Capitulo 14


Aquí con el capitulo14, correspondiente al capitulo 2 de la 3º temporada, para que nadiese pierda, incluso aunque yo añada cosas que no se vieron.


Os dejo con el capi,así que disfrutadlo.


CAPITULO 14


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Lagertha se mostró preocupada al saber que granjeros sajones habíansido echados de sus tierras, las tierras que Ecbert les habíaconcedido. Pero el rey quiso tranquilizarla, diciéndole que élgarantizaba su seguridad.


Siguieron esa conversación, pareciendo cómodos el uno con el otro,pero, ante una frase de Ecbert, que se había inclinado hacía ella,Lagertha se volvió hacía Athelstan.


-¿Qué ha dicho ahora?- le preguntó al sacerdote.


-Pregunta si eres una mujer libre.


Lagertha se mostró sorprendida, aunque, llegados a aquellas alturas,Athelstan no pudo sorprenderse. Estaba claro el interés de Ecbertpor ella y, en algún momento, querría saber si tenía algunaoportunidad con ella.


Cuando llegaron a las tierras que iban a cultivar, donde tendrían aalgunos habitantes sajones con ellos, comprobaron que hasta susherramientas de cultivo parecían anticuadas, pues los hombres serieron de ellas, diciendo que esas herramientas habían sido usadaspor sus abuelos. Sin embargo, cuando vio que Ecbert quería acercarsea ella, prefirió quedarse un poco más atrás. Después de todo,había estado viendo durante todo el camino aquel flirteo que setraía con ella, observando con el ceño fruncido como este cogíatierra del suelo y se lo ofrecía.


Los vio hablando y, durante un momento, fue como contemplar comodesaparecían sus diferencias. Fue como si las luchas jamas tuvieranque volver a repetirse, que los pueblos pudieran ser amigos comoRagnar y él habían hablado e, inevitablemente, no pudo contener unasonrisa, esperando a que las buenas relaciones se mantuvieran durantemucho tiempo.


Después de eso, Ecbert se acercó a él, preguntándole qué cosasle gustaba a Lagertha y si necesitaban algo más por su parte.


No notó que, en aquellos momentos, la atención de este estuvieramuy puesta en él, lo cual era de agradecer, así que caminó a sulado entre la gente, respondiendo a sus preguntas mientras ayudaba alos nórdicos a instalarse.


Las casas habían sido abandonadas, con lo que requerían manos deobra, así como preparar terrenos donde mantener bien cuidados a losanimales que debían engordar para comerse luego.


-Athelstan, deberías bendecir esta casa- comentó el rey Ecbert,mientras los habitantes sajones se colocaban delante de ellos.-Pide aDios que bendiga a sus ocupantes.


-¡Oremos!- dijo a su alrededor, pues la gente estaba trabajando portodas partes.


Cruzando las manos y agachando la cabeza, los cristianos loescucharon mientras recitaba las palabras que tan bien le habíanenseñado, observando como uno de los nórdicos los ignoraba ycolocaba una figura de Odín en un lugar elevado de la casa, dondetodos podrían verlo, siendo observado con atención por el hombre.


-El rey Ecbert debe regresar a su villa- le informó a Lagertha trassalir de la casa, prefiriendo obviar el choque de religiones queacababa de tener lugar.-Pero ha preguntado si le acompañaríamos ynos quedaríamos allí unos días.


-Dile que de acuerdo- dijo Lagertha, cubierta de tierra después dehaber estado trabajando en los alrededores de la casa.-Necesito unbaño.


-Sí vendrá- le tradujo Athelstan, sonriendo.


No llevaban mucho tiempo allí, pero parecía que ellos dos sellevaban bien y, si querían pasar tiempo juntos, ¿quién era élpara tratar de impedirlo?


........


-¿Tenemos noticias de nuestro ejercito?- preguntó la princesa Juditcuando tanto Lagertha como Athelstan se dieron un baño, sentados enla mesa del rey como se encontraban, comiendo en aquellos momentos.


