Café
Dio una pequeña reverencia al portero antes de salir, cargando con su maletín negro y mostrando una bellísima sonrisa adornada con un hoyuelo en la mejilla derecha.
El primer día como profesor en secundaria le había ido de maravilla, al menos a criterio propio. A pesar de no tener un título que respaldara su habilidad para enseñar comunicaciones lo hacía muy bien. Los alumnos lo entendían, por el momento no tenía ningún inconveniente con algún colega y hasta la señora de la tienda le había regalado una hamburguesa por su inicio en la institución.
Su día iba muy bien, llegó al departamento rápido ya que no había nada de tráfico. El coreano se había ofrecido a ir a recogerlo todos los días a las tres, hora en la que terminaba su jornada allí, pero se había negado para no interrumpir con el trabajo de él. Lo que no sabía es que Junmyeon manipulaba a su deseo su horario laboral.
- Hola, Pelusa - le sonrió al gato naranja que se frotaba en sus piernas, sobando su cabeza en sus pantorrillas.
- Miau.
- Hola, Asfalto.
- ¿Tengo que maullar para que me saludes?
A Yixing se le erizaron los vellos de la nuca y brazos, sintiendo un escalofrío recorrerle con esa voz suave pero gruesa con algo de ironía en su manera de hablar.
- Hola, Junmyeon-sumbae - sonrió casi como colegiala, aunque lo supo disimular a tiempo - ¿Q-Qué haces aquí? Pensé que trabajabas - frunció el ceño mientras se mordía el labio inferior.
- Día libre.
Oh, Junmyeon no podía dejar de mentir.
Había dejado la oficina a las dos de la tarde, nervioso por lo que sucedería esa tarde. Había bebido tres latas de gaseosa de fresa a las siete de la mañana luego de dejar al chino en el establecimiento educativo, luego había intentado hacer que una secretaría fuese a su apartamento a traer a Asfalto, solo su gato lo calmaría, pero sabía que seguro la atacaría. Le estaba dando un ataque de nervios, que YiFan se fuese a reunir a solas con Yixing lo alteraba, incluso si se trataba del asunto de las deudas.
- Tengo que ir a cambiarme - avisó mientras bajaba al minino.
Así lo hizo, yendo hasta la recámara. Se quitó la camisa junto al chaleco sin botones que él mismo había tejido como parte de la línea ejecutiva de Unicorn's que había empezado con la lana nueva que ahora tenía. También se cambió el pantalón por algo más informal, más a su estilo.
Él también había pensado bastante en la llamada de YiFan de hace unos días en la que le había pedido que se encontrara con él en cierta cafetería para coordinar todos los pendientes con respecto a la deuda que tenía con él. Le había dicho que lo llamaría, sin embargo había sido demasiado repentino.
<< Sin mentiras, sin farsas; sin Junmyeon >>, esa era la frase que más le retumbaba en la cabeza en ese momento. Le había dicho al nombrado que iría solo, que el rubio se lo había exigido. Suavizó las palabras, cosas como no se siente cómodo y no quiero que choques con él, el mayor accedió al ver tan afligido al contrario. Lo haría porque se lo pidió.
- ¡Ya estoy listo! - gritó desde el cuarto, saliendo al pasillo.
Cuando Junmyeon se lo encontró casi llegando a la cocina maldijo internamente: Yixing se veía demasiado bien. Los pantalones negros que entallaban bien sus piernas, la camisa ploma contorneaba su delgado abdomen y la línea de su cintura, eso junto al suéter blanco que también lo hacía ver adorable, sumando también su cuello blanquecino descubierto. Dios, detestaba que tuviese ir así de lindo a un encuentro con su ex, ¿YiFan también notaría ese aura lleno de brillantina a su alrededor?
Pero, tenía cubierto al menos un detalle.
- No te ves tan ridículo como siempre - soltó una pequeña risa, observando como el menor se arreglaba el cabello ciegamente.
- Qué gracioso - achicó los ojos, mirándolo acusador.
- ¿Y el respeto?
Le hizo caso omiso, lo que iba de acuerdo al plan del coreano.
Y es que el menor también había deseado que lo besara de la manera en que lo hacía en ese momento, robándole el aliento de manera tan singular. Le dejó recorrer su cuello, cerrando sus ojos y temblando por las caricias que esa zona recibía.
- L-Lo siento, Junmyeon-sumbae - jadeó con las mejillas rosadas.
El nombrado sonrió abandonando el cuello ajeno, soltando también la cintura del mismo. Le pellizcó las mejillas, haciendo que se coloraran más.
- Te compré algo, está en mi cómoda - le hizo una seña con la cabeza.
