Interrupción


Junmyeon apartó su mano derecha de la mejilla ajena, volteando a ver a su peor pesadilla con el cabello teñido con algo de rubio opaco. El chino salió de su ensoñación, volviendo sus ojos en dirección a donde el contrario veía, aterrorizándose al instante.

Chorong se acercó haciendo un irritante sonido con sus tacones saltando y caminando al mismo tiempo, provocando que la bufanda gris que llevaba envuelta en el cuello se desajustara por el movimiento.

- ¡Oppa! ¡Qué agradable sorpresa! – chilló mientras se quitaba las gafas negras – Bueno, ¿a quién engaño? No ha sido inesperado – sonrió de oreja a oreja.

- Hola, Chorong – saludó el coreano entre dientes.

- H-Hola, Chorong – dijo el pelinegro haciendo un gesto con su mano.

- Yixing-ah, verte a ti sí ha sido una verdadera sorpresa – indicó mientras palmeaba el hombro ajeno -, pensé que mi Oppa no te llevaría a eventos de la compañía.

El menor tragó saliva sintiéndose intimidado por las palabras de esa bruja.

- Es mi esposo, ¿por qué no lo traería conmigo, Chorong?

Habló serio, tomando la mano del chino seguro de sus palabras y acusándola con la mirada severa.

- Era solo un pensamiento – se rio nerviosa -, no te lo tomes a pecho, Oppa.

- ¿Y qué haces aquí? – preguntó aún con algo de enojo.

- Sehunnie y yo fuimos invitados – retomó su sonrisa.

Maldición, ¿en serio ese joven Oh que invertía gran cantidad de dinero mensualmente en la compañía se trataba de Sehunnie cara de piso?

- Él invierte mucho en tu compañía, Oppa, como mínimo podían dejarlo traer a su asombrosa esposa – movió la cabeza de un lado a otro.

- Supongo – masculló intentando no verse tan disgustado con la reciente presencia, lo cual era prácticamente imposible.

- ¿Y Sehun? – preguntó el menor intentando ablandar al contrario al entrelazar sus dedos.

- Está comprándome unos chocolates, tan lindo – dijo mientras volvía a colocarse las gafas -. Voy a buscarlo, ¡nos vemos en el primer vuelo, Oppa!

Se despidió con la diestra, moviendo las caderas de un lado a otro mientras se alejaba en dirección a las tiendas de dulces que se ubicaban al fondo del enorme establecimiento.

- ¿Primer vuelo? – preguntó el chino.

- ¡Cierto!

Había olvidado que para mejorar la experiencia del viaje se había dividido el personal e inversionistas en dos aviones privados, obviamente el transporte de los que daban dinero a la compañía tenían un mejor trato y todo eso, por lo mismo que él como CEO debía ir allí. Pero podía pedir un cambio de último momento.

El castaño se apresuró en llamar a la aerolínea, en la cual poseía acciones, para cambiarse de vuelo. Demoró un poco porque debían hacer un intercambio y contactar a la persona que cambiaría de vuelo, así que aunque estuvo bastante tiempo con el celular pegado a su oreja logró hacer el cambio.

- ¿Y? – preguntó esperanzado el chino.

- Iremos en el vuelo dos – le sonrió.

Yixing saltó de alegría, abrazándolo y colocándose mejor la pequeña mochila con asas en los hombros, tirando de la mano que aún sostenía y llevándolo consigo al área de las mesas para sentarse a charlar un poco hasta que su vuelo actual saliese.

Cuando subieron al avión el menor estaba muy emocionado, el asiento con almohadillas para la espalda no era igual al que tuvo en clase turista cuando se mudó a Corea del Sur, tampoco había mujeres que le pedían la hora o que le exigían no hacer ruido cuando eran ellas las que roncaban.

