𝙸𝙸-𝚇𝙸𝚇
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"Y te sueño piel con piel, ahogado en besos y tus risas amor."
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• Viernes 23 de Julio 2021, Milton Keynes, Inglaterra.
C A T A R I N A
Me dejé llevar por la tonada de la melodía para comenzar a saltar la cuerda, con cada acorde de guitarra daba un salto más, logrando tomar un buen ritmo, Jo tenía razón al reproducir Después del After de Kinky para poder terminar mi entrenamiento.
— Vamos Cat, solo dos minutos más. — yo asentí sin distraerme del ejercicio.
De un momento a otro sentí como la música taladro más fuerte de lo normal, mis oídos, pensé que Jo había subido el volumen, pero cuando mi vista se tornó ligeramente borrosa, descarte la idea, sentí como mis pies se enredaron con la cuerda y termine tropezando cayendo de rodillas en el piso, para mi fortuna logre meter mis manos antes de que mi cara se estampara contra la duela.
Jocana al instante se acercó a mí y tomo mis manos para ayudarme a ponerme de pie, me llevo hacia uno de los sillones que se encontraban en el gimnasio de la casa, y me obligo a tomar asiento, llevo su mano hacia mi barbilla para tomarla y lograr inspeccionar mi rostro.
— Estás muy pálida Catarina, ¿Qué sientes en este momento?. — llevo su mano de mi rostro hacia mi muñeca. — ¡Sergio ven aquí!. — gritó el moreno llamando a mi esposo.
— Mi corazón está palpitando con demasiada prisa y siento que todo me da vueltas. — él asintió a mis palabras, comencé a sentir un ardor en mis rodillas, las mire y note que se habían logrado raspar ligeramente gracias a que portaba un short.
Sergio ingresó a la habitación, al parecer mi semblante lucía muy mal, por qué en el momento que nuestras miradas se conectaron él se acercó apurado hacia mí.
— ¿Qué pasa mi amor?. — cuestiono llevando su mano hacia mi mejilla, iba a tratar de explicarle, pero no logre articular palabra.
— Estaba terminando él saltó de cuerda, pero de un momento a otro se desvaneció hacia el piso. — explico Jo. — Su pulso está regresando a la normalidad, pero lo mejor será que acudan al médico. — Sergio asintió.
— No es necesario. — replique. — Ya me siento mejor. — Jo negó.
— Catarina no fue normal ese bajón que tuviste, puedes tener alguna afección fuerte. — el moreno me señalo.
— Bonita, Jo tiene razón, no perdemos nada con que te cheque un médico, anda, te acompaño para que te des una ducha y salimos hacia el hospital. — yo negué.
— Estoy bien, de verdad, solo no he estado comiendo como debería estos días, eso es todo. — Sergio me miró con molestia.
— ¿Y cuáles son las razones para que eso pase?. — pregunto mi esposo con molestia, al no recibir respuesta de mi parte solo suspiro. — Está bien, te acompañaré arriba para que te recuestes.
Sergio me ayudo a ponerme de pie, tomo mi cintura y de un momento a otro paso su brazo por debajo de mis rodillas para cargarme entre sus brazos.
— No es necesario, puedo caminar. — a pesar de que me resistí no recibí ni una palabra de su parte.
— Ahora regreso amigo. — Jo asintió ante las palabras de mi esposo.
— Mejórate Cat. — Jocana me brindo una sonrisa, a duras penas la correspondí.
Sergio salió de la habitación que utilizábamos como gimnasio y fue directo hacia las escaleras de la casa, las cuales subió sin prisa, al llegar arriba se dirigió a nuestra habitación, deposito mis pies sobre la alfombra y al instante fue a la cama para destenderla, cuando su cometido estuvo listo regreso a donde me había dejado y me tomo por segunda vez entre sus brazos, finalmente me deposito sobre el colchón, retiro los tenis de mis pies y termino por cubrirme con el edredón. En un par de movimientos acomodo mis almohadas para que pudiera recostarme de manera cómoda, logrando que una punzada de ternura se instalara en mi corazón.
— ¿Necesitas que te traiga algo?. — yo negué, procedió a sentarse sobre la cama al lado de mis pies mientras me miraba. — Bonita, no me gusta que te descuides de esa forma, entiendo que tienes tus pendientes por tus negocios y la academia, pero tu salud es más importante mi amor. — me mostró una pequeña sonrisa. — Me encargaré de traerte algo de comer.
— Sergio no es necesario. — noté como me miro dolido, desde hace un par de días había dejado de llamarlo con apodos cariñosos, y eso era algo que comenzaba él a notar, solo asintió.
— Bajaré para despedir a Jo, si necesitas algo no dudes en pedírmelo. — se colocó de pie y salió de la habitación.
Suspire al verlo salir, como me hacía falta tener a Pierre aquí para que me ayudara a controlar mis impulsos, a veces creía que su idea de hablar las cosas de frente con Sergio no era algo descabellado, pero el dolor y coraje que tenía acumulado en mi interior me pedían a gritos que simplemente ignorara al que era mi esposo y me dedicara a disfrutar mi vida por aparte.
Finalmente, decidí acomodarme sobre el colchón y cerrar los ojos, no me vendría mal descansar un rato mientras Sergio se iba hacia la fábrica permitiéndome estar tranquila y sin molestias.
