🌼 Dedalera

Al culminar el partido contra Ubers, algunos unos días más tarde preparándonos para el partido contra la liga Francesa, todos bastante cansados y llenos de sudor, cada grupo tanto mis compañeros como los extranjeros yéndose para su propio lado de las duchas, algo nos detiene a todos y es ver cómo Ness y Kaiser quienes de lejos se observaron murmurar cosas entre ellos dos, repentinamente se escucharon golpes y quejidos de dolor.

Para cuando me volteé a ver cómo los demás, Kaiser ya se encuentra encima de su amigo apretándolo del cuello, el castaño con el labio roto y su mejilla magullada.

Todos miramos la escena desconcertados, confundidos y preocupados.

Quise acercarme pero, dudo poder hacer o ser de ayuda en algo. Meterme entre esos dos no es lo mismo que robarles el balón en medio de un partido.

—¡Kaiser!¿¡Qué demonios haces!?

—¡Separen los!

Escuché a los extranjeros exclamar, varios se acercan para separarlos. O mejor dicho, dos de ellos alejan al rubio y uno ayuda a levantarse al castaño lastimado, cabe resaltar que Ness nunca se defendió, al menos hasta donde todos presenciamos. No devolvió ninguno de los golpes, solo se quejó y gimió del dolor. Me acerque muy preocupado al castaño—para sorpresa de mis compañeros japoneses y alemanes—, para verlo de cerca, agacharme a su altura y pasar uno de sus brazos sobre mi hombro. Note las marcas de las manos de Kaiser alrededor de su cuello blanco.

En casi nada de tiempo apenas al separarlos, Noel Noa hizo acto de presencia, quién es obvio que debió haber escuchado el bullicio desde hace un rato. Con una mirada severa y analítica observando el escenario en busca de una explicación.

De un lado estoy yo junto a otro de los extranjeros, no recuerdo su nombre pero tiene pelo largo con rubio y ondulado, hace mucho drama y forma parte del grupo más cercano de Kaiser, ambos nos encontramos sosteniendo a Ness en cada costado.

Al otro extremo como a un metro de nosotros, está Kaiser y dos compañeros suyos sosteniéndolo fuerte para que no se vuelva a lanzar a Ness. Incluso aunque Noel Noa hizo acto de presencia ello no parecía intimidar a Kaiser ni le quitó las ganas de querer seguir con la pelea.

—Si no te disculpas inmediatamente y das una explicación de porque lo golpeaste, no jugaras en el próximo partido. — le advirtió Noa sin dudarlo, dejando a todos atónitos y con la respiración cortada, incluso a mí.

Antes posiblemente hubiese celebrado ver a Kaiser fuera de un partido, pero ahora ya no.

Todos aquí realmente queremos saber ese motivo del porque el rubio se lanzó contra Ness, quién se supone es su mejor amigo. Nos llenamos de intriga y suspenso.

Pero mi mirada sostuvo solo el rostro golpeado y labio cortado como sangrado del castaño, parecía realmente sufrir del dolor de los golpes y está afligido.

—Me enteré que Ness fue quien te engañó.

Volteé a verlo, definitivamente se refiere a mí. Me mira fijamente y ya no con rabia hacia Ness, solo a mí.

Caí en cuenta a lo que se refiere.

A diferencia del resto, nadie entendió que quiso decir. Es natural, solo nosotros tres sabemos de que habla.

—Ugh, en tu otra vida fuiste boxeador.— se quejó Ness alzando la voz, me sorprendí que intentará hablar. Pero lo que me dejó en shock e incluso me enojo fue lo siguiente que expreso hacia Noa, de manera tan despreocupada y con cierta burla en el fondo:—No importa maestro, solo se desquita conmigo como una forma de desahogarse por ser rechazado.

—¿Qué mierda te pasa?— gritó un Kaiser muy molesto intentando zafarse del fuerte agarre de sus compañeros para volverlo a golpear.

No miento que, está vez, me sentí igual que el rubio. ¿Cómo se le ocurre a Ness hablar de esa forma? Sentí en mi garganta acumularse la ira, las ganas de insultar le incluso. Si no lo hacía, es porque me da lástima y pena verlo con el rostro todo golpeado y las marcas en su cuello, además que tampoco quiero agraviar más este asunto y recibir regaños de parte de Noel Noa. A diferencia de Kaiser, a mí sí me afectarían.

