HADES

-¿Qué estas tramando?

Mire a mi hermano con cara de inocencia-¿Por qué estaría tramando algo? Simplemente me gusta la chica y me esta costando llevarla a mi cama. Ni hablar después lo que hiciste, seguramente ni me conteste el teléfono.

-Ya me parecía raro que tú quieras hacer terapia.

-Los tiempos cambian Apolo, no creo a ninguno nos vendría mal hacer terapia y sacar nuestra mierda afuera.

Apolo se paro de golpe y tomo mi camiseta con las manos, sus ojos brillaron con furia- Nadie sacara su mierda afuera Hades, sabes que si pasa eso las consecuencias serian catastróficas.

Luego me soltó y se acomodo la corbata, como si nada hubiese pasado- si mal no recuerdo esa chica fue la victima de uno de los vampiros de la otra noche. Sabes que me interesa una mierda lo que tu y Morfeo hagan con las mujeres humanas, pero esta tiene algo especial, no se que es, pero me inquieta y debemos vigilarla.

-¿Debemos?

-¿Puedo confiar en ti para vigilarla? ¿Me puedes prometer que no la cagaras? por que si puedes hacer eso, puedo dejarla bajo tu velo, sino me ocupare yo mismo.

Largue una carcajada-¿acaso te olvidaste con quien estas hablando hermanito? claro que puedo con una simple humana.

Eso pareció ser suficiente para el, ya que termino su trago y se fue dejándome solo. Tome asiento y masajee mis sienes, este juego se volvía cada vez mas peligroso y sentía que ya no había forma de pararlo. Yo no quería pararlo.

Si mi hermano tenía razón en algo, era que ella era especial. No era una humana cualquiera, era una descendiente de las brujas Bennett, era poderosa aunque todavía no lo asumiera y manos equivocadas serian una gran arma de destrucción.

También estaba el hecho de que mis años de experiencia me decían que ella no era una bruja cualquiera. Había algo más oscuro en ella, una oscuridad que me atraía como un mosquito a la luz, que me reconfortaba.

Agarre mi teléfono y le mande un mensaje.

-¿Podemos continuar nuestra charla?

Su respuesta no tardo en llegar.

-Esto no fue una buena idea Hades, me retiro.

-No creía que fueras una cobarde dulce Aurora.

-No lo soy, solo asumí que todo esto es una locura y que tu te estas aprovechando mi crisis mental para meterte en mi cama.

-¡Vaya! eso fue arrogante de tu parte, decirme lo que crees que yo quiero hacer. Te diré algo dulzura, si yo quisiese meterme en tu cama ya lo hubiese hecho. Solo quiero aclarar las cosas y asegurarme que no eres una bomba nuclear a punto de explotar.

-Esto es una maldita locura Hades ¿vampiros? ¿Sangre que cura? ¿Ahora me dirás que puedo convertirme en una como bella en amanecer?

-Ves demasiadas películas Aurora. Pero lo justo es justo si tu no coperas con la investigación yo tampoco lo hare. No hago caridad y sobre todo no trabajo gratis.

Espere su respuesta, pero debo decir que nunca llego y yo no me caracterizaba por tener paciencia. Ella vendría a mí, lo sabia, era una mujer curiosa por naturaleza y aunque ahora estuviese negada a aceptar la realidad, volvería conmigo porque las preguntas no la dejarían en paz.

Aparte de que éramos inevitables.

Algo me decía que ella había sido enviada hacia a mi, pero de lo que no estaba seguro era si había sido enviada a salvarme o a destruirme. No voy a mentirles, a lo largo de mi vida inmortal muchas mujeres tuvieron los cojones de intentar salvarme, pero ningún paso las pruebas o llego a lograrlo.

Es mas ninguna logro llegar a mí pero de igual forma se enamoraron. Siempre había vivido con ese vacio que te come poco a poco el alma y la cordura, que hace que vayas caminado como un pobre diablo sin rumbo, nunca tuve un lugar que pudiese llamar "hogar", ni personas a las cuales acudir, salvo mis hermanos.

No me quejo, el amor vuelve débiles y tontas a las personas. Pero desde que la conocí, ella cambio todo a mí alrededor y mi forma de ver la vida se sentía con ganas de cambiar de perspectiva y mandar todo a la mierda.

El vacio ya no se sentía solo y recobró la esperanza de poder ser llenado.

Yo no era ningún santo, era más bien destrucción. En cambio Aurora era luz y oscuridad en un equilibrio perfecto, que me tentaba y me llamaba a consumirla y eso era lo mas interesante y aterrador.

Sabia que debía alejarme de ella por su propio bien, todas las personas que se me había acercado habían salido lastimadas. Yo tenia una maldición que nadie podía romper, pero mi lado egoísta no quería dejar de ver a la única persona que miles de años había logrado crear un cambio en mi, que había logrado que vuelva a tener esperanza.