-Aun no- comentó Ecbert, sin apartar los ojos de Lagertha, sentadafrente a él.-Pero, con Ragnar Lodbrok, ¿cómo vamos a perder?


-Desde que vi a Ragnar Lodbrok y a los suyos en casa de mi padre (N.del autor:¿Alguien la vio en esa escena de la temporada 1º? Porquea mi solo me pareció ver a la reina, al rey y miembros de la iglesiay caballeros) me sentí fascinada por esos nórdicos y por suscostumbres paganas. Athelstan, tú fuiste monje en Lindisfarne, perohas vivido entre los infieles. Dime, ¿cómo era aquello?


Lagertha notó que pasaba algo, o notó la incomodidad que despertóaquella pregunta en Athelstan, porque dejó de comer y lo miró conatención.


-Lady Judit, vos sois una buena mujer cristiana. ¿Cómo voy adescribiros como era aquello?


-Intentalo- comentó esta, llevándose una uva a los labios (N.del autor: ¿Es solo mi impresión o le estaba zorreando en esteinstante?)


Hasta el rey Ecbert se rió de la respuesta de su nuera.


-Imaginad que el sol saliera de noche. Y la luna durante el día. Yluego imaginad que todo cuanto conocéis sobre Jesucristo no fueracierto. Y que el autentico Dios fuera un hombre con un solo ojo, unacapa y un sombrero de ala ancha. Y que ese hombre, Odín, el Padre deTodo, conociera los secretos de los corazones y el destino de loshombres. Y que él también fue colgado de un árbol, murió ytambién renació. Solo que eso ocurrió mucho antes de Cristo,nuestro Señor.


-¿Y.....y tú crees en ese Odín?


-Yo he tenido que preguntarme qué es la fe, my lady.


-Athelstan, estás hablando de Odín- le dijo Lagertha, a entenderalgunas de sus palabras.-¿Qué estás diciendo?


-Amo a Odín. Y amo a Jesucristo.¿Qué más puedo decir?


Se hizo un incomodo silencio en la sala después de esas palabras,pero Judit no lo perdió de vista en ningún momento, con una pequeñasonrisa en los labios.


-Tengo otro regalo para tí, Lagertha- anunció Ecbert, rompiendo elsilencio, poniéndose en pie.-Las piedras son más fáciles de llevarque la tierra- añadió en inglés, caminando hacía ella.


Sacando un collar entre una tela que una criada trajo a lahabitación, Lagertha le tendió la joya a Ecbert, que se mostróvoluntario para ponérselo alrededor del cuello. Perdió mucho tiempovolviendo a colocar el cabello de esta en su sitio, sin dudadisfrutando de poder tocarla. Pero, durante ese tiempo, la vista deAthelstan se dirigió hacía Judit, que contemplaba a su rey y a lanórdica sentada en la mesa con una sonrisa en los labios.


.......


Paseándose por palacio, Athelstan no pudo evitar ir al cuarto sobreel que no podía hablar, ya que, como ya había hablado con el reyEcbert con anterioridad, en Escandinavía, no había nada de arte nide escritura. Y él, que había sido criado desde niño para ser unescriba, no podía imaginarse un mundo donde la gente no rindierahomenaje a la palabra escrita.


Sin embargo, mientras admiraba el que había sido su lugar detrabajo, la princesa Judit llegó a la habitación, comentando elhecho de que era un artista. Y un monje.


-Y por eso he venido a pedirte un favor- comentó la joven, bajandola vista al suelo.


Athelstan se mantuvo en silencio, esperando a que ella se decidiera acontinuar hablando.


-Quiero que oigas mí confesión.


-No soy sacerdote. No puedo....


-El obispo Edmund no está aquí y, si no me confieso, iré alpurgatorio.


No pudo negarse después de eso. Era cierto que, en aquellosmomentos, no contaban con nadie para confesar. El obispo se habíaido con Ragnar y la princesa Cuentriz, así que no le quedó de otramás que caminar hacía la capilla, asumiendo su papel hasta queLagertha y él volvieran a la aldea con el resto de su pueblo.