—Maestro, será mejor que lo saquen, de todas formas estará indispuesto por un tiempo. — agrega Ness acumulando la tensión y furia tanto en mí como en Kaiser, quién realmente le dedica una mirada asesina a su amigo.

Pero el resto seguía con una expresión confusa y preocupada.

—¿Qué quieres decir?—interroga Noel.

—¿Se los dices tú o se los digo yo, Michael?— menciona Ness con cierta ironía en su voz.

—No tienes porque decirlo aquí.— le amenaza el rubio.

—¿Lo dices por Isagi?— me lanza una mirada corta y molesta.—¿Qué no debería escucharlo?— escupió un poco de sangre que se le empezó acumular.— Digo, él es el responsable de que estés enfermo. No debería ser una sorpresa para él.

Los pocos murmullos que habían se silenciaron, todo se quedó en silencio por unos instantes. 

Mi miedo más grande se hizo real.

Volví a centrar mi atención a Kaiser, le pregunté con la voz ahogada y temblorosa:

—¿Tienes el Hanahaki?

Él me miró solo un poco menos enojado, quizás alterado porque me haya enterado.

—De acuerdo, todos guarden silencio y ustedes dos, siganme ahora a la enfermería. — señala Noel Noa cortando el silencio incómodo e hiriente. Yo en el fondo estoy agonizando. El mayor me separó amablemente de Ness y en su lugar se ofreció a cargarlo, me miró con seriedad nuevamente.—Isagi, si sabes algo, será mejor que no empeores la situación.

Sé lo que quiere decir. Apenas ellos se fueran, el resto se lanzaría contra mí preguntándome sobre lo que está pasando, y es mejor que me quedé callado.

Noel le dedicó una mirada a quienes sostienen a Kaiser para que lo suelten, diciéndole además que debe ir con él a la enfermería.

Sentí como Kaiser antes de irse me miró, abrió la boca pero la cerró casi de inmediato, creo que me quería decir algo pero ya no pudo hacerlo, no sé si por miedo, nervios o presión ya que debía irse junto al adulto aquí. Se fue con Noel Noa cargando a Ness hacia la enfermería.

Mentiría si digo que no estoy preocupado por ellos. Pero sobre todo, por el mismo Kaiser.

Si él muere, jamás me lo perdonaría. No sé porque me siento culpable, no debería sentirme mal por haber sido sincero con mis sentimientos hacía él. No fui cruel, he sido lo más amablemente posible con él y aún así, me duele que esté pasando por está situación.

Algo que me hizo volver a la realidad entre mis pensamientos más atormentados fueron las voces de los demás yéndose contra mí.

—¿A Kaiser le dio el Hanahaki?

—Isagi, ¿Qué tanto sabes?

—¿Realmente se te confesó?

—¿Por qué lo rechazas te?

—Creí que ambos se gustaban con tanta tensión sexual entre los partidos.

Tal como pensé, tanto mis compañeros como los extranjeros se me lanzaron a preguntar muchas cosas o comentar con respecto a la condición de Kaiser o suposiciones sacadas de contexto. Yo sólo atiné a decirles con seriedad:

—No pienso hablar del tema y dejen de crear rumores.

Acompañado de Kurona nos fuimos a las duchas, necesito tranquilizarme y despejar un poco mi mente.

Al final todo el asunto terminó por afectarme demasiado.

🫀🫀🫀

Al siguiente día visite a Ness a su cuarto, al parecer ya había salido de la enfermería temprano y solo tenía gasas y parches alrededor de su rostro. Él parecía pensativo y sin mucha emoción. Quiero creer que después de todo lo que ha pasado, él realmente está preocupado por Michael Kaiser, ellos tienen un pasado juntos, estoy tan seguro que el rubio estuvo ahí para él cuando esté se enfermó también.¿Por qué Ness no le corresponde de la misma forma?

Él me deja pasar a su cuarto sin queja alguna ni hace preguntas.

Él sabe a qué y porque vine.

—Ness, hay algo que he querido preguntarte desde un tiempo.

