Esfuerzo
- Buenos días, Junmyeon-sumbae.
Le sonrió, por más que por dentro le dolía mucho que el coreano se alejara tres pasos cada que se acercaba o que ya no estuviese durmiendo abrazado a su cuerpo como habían acostumbrado, que ya no le pellizcara las mejillas por las mañanas para despertarlo o ya no le tomara las manos. Pero había que empezar la mañana con los ánimos altos, ¿no?
- Buenos días, Yixing – le devolvió el saludo acomodándose la corbata.
Caminó con Asfalto por detrás hasta llegar a la cafetera, vertiendo un poco del líquido marrón y humeante a su taza gris de siempre, sentándose en una de las bancas de la isla y revisando su celular mientras daba algunos sorbos.
El pelinegro sirvió los huevos revueltos en un plato y le colocó a un lado el pan suave que esa mañana había ido a comprar, acercándolo al contrario y colocando los cubiertos respectivos.
- No tenías que molestarte – indicó sin sonar severo ni molesto, solo un poco indiferente.
- Está bien – negó con la cabeza.
Comió lo que el chino le había preparado, dándole las gracias al terminar los alimentos colocados en la vajilla. Se despidió de Asfalto y Pelusa con algunas caricias antes de tomar sus llaves y guardar su celular, ya era tiempo de ir a la oficina.
- Llego un poco tarde, no olvides darle de comer a los gatos – recordó mientras bajaba al minino más pequeño por cuarta vez.
- De acuerdo, Junmyeon-sumbae.
<< Bésalo >>, le susurró una pequeña voz en su cabeza, impidiendo que saliera del apartamento sin antes llevarse un poco de Yixing al trabajo.
- Suerte en el trabajo – le sonrió otra vez.
- Gracias, Yixing.
Pero no, no le hizo caso a esa parte de su cerebro, esa que manejaba los sentimientos. Cada que veía los labios del chino se deprimía un poco, le chocaba recordar que alguien los había contaminado y que ya no podía llamarlos internamente suyos. Le dañaba tanto que su estómago no tardaba en revolverse y el nudo de la corbata empezaba a asfixiarlo, sin embargo ya no podía seguir quedándose a dormir en su habitación con Asfalto.
El trabajo lo ayudaba a distraer su mente, estaba avanzando rápidamente con los papeleos que tenía como CEO reciente y Jongin era muy buen socio tomando en cuenta que ahora era él su mano derecha con Zhoumi y Chaerin fuera de la compañía.
- ¿Sucede algo, Junmyeon? – le preguntó el de cabellos chocolates mientras dejaba un portafolio azul en el escritorio ajeno.
- No, ¿por qué lo dices? – siguió tecleando en la computadora de última generación que tenía tres pantallas bastante grandes interconectadas.
- Te veo distinto.
Tragó saliva.
- ¿Qué tal va todo con tu esposo? – preguntó mientras disimulada una pequeña sonrisa.
- No tengo esposo, Jongin – se rio amargamente.
Al menor le cambió el gesto, tornándose bastante preocupado.
- Mierda, le dije a Zhoumi que no era necesario, pero veo que nunca se equivoca – indicó mientras sacaba su celular de su bolsillo.
- ¿Ahora que estupideces hizo?
Se quedó en silencio mientras deslizaba su índice con velocidad por la pantalla, al parecer buscando algo en específico por el movimiento rápido de sus ojos.
- Acá está – dijo mientras se acomodaba mejor en el asiento -, ¿quién está durmiendo en el sofá?
- Jongin, no necesito esto ahora.
- Por favor, Junmyeon – no se lo rogó, era un tono de voz diferente.
Mantuvo un poco más el silencio con las pupilas del contrario clavadas en su rostro.
- Yixing está durmiendo en el mueble – indicó en voz baja.
- Veamos...
Volvió a deslizar el dedo encima, deteniéndose unos segundos después.