Con el crucifijo que el rey Ecbert le había dado en la mano, oyólos pasos de Judit acercándose a donde se encontraba, pidiendo ensilencio ser capaz de hacer un buen trabajo.


-Perdóneme, padre. He pecado- acabó por decir esta cuando se colocóa su lado en la capilla.


-¿De qué modo has pecado, hija mía?


-De pensamiento. Pero no de obra.


-Entonces no son pecados tan importantes- comentó Athelstan. Despuésde todo, cuando esta había llegado a hablar con él, parecía unasunto de vida o muerte.


-Pero son graves- le informó esta.


-¿Qué es lo que has pensado?


-He soñado que yacía desnuda junto a un hombre que no es mi esposo.


-¿Y tú solo.....yacías a su lado o.... ? (N. del autor: quemorboso eres, Athelstan. Ahí, queriendo que la chica entrara endetalles)


-Hacia el amor. Y disfrutaba muchísimo.


-Entonces has pecado.


-Sí- admitió Judit.


-¿Quién? ¿Quién era el hombre de tu sueño? (N. del autor: ahíesta el morboso de nuevo. Entre que ella quería que la oyera decirque soñaba eso y él, que encima preguntaba, no sé como no acabópasando algo en el confesionario)


-Eras tú, Athelstan- confesó esta, bajando aun más la voz.


Este volvió la cabeza hacía ella, sorprendido por aquellaspalabras, pero esta no dudo en ponerse en pie y salir de la capillaantes de escuchar lo que fuera que él pudiera decirle, dejándoleconfuso y sin saber bien qué pensar en aquel pequeño asiento,oculto de los ojos de todos.


Sin embargo, tras aquello, Lagertha y él no tardaron más tiempo envolver a la aldea.


-El conde Instat y yo agradecemos vuestra hospitalidad y bondad. ReyEcbert, estamos en deuda con vos por las tierras y la esperanza- ledijo Athelstan, siendo acompañados por este y su nuera hacía suscaballos.


-No. Yo estoy en deuda contigo, Athelstan- comentó Ecbert, tomandosu mano y apretándola con cariño.-En este viaje, tú has sufridogravemente. Pero, a pesar de todo, me has enseñado que es posiblerespetar dos culturas y vivir en concordia con ambas. Gracias- ledijo con una amplia sonrisa en los labios que parecía sincera.


Incluso, sorprendiéndose, le dio un abrazo delante de las dosmujeres, como si fueran miembros de la misma familia.


-Por favor, dile al conde Instat lo mucho que la admiro y que ellaserá siempre bienvenida a mi hogar.


-Dice que le gusta el collar- tradujo Athelstan.-Que es tan preciosoque debió ser hecho por elfos.


-No tenemos elfos en Inglaterra.


-Dice que sí los ahí. Solo que no los veis.


Y, con una sonrisa, Athelstan se dirigió a su caballo, preparándosepara montar. Allí cerca era donde la princesa Judit se habíadetenido.


-Os fuisteis sin oír la penitencia- le dijo.


-Este es mi castigo. Que te marchas.


-¿Y eso no es bueno?- le preguntó.-Así no pecaréis más.


Y, con un ultimo vistazo a su espalda, Athelstan se centró en elcamino, cabalgando junto a Lagertha, dirigiéndose al campamento, ellugar donde deberían de estar, sabiendo que estaba dejando a unamujer esperando su vuelta a la espalda.


..........


Tiempo después, cuando estuvieron preparándose para hacer laprimera siembra en su nueva tierra, el rey Ecbert informó que queríaestar presente y llevarles un pequeño obsequio y, para ello, todoslos habitantes de la aldea, con Lagertha en la cabeza, esperaron sullegada en el camino de llegada, observando a los caballos que seacercaban.


Esta habló en su idioma, pues Athelstan, como con Ragnar, habíaestado enseñándola, pero iba poco a poco, algo que pareció hacerlegracia a Ecbert.


