Capitulo 12
Ossaludo de nuevo en este nuevo capitulo, que entendería el capitulo10 de la 2º temporada. Os dejo con la historia y ya hablaremosluego.
CAPITULO 12
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Tras volver a Kattegat con el acuerdo del rey Ecbert bajo el brazo,el rey Horik quiso traer a su familia a la ciudad para celebrar, conlo que, por orden de importancia, Ragnar tenía que dejar su silla aeste y a su esposa dentro de su gran casa, viendo como Horik noperdía tiempo de dar un discurso delante de todo el mundo, diciendoclaramente que él y Ragnar se unirían, pues Ragnar tenía muchoshijos y él unas cuantas hijas.
Athelstan, que se encontraba de pie detrás de Aslaug y los niños,pensaba que se estaba poniendo medallas que no le correspondían,pero no podían hacer nada. Él era el rey y si Ragnar quería seguirllevándose bien con él, tenía que dejarlo hablar.
E, inmediatamente después de aquella charla sobre la union y lafamilia, la fiesta comenzó, empezando a correr la cerveza y lamúsica llenó el amplio salón. Ragnar maquinaba algo, pero noquería decir qué exactamente, pues decía que aun había cosas quetenían que ponerse en marcha para que él hiciera sus movimientos.
Y, al instante, supo que algo pasaba con Horik. Había engañado aRagnar una vez diciendo que él le había traicionado, aliándose conlos sajones, y sabía que este solo quería pelear contra Ecbert.Bien podría ser que estuviera tramando algo contra Ragnar. Y, comosiempre que algo así parecía ocurrir, se quedó cerca, pero nopreguntó nada más. Cuando llegara el momento, el nórdico le diríalo que tenía que saber y se haría lo que se tuviera que hacer.Floki parecía estar implicado en lo que estaba ocurriendo, pero,desde luego, él no iría a preguntarle de qué se trataba.
Para su frustración, Athelstan se lo encontró en la fiesta-banqueteque tuvo lugar en el gran salón cuando comenzó a caer la noche y,aunque toleraba al hombre cuando estaban con todos los demás, nopodía negar que le tenía cierto temor cuando se lo encontraba asolas.
-¿Por qué has vuelto, sacerdote?- le preguntó este, parado frentea él, mirándole con disgusto.-Nadie te quiere aquí.
Trató de ignorarlo, pero, cuando trató de pasar por su lado, Flokile cortó el paso, señalandole con el dedo mientras seguíahablando.
-Traicionaste a los dioses. Nos traicionaste a todos- siguióacusándolo, sin saber qué decirle. Después de todo, él seguíasintiéndose entre dos bandos.-Por tu culpa, Rollo va a morir.
Sus palabras lo afectaron más de lo que deberían, tal vez debido aque ya llevaba unas cuantas copas encima y él mismo ya se habíasentido un poco culpable. Pero, en vez de hablar con este, tratandode defenderse de las acusaciones, prefirió marcharse, alejarse deaquel tipo y refugiarse en algún lugar donde nadie pudieramolestarlo. Lo que menos necesitaba era que siguieran echándole laculpa de cosas que habían escapado a su control.
Era preferible dejar aquellos pensamientos para cuando estuviera máscuerdo.
Sinembargo, cuando llegó la mañana, la fiesta continuaba y los hombrescomenzaron a jugar fuera. Estaban Bjorn, Torstein, Floki, el hijo delrey Horik, Ragnar y él. Y el juego era bastante simple: había quemeter una moneda dentro de un cubo. Ese simple juego era lo bastanteentretenido como para olvidar las penas y arrancaban risas entre losjugadores. Incluso Athelstan se mostró indignado cuando Floki hizotrampa y cogió su moneda en el aire. ¡Aquello era trampa!
Perola bebida no dejaba de correr, así que cuando Ragnar, Bjorn, Rollo,Lagertha, el rey Horik, su hijo y él se reunieron en una sala parahablar de lo que se pensaba hacer con las tierras que el rey Ecbertles había ofrecido, Athelstan solo pudo sentarse en un extremo,esperando a que se le pasara el dolor de cabeza después de tantascopas. Tenía un trapo mojado para aliviar un poco su frente, aunqueno hacía una gran diferencia (N.del Autor: Esto está en la serie. Mirad el minuto 14 del capitulo 10y lo veréis. ¡El pobrecillo estaba con resaca! No se sosteníasobre la mesa, cerca de Bjorn)
El hijo de Horik insinuó que probaran a Ecbert, para ver si erahonrado, pero Athelstan no pudo evitar saltar para defenderlo.Después de todo, este le había protegido cuando no tenía porqué.