Mientras se estabilizaba de nuevo fue en silencio hasta el lugar indicado, de nuevo, abriendo el primer cajón de la mesita de noche junto a la que dormía el castaño. Una chalina bastante larga y ancha de color rojo con cuadros negros permanecía doblada allí, podía percibir el perfume que usaba el mayor en la prenda.
Junmyeon ya estaba allí, apoyando su espalda en el marco de la puerta. Se quedó callado esperando alguna reacción del contrario.
- ¿Para qué me compraste una? Pude haberla tejido, además aún no hace mucho frío, Junmyeon-sumbae - había notado su presencia por el sonido de los pasos, así que se giró a verlo.
- Pruébatela, seguro te queda bien - ladeó la cabeza mientras se cruzaba de brazos.
No se negó, ¿para qué? Avanzó un poco, desenvolviendo la bufanda a medida que llegaba frente al espejo de cuerpo entero. Estuvo a punto de colocársela, sin embargo se congeló en medio de la acción: su cuello tenía mordidas y chupetones.
Su cabeza estaba echando humo, sus mejillas ardían mucho más que el agua hirviendo. Junmyeon no le había dejado marcas en zonas descubiertas, solo le mordía levemente las piernas y esas marcas ni siquiera duraban por la baja presión que hacía. Sin embargo ahora esas tres manchas moradas le adornaban la piel blanca del cuello.
El coreano se acercó riendo por lo bajo, colocando sus manos en los hombros de Yixing, soltando el agarre segundos después para quitarle la chalina de las manos con un movimiento suave, rodeando el cuerpo ajeno en el camino.
- Si no la quieres creo que puedes ir así a tu reunión - se encogió de hombros.
- ¡S-Sí la qu-quiero, J-Junmyeon-sumbae! - lo detuvo aún ruborizado.
Sonrió victorioso. Dejó colgando la prenda en su hombro, pasando la yema de sus dedos por el cuello ajeno, apenas rozando las marcas que había dejado. Yixing tembló, levantando ligeramente la cabeza. Tomó de nuevo la bufanda, empezando a envolverla en el contrario y dejando dos partes colgando sobre su torso.
- Listo - canturreó -. No se ve nada.
- E-Entonces ya me voy, Junmyeon-sumbae - bajó los ojos avergonzado.
Guardó su celular y llaves en su bolsillo, también llevando algunos billetes para ayudar a pagar el café que seguro pediría en el establecimiento.
- Vuelvo en una hora como máximo, Junmyeon-sumbae - indicó despidiéndose con la mano.
- De acuerdo, sirviente.
Y aunque había logrado su cometido seguía preocupado. No desconfiaba en Yixing, pero la situación lo ponía tenso, sobre todo si él no estaba allí para controlarla y manipularla a su gusto.
El pelinegro por su parte salió del condominio luego de saludar al portero, caminando hasta la cafetería en la que había sido citado y llegando justo a tiempo. Buscó con la mirada al rubio, él siempre llegaba con diez minutos de anticipación a cualquier compromiso.
Lo ubicó segundos después, acercándose y saludando con el respeto que parecía merecer.
- Buenas tardes, YiFan - hizo una reverencia.
- Hola, Zhang - le sonrió.
Tragó saliva, un poco incómodo por la historia detrás de la manera en que ahora volvía a llamarlo, se sentó en la silla frente al más alto, pegando sus extremidades a su cuerpo como si estuviese en alguna situación de peligro. Seguramente lo estaba.
- ¿Cómo te ha ido? - apoyó su cabeza en sus manos -. Ya pedí tu café de siempre.
- Pensé que solo hablaríamos - indicó con la voz serena.
- Un café no le hace mal a nadie, a menos que sea a largo plazo, pero ya me has oído dar esa explicación muchas veces - señaló -. Te invitaré un café.
El mesero no tardó en llegar con las dos tazas, colocando la preferencia de cada uno frente a la persona correspondiente.
- No quiero alargar mucho esto, YiFan - confesó mientras colocaba ambas de sus manos cerca de la vajilla fina.
- Lo suponía, es mejor dejar aclarado todo lo que concierne a tu deuda de una vez por todas - indicó tomando un sorbo de su bebida.
- Me alegra - suspiró.
- No quiero que el multimillonario Kim Junmyeon pague lo que tú me debes - sentenció.
Sus dedos le fallaron al intentar tomar el asa de la taza, envolviéndolos luego en forma de puño. Permaneció en silencio, aguardando a lo que seguía del discurso del chino, sabía que había más.
- Si pretendes que él solucione tus deudas solo convertirás esto en una eterna cadena de favores - explicó -. No tendrás cómo pagarle y pedirás préstamos, más de los que ya tienes. Quedarás enredado en problemas más grandes por su culpa, no me parece conveniente.