-Y para ayudaros a sembrar- le informó este, mientras sus hombresacercaban un carro hacía donde se encontraban.-Os he traído algo.Es un nuevo tipo de arado- les informó, viendo como Lagertha noperdía tiempo de subirse al carro para examinar aquella herramientaque les había traído.


-¿Nos dejas este arado?- le preguntó la mujer nórdica, algosorprendida.


-Sí- le respondió el rey, totalmente calmado.-A ver como se os da.


Haciendo un gesto, Lagertha llamó a los suyos para que les ayudarana bajar el nuevo instrumento del carro, deseando probarlo.


-Athelstan y tú quedáis invitados a mi villa cuando quieras venir-fueron algunas de las palabras que el rey le dedicó a esta. PeroAthelstan no pudo escucharlas en aquel momento, pues él seencontraba con el resto de los hombres, bajando el arado delcarro.-Por ahora, me despido de tí.


Y Lagertha, en silencio, solo pudo contemplar como este se marchaba,cada vez más complacida con aquel extraño rey sajón.


.........


No tardaron mucho, después de eso, en volver a la villa, ya que lamujer nórdica decía que tenía asuntos que hablar con el rey,siempre acompañada de Athelstan.


Sin embargo, cuando llegaron al lugar, lo único que parecieronseguir haciendo el rey y esta fue hacer aquel tour por el castillo,mostrándole cada rincón. Le hablaba de las costumbres de aquellatierra, pero, conduciéndola al cuarto donde estaba la piscina, lemostró también los mosaicos romanos que pendían de las paredes.


-No es como mis dioses- comentó esta, cuando el rey le dijo queaquellas figuras eran como sus dioses paganos.-Mis dioses son realescomo tú y yo. Ellos ríen. Y sienten. Y sangran. Y corren por loscielos.


Ecbert sonrió, pues mientras le decía todo aquello, esta se habíaido acercando poco a poco a él hasta que a penas unos centímetroslos separaran.


-¡Es un baño enorme!- comentó Lagertha, agachándose paraacariciar la superficie del agua caliente, aun con una copa entre lasmanos.


-Bueno.....-comentó Ecbert, dejando su copa en la mesa.-¿Quién meacompaña?


Y, tras esas palabras, comenzó a desvestirse, haciendo queAthelstan, que había estado mirándole, agachara la mirada. Judit,que se había agachado junto a Lagertha, había abierto los ojos consorpresa ante esas palabras, pero la rubia extrajera parecía estar afavor de esa idea, aun jugando con el agua.


Lagertha y Ecbert acabaron juntos bajo el agua, con el reyacercándole una copa a esta. Sin embargo, Athelstan y Judit, queestaban frente a ellos, estaban cada uno en una esquina del amplioespacio, mostrándose algo tímidos en semejante situación.


Athelstan no dudó en mirar a Judit, tan desnuda bajo el agua comoél. Hacía tiempo que no había estado con una mujer. En realidad,solo había estado una vez con una mujer y, de alguna manera, laprincesa sajona que tenía ante sí había comenzado a atraerlo dealgún extraño modo. Sobretodo sabiendo que ella también lodeseaba. Sin embargo, cuando esta lo miró y vio que no dudaba enmirarla fijamente, apartó la mirada, algo azorada.


Hablando sobre París, Ecbert parecía encantado de hablar de susvecinos francos. Lagertha y Judit se mostraban interesadas con eltema. Pero, aunque esta primera no parecía preocupada por lacercanía que tenía el rey con ella, no fue del mismo modo con Juditcuando Athelstan se acercó a ella para coger una copa que habíatras ella, ofreciéndosela a esta cuando la llenó con la jarra quetenía entre las manos.


No estaban solos en el cuarto, había sirvientes en las puertas,sirvientes que estaban esperando por si sus señores necesitaban algomás de ellos.


Lagertha y Ecbert no se mostraron nada tímidos cuando comenzaron abesarse delante de todo el mundo, dejando que los gemidos de estacomenzaran a resonar por la estancia.


