Aurora

Confusión, angustia y enojo.

Esos fueron los primeros sentimientos que se me vinieron al cuerpo, luego de la confesión de Hades. Una parte de mi sentía que le estaban tomando el pelo, otra que necesitaba ver un psiquiatra urgente porque había perdido la cabeza y la ultima muy pequeña pero igual resaltaba como una luz encandilante, me decía que era verdad y que yo enserio podía convertirme en una bruja malvada.

-¿Quien eres Hades? y ¿por que me ayudas?

La voz me salió en un susurro ahogado, parte de mi quería las respuestas y la otra la inteligente me decía que huyera y me olvidara de todo para mi bien. En el fondo, sabia que una vez descubierta la verdad, nada en mi vida seria igual.

Todo cambiaria y no era muy fanática de los cambios.

Sus ojos se clavaron en mí, analizándome y paralizándome en el suelo. Hades tenia un poder sobre mi y eso asustaba como la mierda, era como si entrara en una especie de hipnosis cuando estaba con el, mi mente me gritaba que corriera, pero mi cuerpo traicionero se quedaba estático, sin responder a mis impulsos.

-¿No se si estés lista para la verdad aun? tu mente recién esta procesando la información que te acabo de dar. Me temo que si te largo todo de golpe, hagas cortocircuito y algo malo pase.

-No puedes darme respuestas a medias, simplemente no puedes. Siento que me volví loca y estoy en una maldita pesadilla que no tiene fin y solo quiero...despertar.

-Hey, no todo tiene que ser malo.

De repente fui consciente de cuan cerca estábamos. Su mano acaricio mi mejilla, casi con miedo, cautela. Me obligo a mirarlo y cuando nuestras miradas conectaron, mi corazón se acelero amenazándome con salirse del pecho.

Era como si pudiese ver todo y a la vez nada en su mirada. Me sentí perturbada y a la vez en paz, fue lo mas extraño que me paso en mi corta vida. Inconscientemente me acerque mas a el, necesitaba estar mas cerca.

Apoye mi mano en su pecho y sentí su corazón acelerarse como el mío hace unos segundos. Mis ojos se posaron en sus labios, los míos se sintieron secos, así que pase la lengua por ellos, atrayendo su mirada a los míos.

-Vaya y yo que pensaba que esta cosa no latía.

-No le cuentes a nadie o arruinarías mi reputación.

Una risa se me escapo y pude ver un asomo de una sonrisa en sus labios. De la nada quería verlo sonreír, reír, saber todo de el y eso fue lo que necesite para alejarme, como si el fuera fuego y yo una tonta queriendo tocarlo.

¡Mierda! no sabía que demonios me estaba pasando. Creo que toda la situación estaba afectándome de más.

El me miro con decepción ¿quizá? no lo se, por que rápidamente volvió a su cara de póker. Mi cuerpo se sintió frio, extrañaba su cercanía y eso estaba mal. Estaba desarrollando un apego poco sano con un hombre que apenas me conocía y que me hablaba de cosas super naturales. De verdad necesitaba salir mas y conocer nuevas personas, la soledad me estaba afectando y también la abstinencia.

-Creo, que debería irme.

-¿No querías saber quien era?-el enarco una ceja.

-Lo pensé y creo que tienes razón. Tengo mucho por procesar y seguir agregando cosas a la lista, no va ayudarme. Agradezco que me quieras ayudar, de verdad si tuviera que llamar para hablar de lo que esta sucediendo no tendría a nadie, porque pensarían que estoy loca y es reconfortante saber que puedo hablar contigo, sin miedo a que me juzgues, como esto-hago un circulo invisible con las manos-fuera nuestra zona segura.

¡Okey! Ya estoy hablando demasiado, yo solo me iré y mañana seguiremos hablando.

Ahora el que me miro como si hubiese enloquecido fue el, pero no dijo nada.

-Esta bien Aurora, es tu decisión y la respeto. Y no estas loca, solo que es mucha información de golpe y tu cabeza esta entrenada para racionalizar absolutamente todo lo inexplicable y cambiar el chip, no es tan fácil como parece. Si me necesitas estaré aquí y seguiremos discutiendo sobre el asunto, mientras tanto por que no vas y te relajas, se te ve bastante estresada y no queremos que causes un cataclismo.

Salí de inframundo todavía mas confundida. El despertaba cosas en mi que jamás me imagine que pensaría y eso asustaba. Necesitaba un respiro de Hades y todo el asunto sobrenatural, así que no se me ocurrió mejor idea que llamar a mi prima y decirle que se prepare, por que esta noche saldríamos de fiesta.

Si en algo estaba en lo cierto, Hades, es que necesitaba relajarme y olvidarme de todo por una noche.