—¿Qué es, pequeño Isagi?— pregunta de forma inocente. Estoy seguro que sabe perfectamente cuáles son mis dudas y tan solo se hace el misterioso.

—Tu me engañaste con respecto al significado de las gardenias rojas, ¿No es así?— señale, más que una acusatoria pregunta es una afirmación. Me mantenía sereno y lo más tranquilo posible para evitar golpearlo, quería sacarle información de buena gana y no con amenazas ni violencia.

Además si doy el primero golpe, dudo mucho que, a diferencia de Kaiser, Ness no se defienda, incluso creo probable que me devuelva los golpes.

No me fío tanto de estar a solas con él en su cuarto, pero al menos avisé a Kurona y otros compañeros de, sino regreso en una hora al cuarto que compartimos, vengan aquí a buscarme.

—Oh, si lo hice. Pensé que a estas alturas ya era algo obvio. — me contestó encogido de hombros, sonriendo sencillamente y sus cejas alzadas. Se nota demasiado calmado, tranquilo y relajado.¿Cómo puede estar así?¿No le carcome que su mejor amigo este en una mal situación, que corra riesgo su vida?

Incluso hasta mis propios compañeros quienes nunca antes han simpatizado con Kaiser, no evitan sentirse preocupados y llenos de intriga con su situación.

—Podrías decirme al menos, ¿Por qué?

—Si te soy sincero, no pensé que te llegase a besar apenas le dieras las flores. Creí que la mentira iba a durar un poco más de tiempo.  — confesó con verdadero asombro.

Supongo que ni él ni yo esperábamos que Kaiser tomara iniciativa y valor para besarme. Sin embargo, Ness realmente tenía pensando hacer creer a Kaiser una mentira, una ilusión por más tiempo del posible.

Puede que en cualquiera de los escenarios siempre se hubiera enterado de la verdad, pero el detalle diferente era el tiempo. Se enteraba rápido o se enteraba tarde.

—¿Tu plan siempre fue que durante un tiempo Kaiser creyera que quería tener una relación con él pero en secreto?¿Querías que él no sufriera la enfermedad pero viviendo engañado?— cuestione con cierta confusión y un sentimiento agrio invadir me.

—Oh claro, no me perdonaría ver a Kaiser enfermo. Creía que después de las flores que le diste, sería más amable y lindo contigo, así tal vez tú te enamorarías poco a poco y todos tendrían un final feliz.— soltó con una sonrisa forzada, riéndose incluso suavemente al final, pero sus palabras me sonaron creíbles al principio. Realmente estuve por creerle sus buenas pero turbias intenciones, hasta que soltó con una mueca amarga y mirada despectiva:—Enserio serías un estúpido si creíste está mentira mía.

Aquello me hirvió la sangre, sin poder controlarlo e incluso mordiendo fuerte mi labio de la impotencia por la crueldad de sus palabras y porque me engaño, me manipuló para ilusionar a Kaiser con sus sentimientos, incluso aunque el engaño haya durado muy poco, sigue siendo tan doloroso, termine por acercarme lo suficiente a él para darle un golpe en la mejilla.

—¡Maldito!

Me resistí a darle más, y para mí asombro él no contestó o me devolvió el golpe, solo se tocó su mejilla y dijo:

—Tu y Kaiser deben ser almas destinadas, ambos terminan por golpearme.

Me retiré de ahí sin soportar más su presencia. Realmente me siento tan inútil, manipulado y traicionado.

Pero sobre todo, preocupado, aterrado.

La noche anterior tuve una horrible pesadilla respecto a los últimos sucesos, realmente puedo recordar todo lo que soñé y no es para nada agradable los escenarios que veo. Tengo el presentimiento de que está noche lo volveré a soñar y despertaré en medio  de sollozos y quejidos cómo la vez pasada, despertando a alguno de mis compañeros.

🫀🫀🫀


Cuando me levanté para mi sorpresa no había nadie a mi alrededor. Mis compañeros no están. Por un momento pensé que quizás se me hizo tarde, pero sería raro no haberme levantado con todo el alboroto que hacen al levantarse, además que encienden la luz.

¿Acaso sigo soñando?

Alguien entro y abrí los ojos en grande, impactado al volverlo a ver.

—¡Yoichi!

