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Hola otra vez.
Espero les interese lo que va pasando.
Les dejo un nuevo capítulo.
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Regresé a casa luego de descansar un par de horas y realizar otra cirugía.

Mi cuerpo pedía a grito una ducha caliente y una cama cómoda dónde recostarse para reponer fuerzas.

No sé cuánto tiempo dormí, desperté por el choque continuado de un objeto o puño en la puerta de mi silenciosa habitación; de inmediato y temiendo lo peor abrí a toda prisa sin repasar mi atuendo deplorable. Para mi sorpresa era nada más y nada menos que la arribista de mi prima.

-Hola, prima. -dice repasándome con sus ojos enlentados color verde.

Su cabellera rubia decía mucho de su persona y su inteligencia.

No tengo nada en contra de las rubias pero en contra de mi prima el mundo.

-Hola, ¿por casualidad hay un incendio? -cuestioné con ironía.

-No. Solo quería que abrieras para decirte que me voy de fiesta con unos amigos, ¿quieres venir?

Su propuesta me sonaba a no tengo dinero, ¿puedes prestarme?

-Espere aquí un momento. -dije cerrándole la puerta en las narices.

Buqué con rapidez mi bolso y saqué de este una cantidad más que suficiente.

Abrí la puerta.

-Ten. Espero que te diviertas mucho. -sonrió.

-Tú sí que me conoces primita. -no le dejé continuar y le cerré nuevamente la puerta en la cara.

Volví a la calidez de mis sábanas de seda.

Habían pasados unos meses y seguía viviendo la vida con desgana hasta que conocí por casualidad, una mañana que salí a correr al parque de siempre, a un joven contemporáneo conmigo y me dibujó la idea de migrar al primer país que pudiera y vivir una aventura, comenzar de cero con personas que no saben de mi fama y tampoco de mi apellido.

Al principio me pareció alocado si quiera creer que pudiera hacer algo como eso, pero al pasar unos días me descubrí haciendo planes basándome en esa idea descabellada y curiosamente, me venía como anillo al dedo para escapar de mis obligaciones.

Planteé las posibilidades más remotas y las dificultades que me podrían acontecer pero ni con la peor de las situaciones me rendiría a realizar esa meta.

Charlé con mi familia acerca del tema y ellos me observaron como si estuviese desvariando.

-¿Qué te fumaste? -dijo mi cuñado.

-¿Qué no te gusta? -preguntó mamá.

-¿Es lo que en realidad deseas? -preguntó papá y como siempre es el único que me apoya sin importar qué.

-Si estás segura y crees que así vas ha ser feliz yo te apoyo. -me asombró la confesión de Ely.

Asentí a su anuncio.

-Bien. -dijeron los otros dos que en un principio dudaron.

Nos abrazamos y en esa misma semana decidí organizar con mayor claridad mis planes, trazar una meta concreta que debía vencer. No dije a nadie el destino que ya había escogido como refugio solo hice la maleta con lo indispensable para una persona de bajos recursos, lo más sencillo y más discreto pero sin dejar de ser elegante.

En el hospital dejé mi renuncia el día antes de mi partida, la cual por cierto no divulgué ni a mi familia.

💀💀💀💀💀💀💀💀💀💀💀💀Nota de la autora

Hablando de personas que huyen... aquí les dejo un ejemplo.

Unos huyen por temor, otros por simple cobardía y muy pocos huyen solo para encontrarse a sí mismos en ese viaje de escape.

Reflexionen ¿cuántas veces han huido de alguna situación que luegi le vieron la forma de resolver, o de una personas que después les pesó y dolió perder o incluso han huido de sus propios sentimientos por temor a lo que pueda pasar?

A veces es bueno dejarse llevar y otras es bueno enfrentar esos miedo que nos quitan las ganas de ser valientes.

Debemos entregar lo que recibimos.

La vida es una cajita de sorpresa y siempre aprendemos algo nuevo y diferente de ella con cada persona que toca a nuestra puerta o simplemente pasa a saludar desde la acera.

Recuerden...

Sonreír a la vida

Su autora

💀💀💀Death💀💀💀

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