-¿Qué ocurre?- le preguntó Athelstan a la princesa, notando comoesta estaba cada vez más nerviosa dentro del agua.


-Esto está mal- afirmó esta, tomando un nuevo sorbo de sucopa.-Esta mal- afirmó con más vehemencia mientras contemplaba a susuegro besando a su invitada, apresurándose para salir del agua y dela estancia.


Los tres miembros que había en el agua contemplaron su marcha, peroEcbert y Lagertha no tardaron en seguir con lo suyo mientrasAthelstan no sabía bien qué hacer llegados a ese punto. Seríaabsurdo negar que no sentía algún tipo de atracción hacía ella.Así que, dejando a sus anfitriones ocupados, salió del agua y fuetras los pasos de Judit, encontrándola en el cuarto contiguo.


-Lo siento- le dijo, arrodillándose a su pies, atándose una toallaen torno a la cintura, con ella sentada en un banco.


-¿Por qué?- preguntó ella.-Tú no has hecho nada.


-Ni ha ocurrido nada.


-De eso hablaba- dijo esta, soltándose el pelo recogido.-Yo deseabaque ocurriera. Deseaba que algo pasara entre tú y yo. Ahí, en elagua, delante de todos. Me daba igual. Y eso está mal. Tengo unmarido. ¡Tengo un hijo! Soy cristiana.


-No ocurrió nada y no has hecho nada malo. Y el Señor entiendenuestras pequeñas debilidades.


-Estoy cansada, Athelstan- comenzó a llorar esta.-Muy cansada.


Este la cogió de la mano y, junto con él, la puso en pie,colocandola ante sí.


-Pues ve a dormir- le susurró, mirándola fijamente a los ojos.-Yque nuestro Señor te bendiga y te proteja, Judit. Bendita Judit.


Ambos se contemplaron durante unos instantes, unos instantes queparecieron alargarse hasta el infinito, como si ninguno de los dospudiera apartar su mirada de los ojos del otro. Pero esta, al final,agachó la mirada y se apartó de su lado, dejándolo solo en elcuarto mientras este solo podía contemplar como se alejaba.


................


Después de que volvieran al pueblo nórdico que estaban construyendoen Wessex, Ecbert y la princesa Judit se presentaron sin avisar ensus mismas puertas, trayéndoles noticias de la guerra.


-Nuestros ejércitos han vencido a los de Mercia- informó Ecbert,besando a Lagertha en la mejilla y abrazando a Athelstan.-Gracias aDios, mi hijo está vivo. Y también el rey Ragnar y tu hijo.


-También doy gracias a los dioses- comentó esta, cubierta de tierrade pies a cabeza de nuevo.


-¡Quedaos!- pidió Athelstan.-Vamos a sembrar por primera vez.


-Y hacer un sacrificio a Frey para asegurar la cosecha- terminó deinformar Lagertha.


-Deberíamos quedarnos- le dijo Judit a su suegro, dirigiendo suvista después a Athelstan.-Y participar.


-Estoy de acuerdo. Nos quedaremos para el sacrificio.


Sus nobles no se mostraron muy de acuerdo, pero, ¿qué podían hacercuando su rey quería presenciar aquel sacrificio pagano junto a sunuera?


Estaba claro que los soldados sajones no veían con demasiados buenosojos todo aquel espectáculo, con la gente vestida para la ocasión,con Lagertha hablando en su idioma como si fuera una bruja. Eso,sumado a las antorchas y el sacrificio fue algo que los sajones noestaban preparados para presenciar con buenos ojos. Judit incluso sesujetó a la mano de Athelstan cuando todo el pueblo gritó en suidioma que era el momento.


Se cortó la cabeza al toro que habían traído y bañaron a Lagerthacon su sangre, recogiendo el resto en los calderos de los rituales,llenando estos más pequeños con la sangre y llenando la tierra queiban a sembrar con la sangre primero, consagrando el lugar a su diosFrey.


