Finalmente llegó el momento de su última cita, en esa le iban a quitar el yeso a Mina. Durante esas semanas la menor estuvo tirando piropos casi a diario por chat y en todas las citas médicas que tuvieron, cada vez las reacciones eran más notables haciendo feliz a Myōi, pero nunca llegó a un extremo.

Momo recibió a Mina y empezó a quitarle el yeso un poco después de que se haya sentado en la camilla.

—Esto no duele mucho, menos puede hacerte daño, después de esto te va costar volver a caminar así que no lo apresures, el proceso de recuperación tarda entre 3 a 4 meses, si sufres de dolor muscular no te preocupes, es normal ya que los músculos se tienden a achicar después de un tiempo sin usarlos, así que hace ejercicios con tu pierna para que tus músculos se vuelvan a fortalecer, si te duele mucho que ya creas que no es normal, no dudes en llamarme, sí? - y cuando terminó de hablar, ya la mitad del yeso había desaparecido.

Cuando se estaba preparando para irse, Mina dijo.

—De tanto jugar Minecraft, me dieron ganas de crear un mundo contigo - y con eso cruzó la puerta.

Estaba volviendo a su casa cuando una voz la detuvo.

—Creo que en el cielo hay muchas estrellas... Pero la más brillante y linda está en la tierra y eres tú. - al voltear pudo identificar el rostro de la enfermera de la cual se había enamorado en tan poco tiempo.

-¿Quieres salir a comer en la tarde? Yo invito. - preguntó Momo.

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