-Yo creo que dice la verdad- les dijo, defendiendo al rey sajón.
-Entonces aun eres un inocente- le dijo Lagertha.
-¿Tú estás conmigo?- le preguntó Horik a la aguerrida guerrera.
-No. Los que deseen cultivar la tierra, deben hacerlo y exigir delrey Ecbert protección. Pero los demás, los que queremos seguirluchando, iremos a otra parte, a explorar y descubrir lugares nuevos-les dejó claro a todos.
Nadie habló en contra, pues tenía sentido, así que así fue comodecidieron hacer las cosas. Alguien tenía que reclamar la tierra quese les había concedido y los demás tendrían toda la sangre quequisieran.
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Cuandose celebró un banquete esa noche, Athelstan no se presentó. Auntenía dolor de cabeza debido a la bebida y lo que menos quería eraagravarlo con más bebida (N.del Autor: Revisé la escena de la mesa y luego cuando Torstein estáen el suelo y no lo ví en ningún sitio, así que así lo justificodespués de ver antes como estaba),así que, cuando vió conmoción en el pueblo, preguntó a la gente,preguntando qué pasaba, enterándose de la muerte de Torstein.
En el acto fue en busca de Ragnar, que se había refugiado en sucuarto para alejarse de la gente horrorizada y sorprendida de fuera.
-¿Es cierto eso? ¿Torstein a muerto?- le preguntó, entrando en elcuarto sin más, sin ni siquiera avisar de su presencia. En aquellosmomentos, no pensó en ello si quiera y, de todas formas, había unacierta confianza entre ellos dos para andar con formalismos.
Ragnar le colocó la mano en la boca, silenciándolo, mirando fueradel cuarto antes de conducirlo al interior, haciendo que se sentarajunto a él en la cama, soltando sus labios, casi asfixiándolocuando aquella gran mano también cubrió su nariz.
-Es parte de un plan. Horik pretende matarme a mi y a toda mifamilia- le confesó.-He hecho que Floki se gane su confianza paraenterarme de sus planes.
Losojos de Athelstan se abrieron como platos ante aquello, sabiendo queel rey no era de fiar. Pero....¿planear matar a toda la familia deRagnar en su propia ciudad? ¿Qué clase de lunático formaba un plancomo ese, sobretodo sabiendo lo fiel que era Floki a Ragnar, inclusoaunque hubiera fingido lo contrario con él?
-¿Cómo puedo ayudar?- preguntó el moreno en el acto, inclinándosehacía él, haciendo que el rubio no pudiera evitar sonreír de mediolado.
-Todo está en marcha ya, sacerdote. Lo único que tenemos que haceres esperar preparados a que él ataque y, entonces, caeremos sobreellos- le dijo este, revolviendo sus cabellos de un modo que le hizosentir vergüenza, pues parecía tratarlo como un niño.
-Deberías habérmelo dicho antes. Podría haber ayudado.
-Ya has ayudado suficiente en Wessex. No quería que te volvieras aarriesgar a que te ocurriera algo malo cuando a penas acabas dellegar- le dijo Ragnar, cogiendo su barbilla y haciendo que lo miraracuando Athelstan bajó la mirada al suelo, sintiéndose como uninútil.
Los hombres de Ragnar habían estado trabajando todo el tiempo y, sinembargo, ¿qué había estado haciendo él mientras el peligro secernía sobre el nórdico? ¡Emborracharse como un idiota! Se merecíaque lo hubieran dejado de lado mientras ponían sus planes en marcha.
-Hay algo que quiero que hagamos mañana- le dijo este, después dehaber permanecido mirando fijamente sus ojos.
-¿Qué es?- le preguntó Athelstan, aun sintiendo aquellos dedossujetando su barbilla. Su contacto nunca era desagradable y, laverdad, desde que había vuelto, no habían tenido ocasión de estara solas, así que no se apartó de él.
Ragnar se inclinó sobre él, depositando un rápido beso sobre suslabios, a penas un contacto antes de que se alejara de nuevo.Athelstan había cerrado los ojos para disfrutar de su cercanía otravez, pero este a penas le había dejado tiempo para eso al retirarsetan rápido. A penas había podido sentir su calor de nuevo sobre él,haciéndole gruñir de frustración mientras abría los ojos, viendocomo el nórdico sonreía.
-Tenemos que ir a un sitio, así que no te muestres impaciente,sacerdote.