Fue una hora y algunos minutos de vuelo bastante amenas, a Junmyeon le hacía gracia que el contrario se emocionara por cada cosa que sucediera, como si no conociese el mundo realmente. Sin embargo no importó cuánta euforia tuviese, terminó por quedarse dormido luego de que entregaran los bocadillos, que eran deliciosos a comparación de los maníes en bolsa que le dieron en su único vuelo de avión. El coreano se enterneció al verlo abrazando su mochila y con su cabeza cayendo sobre su hombro derecho.

Todo fue muy organizado y llegaron en autos bastante lujosos hasta el resort donde estarían hospedados todos los empresarios. Era una especie de manada de ejecutivos, todos transportándose en grupos hasta los ascensores y exigiendo el internet que brindaba el local.

- ¿Al menos tienes libre la mañana, Junmyeon-sumbae?

Observó su reloj para luego volver sus ojos al gesto angustiado del pelinegro. Eran las ocho de la mañana con veinte minutos, se suponía que tenían hasta la una libre pero él debía organizar junto a su equipo seleccionado de secretarias lo que se llevaría a cabo luego del recibimiento.

- Sí, por supuesto – le sonrió, podía encargarse de la organización desde su teléfono.

- Vamos a llevar las maletas – mostró su hoyuelo bastante feliz.

- Déjame ped---

- ¡Oppa!

Es que esa mujer adoraba irrumpir en los mejores momentos.

Chorong se acercó agitando algunas llaves en el aire, tirando de su maleta de un rosa pastel demasiado brillante.

- Ya separé nuestras habitaciones, ¿adivinen quiénes tienen habitaciones seguidas? – sonrió mostrando los dientes.

Yixing se sintió todavía más frustrado, odiaba en serio a esa bruja.

- Aquí tienen, no se les vayan a olvidar – indicó mientras le entregaba una tarjeta al coreano, la cual usaría para abrir su habitación.

- ¿Cómo es que hiciste el registro por nosotros? – cuestionó el que ahora tenía la llave digital.

- Simple, soy Oh Chorong – se encogió de hombros - ¿O no, Sehunnie? – habló melosa.

- Ah, sí.

Exacto, Sehun había estado ahí todo el tiempo.

El chino observó al esposo de esa bruja, quien tenía los ojos clavados en las dos tarjetas que llevaba en las manos, jugando con una mientras guardaba la restante en su bolsillo, al menos era una variación de su celular.

- Sehunnie y yo vamos a desempacar un poco, ¡nos vemos en el desayuno!

Tiró del nombrado hasta uno de los ascensores, despidiéndose como si lanzara brillantina y corazones imaginarios cuando en realidad parecía estar rodeada de mal fortunio y muerte.

- Tranquilo, Junmyeon-sumbae – suspiró al notar cómo se le tensaba la mandíbula al mencionado.

- Espero que algún día se muera – escupió.

- No te estreses por ella.

Le dejó un pequeño beso sobre los labios, sonriendo mientras se encogía de hombros.

- Qué descarado, Yixing, besando al CEO de la compañía que te trajo aquí en público – negó con la cabeza -, parece que quieres encabezar la portada de una revista de chismes.

- Cállate, Junmyeon-sumbae – susurró enrojeciendo.

Tomaron el ascensor rumbo a su habitación, la emoción del pelinegro no hizo más que aumentar cuando exploró el lugar donde se quedarían durante esos días. No tendría mucho de qué quejarse si no lograban hacer turismo, esa habitación era enorme con refrigerador lleno de comida incluido.

- ¿Me ayudas a desempacar un poco? – preguntó mientras acomodaba las maletas cerca de las cómodas.

- Dame un minuto, voy a hacer unas llamadas – dijo mientras sacaba su celular que ya empezaba a vibrar.

No fue solo un minuto, fueron al menos unos cuarenta minutos en los que estuvo coordinando todo vía llamada telefónica, no quería poner un pie fuera de la habitación o sino no volvería a estar allí hasta entrada la noche, no se arriesgaría.

- ¡Listo! Vamos a desocupar las maletas, Yixing.