Él me abrazo fuerte, yo le correspondí sin pensarlo. ¿Se supone que fue a la enfermería y estuvo todo el tiempo ahí? Viste ropa normal de aquí, no lo veo realmente mal como pensé que estaría. ¿Los efectos tardarán más?

De hecho, ¿Cuánto tiempo es que lleva enfermo? Se supone que la enfermedad cae desde el momento en que se da el rechazo, y eso serían ya varios días...

Intenté no pensar demasiado en eso y concentrarme en otras cosas.

Extrañe su aroma, aunque ahora huele más a cloro, agua oxigenada y un ligero toque de lavanda por su ropa. Pero al menos diría que su cabello sigue desprendiendo un fuerte aroma reconocible en cualquier lugar, ese aroma a menta y chocolate persiste en él, debería preguntarle que colonia usa para que huela así de bien. 

—Realmente te extrañe. — me dijo con sentimiento, haciéndome sentir un tanto extraño, nos dejamos de abrazar, separándonos y cada uno tomo asiento en un borde de mi cama, pero que nos dan tampoco es grande así que tampoco estamos tan separados que digamos.

Desde el incidente de las gardenias rojas, realmente he recibido más de un abrazo departe suya. Se siente raro, nuevo pero, ¿Agradable? Con el único que le tengo tanta confianza para abrazar o corresponder abrazos es Bachira, y hace ya un tiempo que no me lo topo, y cuando lo hice no corrimos a abrazarnos.

Con Kaiser es realmente diferente pero no desagradable. No sé cómo explicarlo. Incluso me atrevo a decir que ya no me incómoda tanto ni me molesta el contacto físico con él, no tanto como antes que me resultaba insoportable o incluso me daba algo de... Escalofríos para nada agradables.

Definitivamente algo ha cambiado con mi perspectiva hacia él. Siento que lo conozco un poco mejor que antes, sé que no es una mala persona y que realmente se preocupa por aquellos que en serio quiere, que es capaz de defenderlos y apoyarles a como de lugar. Es como cualquier ser humano, se enamora, se ilusiona y se enoja si insultan o lastiman a sus amigos.

Lo aprecio mucho más, y por ello no evita dolerme todo lo que está sucediendo. No dejó de pensar que al relacionarme tanto con él, terminan pasando estás cosas.

—Kaiser, ¿Qué harán contigo?— me atreví a preguntar después de este silencio largo que se creó.

—Quieren esperar unas semanas más para llevarme de vuelta a Alemania para hacerme la operación allá. — explicó brevemente.

Oír la palabra operación me hace temblar y preocuparme más, pero también sé que es la única cura para que Kaiser se libre de esta letal enfermedad.

Bueno, la cirugía y la otra opción... Pero está segunda es, en estos momentos, imposible que se pueda hacer. Por más que quisiera, no creo que se pueda. Por más que lo anhelo, lo veo tan lejano de que se haga una realidad.

¿Tal vez?

—Dicen que mi enfermedad aún no está muy avanzada ya que tan solo lleva algunas cuántas semanas, que lleva poco tiempo.— añade tranquilamente.

Me alivia saber eso, pero no dejo de sentir cierto remordimiento y gran preocupación.

No sé porque me siento en la necesidad de disculparme.

—Siento mucho que estés pasando por esto, quiero que sepas que estoy aquí para apoyarte. Sé que rechace tus sentimientos antes, realmente lamento que eso te haya ocasionado todo esto. Nunca quise lastimarte. Yo no quiero que sufras, Kaiser.— le dije sinceramente mirándole a los ojos. Quise tomar su mano para demostrarle que cuenta conmigo realmente y que no se sienta solo, pero no quiero que vuelva a mal entender mis intenciones.

No quiero que haya un mal entendido otra vez, así que me límite solamente a hablar desde el corazón y brindarle todo mi apoyo con mi mirada.

—No se puede cambiar de la noche a la mañana mis sentimientos por ti, Yoichi.— dijo bajo, aún así alcance a escucharlo.

—Si necesitas hablar o cualquier otra cosa, estoy aquí para escucharte y ayudarte en lo que pueda.

Kaiser solo asintió.