- Creo que la manera en que yo te pague no es tu problema con tal que tengas el dinero.
Miró a la derecha, observando a los demás comensales y los meseros que atendían, intentando desviar sus nervios hacia ellos.
- Me preocupo por ti, Zhang.
Giró a verlo y en cuanto lo hizo notó la cercanía del contrario. Se había levantado para acercarse, ahora estaba a unos escasos cuatro centímetros de su rostro, podía sentir su respiración tibia por el café hirviendo que se había tomado de un solo trago como acostumbraba.
No dudó ni un segundo. Lo apartó con ambas manos, empujándolo y haciendo un sonido bastante desagradable cuando arrastró su silla hacia atrás en el momento en que se levantó de golpe. Lo miró con el ceño fruncido y con la respiración agitada, pegando ambos de sus brazos a su torso.
- ¿¡Qu-Qué diablos te pasa, YiFan!? - gritó exaltado, con los labios temblando al pronunciar cada palabra - ¿¡Qué a-acaso no tienes novia!?
Gran parte de las personas en la cafetería los miraba de reojo, Yixing estaba consciente de eso pero le importaba poco o nada en ese momento.
- ¿Novia?
El mayor colocó su diestra sobre su boca, riendo con ligereza por debajo de esta. La bajó segundos después, cruzando los brazos y apoyando su espalda en el respaldar de la silla.
- Oh, no, yo ya no tengo novia, Zhang.
Su gesto se descompuso, haciendo sus piernas flaquear y hormiguear. Separó los labios para hablar, sin embargo no halló una frase coherente qué decir.
- Nosotros podemos---
- ¡N-No! No podemos - lo interrumpió.
- Pero ya no hay obstáculos.
Se levantó, acercándose al contrario con lentitud para no asustarlo, aunque este ya lo estaba.
- Ella ya se fue, tu personalidad débil también - indicó -. Noté que ya no eres igual de manipulable que antes, no te dejas pisotear y eso me agrada; te has vuelto interesante, Zhang, ¿por qué después de mí? ¿Quién te cambió?
Tragó saliva, mordiendo la parte interna de sus mejillas con fuerza.
- Aunque eso no interesa - se encogió de hombros -. Ya podemos comenzar a ser un nosotros, ¿qué dices? Sé que aún no me superas, hasta un tonto lo notaría.
Tensó la mandíbula, volviendo a fruncir el ceño a pesar de tener los ojos vidriosos.
- Eres un imbécil, YiFan.
- Igual volverás, Zhang.
Ni siquiera se molestó en responderle. Se dio la vuelta, corriendo fuera del establecimiento mientras lágrimas de rabia y amargura bañaban su rostro. Caminó de vuelta al departamento del castaño, yendo tan rápido que pronto las pantorrillas empezaron a dolerle.
- ¿Se encuentra bien, joven Zhang?
El recepcionista se hallaba trapeando a pocos metros de la entrada, notando lo agitado que venía el pelinegro del exterior, con las mejillas encendidas y las lágrimas brotando de sus ojos.
- ¿Qué le sucedió, joven Zhang? - se acercó preocupado luego de dejar el trapeador en su cubo respectivo - Tome, por favor - le extendió un pequeño paquete de pañuelos desechables.
- Gr-Gracias - hipeó.
- ¿Ocurrió algo grave? - frunció el ceño.
- N-No, s-solo me caí - se frotó el hombro derecho.
No tenía que saberlo, ni él ni Junmyeon.
- ¿Pero te hiciste algo?
Con preocupación, Junmyeon le quitó el suéter sin botones, examinándolo con cuidado y delicadeza para no provocarle más dolor.
- N-No, como dije, solo me caí - se rascó la nuca.
- Eres un llorón por naturaleza - sonrió algo aliviado.
Le acarició las mejillas con los pulgares, haciéndole muecas para que se riera.
Junmyeon no tenía que saberlo.
[***]
El capítulo va dedicado a unisoo, quien me exigió que le dedicara uno, jajajaja.
Tan linda esta niña~ ♡
¿Ustedes creían que todo se había vuelto rosa? Oh, no, aún nos queda camino que recorrer, así que no esperen que todas las situaciones lindas se mantengan, deben recordar los cabos sueltos.
Repito: Los detalles juegan un papel importante desde ahora.
Gracias por leer~
Atte. Misaki116
Post-data:
¿Tienen teorías sobre lo que vaya a suceder? ¿Al menos una idea o expectativa? A mí me da mucha curiosidad saber, desearía saberlo ;u; ♡
KatMyeon, no puedes participar, tú ya sabes qué sucederá en varios de los capítulos próximos :'v
[Wattpad no dejó mandar comentarios, la estúpida está con la regla. Hasta dejé un aviso en mi perfil ]
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