Athelstan no pudo evitar hacer un pequeño puchero, pero no comentónada más. Todos los demás hombres estaban pendientes de lo queocurría con Horik, de lo que este estaba haciendo en losalrededores, con quién hablaba, qué lugares visitaba..... Si Ragnarle pedía ir a algún sitio en aquellos momentos, era porque teníaque tratarse de algo importante. Tenía que permanecer fuera de laciudad para algo.
Y él nunca había sido nadie para negarle nada.
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La verdad era que el camino que le marcaba Ragnar era largo y difícilde seguir. Había que cruzar un pequeño río y luego trepar por losmontes de los alrededores de la ciudad, pero, a pesar de estarsintiéndose como una cabra mientras lo seguía, no puso objeciónalguna mientras el nórdico caminaba con paso firme por delante deél. Si Ragnar sabía que tenían que ir por allí, no iba a ser élel que le pusiera pegas.
Cuandoeste por fin se detuvo, Athelstan pensaba que se le escaparía elcorazón por la boca, recordándose que no estaba tan en forma comoeste.
-Has perdido forma, sacerdote- comentó este, divertido, mientras loveía tomar aliento.
-¡Dejame en paz!- le espetó el moreno, incorporándose mientrastrataba de no ahogarse, oyendo como este reía.-¿Por qué hemosvenido aquí?
-Por esto- le señaló Ragnar con la cabeza, indicándole algo quequedaba frente a ellos.
Colocándose a la izquierda del nórdico, siguió su vista hastacontemplar una preciosa cascada que quedaba justo frente ellos y,mientras la contemplaba, tuvo que admitir que, a pesar de que pensabaque moriría por el camino, había merecido la pena. Era un hermosolugar, no había nadie por las inmediaciones y se respiraba una calmay una paz que no encontrarían en aquellos momentos en la ciudad. Sí,aquel era un buen lugar.
-Te he visto rezar a tu dios- le dijo Ragnar de golpe, haciendo quelo mirara. No había sonado a reproche para nada.-¿Me enseñarasalguna oración, para que aprenda?- le pidió.
Por un momento, pensó que se estaba burlando de él, pero, trascontemplarlo, supo que este estaba hablándole en serio. En verdadquería aprender alguna oración que decirle a Dios. Se arrodilló enel suelo, enseñándole la postura que debía adquirir cuando seoraba, elevando la vista hacía Ragnar para que le imitara y, aregañadientes, Ragnar lo hizo, observando sus manos para colocarlasen la misma posición que él.
Se sentía tan feliz en aquel momento que casi no se le ocurría queoración enseñarle. Pero, para que Ragnar hablara con Dios, solohabía una que enseñarle. Le enseñó el Padre Nuestro, recitándolodespacio para que este pudiera repetir a su vez.
Cuando dijo Amén, Ragnar trató de ponerse en pie, pero le forzó apermanecer en el suelo, tratando de que él lo dijera. Pero, como noparecía haber forma, lo dijo por él, viendo como este elevaba lavista hacía el cielo, como si agradeciera que hubieran terminado.Athelstan solo pudo sonreír al ver aquella actitud. Después detodo, había sido él el que había querido que le enseñara. Pero sepuso en pie y caminó tras este.
A pesar de que se había empeñado en ir a aquel lugar, no contabancon demasiado tiempo, así que, a parte de enseñarle un poco losalrededores, indicándole qué caminos tenía que seguir para volvera aquel lugar, no pudieron hacer más en aquel pozo de tranquilidad.
-Esta noche va a ser la noche- le dijo Ragnar, cuando ya descendíanpara volver a la ciudad.
-¿Qué quieres decir?- le preguntó el sacerdote, camino tras él,tratando de no resbalarse con el terreno, pues la tierra estabahúmeda y él no sabía desenvolverse tan bien como el nórdico enaquellos terrenos.
-El rey Horik se pondrá en marcha esta noche. Tratara de atacar hoy,así que te quiero preparado. Espera un ataque en cualquier momento.No quiero saber, después de que todo pase, que alguien te ha clavadoel hacha mientras estabas despistado.
Athelstan torció el gesto en una especie de sonrisa, ya que vio laque el nórdico le dirigió, burlándose de él.
-¿Piensasque no sé defenderme? Recuerdo que, en Wessex, fui yo el que tesalvé de ese soldado sajón- le recordó el sacerdote, llegandojunto a los caballos.
-Y ya te dí un brazalete por ello. ¿Acaso quieres otro?- lepreguntó Ragnar, subiendo al caballo.