—Mañana temprano iré al doctor de algún hospital de por aquí.—me avisa.—Sé cuánto tiempo llevo con esta enfermedad, igual no es gran misterio si recuerdas cuando sucedió todo... Cuatro semanas.

Casi un mes ha pasado desde el evento del rechazo. Por los entrenamientos y el partido contra Ubers, uno casi no se da cuenta que el tiempo pasa volando.

Kaiser me explico que pidió permiso para hablar conmigo en privado, tuvo que rogarle a Noel Noa, dejar su orgullo y molestia hacia él, todas esas cosas para que le tomaran su pedido, ya que realmente quería hablar y reencontrarse conmigo antes de que se lo lleven o se les ocurra encerrarlo por tiempo indefinido.

Tuvo que ser temprano y sacaron a mis compañeros en silencio para no despertarme.

Aprovechando que él aún sigue aquí y antes de que se marché, le pregunté algo que me sigue llenando de intriga desde el incidente de la otra vez.

—Oye, ¿Ness cómo se enteró de tu enfermedad?¿Se lo contaste o él solo se enteró?— pregunté sumamente curioso.

—Me arrepiento de haberlo hecho. Creía que me iba ayudar con esto sin que nadie se enterará, pero me equivoqué. No debí confiar en él.— suspiro con cierto enojo.

——¿Qué te dijo o que hizo exactamente para que tú lo golpearas?

—Nadie más que tú y yo sabíamos de que me confesé contigo y me rechazas te. Se me hizo muy sospechoso que Ness de repente comentara cosas al respecto, así que le pregunté directamente si él fue quien te engañó con el significado de la gardenia roja. No negó nada.— me contestó frunciendo el ceño.

—Yo igual me arrepiento de haber confiado en él, pensé que al ser tu amigo, jamás jugaría así con nosotros, al menos no te lastimaría a ti.— admití realmente dolido por como nos utilizaron, especialmente a mí para lastimar al rubio.

Kaiser me dijo que no es mi culpa, ambos confiamos en él creyendo que sería la persona más confiable y cercana a nosotros. Definitivamente no debemos confiar en las sonrisas amables.

Se despidió de mí y salió del cuarto, antes de cambiarme me quedé pensando en sus palabras, en toda la conversación.

Él irá el hospital de Japón, le dirán más información sobre su enfermedad, pero de lo más importante, cuánto tiempo de vida le queda para así saber en qué momento es oportuno hacerle la cirugía.

Espero se recupere.

🫀🫀🫀


No sé porque lo hicieron, no se que pasa por la cabeza de Ego pero decidieron dejarnos salir a la ciudad, al aire libre. Solo algunas cuántas horas para despejar nuestra mente por los últimos acontecimientos, ya que en estos últimos tres días no nos hemos concentrado en los entrenamientos. Sobre todo yo que me noto bastante desanimado, y algunos de los extranjeros amigos de Kaiser que han bajado su rendimiento.

Aunque en un principio pensaba en solo juntarme con mi grupito, los alemanes que obviamente no saben comunicarse y poco saben usar el inglés, se nos pegaron, al menos para cuando vamos a restaurantes y así.

Recuerdo que estando en el parque, me alejé junto al resto de grupito que discutían sobre a dónde ir, habiendo choques de gustos entre los alemanes y nosotros, decidí separarme para perderme un poco en el enorme parque, queriendo dejar de escuchar sus pleitos por unos segundos para concentrarme en otra cosa.

Aunque al final seguía preocupándome por Kaiser, por su salud, como se encuentra.

Miré unas flores de color ¿Moradas?¿Púrpuras?, En la zona central del lugar. Extrañamente no hay tanta gente aquí como creí que sería al ser el punto medio del lugar.

Estás flores parecen campanas ya que miran hacia abajo, son varias de estas del mismo color con unas manchas blancas. Son pequeñas pero al haber una gran cantidad de ellas pegadas parecen grandes.

—¿Crees que Kaiser esté bien?

Se me acercó tan de repente y no lo oí venir que abrí mis ojos un poco asustado y sorprendido. No sé en qué momento se despegó del resto o si me estuvo siguiendo, pero ahí está él, observando las mismas flores que yo, con una expresión difícil de decifrar.

