😉3ro😉
Mi país de origen es la hermosa Canadá. Mi ciudad natal es Ottawa la cuarta ciudad más grande del país. Ahí vivía con mi moderada familia, mientras mis tíos estaban dispersos por otros territorios lejanos, tenía una de mis dos tías maternas habitaba una casita moderna y de mediano tamaño en Toronto a tan solo 400 kilómetros al este de mi casa. Además visitaba muchísimo a una amiga a 200 kilómetros al oeste de Montreal.
Dejé el país en el que había nacido, sin rumbo pero con objetivos.
Cuando decidí huir de mi tediosa vida de fácil acceso a todo lo que una persona en su sano juicio pude desear, volé a Brasil y tomé una embarcación inventada junto a una muchedumbre desconocida.
Tras días vagando por aguas inexploradas mis compañeros de cruce no se veían nada bien, tenían claras muestras de deshidratación, pero para asombro de todos divisamos tierra y no era una ilusión sino la realidad.
Pisamos la arena de aquella playa desierta con una emoción tan desbordante que parecía que habíamos encontrado un tesoro.
Descansamos para reponer fuerzas y tomamos de los alrededores las provisiones necesarias para resucitar las neuronas perdidas.
Estábamos en un sitio desolado de Portugal, por lo que, al descubrirlo la mayoría se quedaron aliviados.
Transcurrieron varias horas, de camino al pueblo más cercano a la frontera, dónde uno del grupo conocía a alguien, quien nos ayudó a cruzar para España.
En el país español se quedaron unas ocho personas, que se despidieron alegres de haber llegado a su destino.
La travesía fue cruel y agotadora, hubo momentos en los que creía que no iba a llegar, pero no me rendí ante ese obstáculo y con ocho tripulantes menos llegamos al destino más cercano desde dónde emprendimos una caminata larga hacia una estación en la cual abastecernos y desde la cual poder continuar nuestro viaje.
Subimos a un tren que era el único medio de transporte presente en aquel remoto lugar. Nos bajamos en la última estación desde dónde por otros medios llegamos a una lugar algo dudoso para cualquier cosa que no fuese morir y un hombre igual de misterioso nos alojó en un cuchitril y al día siguiente, nos guio hasta la frontera de ese país.
Pasamos de ahí a Andorra y de esta última a Francia dónde otras dos dejaron el grupo antes de subirnos al mísero medio que nos permitiría trasladarnos, una vieja camioneta, parecida a las militares pero de color azul.
Hicimos una pausa comimos, bebimos, nos duchamos y dormimos quizás dos horas antes de continuar con la ruta.
Pasamos a Suiza dónde un par de chicas se quedaron con unos parientes. Con la ayuda esos mismos parientes conseguimos tomar un medio de transporte que nos acercara a la próxima frontera.
Otra persona del conjunto usó su influencia y atravesamos ese estado adentrándonos en Alemania. Allí se establecieron doce personas y antes de dejarnos nos indicaron con quienes contar para el siguiente paso.
Abordamos una lancha grande y dirigiéndonos a Noruega, cuyas turbulencias fueron menores que las que vivimos en la otra ocasión.
De los treinta y ocho tripulantes de aquella balsa improvisa en la que partimos de una playa brasileña solo quedamos catorce siete de cada sexo pero con edades muy variables y rasgos diferenciadores tanto en lo físico como en el carácter, la educación y las raíces… todos de naciones diferentes e idiomas que algunos no entendían y otros trataban de descifrar para poder convivir.
Por apoyo de personas sin interés económico, algo inaudito pero lo viví, conseguimos llegar a… mi zona escogida.
Luego de haber pasado por tres países sin gastar un céntimo, ¡increíble!, logramos alcanzar el objetivo trazado en un principio y esta vez fue yo la que dejó la caterva de treinta y tantas personas de las cuales solo quedaban ya menos de la mitad.
Por el número de días que compartimos y los sofocos, se creó entre nosotros una especie de amistad, ya conocíamos los nombres, historias y sueños de cada uno incluso los probables destinos que tomarían.
Me despedí de ellos con un abrazo entrañable y les desee fuerza para enfrentar lo que les esperaba.
Así llegué a Suecia.
Estocolmo me dio la bienvenida con una luminosa mañana y un cielo despejado digno de una fotografía. La belleza de la arquitectura y los tonos que emplea me cautivan a tal punto que pierdo el hilo de mis pensamientos…
En un inicio deambulé por las calles buscando orientarme en semejante ciudad. Me sentía un poco perdida ya que solo había oído hablar de algunos sitios de interés como las piedras de Ale en Escania, al sur de Suecia; Gamla Uppsala, (Viejo Uppsala), un lugar de importancia religiosa y política en los primeros días de Suecia; Visby, una ciudad medieval en la isla de Gotland; el edificio Riksdag, Estocolmo; la Embajada de Suecia en Copenhague; el puente de Öresund une a las ciudades de Malmö (Suecia) y Copenhague (Dinamarca); así como el Lago Vättern. Son esplendidos espacios a visitar pero, no he venido aquí para eso.
Por suerte para mí aquí se hablan diversos idiomas: inglés, alemán, francés y español, además de otras minoritarios como el sueco y otros que no logro entender bien.
Tomé aire para calmar mis ansias y me fui al territorio que más había oído hablar entre los que se habían quedado atrás… un spa, era mi nuevo hotel, mucho más confiable que una pensión, en la que te revuelven los objetos personales cuando no estás.
En una taquilla dejé con cuidado mis cosas y me fui a tomar una ducha. Nada más salir del baño tomé un periódico para buscar empleo y comenzar la auténtica contingencia que espero con ansias acometer.
Después de revisar cada anuncio, en otro idioma, que por suerte, domino bastante bien, me dispuse a vestirme acorde para la ocasión y me dirigí a la dirección ahí estipulada. Al llegar me llevé un fiasco, no contrataban sin papeles ni referencias.
No me rendí, visité cinco sitios más obteniendo la misma respuesta, hasta que una señora, digo señora por formalidad no por su edad; me ofreció empleo de asistente en una pequeña clínica no muy lejos del “hotel” en el que me alojo. Sonreí ante mi suerte, el primer día y ya tengo un trabajo, pero no he comido nada.
La señora pareció leer mi mente o escuchar el ruido de mis tripas retorcerse por el hambre y me invitó algo para cenar, además me dio algo de dinero para que pudiese desayunar.
¡Qué ironías tiene la vida!, yo mantenía a mi odiosa prima y ahora una completa desconocida me mantiene a mí.
En la noche, casi no podía conciliar el sueño, cuando en mi hogar dormía todo lo que duerme un bebé o incluso más… qué curioso, mi hogar ya no se sentía tan malo desde aquí, ahora me parecía un cuento de hadas.
Volví a la realidad por la señora, una mujer de treinta años más o menos, que roncaba como una locomotora.
Sin remedio me acostumbré a las ruidosas personas que compartían el espacio que para mí, en mi hogar, era un silencioso palacete.
La mañana llegó más rápido de lo que creí y me apresuré a la cita. Llegando con mucho tiempo de antelación.
💀💀💀💀💀💀💀💀💀💀💀💀
Nota de la autora
Vamos paso a paso con ella..
No es tan fácil cambiar de país y de mundo.
Bueno bueno nada de spoilers.
Sonrían a la vida.
Odio decirlo pero... huir también sirve.
Su autora
😘😘😘
💀💀💀Death 💀💀💀
👀😎
💀💀💀💀💀💀💀💀💀💀💀💀
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top