- Zhoumi dice que no te desilusiones, que seas fuerte y aunque no fuiste tú quien lo ocasionó en su totalidad debes luchar por eso si tanto lo deseas. No te acobardes, puedes lidiar con tus demonios un poco más y verás que rendirá frutos. Los errores los cometen todos y aunque no estés listo no dejes de considerarlo cuando ves sus ojos – citó las palabras que en su conversación con el chino figuraban.
Tragó saliva de nuevo, bajando a la fuerza el nudo que allí se encontraba.
- Dale las gracias a Mi – habló tajante, volviendo a trabajar.
Sí, había notado el esfuerzo que Yixing le había puesto los últimos días para recuperar un poco de su confianza y deseaba tanto abrazar al pelinegro mientras dormía u observar su ceño fruncido cuando aún estaba en su tercer sueño, extrañaba demasiado eso, sin embargo el dolor seguía en carne viva.
El mundo interno de Junmyeon se hallaba en caos, había dos partes en conflicto.
Primero estaba el Junmyeon de la secundaria, ese que siempre molestaba con sus pensamientos cursis acerca de cuántos gustaba de Yixing o lo empujaba a acercarse más a él y luego estaba el Junmyeon de la universidad, con varios años más, que tomaba el cuello de la chompa de lana del menor para gritarle y hacerlo entrar en razón, tal vez golpearlo un poco en el camino pero logrando su objetivo de encerrarse más en sí mismo. Junmyeon de quince años lloraba en una esquina mientras que el otro reinaba libremente en los sentimientos.
Junmyeon es un desastre, incluso mayor a Yixing, ¿lo han notado? Sin embargo eso no le quita al chino su puesto.
Cuando el pelinegro terminaba de lavar unos platos que había estado usando el timbre sonó, sobresaltándolo un poco. Fue a abrir lo más rápido posible, teniendo la esperanza de que fuese el mayor llegando temprano para pasar tiempo con él.
- Hola.
Abrió los ojos bastante sorprendido frente a la persona que había frente a él. Y no, no era YiFan.
- Hola, Sehun, ¿qué te trae por aquí? – preguntó bastante desconcertado.
- Chorong estaba preocupada, manda esto – dijo indiferente mientras le extendía cual robot una canasta con muffins.
- M-Muchas gracias – dijo igual de confundido.
De nuevo, Yixing es medio estúpido.
- ¿No quieres pasar? – consultó mientras abría la puerta más.
- Ah, claro – asintió con la cabeza.
El más alto ingresó al departamento, colocándose frente al chino sin saber exactamente qué hacer, él solo cumplía órdenes de Chorong, tenía mejores cosas que hacer. Aunque la falta de interés en lo que sucedía allí no le impidió ver las bolsas negras bajo los ojos del contrario junto a su mirada decaída y la falta de ánimos que siempre presentaba.
- ¿Todo bien? – ladeó la cabeza.
- ¿Q-Qué? Sí, por supuesto – intentó sonreír para disimular.
Bueno, Yixing no es medio estúpido, ¡es completamente idiota! ¿Quién le contaría problemas amorosos al esposo de la mujer que intenta hundirte?
- Entonces fueron problemas con Junmyeon.
Sehun decía frases resumidas de lo que el contrario le explicaba, tomando sorbos del té que el habitante del lugar le ofrecía, levantando la taza con movimientos calculados, casi como las muñecas que no tienen articulaciones.
- Ya no sé qué hacer – suspiró mientras escondía su rostro entre sus brazos.
- Solo sigue – se encogió de hombros.
- ¿A qué te refieres? – preguntó mientras dejaba ver sus ojos.
El también pelinegro carraspeó un poco, aclarándose la garganta que parecía no usar nunca, estaba por decir más palabras que las catorce que había vocalizado desde que llegó.
- Si he aprendido algo en todo este tiempo en una relación es que no es fácil mantenerla en pie – empezó -. Cuando empiezas a salir con alguien todo es explosiones, las sensaciones son efervescentes y eso es lo único que interesa. Cuántos regalos se entregan, cuántos besos se dan o las noches que pasan juntos. Nosotros somos felices y el resto debe morir de envidia porque encontramos a nuestra alma gemela.
