Entrevista
- Oye, Junmyeon-sumbae.
- ¿Mh?
- ¿En qué mes estamos?
- ¿Estás seguro de que pasaste la secundaria?
El menor achicó los ojos, lanzándole una mirada asesina al contrario.
- A mí no me mires así, pues yo soy quien llena el refrigerador que tú te encargas de vaciar – advirtió severo retomando la lectura del libro que había extraído de su oficina hace unos minutos –. Eso me hace pensar, ¿por qué estás en mi habitación? – volvió a apartar la mirada de la encuadernación.
Suspirando, Yixing levantó una chompa de lana tejida por él mismo junto a un pantalón, agitándolos en el aire ligeramente.
- Dijiste que podía cambiarme aquí – dijo bajando el tono de su voz a medida que terminaba la oración – Creí que aún... podía...
Con una sonrisa dibujada en el rostro, el coreano se levantó de la cama, colocándose sus pantuflas y caminando en dirección a la puerta.
- No te demores.
El pelinegro asintió.
Desde que le había dado ese acceso a su cuarto el chino se tomaba la libertad de vestirse allí a pesar de que el baño fuese lo suficientemente amplio, hasta el demonio Kim entendía la comodidad de una habitación en comparación a la de aseo. Le gustaba molestar al contrario cuando este llegaba a cambiarse mirándolo desconcertado, como si tuviese amnesia y no recordara lo ofrecido hace unas semanas. Era tan gracioso hacerlo sufrir.
Sin embargo, había algo que no iba tanto por el sufrimiento ajeno.
Se había sorprendido hace varios días con la puerta entreabierta de la recámara, se acercó a cerrarla ya que odiaba de alguna manera extraña ver las puertas juntas. Sus ojos chocaron con la ranura que daba con el espacio interior. Su mirada se detuvo cuando notó movimientos. Yixing se hallaba dentro de la habitación quitándose la camisa, desabotonándola y dejándola en el borde del colchón. Pudo darse la vuelta e irse por donde vino, sin embargo no lo hizo.
Tan simple como no haberse retirado la primera vez, ahora observaba a escondidas al contrario, como si se tratara de un niño pequeño que quiere ver las escenas fuertes de una película de terror que su madre le impide mirar cubriendo sus ojos. Había algo que le impedía apartar los ojos, podría tratarse de la piel blanquecina del menor, tal vez la línea de su cintura, sus clavículas delineadas o sus muslos finos y modelados. ¿Qué demonios lo hacía quedarse y mirar más de lo debido?
Yixing ahora se acomodaba el suéter tejido; ahora quedaba huir.
Se giró bruscamente, apoyando su espalda en la pared sobrante al costado del marco de la puerta, tomando su libro entre sus manos y apreciando lo asombroso de la tinta con la que había sido impreso.
- Listo, gracias por esperar – sonrió de lado.
Pestañeó un par de veces.
- ¿Y por qué la horrorosa prenda? – enarcó una ceja.
- ¡Cállate, Junmyeon-sumbae! Unicorn's será una marca reconocida mundialmente – alzó su dedo índice en el aire.
- Más respeto, eh.
- Lo siento, Junmyeon-sumbae – agachó la cabeza.
- Igual, ¿a dónde vas? Creí que hoy te vería con el pijama todo el día como siempre – preguntó curioso.
- Voy a buscar trabajo.
Junmyeon ni siquiera se molestó en retener el ataque de risa que lo atacó con aquella frase. Las lágrimas causadas por las carcajadas ya humedecían sus ojos, sus pulmones ya dolían por la magnitud de las mismas.
- Gracias, Junmyeon-sumbae.
Esta vez sí se había sentido ofendido, inclusive algo humillado con los carcajeos del coreano retumbando no solo en el pasillo, sino también en su cabeza.
- Hey, hey, hey – controló su risa – No pongas la cara del niño al que empujaron al charco lleno de lodo, ¿sí?
El aludido desvió la mirada.
- Seguro, Junmyeon-sumbae – masculló.
- Ah, por favor, tengo suficiente con el odio que me tienen mis secretarias – indicó apoyando su peso en su mano que ahora estaba en la pared, impidiéndole al contrario huir de manera fatalista -, sin mencionar el que me tienen mis subordinados.
Asintió intentando huir, sin éxito.
- ¿Y a qué se debe esta iniciativa de progreso profesional? – cuestionó.
- Quería dejar de abusar de tu dinero – expresó – agachando un poco la cabeza y caminando hacia la puerta.
Los reflejos del mayor fueron más rápidos, tomando el cuello de la chompa ajena y evitando que el portador se fuese.