—¿Ahora te preocupa?— solté con ironía y enojo. Apretando mis puños. No quiero hacer un escándalo o tener más problemas, pero ver a Ness y tenerlo tan cerca como despreocupado por ahí, me enferma.

Me duele y enoja que él esté tan tranquilo sin una pizca de arrepentimiento o remordimiento por lo que él causó. Por como jugó con nosotros y haya traicionado a su propio amigo.

Estando tan enojado siento mi garganta picar de la impotencia por recordar que caí en su juego, por haber confiado tan rápido en él. Aclaré mi voz ya que hasta sentí que voy a toser, mis ojos se aguaron un poco como si quisieran llorar, pero nada salió.

—La enfermedad se puede curar, no hay nada de que preocuparse tanto. Asumí esto.— habló como si nada, dándome una mirada de reojo notando mi gran furia hacia él por como se expresa, y regresando sus ojos en aquella flor de enfrente.

—¿Por qué hablas tan a la ligera de lo que le está pasando?¿No eres su mejor amigo?¿Por qué lo traicionaste?— interrogue con bastante intriga y furia acumulada en mí.

—¿Se supone que lo soy?— expresa con cinismo. Suspira y toma una de las flores, arrancando la sin cuidado.— En realidad, solo quise vengarme de él.— comenta sonriendo levemente.

—¿Vengarte?— exprese atónito por aquello. ¿Todo ésto es una venganza?¿Pero por qué?

—¿No son bonitas estas flores?— formula sin dejar de apreciar aquello que arrancó. Suspira encantado al olerla.

—No cambies el tema. ¿Cómo que vengarte?— hablé seriamente, el contrario al ser un poco más alto que yo me mirá sobre su hombro sin mucho interés.

—Se llaman Dedalera.

—Si no quieres hablar, entonces me largo. — solté harto de que no quisiera responder mi pregunta.

Ya estaba por dar media vuelta e irme y dejarlo solo en su mundo de flores, hasta que dijo en voz alta:

—Son exactamente la misma flor que estuve vomitando cuando me enfermé. Incluso tienen el mismo color.

—¿Qué?

¿Por eso su enorme atención con ellas? Pero, ¿Por qué me cuenta esto? De todas formas, sigue sin responderme mi duda sobre su venganza. ¿Kaiser sabrá cuál es? Aunque sea así, no quiero molestarlo con esto.

—Él debe reconocerlas muy bien. Tal vez debería enviarles una.— agrega pensativo. No sé si se refiere a otra persona o a Kaiser, de cualquier modo me parece muy raro y turbio sus intenciones.

—¿Qué carajos sucede contigo?

—Es hora de irnos, Isagi Yoichi.

No pude seguir cuestionando lo porque justo vinieron los demás chicos en grupo, al parecer apenas se dieron cuenta que nos despejamos de ellos y estuvieron buscándonos cómo por cinco minutos.

Sólo me quedé viendo de lejos y en silencio a Ness con cientos de preguntas mientras fuimos a un puesto de comida callejera ya que a varios nos dio hambre.

En mi mente, aparte de lo que me dijo Ness, no podía dejar de pensar en cuándo volveré a ver a Kaiser.

¿Seguirá pensando en mí?¿Por qué debería de importarme ello? Si lo que quiero es que dejé de sufrir.

Solo quiero que se cure y sea feliz, que no sufra por amor.

Realmente odio no haberme enamorado de él, si aunque sea me hubiese sentido atraído a él no lo hubiese rechazado y así no se hubiese enfermado. 

Demasiados hubiese pero ya no se puede volver al pasado.

No se puede forzar el amor.










✒Fin del Octavo Acto.𝄢

🫀🫀🫀


Palabras: 3,962
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: Jueves 13 de abril del 2023
Au: Hanahaki
Nota del escritor:
Antes de que culminen mis vacaciones de primavera, les traigo un capítulo más de este fic, y las aviso que para el próximo ahora sí creo que me voy a tardar semanas en traerlo porque apenas entre a clases tengo exámenes y exposiciones durante medio mes.
Según yo a este fic le quedan dos partes más, tres a lo mucho. Así que disfruten estos capítulos que el clímax ya está muy cerca.


»Advertencia para ser cauteloso o prudente en el amor.


PD: como una rosa roja en plena floración, así es el final que se acerca.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top