CAPITULO 21
Aurora.
El dolor de cabeza estaba matándome, sentía como si alguien me hubiera dado martillazos en ella sin parar.
El olor a huevos revueltos hizo mi barriga gruñir, obligando a mis perezosos ojos abrirse lentamente. Al principio la luz me cegó por completo y tuve que parpadear unas cuantas veces, hasta que ellos se acostumbraron a la luminosidad.
Me sentí desorientada al mirar mi entorno ¡que diablos! ¿Donde mierda estaba? Me encontraba en una habitación victoriana, con maravillosos cuadros, que podría jurar que fueron pintados por artistas famosos y muebles elegantes.
Me mire y quise gritar, solo tenia puesta mis braguitas y una remera de hombre azul.
¿Qué diantres había sucedido anoche? ¿Con quien me había ido del club?
Los recuerdos eran borrosos, cuanto mas trataba de recordar, mas me dolía la cabeza. Hasta que sentí pasos del otro lado de la puerta y me puse alerta, por fin sabría con quien cometí una locura ayer.
Como pude peine con mis dedos mis cabellos, que era una maraña de nudos imposible y me senté derecha. La puerta se abrió y el hombre que entro por ella con una bandeja de desayuno fue el que menos me hubiera imaginado.
Hades entro sonriente y cantando una canción, con una bandeja desayuno que hizo volver a rugir mi barriga. El se giro y clavo sus ojos azul oscuro en los míos, estremeciéndome desde los dedos del pie hasta la cabeza.
-Ya era hora bella durmiente.
Se acerco a la cama y me entrego un vaso de agua con una pastilla- toma esto, te sentirás mejor.
Me lo tome sin pensarlo dos veces y le entregue de nuevo el vaso. El me sonrió y luego dijo-como no sabia que te gustaba, te he cocinado un poco de todo.
-¿Cocinas?-dije sorprendida de que un hombre de su categoría no tuviera personal para ocuparse de sus tareas domesticas.
-Entre muchas cosas, cocinar es uno de los placeres que me ayudan a distenderme.
Asentí callada, pero no me levante, estaba casi desnuda con ¡Hades por dios! Tome valentía y pregunte-¿Qué paso anoche?
El me miro contrariado-¿No te acuerdas?
-Tengo recuerdos borrosos, pero ninguno completo, creo que me excedido con lo que he bebido.
-Ni me lo digas.
-¿Qué te diga que?
El se sentó en la cama y miro picaron-resulta que este ángel del infierno-se señalo-estaba trabajando en paz, cuando una demonio muy atractiva lo llamo en plena madrugada diciendo incoherencias por el alcohol que había tomado. Me preocupe y como buen ciudadano que soy fui a buscarte. Comprenderás que no podía no hacerlo y dejarte ebria después de lo último que paso.
A medida que el relataba, sentía que los colores se me iban subiendo, hasta que sentí arder mi rostro de la vergüenza.
-Cuando te encontré, no pudiste contenerte y te lanzaste sobre este cuerpo sensual ya atractivo y me besaste.
-¿¡Qué yo hice que!?
-Como lo oyes. Admito que me agarraste desprevenido pero luego fue agradable.
-¿¡agradable!? ¿Solo eso?
El largo una carcajada y supe que me estaba tomando el pelo, entonces le pegue en el brazo.
-Auch dulce, eso dolió. Como decía, luego de nuestro candente beso, volviste a tirarte encima de este cuerpito, créeme yo estaba extasiado, ¿dos veces en una noche? Era mi noche de la suerte-le saque la lengua- y ahí fue cuando me vomitaste encima y te desmayaste. Fin de la historia.
Estaba muy avergonzada. No solo me le había tirado a Hades, sino que lo había vomitado en el proceso ¡que horror!
-¿Y mi ropa?
Su mirada se detuvo en mis pechos por un momento y ellos respondieron de forma afirmativa traspasando la tela. Pude ver como sus ojos se oscurecían, antes de respirar y volver a mirarme a los ojos como si nada hubiese pasado- tuve que sacártela, estaba toda ya sabes...Llena de vomito.
-¿¡Tu me desnudaste!?
-Deja de chillar y avergonzarte. No hay nada de malo con el cuerpo humano, es hermoso y digno de apreciar, especialmente el tuyo.
Agarre una almohada y se la tire.
-Hey. Tranquila prometo que aunque quise trate de no mirar y cambiarte rápido, no fue fácil para mi también.
-¿Entonces no dormimos juntos?-suspire de alivio.
-Claro que si, pero no en la forma que tú piensas. Tengo auto control, pero no soy un caballero de brillante armadura y jamás cambiaria mi cómoda cama por el incomodo sillón- rodé los ojos- y obvio-me guiño el ojo-perderme la sinfonía de ronquidos que salían por esa tentadora boca.
Me tape la cara avergonzada y se rio, sacándome los manos lentamente y dándome una mirada que me puso la piel de gallina.
-Jamás te avergüences de ti Aurora y menos frente a mí. Como ayer te dije conmigo estas segura y aunque no soy el bien personificado, cumplo mis promesas y a ti jamás te haría daño.
Sus palabras se calaron hondo en mi corazón, sin saber que en unos días sabría cuanto certeza había en ellas y que el apocalipsis estaba mas cerca de lo que jamás nos hubiésemos imaginado.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top