-A veces eres insufrible, ¿lo sabias?- le dijo Athelstan, que, comosiempre, iba tras él.
-Creo que Aslaug me ha dicho algo así de vez en cuando, pero creoque utiliza más insultos- le respondió el nórdico con buen ánimo,sin volverse hacía él.
Athelstan quiso seguir pareciendo molesto con este, pero le fueimposible contener una sonrisa. Después de todo, había vivido conla princesa Aslaug durante 4 años y sabía que esta bien podríamachacar a su marido con las palabras hasta que Ragnar no supieradonde meterse.
Sin embargo, tuvo en cuenta su advertencia. Sabía que, si le habíaadvertido, era porque se preocupaba por él. Y si se preocupaba porél era porque le importaba. Aquella noche moriría gente y lo quemenos querría Ragnar era saber que él hubiera muerto. Habíatratado de parecer gracioso en el momento, pero solo lo había hechoasí para no hacer demasiado real esa idea, prefiriendo no tentar asus dioses dándoles demasiadas malas ideas. Estos ya le habíanrobado dos hijos y había dejado a uno de ellos sin la posibilidad deandar.
-¿Hace falta que lleve el escudo encima todo el tiempo?- le preguntóAthelstan de golpe, tratando de seguir manteniendo el buen humor.
Y por la risa que vio que atacó a Ragnar, creyó haberlo logrado.
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Cuando el ataque de Horik se inició esa noche, Athelstan corrió acoger su hacha y se colocó en uno de los lugares estratégicos queRagnar le indicó. Tenían que conseguir que el grupo de este semantuviera dividido por la ciudad, haciendo más fácil su trabajo deabatirlos. Sin embargo, cuando los vio pasar, algo le impedía acabarde lanzarse sobre ellos. Había estado de fiesta con algunos deaquellos hombres y, aun así, saber que tenía que matarlos era algodemasiado duro de asimilar.
Pero, por otro lado, se recordó que aquellos hombres estaban allípara matar a Ragnar y a su familia. Querían matar a los niños, a sumujer e incluso a su hijo de otro matrimonio, Bjorn. No iban apermitir que nadie de esa familia saliera con vida, así que,elevando una oración a Dios para que le protegiera durante aquellamatanza, decidió salir al frente y luchar, sabiendo que aquelloshombres no dudarían ni un momento en matarlo si tenían laoportunidad. Él no podía ser menos en consecuencia. Ragnar ya lehabía indicado que no lo quería muerto.
Peleó casi sin ver quien era el enemigo. No quería recordar carascon las que había vivido para que luego se aparecieran en sussueños. Era preferible herir indiscriminadamente y, como pudo, sefue abriendo paso entre los enemigos que se habían estadodesperdigando por la ciudad hasta llegar a la gran casa del conde,sabiendo que Horik había planeado dirigirse allí, del mismo modoque Ragnar había preparado a un grupo de sus hombres que entrarantras ellos y los mataran.
Prefiriendo no llamar la atención, entró por una de las puertastraseras, justo a tiempo, ya que Horik entraba por las delanteras,encontrándose con el ''resucitado'' Torstein. Solo le dio tiempode ver a Ragnar, que le sujetó por la nuca con una mano,asegurándose de que se encontraba en perfectas condiciones, solopudiendo observándole con fijeza, pues Floki estaba allí también,antes de que este también hiciera acto de presencia en el salón,haciendo que su rey por fin se diera cuenta que allí el únicoengañado había sido él mismo.
Horik rogó por la vida de su hijo mayor, sabiendo que Ragnaratendería su ultima petición, pero, cuando el hombre comenzó aacercarse a él, dejando caer su escudo, mostrando que iba desarmado,Lagertha no perdió tiempo de clavar su hacha en él, sabiendo que sumujer había planeado matarla. Bjorn hizo otro tanto de lo mismo,pues sabía que Floki había tenido que salvarlo de los hombres queel rey había puesto tras él. Y Torstein no perdió su oportunidadtampoco.
Floki fue el único que no le hirió personalmente. Solo acarició surostro un momento antes de empezar a abandonar el cuarto. Después detodo, él era la única persona contra la que no había atentado,pensando que era un aliado.
Mientras tanto, Siggy se acercó a Ragnar sin perder de vista al,hasta entonces, rey, tendiéndole la daga que Horik le habíaentregado para que matara a sus hijos, con un pequeño gesto desatisfacción en su rostro, como si hubiera estado esperando aquelmomento.