Los sajones no podían mostrarse más disgustados con todo aquello.Pero era la tierra que se les había asignado a los nórdicos. ¿Quéiban a poder hacer en contra de ello?


O, al menos, fue lo que Athelstan pensó mientras tomaba un puñadode tierra y daba una oración a su Dios para que les ayudara conaquel lugar. Cuando el peligro aun era algo lejano que ninguno deellos conocía.


Findel capitulo 14


Teníapensando solo meter un capitulo aquí, pero, como se me quedabacorto, al final he metido dos, con lo que, creo, se me ha quedadobien de tamaño. Pero, ahora pasemos a hablar delas cosas que me han llamado la atención de estos capítulos:


¡¡¡Torstein!!!¡¡¡¿Porqué?!!!¡¡¡No quiero, no quiero, no quiero!!!!¡¡¡¿Por qué losamigos de Ragnar siempre acaban palmándola?!!! Es como si estehombre fuera gafe o algo. Amigo que tiene desde hace tiempo, amigoque desaparece. Recordar al viejo, que murió meando en la puerta dela casa en la 1º temporada. O Reif, que se sacrificó por ellos. Oel Tuerto, que murió en manos de Rollo al principio de la 2º. Comosigan así, no va a quedar ni Dios. Esto va a acabar siendo peor queJuego de Tronos, que encima aquí hay menos gente.


YRollo, que parece que lleva setas por todas partes. Este hombre ¿quéera? ¿El primer camello de la historia? Va con su platito de setasofreciéndoselas a todo el mundo, como si dijera ''Mira mi mercancía,tío. Prueba. Es de primera'' Solo falta que dijera que era unamoneda de oro por puñadito de setas y ya esta, el primer traficantede drogas.


Ylo de la princesa de Mercia. Resulta que no solo la violó su hermanoa sus 12 años (o me suena que dijo a los 12 en la 2º temporada), sino que su tío empezó con ella a los 6, luego llevándole hombres,diciendo que todos querían probar a una niña, acabando por llevar asu hermano para probarla. Vamos a ver....¿no era princesa? ¿Dóndeestán esas doncellas que debían cuidarla? ¿Dónde coño estabansus padres, que no notaron nada de eso? No sé. Más me parece quejustificaba la matanza de sus parientes con eso que que ocurrierarealmente. Me creería que un familiar la violara porque eso apasado, pero ¿qué este llevara encima a todo dios para probarla ynadie se enterara de nada? No sé, me parece un poco raro.


Unacosita que no es una critica. ¿Os habéis fijado que, cuando losnórdicos van con los barcos llenos de cabezas, cruzando el ríoentre la niebla hacia los otros, los dientes de Ragnar brillan?. ¿Quémétodo de higiene utiliza? ¿Es algún secreto vikingo?


¿Yno se supone que el cuarto con las piezas romanas y los manuscritosera algo de lo que Athelstan no podia hablar con nadie? Sin embargo,Judit entra al cuarto como si nada y mira todo a su alrededor sinproblemas, como si lo hubiera visto cientos de veces. De verdad tengola impresión de que se olvidan de lo que hacen con anterioridad. Ydiciéndole a Athelstan que quiere que la confiese él para luegodecirle eso. ¿Era tan atrevida antes? En la 2º temporada me parecíasuper tímida y que se escandalizaba por todo. Y, sin embargo, derepente, se hace super atrevida y va detrás de Athelstan a saco. Nosé. A cambiado mucho en poco tiempo, a mi parecer.Esta claro que esta calentándole abiertamente para que él haga algoal respecto. En el episodio de la piscina pensaba que se iban amontar una orgía o algo.


Elcapitulo 3 parecía el capitulo de acostarse todos con todos o algoasí. Pero, en fín, eso es lo que he estado viendo hasta ahora. Hesacado buenas imágenes graciosas de este capitulo para mi tumblr.


Nosseguimos leyendo en el próximo capitulo, así que manteneos sanos.Bye!!!!

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