Se quedó en silencio antes de resoplar con ligereza, como si de una pequeña risa se tratase.
- En cuanto superas esa etapa viene lo más duradero, el amor en su fase más pura y verdadera. Conoces mejor a la persona de la que empezaste a gustar, aprecias sus defectos y comprendes sus virtudes mejor, te das cuenta que no es perfecta pero que a pesar de ello para ti lo es, esta vez sin romanticismo de por medio. Suelen haber problemas y solo debes seguir, es parte de un matrimonio, ¿no lo crees?
Hay que también recordar que Yixing no es tan estúpido como para contarle que no están casados.
- Tienes razón – asintió irguiendo su espalda.
- Si tuvieron problemas solo sigue, debes estar a su lado – volvió a ladear la cabeza.
- Gracias, Sehun – sonrió mientras parpadeaba rápido para no llorar.
Terminó de tomar la bebida que le habían servido, lavando la taza y dejándola escurrir junto al par de platos que también reposaban a un lado del lavadero. Se despidió porque tenía cosas que hacer y se retiró no sin antes decirle al chino que disfrutara de los muffins que él se encargó de comprar.
Estuvo comiendo junto a Pelusa y Asfalto, que se acurrucaron en sus piernas mientras veía televisión en la sala. Ellos comían croquetas que el chino guardó en una bolsita a la par que el mismo ingería los panecillos recién traídos.
Tanto tiempo desconectó su cerebro que no notó el transcurso de las horas hasta que el minino plomo se bajó de su regazo con un salto delicado, caminando hasta la puerta y aguardando sentado. Se apresuró en levantarse y correr a la cocina, sirviendo la infusión que ahora estaba tibia, tomando un muffin de la canasta abierta que ya no tenía al menos una docena de los mismos.
- Hola, Asfalto – saludó mientras tomada al gato y le acariciaba el lomo.
Pelusa levantó las orejas y la cabeza de golpe, corriendo hasta la entrada para recibir su dosis de cariño diaria.
- Hola a ti también, Pelusa – dijo mientras le rascaba la cabeza.
Yixing se limpió las migajas del rostro y pijama, yendo con el coreano con la comida que había servido.
- Hola, Junmyeon-sumbae – sonrió mostrando su hoyuelo.
- Hola, Yixing – respondió mientras bajaba al minino.
- Sehun pasó a dejar unos muffins y yo hice algo de té – dijo mientras le extendía la comida.
- Gracias.
<< Bésalo, no hace un mal. Ha pasado una semana con este ambiente >>, una voz conocida se escuchaba de nuevo.
De verdad que lo había pensado, se acercó incluso más aunque finalmente no fue capaz de rozar sus labios, solo le acarició la mejilla mientras tomaba la taza y el panecillo.
<< Muy bien, Junmyeon >>, lo felicitó su yo de la universidad.
[***]
ASJFHSLKFJALKDA, FINALMENTE ACTUALICÉ, LO EXTRAÑABA <TREZ
¿Qué tal va tomando el nuevo rumbo de la historia?
¿Murieron con Sehun filosofando? KJKSJLFKSKLF, YO SÍ.
¿Y qué opinan del Junmyeon de la universidad? Será que soy una romántica empedernida, pero a mí me cae mejor el de la secundaria ;;;; Aunque comprendo por qué Junmyeons e protege así.
El capítulo de hoy va dedicado a JungWangJeong que entre tosidos me pidió una dedicatoria (?) Aquí está, linda~ Disfrútala -inserte corazón guei-.
Estaré escribiendo las siguientes actualizaciones, ¿quieren que haga un pequeño maratón o las reparto en una o dos semanas? Ustedes deciden~
Me voy a terminar el índice~
Y aclarando la duda de SandyZtm, la serie no se acabará en tres capítulos, me refería que solo tenía planeados a detalle ese número de episodios, a la serie todavía le queda un poco más~
¡Nos leemos!
Atte. Misaki116
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