En ese punto, Athelstan abandonó la habitación, en la parte delfondo, cerca de Aslaug como había estado, como todos los demásempezaron a hacer, sabiendo que Ragnar quería quedarse a solas conél. Este podía perdonar cientos de cosas, pero jamás podríaperdonar a alguien que atentara contra la vida de su familia. Y esoHorik ya debería haberlo sabido de sobra, así que debería deimaginar el castigo que le esperaba en sus manos. Los únicos quepermanecieron con ellos fue el hijo de Horik y el guerrero quevigilaba a este, presenciando lo que se le hacía a los traidores.
Los gritos de Ragnar eran audibles hasta fuera de la gran casa, solologrando que todos se imaginaran la ira que estaba descargando contrael cuerpo de este, así como el sonido característico que se hacíaal golpear un cuerpo repetidas veces.
Con cada puñalada o golpe, Ragnar estaba colocando la corona sobresu cabeza, incluso aunque no lo quisiera. Y, para cuando terminó lanoche, había pasado de ser el conde Ragnar a convertirse en el reyRagnar Lodbrok, el hombre que había viajado por mar abierto hastaInglaterra, sabiendo que su fama se extendería a los confines delmundo.
Nadie podría dejar pasar desapercibido aquel nombre, ya fuera paralo bueno como para lo malo.
Findel capitulo 12
Aquíterminamos la temporada 2, aunque en un primer momento no iba a serun capitulo tan extenso y pensaba meter el capitulo 1 de la 3temporada.
Sios digo la verdad, no quería empezarla. Todos aquellos que ya lahayan visto sabréis porqué lo digo, aunque también tiene esosmomentos en los que me emocionaba como una cría cuando veía aRagnar y Athelstan juntos de alguna manera, haciéndome reír enalgunos momentos cuando pensaba ''Venga ya. Si seguís así, no hacefalta que yo escriba nada''. Ya me la he terminado, así que, aquípermaneceré, esperando la 4º para el 2016, aunque ya no la esperarécon tantas ansias como antes.
Loque tengo que decir de este capitulo en particular es que, cuando via Floki entrando en la gran sala, al final, diciendo que siempre lefue fiel a Ragnar, grité. Juro que grité: ''¡Sí! ¡Lo sabía!''.Me parecía impensable que este le hubiera traicionado de algúnmodo, no cuando parecía siempre tan pendiente de él. Incluso cuandoHorik le dijo que necesitaba pruebas para fiarse de él y se vio tanfrustrado, sabía que no era porque no confiara, si no porque esoestropeaba algún plan. La cosa es que mis padres se volvieron amirarme cuando me puse a gritar, por si me pasaba algo. Estaba encimade la cama con el portátil, comiéndome las uñas y pensando ''No mejodas. Esto no puede acabar tan mal''
Peroes que se vio a Rollo vivo después de que Floki le diera las mismassetas que a Torstein, así que ya nos estaban avisando de que este noestaba muerto incluso antes de que pasara la ultima escena en elsalón. Este fin de temporada para mi fue el mejor, el más perfecto.Los hombres de Ragnar ganaron y él se hizo rey, con Athelstan a sulado. ¿Qué más podíamos pedir? Me imaginé qué imaginarían losproductores para la 3, pero, desde luego, no me esperaba lo que meencontré. Ya comentaremos eso cuando cruzamos ese puente.
Sinceramente,Aslaug le echó aquí un par de huevos, si me permitís la expresión.Si yo sé que todo un ejercito pretende entrar en mi ciudad y quequieren ver a mis hijos muertos, a mi me da igual que mi marido seaRagnar Lodbrok o el mismísimo Odín. Me largo de allí con mis hijoscagando leches y ya que nos busquen cuando todo allá pasado. Sinembargo, ella permaneció allí tan tranquila, como si supiera queiban a ganar. ¿Lo vio con sus poderes de bruja? Chica, si es así,estas desaprovechando tu hermoso tiempo. Ve por ahí a sacar dinerocon eso y deja que Lagertha y Ragnar puedan volver a estar junto yhaznos un favor a todos.
Yese Ragnar loco golpeando a Horik una y otra vez, gritándole ytodo.... Incluso loco me sigue encantando. Tiene que haber algo maloconmigo. Pero, en fin, sigo con la tercera temporada, y lo digotantas veces para que quede claro, igual que he dejado este finalpara los que solo hayan visto hasta la segunda, para que les parezcaun final antes de que sigan leyendo y se vean la 3.
Comosiempre, desearos que os mantengáis sanos y nos seguimos leyendo enel siguiente capitulo. Bye!!!!
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