Aurora.

Había pasado una semana desde mi encuentro con Hades y su hermano en Inframundo. Le había dicho que no quería saber mas nada con nuestra investigación, aunque la verdad es que me había tomado este tiempo para pensar y decidir que es lo que en realidad quería.

No era una cobarde, como Hades, me había pintado, solo estaba asustada de averiguar que todo mi vida había sido un fraude y que había sido estafada. Mi cerebro dolía de tanto pensar en como racionalizar todos los hechos acontecidos hasta el momento, solo había podido encontrarle una respuesta coherente al ataque vampiro, diciendo que lo mas seguro era que me habían drogado con algo que contenía alucinógenos.

Pero como había desaparecido de la oficina de Hades y aparecido en el cementerio era algo que no podía racionalizar. Algo dentro de mi me decía que en verdad no estaba loca, solo que habían piezas del rompecabezas que me faltaban para ver la panorámica y la otra parte de mi me decía ¡enloqueciste! vuelve a Canadá y haz como si nada de esto hubiese ocurrido.

Mi prima también se estaba comportando extraño, salía por horas y no decía a donde iba y luego se quedaba sentada con una taza de te en las manos, mirando a la nada.

La verdad es que no podía quedarme sentada mirando la vida pasar, debía averiguar que demonios estaba pasando aunque la respuesta no fuese de mi agrado. Pensé en llamarlo, pero no sabia se me atendería, asique fui directo a la fuente.

El bar seguía igual, que cuando lo deje. Me sorprendía la cantidad de gente que había para ser las diez de la mañana. El guardia me saludo y me dijo que esperara en el estudio, luego de diez minutos esperando al dios del infierno, me puse de pie y comencé a caminar, hasta que me detuve en la biblioteca.

Era gigantesca y había libros que a simple vista parecían tener cientos de años. Mis dedos pasaron por uno en particular, lo saque y acaricie la tapa de cuero rojizo. Un cosquilleo se apodero de mis entrañas, como si mi cuerpo lo reconociera, como si fuera mío.

Lo abrí y un montón de dibujos extraños y frases aparecieron. Las hojas eran color marfil y súper finitas, como si fueran de una biblia y los dibujos estaban hechos en tinta negra con una caligrafía perfecta.

Mis dedos pasaron por esos jeroglíficos y el cosquilleo volvió. No podía explicarlo, era como si el libro me llamara a su encuentro, como si quisiéramos que fuésemos uno.

-¿Que haces con eso?

Hades entro como un relámpago y me quito el libro de las manos. Un vacio se instalo en mi pecho- Yo no puedo explicarlo, pero siento que ese libro me pertenece.

-¿De que demonios estas hablando? este libro tiene millones de años, eso es imposible.

-¡No lo se! solo se que cuando lo toque un sentido de pertenecía me envolvió, las letras me llamaban a leerlas, los dibujos a repetirlos, fue como si entrara en una especie de hipnosis.

-Eso es imposible-susurro.

-A esta altura, no creo que nada sea imposible. Desde que llegue a Nueva Orleans, mi vida se dio vuelta, siento que todos los conocimientos que he adquirido desde que era una niña son insulsos, no me sirven para nada. Todo en lo que creía se fue a la mierda, ya no se ni quien soy y ese maldito libro me devolvió un poco de paz que no tengo desde que he llegado a este maldito lugar.

-Wou tranquila fiera. Si lo necesitas paz, no voy a ser yo quien te la quite, pero no puedes tener este libro, es sumamente peligroso.

-¿Por que no? es un simple libro con tapa de cuero y dibujos.

Hades largo una carcajada y abrazo más el libro- siempre tan inocente Aurora. Este libro es un grimorio y perteneció a la bruja mas peligrosa de todos los tiempos. Se lo quite antes de que se quemara con el fuego del infierno. Pensé que estaría a salvo bajo mi poder, pero ahora veo que equivoque, tu me dices que te sientes invocada por el y yo te creo, pero eso es lo que lo vuelve mas escalofriante mi dulce Aurora.

Y si la cosa va por donde me imagino, no solo eres alguien peligrosa, eres la mismísima descendiente de Agnes Fray, una de las brujas vudú mas temidas de toda la historia y este libro que tanto añoras era su grimorio con el cual practicaba la magia de las sombras para su propio beneficio y que juro vengarse luego de que fue quemada por las mismas brujas de su aquelarre.