- ¿Y ahora qué, Junmyeon-sumbae? – habló luego de rendirse del forcejeo que estuvo haciendo para liberarse del agarre.
- Falta algo.
Yixing sabía a qué se refería, había querido huir de eso para saber qué tan crucial era para su estado mental dejar las prácticas de besos por un día, sin embargo él mismo había retrasado su partida y había llegado a la hora acordada mutuamente para los ejercicios de aprendizaje como si esperase el último segundo para ver si el castaño lo notaba, para que esta vez, luego de pasada la última semana, no ser él quien diese la iniciativa.
Cerró los ojos cuando el coreano estaba a pocos milímetros de sus labios, aguantando la respiración por los nervios. Seguía poniéndose malditamente nervioso. Subió sus manos a los hombros ajenos, deseaba tanto arrugar la tela de su polo, deseaba tanto dejar sus piernas flaquear, pero debía aprender algo de esas sesiones con la distancia nula entre ellos dos.
El mayor soltó una pequeña risa sobre los labios ajenos, separándose.
- Tus manos están temblando – indicó.
- P-Pero, – despegó sus párpados lentamente mirando al suelo, evitando por completo los ojos oscuros del dueño del apartamento – de verdad lo estoy intentando – susurró avergonzado.
- Y ahora te estás sonrojando.
Cubrió su rostro, intentando calmar sus pensamientos.
- Déjame probar algo.
Apartó con delicadeza lo que impedía verlo, tomando las muñecas ajenas y bajándolas.
Tomó ambas de sus mejillas, volviendo a retomar el movimiento lento de sus labios y sintiendo esta vez las rodillas del chino temblar, parecían rogar dejarse caer al suelo. Oh, como le divertía eso.
De manera traviesa, Junmyeon mordió el labio inferior del contrario con suma delicadeza pero con la fuerza suficiente para hacer notar sus dientes. Yixing se apartó de un brinco, rojo hasta las orejas y con el cuerpo vibrando como si de una lavadora en el ciclo de centrifugado se tratase.
- Todo tú estás temblando – se burló.
- Cá-Cállate, Jun-Junmyeon-sumbae – pidió con la voz ahogada.
- Cállame.
Esa respuesta era clásica en su repertorio de frases para joder a la gente. Se lo había dicho varias veces Baekhyun y este le había tirado a Chanyeol encima, aunque por supuesto, siempre lograba esquivarlo y era el alto quien salía herido. Pero de todas esas veces, nunca lo habían besado.
Tenía los ojos abiertos por la impresión, notando como las cejas del pelinegro temblaban al intentar mover sus labios sobre los suyos y mostrando un gesto entre relajado y avergonzado. No era posible que él lo hubiese sorprendido, necesitaba cobrárselas.
Tomó la cintura del chino acercando su cuerpo al suyo. Con la distancia reducida podía sentir mucho más la manera en que temblaba, además del pequeño escalofrío que provocó con su tacto. En parte Yixing dio gracias a que el contrario lo tomara entre sus brazos, de lo contrario podría haberse desplomado en el suelo gracias a los nervios.
Quiso apartarse, decirle al coreano que se le hacía tarde para llegar a su entrevista de trabajo, porque impresionantemente Minseok le había conseguido una oferta de empleo, solo debía pasar por un pequeño cuestionario para dejarse conocer ante su posible futuro jefe, sin embargo no podía siquiera concentrarse en terminar el beso, las palabras se fundieron y perdieron en el sabor de los labios de Junmyeon.
- Tus mejillas están muy calientes – comentó a pocos centímetros del pelinegro.
- Di-Disculpa – recuperó el aliento.
- Tal vez no está funcionando.
Su pulso se detuvo por un segundo, ¿Junmyeon ya se había cansado de todo eso? Para nada.
Volvió a cortar la distancia, besándolo a otra velocidad; una más rápida y frenética.
- Tal vez debas perder la vergüenza antes – acotó sobre sus labios.
- ¿A-Ah? – apenas vocalizó abriendo los ojos avergonzado.
Como hace varios días, colocó la espalda ajena en la pared, esta vez tomando su cintura con suavidad. La respiración del menor se pausó por un momento cuando su labio inferior volvió a ser mordisqueado, ahora estos comenzaban a vibrar.
Subió sus manos a la nuca del coreano, subiendo lentamente hasta la parte posterior de su melena, enredando los mechones castaños entre sus dedos y jugando con estos para así aliviar un poco sus nervios. Su sorpresa fue mucha cuando él no lo apartó, su expareja nunca le había gustado que hiciera eso ya que enredaba su cabello y odiaba que eso sucediera.
