CAPITULO 29
HADES.
Emily no dejaba de repetir que estábamos jodidos y no podía culparla. Su familia era igual de antigua que los Fray y había sido una de las que la habían condenado a su pase al infierno. Aurora la hablaba tratando de calmarla, pero era imposible, hasta que me canse de tanto berrinche y dije-¿no te parece que es hora de llamar al único Fray vivo? Estoy seguro de que él puede tener algunas respuestas, por ejemplo como es que su tátara tía abuela quiere fugarse y ha encontrado la vuelta a la tierra de los vivos.
Emily se freno en seco y me dijo entre dientes-ni se te ocurra, no lo metas en esto.
-¿A qué te refieres abuela? ¿Quién es él? Y ¿Por qué no podemos pedirle ayuda?
-Si Emily, cuéntanos por favor ¿Por qué no podemos llamarle o mandarle un texto? Estoy seguro de que si se entera de que su hija está en problemas, vendrá corriendo.
Aurora me miro boquiabierta y si Emily fuera capaz de lanzarme dagas con los ojos, yo ya estaría muerto-¿Cómo te atreves?
Mi cabeza comenzó a doler de repente, como si alguien la estuviera exprimiendo-Buen truco, Em, pero no hace falta ponernos agresivos.
Ella potencio el hechizo haciéndome ponerme de rodillas y quejarme del dolor-así es como debes estar hijo del demonio, muestra algo de respeto en mi casa.
-Abuela, déjalo ¡abuela!
De repente la presión se fue como vino, así de repentina y siniestra-gracias dulce.
-¡Deja de provocarla Hades! La próxima dejo que te fría el cerebro. Abuela, necesito que seas honesta conmigo...
Emily se dejo caer en el sofá borgoña y suspiro, de repente se la veía más vieja, mas cansada, con más ojeras- tomen asiento, por favor. Jamás pensé que llegaría este día, sabía que esa bruja del demonio buscaría la forma de volver, pero no creía que fuera necesario inmiscuirte a ti, Aurorita. Cuando nacieron mis hijas, las dos obtuvieron los mismos dones, pero tu madre, Amanda, obtuvo dones que Loren no, por eso ya no resistió mucho a la gran batalla.
-¿Qué gran batalla?
-Hace unos años atrás, los vampiros nos invadieron, eran demasiados. Las brujas luchamos como pudimos, pero hubo muchas bajas, entre ellas mi niña Loren, Sophie tenía en momento dos años edad, era solo una criatura que quedo de repente sin madre que la protegiera, tuve que hacerme cargo. Tu madre en ese momento salía con un muchacho extranjero, había algo en el que no me agradaba, pero hacia tan feliz a tu madre y con el asunto del funeral y los vampiros quede sobrepasada y ni le preste la importancia que requería.
-Nosotros ayudamos-recordaba esa época de la que hablaba Emily, fue nefasta y corrió mucha sangre, hasta que nosotros intervinimos, ya que los seres sobrenaturales y los humanos no daban abasto. Había sido como una plaga de vampiros neófitos con sed de sangre descontrolada.
-Sí, lo hicieron pero demasiado tarde. Todo pareció mejorar, hasta que tu madre quedo embarazada y las cosas volvieron a complicarse. Hice una tirada de cartas y la verdadera identidad de ese muchacho salió a la luz. Ella no quiso asumirlo, que él no era para ella y el, bueno...cuando lo confronte escupió toda la verdad y algo que no me esperaba, el también las amaba. Había maldad en el, pero no en su amor por ustedes.
Cosas raras como la plaga de vampiros ocurrieron con su llegada, si algo era seguro era que no estaban seguros aquí, debían irse. Armamos un plan, hubo cambio de identidades, jamás se le revelaría la verdad de su origen a ese bebe y ellos vivirían una vida normal lejos de todo la magia y Nueva Orleans.
-¿Ese bebe soy yo verdad?
-Sí, Aurora. Tú eres el fruto de una Benet y el último Fray. Eres el fruto de la perdición cariño, todos desearan tus poderes y el mal hecho carne deseara tu alma, para usarla para sus nefastos fines. Tus padres sin saberlo, crearon la incubadora por donde renacerá Agnes Fray, que aniquilara a todos los brujos y doblegara al mundo.
-Esta bien, no nos precipitemos Em, que eso suena terrífico. Le hice, una promesa a tu nieta y nadie, ni siquiera una bruja demonio le respirara cerca si yo estoy para protegerla.
Emily sonrió y me dio escalofríos-¿y si tu eres parte de ese mal Hades? ¿Qué harás? ¿La protegerías de ti mismo?
La pregunta me cayó como una piedra en el estomago, yo jamás la lastimaría, pero no podía pasar por desapercibida la advertencia de Emily en sus palabras. Ella sabia más de lo que decía y eso era peligroso.
-¿Entonces qué debo hacer abuela eh? ¿Esconderme? ¿Huir? Porque me niego a pasar una vida huyendo. Sé que no te agrada Hades, pero el ya me ha demostrado que puedo confiar en él, jamás me lastimaría.
-¿Estas tan segura de eso? ¿O ese amor que va floreciendo les está nublando el panorama completo?
-¿Amor? No sé de qué hablas Em, deja de usar esos sahumerios que se están subiendo a la cabeza.
Sus ojos negros se clavaron en los míos, dándome escalofríos, antes de decir con voz monótona-tres hombres hicieron una promesa, sacrificaron aquellos que mas querían para salvar a su pueblo, pero esa promesa conllevaba un sacrificio. El sacrificio debe cumplirse, o la promesa se romperá.
-¿De qué habla Hades? ¿Qué promesa?
-Estas confundida-reí- eso fue en otro lado, no aplica aquí.
-Recuerda bien, aquel sacrificio Hades y las letras pequeñas, que son las más importantes. Vivirían por siempre, jamás envejecerán, pero no amaran o aquello donde depositen su corazón será arrebatado.
-¿Hades?-Aurora me miro con preocupación, en cambio yo, al darme cuenta de sus palabras y lo que significaban, no pude más que huir y correr lejos. Esto no podía estar pasando ¿Cómo pude olvidarme de eso? Quise protegerla a Aurora cuando teniéndola cerca la ponía en más peligro de lo que ella estuvo jamás. Un dolor en el pecho me doblo en dos, debía alejarme de ella, era lo mejor o sino por mi egoísmo la perdería de la forma mas cruel.
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