Un centella... y se apagó la luz.

Estoy tumbada en el suelo. Me incorporo, desorientada. Bajo mi mano, un tibio charco de sangre. De un sobresalto me levanto, grito y me estremezco. 

  ¡Desespero!  

Mi cuerpo yace frente a mí, mientras una silueta se aleja.

Y ahora, ¿qué? ¿Qué hay después?...

https://youtu.be/Pe59NSVL1bY

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Notas de la Autora: Éste microrrelato de 50 palabras fue creado para participar en el concurso de @DanielaCriadoNavarro. Sé que puede resultar trágico o perturbador, pero cuando escribo me gusta insinuar temáticas que me  inquietan. 

Cada lector tiene sus propias interpretaciones, pero en éste caso me gustaría hacer énfasis en algunas cosas:  la elección de los géneros (roles) no es un accidente. Si bien la esencia central funciona para cualquier persona, (ya que todos en cierto modo le tememos a la muerte y a la incertidumbre del después), vivimos en un mundo peligroso, para las mujeres más. 

El melancólico fragmento musical del final lo escogí y armé especialmente para esta obra, digamos que es el epílogo sonoro. Lamentablemente no encontré otra forma de agregarlo que no fuese en video. 

Por otro lado, aprovechando que es un mini-cuento, recordarles lo efímera que puede ser la vida. Quizás muchos aquí son muy jóvenes, o no se han enfrentado a ninguna pérdida aún, o quizás a veces nos encontramos "estancados", desganados, por inercia... y no somos conscientes de ello.

En un minuto podemos estar, y en otro no... Así que ánimos, ¡y a disfrutar que estamos vivos!