- ¡Profesor Zhang!

Uno de los alumnos del nombrado corrió hacia él, caminando por el pasillo amplio del colegio, colocando sus manos dentro de la casaca respectiva al uniforme del colegio.

- ¿Qué sucede, Taemin? – preguntó esbozando una sonrisa.

- ¿Ya lo contrataron para el resto del año? – habló emocionado, apenas pudiendo caminar correctamente.

- A eso estoy yendo – indicó señalando la oficina del director, bastante feliz.

- Ah, estoy tan emocionado – dijo sonriendo, achicando los ojos -. Entonces lo esperaremos el lunes a primera hora, profesor – habló efusivo despidiéndose con la mano, corriendo con su grupo de amigos para darles la buena noticia.

Siguió con su camino a la oficina del director, el pobre no sabía que esa sonrisa se le borraría en apenas unos minutos.

- Lo siento, Zhang – inició el hombre de 60 años -. No lograste obtener el trabajo.

Se le descompuso el gesto rápidamente, temblándole todo.

- Tus métodos de enseñanza son muy buenos y tus alumnos han dado muy buenos resultados, sin embargo encontramos a un profesor con la experiencia y títulos necesarios – explicó-. Nuestro equipo de maestros se caracteriza por eso, así que entenderás por qué no te contratamos.

- Por supuesto, director – asintió con la cabeza, hablando bajito.

- Como dije, tienes muy buen futuro como profesor, sin embargo para nosotros no reuniste los requisitos – le frotó el hombro.

Con un nudo en la garganta se levantó de la silla con almohadón, tomando su maletín y haciendo una reverencia para salir de allí lo antes posible.

- La institución y mi persona te damos las gracias por tu gran trabajo, esperamos que tengas éxito en el futuro – le extendió su mano derecha.

- G-Gracias, director – correspondió al gesto.

Le sonrió débilmente al portero, quien ya estaba al tanto de todo, así que le abrió la puerta y se despidió, grabando su rostro mentalmente por si alguna vez volvía topárselo.

Volvió al departamento, suerte que no estaba el portero porque no habría sido capaz de explicarle por qué se le humedecían los ojos al tomar el ascensor. Corrió a la puerta que le correspondía, abriéndola y tirándola de golpe, apoyándose en esta y escurriéndose hasta el suelo, dejando soltar las lágrimas sin reparo alguno.

Pelusa llegó a colocarse entre sus piernas, frotando su cabeza en estas. Asfalto se sentó frente a él para luego unirse al minino naranja, ronroneando un poco en el camino.

Se llevó a ambos gatos al cuarto, abrazándolos en silencio para no seguir llorando. Encendió el televisor, intentando matar el tiempo o entretener su mente, sin embargo tampoco habían canales que ayudaran o películas lo suficientemente buenas como para distraerlo de la frustración que ahora tenía.

Cuando ya cayó la noche Asfalto se bajó de la cama con un elegante salto, caminando hacia la entrada. Junmyeon apareció en cuestión de segundos, dirigido por el gato.

- Solo dime el nombre de ese colegio y mañana mismo lo clausuro.

Rio en medio de las lágrimas, aferrándose más a él.

- F-Fue p-porque no t-tengo t-título – ocultó su rostro en el hueco del cuello de su mayor.

- Eso se puede solucionar, Yixing.

Le limpió las lágrimas del rostro con sus propias mangas sin importar si luego estas se mancharan. Solo le quedó la humedad en sus pestañas y ojos aún algo vidriosos.

Pero la camisa del coreano no podía deshacerse de la frustración ajena.

Yixing anduvo deprimido varios días. Durante el fin de semana su compañero de apartamento se encargó de hacerlo ver películas, de organizar su ropero y otras actividades para que mantuviese su mente distraída. Sin embargo llegado el lunes él debía ir a trabajar y el chino ya no, así que se la pasaba solo unas doce horas, repasando el error que había cometido al endeudarse con la universidad en la que antes estudiaba, llegando así al punto de no poder rendir los últimos exámenes que le darían acceso a su título.

¿Por qué cuando analizas las cosas luego de meses de ocurridas encuentras una mejor opción que la que tomaste? Ugh, ironías de la vida.

Minseok también se pasó por el apartamento un par de veces, ya que él también debía trabajar. Jongdae si se quedó varias horas a pedido de Junmyeon, jugando con el pelinegro a pesar de que este ahora ya no sonreía mucho.