Pero cuando regresó del balcón que había en esa habitación, lugar donde había estado haciendo las llamadas, encontró el pelinegro dormido en la cama abrazando a una de las cientos de almohadas que estaban allí.

Suspiró sintiéndose mal, aunque se recuperó con rapidez, subiendo al colchón y acercándose al cuerpo ajeno, quitándole el cojín que envolvía con sus brazos.

- Chino hecho en China, despierta – canturreó mientras le besaba la mejilla.

- ¿Ya llegamos? – preguntó en un murmullo con los ojos cerrados.

- Hace ya un rato – se rio.

- Deberías decirle a Jongdae – dijo respirando profundo.

Volvió a reírse, pellizcándole las mejillas para que despertara, pero no lo hizo ya que seguía murmurando cosas entre sueños.

Procedió a besarle la línea de la mandíbula, bajando hasta su cuello. Yixing despertaba poco a poco entre cosquillas y pequeñas sensaciones extrañas que le causaban escalofríos.

- ¿Q-Qué haces, Junmyeon-sumbae? – preguntó despierto y con las mejillas encendidas.

- No despertabas – explicó mientras le subía el suéter lo suficiente como para pasear la yema de sus dedos por el abdomen plano del contrario.

- Ha-Hay que desempacar – señaló con los labios temblorosos.

- Puede esperar.

Coló por completo sus manos bajo la tela, pasando sus dedos pro los botones del chino, provocando pequeños gemidos inconscientes del menor.

- ¡OPPA!

La muerte venía a tocar a su puerta.

¿Para qué seguir con esta tortura? El resto de los tres días de viaje fueron prácticamente arruinados por esa mujer, parecía detectar cada momento en que Junmyeon y Yixing estaban juntos, pues aparecía de la nada con alguna actividad que hacer o a la que debían asistir por el cronograma del viaje.

Aunque era un punto a favor para el chino, quien era llevado a las conferencias del coreano, siendo presentado como el esposo del CEO. Recibía muchas reverencias que lo hacían sentirse halagado y bastante avergonzado, sin embargo ver el gesto perdedor de la coreana era la mejor recompensa. Eso y ser fotografiado junto a su esposo.

Era de esperarse que tampoco pudieron ir a hacer turismo como la mayoría allí, pero no interesaba, estaban juntos incluso con el demonio de Chorong detrás de ellos casi todas las horas.

- Mañana regresamos, ¿no? – preguntó mientras se colocaba su pijama de viajes y se metía bajo las colchas recién cambiadas de su habitación.

- Por la tarde, pero ya tenemos las maletas listas – indicó mientras se recostaba.

Asintió con la cabeza, acomodándose cerca del coreano.

- Disculpa por no haberte dejado ir a ningún lado – las luces estaban apagadas y podía ser sincero.

- No importa, Junmyeon-sumbae, igual pasamos tiempo juntos.

Acercó su nariz al cuerpo ajeno, inhalando el aroma del contrario que ya se le era familiar.





[***]

Espero que les haya gustado, en serio~

Disculpen que lo haya subido muy tarde, en serio, mañana intentaré subirlo por la tarde, esto se me escapó de las manos ;n;

El capítulo va dedicado a -tttxochu, quien quería dedicación a pesar de no estar al día con la serie. Eres tan linda que hasta dejaste un poco de amor en mi perfil, a pesar de hacerlo en el de Bao también :'''v
Pero aquí está, disfrútalo~

Me voy rápido a escribir la siguiente actualización y preparar la sorpresa que estoy planeando -inserte mirada sukulentah-.

Espero que estén disfrutando del último gran maratón~

¿Han notado algunas pistas? Porque las he dejado 6v6
Y gracias por el apoyo que me han dado las chicas en Twitter, son un amor de personas, me hacen sonreír mucho ;u;

No lo olviden, son mi todo, mi fuerza para despertar por la mañana~
-Palabras cursis que parecen no venir al caso ;;;-.

Atte. Misaki116 

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