Ladeó ligeramente su cabeza, consiguiendo así encajar mejor sus labios con los ajenos. Junmyeon empezó a devorarlos, incitando así que la respiración del chino se volviese pesada y bastante errante, detalle que había logrado controlar en cierta medida hace ya unos dos o tres días. O bueno, había creído poder manejar.
Dejó el beso de lado, respirando entrecortadamente.
- Acabo de descubrir una nueva tonalidad de rojo – dijo pasando la yema de sus dedos por aquella piel blanca -, o tal vez sea rosada.
- Estúpido – balbuceó.
- ¿Y el respeto? – enarcó una ceja.
- Lo siento, Junmyeon-sumbae.
Se precipitó a cortar cualquier burla o comentario ofensivo contra su persona, volviendo al vaivén de sus labios.
A veces hay que volver a la realidad voluntariamente antes de que te obliguen o te traigan a la fuerza y de golpe.
Un éxito de cierta banda del género de rock sonó en un volumen exageradamente alto, cortando el ambiente por completo. El inteligentísimo de Yixing había colocado una alarma a la hora en que debía salir "si o si" del apartamento para no perderse la entrevista de trabajo que tanto esmero le había puesto su amigo en conseguirle.
Junmyeon se apartó como si el sonido hubiese sido algún tipo de alarma contra robos, de esas que tienen los autos cuando reciben un golpe en las puertas, quitando sus manos de la cintura ajena y alejándose al menos un par de metros. Le pareció que el pelinegro se acababa de hundir en la pared, sacando su celular y apagando la canción programada a cierta hora.
- Y-Yo, pu-puse una alarma pa-para no olvidar, no olvidar que tenía la e-entrevista – habló tartamudeando y balbuceando, temblando hasta los labios que tenían una tonalidad rojo intenso, casi igual a su rostro.
- Mh – asintió -. Será mejor que vayas, ¿no?
- S-Sí.
Huir, eso es lo que debía hacer, no solo de lo que acababa de hacer, sino de sus propios pensamientos, esa vocecita en su interior que comenzaba a cuestionarlo y regañarlo sin piedad alguna. Tenía la respiración agitada y los músculos algo entumecidos por los nervios que acababa de quemar hace unos momentos.
Volvió a prender la pantalla de su teléfono para revisar la hora y apresurar el paso. La fecha del día relució, dando respuesta a la pregunta que había hecho hace bastantes minutos.
- Estamos en septiembre – habló para sí mismo.
Se detuvo en seco para contar mentalmente, teniendo inclusive ayuda de sus propios dedos para corroborar que no se equivocaba.
- ¿Han pasado tantos meses? – se preguntó agitando su cabeza y seguir con su camino.
Yixing no había notado el tiempo que había transcurrido desde la noche bebió para olvidar que el chico que había amado por tres años, e inclusive más, lo dejó y abandonó por una mujer, la noche en que durmió en un apartamento que desconocía para luego involucrarse con una identidad bastante importante en el mundo de las personas aseguradas en cifras de dinero con más de siete ceros.
Bajó los tres dedos con los que había contado en la mano izquierda.
Habían pasado tres meses desde el trato, desde el comienzo de la farsa.
Habían pasado tres meses desde el comienzo de la desgracia.
[***]
¡Hola, mis amores!
Espero que les haya gustado mucho la actualización, a mi me encantó escribirla... no sé por qué... creo que fueron por los besos... no creo... ¡Mentira! Amé esa parte.
Quiero dedicarle el episodio a @jongdaetrash, amo, amo, AMO TUS COMENTARIOS. De ser posible te besaría por cada uno ¬u¬ Sin embargo luego me dicen acosadora, me ponen otra demanda #OT12 y no puede ser.
Lamento mucho actualizar tarde y que para tu país hayan sido las 3:53 de la mañana, prometo publicarlas más temprano.
Estoy escribiendo con unas ansias y nervios increíbles el siguiente episodio, voy 838 palabras y no es ni la cuarta parte. Debo decirles que la siguiente actualización es demasiado, ¡DEMASIADO! importante, así que no se la pierdan.
Con suerte acabo de escribir y la publico hoy mismo, pero no lo sé. Por si acaso guarden la batería de su celular o unas pocas energías.
Miren que no haré mi tarea para escribir y darles una pequeña alegría.
Dejen sus comentarios para animarme, ¡las amo!
Atte. Misaki116
Post - data:
Creo que todos quieren el video de Yixing y Minseok 7u7
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