- Yixing, vamos, deja ese celular y ven conmigo a jugar a las escondidas con Asfalto y Pelusa – sonrió con las mascotas entre sus brazos, ambas ronroneando encantados con la visita.

- Dame un segundo, Jongdae.

Terminó de borrar los mensajes de YiFan, los cuales empezaban a intensificarse no solo en número, sino en contenido. Tomó al menor desprevenido con sus antes debí decírtelo, pero me gustas, Zhang. Estaba débil y frases como esas eran lindas de leer, más no su remitente, pues cosas como te verías bien a mi lado ya no tenían el mismo toque cuando recordaba que el rubio no había querido presentarlo como su novio a su grupo de amigos al empezar a salir.

Ahora que tenía demasiado tiempo libre pensaba las cosas de más, sin importar cuánto se esforzara su esposo de distraerlos, empezaba a meditar sobre asuntos pasados. Es una de esas necesidades masoquistas que naturalmente cualquiera tiene, esa de repasar hasta los errores más pequeños o los dolores más insignificantes cuando actualmente uno te ha explotado en la cara.

- ¡Te encontré! – anunció Jongdae abriendo una gaveta de la cocina, señalando a Asfalto, quien bajó de un brinco de aquel lugar - ¡Falta Pelusa!

Y también deseaba sentirse bien, poder jugar con el chico de rasgos felinos o siquiera haberse emocionado al encontrar al minino restante bajo el escritorio de la oficina de Junmyeon, sin embargo no lograría nada de eso si ni siquiera tenía la fuerza para quitarse el pijama, símbolo mundial de la depresión.

Pero había un plan llevándose a cabo en esos instantes.

El castaño hizo una parada antes de volver a su apartamento, desviando el vehículo que conducía hasta cierta institución educativa. Sí, por más que estaba alargando su ruta usual esos minutos de más lo valdrían luego.

- ¿Ese no es?

Varios universitarios se volteaban a verlo, creyendo haber visto el rostro de ese sujeto en traje que ahora pasaba con total tranquilidad por el pasillo donde ellos repasaban de última hora para sus exámenes. Por supuesto que lo habían visto, ¡era Kim Junmyeon! Había salido en al menos tres revistas ejecutivas que a esos veinteañeros les hacían leer para algún curso que implicara política o economía. O cuando se detenían en el quiosco para comprar cualquier otra reviste era inevitable detener sus ojos en tal hombre.

Llegó hasta la oficina del rector, tocando la puerta un par de veces hasta que el hombre de patillas canosas le abrió la puerta para reaccionar muy sorprendido segundos después.

- ¿Señor Kim? – preguntó con los ojos casi salidos de sus órbitas.

- Aún no estoy casado, rector Lee – se rio por lo bajo.

- Disculpe mi atrevimiento, joven Kim – habló nervioso.

- Para nada, disculpe el mío por no haber pedido una cita previa.

- No, no, es un gusto – cerró la puerta -. Siéntese, por favor.

Así lo hizo, acomodándose en el sillón marrón de cuero que olía a papel guardado y tinta de lapicero.

- ¿Y a qué se debe su visita en nuestro campus, joven Kim? – se acomodó la corbata.

Irguió su espalda, aclarando su garganta.

- Quiero hablar del título profesional de Zhang Yixing.

[***]

Lo sé, lo sé, está demasiado corto para las tres o cuatro mil palabras que he estado escribiendo estos días, pero tampoco quería saturarlo con relleno. Sin embargo espero que no les haya disgustado, en serio.

El capítulo de hoy va dedicado a KuramaEa, quien hace varios capítulos dijo que el fanfic le subía el ánimo, aunque lamentablemente la parte en la que comentó no tenía fluff, así que esta es mi compensación, ¿te subí el ánimo un poquito?

Les mando muchos besos con los labios helados 6v6

Es que me deshidrato y el agua temperatura ambiente no es sabrosa :v

¡Nos leemos mañana!

Atte. Misaki116

Post - data:

Ya que estamos en maratón estoy dejando pistas para los episodios que vendrán luego, total, no esperarán 24 horas así que no habrá agonía (?)

Vayan a mi Twitter para las sabrosas pistas 6v6

SrtaManatí los espera 7u7r