? —exclama incrédula —¿No confías en mí?

—Eh… —mi tío vuelve la vista hacia la puerta y la intercambia varias veces entre ésta y la mujer —Creo que las condiciones actuales responden por sí mismas

—Touché —accede la mujer, mete las manos en los bolsillos de su pantalón y frunce los labios pensativa —Eh… Muchos caminos por encontrar, sin fin de rutas por viajar, quieras o no, tú vida de él no puede escapar

—El destino —murmura mi tío risueño bajando la cabeza un momento breve —Bienvenida de vuelta, Amelia

Mi tío le estira la mano con cordialidad, la mujer sonríe con nostalgia y le devuelve el apretón de manos antes de atraerlo en un abrazo que él responde sin dudar.

—¿Qué haces aquí? —cuestiona mi tío con una sonrisa.

—Vine por mi hija —responde la mujer con una mueca seria —No me llamó este fin de semana como siempre lo hace, y para variar, Marcos no respondió mi último mensaje, tuve que tomarlo en mis propias manos

—¿Tu hija? —es lo único que atina a exclamar mi tío después de una pausa.

—Sí, deben conocerla, llegó hace cinco meses —informa la mujer con una sonrisa nerviosa —Irina Dantès

—Sí, sé de quién hablas, solo… por favor no explotes con lo que te voy a decir

—Está en peligro, lo sé —afirma la mujer bastante tranquila.

—¿De verdad?

—Ella no me responde y al llegar aquí me recibe mi loca, demente y para nada apreciada hermana, era algo evidente —detalla la mujer con una sonrisa tranquilizadora —Descuida no los culpo, no hubieran podido contra ella aún si lo hubieran sabido

—Gracias… espera, dijiste, ¿hermana? —exclama mi tío incrédulo —Esa no es…

—No, no, Amélie no —interrumpe ella risueña —América, mi otra hermana, la menor

—Dos de una camada de tres, cierto —recuerda mi tío —¿Entonces ella es hermana tuya?

—Desgraciadamente

Me aclaro la garganta una vez, haciendo que ambos adultos volteen a verme, mi tío frunce el ceño un momento antes de abrir los ojos comprendiendo el punto.

—Oh, claro —murmura apurado —Eh, Amelia él es Karim, el…

—El hijo de Marcos —exclama la mujer mirándome con alegría.

—¿Lo conoces? —pregunta mi tío frunciendo el ceño.

—Irina me contó de él —explica ella —¿Si eres tú, no? ¿El novio de mi hija?

—Em… sí, supongo que sí

—Mucho gusto —la mujer estira su mano hacia mí y yo la tomo con una sonrisa incómoda.

—Mucho gusto, ¿tía?

—Solo dime Amelia, no creo que a tu padre le agrade que me digas tía

—Hablando de —interviene mi tío —¿Cómo que Marcos no respondió tu último mensaje?

—No, ¡nadie de ustedes ha respondido mis mensajes desde hace años! —reclama la mujer posando sus manos en su cadera

—¡Tú eres la que no ha respondido! —contraataca Gyan —¡No hemos sabido nada de ti en veintiún años!

—El último mensaje que recibí de ustedes fue la invitación a la boda de Mikel e Irene

—A la cual no viniste

—Llegó tarde, iba a venir cuando me dí cuenta que su boda había sido dos días antes

—Bueno, igual es mentira, el último mensaje que te enviamos fue de Marcos —anuncia mi tío —Fue hace trece años, y te pidió que vinieras a conocer a su hijo, estaba furioso cuando, para variar, no respondiste ni llegaste

—Yo jamás recibí ese mensaje —defiende ella —Y no tiene derecho a estar molesto, el último mensaje que yo les envié fue hace seis meses, les pedí que cuidarán a mi hija mientras yo volvía

—Lo último que supimos de ti, fue tu boda, no supimos nada más después

—¿Puedo intervenir? —llamo haciendo que ambos vuelvan a verme y mi tío asienta —¿Y si ella tiene algo que ver?

—Una sola persona no puede bloquear la comunicación entre dos vías por veintiún años —refuta mi tío.

—No, América sí puede —exclama ella —Además no necesitas mucho, solo intervenir un lado, así esos mensajes jamás salen y los que llegan, nunca se ven

—Bueno, okey, concederé el beneficio de la duda —acepta mi tío —¿Cuál sería el punto?

—¡Esto justamente! —apunto —Elías y Uriel lo dijeron, ella era su líder; sin ella aquí lo primero que habrían hecho habría sido llamarla, pero como creen que los desplazó buscan una forma de sobrevivir sin ella. Causó que pelearan por un malentendido que ha durado veintiún años

Ambos intercambian una mirada, la mujer frunce los labios y asiente dándome la razón, mi tío baja la vista apenado un momento.

—Lo siento —murmura después.

—No es tu culpa —responde ella —Y también lo siento. Buena idea niño

—Gracias —exclamo con una sonrisa.

—De acuerdo, ¿qué es todo lo que me he perdido? —pregunta mirando a mi tío —Lo que hayan enviado en los mensajes, necesito un contexto de lo que pasa aquí y lo que ella sabe

—Siéntate, porque la historia será larga —advierte mi tío.

¡Amelia ha vuelto! (Tranquilos esta sí es la verdadera)

¿Qué les pareció el capítulo?
¿Qué creen que pase ahora?

Espero les guste.
Atte: Ale Bautista.

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