・・・
Comencé a sentir como todos mis sentidos se activaban de nuevo, estaba despertando, cuando abrí los ojos lo primero que vi fue el techo de la habitación que era levemente iluminado por la lámpara de noche de mi lado, me estiré con pereza tratando de despertar por completo, giré mi cabeza a la derecha y me sobresalte al observar a Max sentado en el sillón ocasional de la habitación que pertenecía a Sergio mientras divagaba en su celular.
— ¿Qué haces aquí?. — cuestione sintiendo como mi boca se encontraba reseca, el rubio me miró.
Al instante se puso de pie y se acercó hacia la cama, termino por sentarse a mi costado, llevando su mano hacia mi mejilla para acariciarla.
— Vine en cuanto Checo me comento que no iría hoy a la fábrica porque te habías sentido mal y quería quedarse para cuidarte. — mi corazón sé hablando levemente al escuchar las palabras del neerlandés, pero algo no me cuadraba.
— ¿Te lo dijo directo a ti?. — Max negó.
— No precisamente, le aviso a Christian y cuando llegue a la reunión, Horner me lo comunicó. — asentí. — Llegue con la excusa de que le habían mandado unos papeles.
— No creo que sea buena idea que estemos tan cerca, Sergio puede subir en cualquier momento. — me removí incómoda sobre el colchón.
— Tranquila, cuando llegue Checo iba justo de salida con prisa alegando que quería comprar los ingredientes para hacerte una sopa o algo así, me pidió que me quedará contigo mientras regresaba.
Asentí ante las palabras de Max, ambos nos miramos fijamente, de un momento a otro el ladeo su cabeza, al parecer me analizaba, y si era sincera comenzaba a incomodarme.
— ¿Qué pasa? — cuestione al momento que miraba mis manos con nerviosismo.
— Nada, es solo. — pauso por un momento mientras me seguía analizando. — Hay algo que te hace lucir diferente, pero no sé con certeza que es. — Max me brindo una sonrisa a medias.
— Solo ideas tuyas tal vez. — reí levemente y él negó con gracia al momento que se ponía de pie y se acercaba para terminar por tomar asiento frente a mi en la cama.
— ¿Cómo te sientes? — cuestiono tomando mi mano.
— Un poco cansada, pero los síntomas de hace un rato ya pasaron. — Max asintió.
— Catty, la salud no es algo que se debe de tomar a la ligera, no te vendría mal ir al médico solo para hacer un chequeo general y revisar que todo se encuentre bien. — asentí a sus palabras.
— Lo más seguro es que sea alguna descompensación por el descuido en mí horas de comida. — Max me miró con molestia. — Lo siento, a veces con tantos compromisos las horas se me van y termino por comer más tarde de lo normal, pero comenzaré a organizarme, lo prometo. — deje un apretón en su mano para tranquilizarlo.
El neerlandés me iba a responder, pero el sonido de su celular lo interrumpió, lo tomo del bolso de su jean para mirar con prisa a pantalla, al instante una mueca se formó en sus labios.
— Es un mensaje de Checo, acaba de llegar, se encuentra en la cocina. — yo asentí.
— Vamos. — con cuidado Max quito las sabanas de mi cuerpo.
Tome asiento sobre el colchón y agradecí el que mis pantuflas se encontraran al pie del borde de la cama, esto debía ser obra de Sergio, ingrese mis pies en estas y logre ponerme de pie, de la mesa de noche tome el cárdigan rojo para colocarlo sobre mi cuerpo, cuando estaba por comenzar mi andar Max me ofreció su brazo, lo tome y así ambos salimos con rumbo hacia la parte baja de la casa.
El recorrido transcurrió en silencio, ninguno de los dos emitió palabra alguna, al parecer ambos íbamos sumidos en nuestros pensamientos, antes de entrar a la cocina Max deshizo nuestro agarre, me miro y con cautela dejo un beso sobre mi mejilla logrando que yo sonriera a medias, con su mano me permitió el paso así que ingrese primero que él.
Al escucharnos ingresar Sergio al instante nos miró, su rostro se desfiguró al notar mi presencia, con prisa se acercó a mí.
— ¡Bonita!, no deberías de estar aquí. — tomo mis manos al tiempo que dejaba leves caricias sobre estas. — ¿Por qué no te quedaste descansando? — me cuestiono con preocupación.
— Ya me siento mejor, no me podía quedar acostada mientras tenemos visitas. — argumente refiriéndome a Max.
— Perdón si te sentiste desorientada al verlo a él y no a mí cuando despertaste, vino a traerme unos papeles que Christian necesitaba, y como aún no hacemos el súper tuve que ir a comprar un par de cosas para poder hacer la sopa que te gusta. — comento provocándome ternura y logrando que una sonrisa se formara en mis labios. — Me tomé el atrevimiento de pedirle que se quedara contigo mientras salía por si se te ofrecía algo.
— Gracias. — libere una de mis manos de su agarre y la lleve a su mejilla para dejar una leve caricia sobre estas. — Aunque no era necesario, podría haber comido cualquier cosa.
— Nada de eso, te sentiste mal y mi deber como tu esposo es consentirte, aunque sea solo con una sopa. — Sergio llevo su agarre a mi cintura y me acerco a su cuerpo, cerré los ojos al instante, sabía lo que se veía.
Pero esto se interrumpió al escuchar el carraspeo de Max a nuestras espaldas, por inercia me alejé de Sergio, sintiéndome culpable por haber montado esta escena frente al rubio.
— Me disculpo por interrumpirlos, ahora que Sergio está aquí lo mejor será que me vaya. — noté cierto atisbo de molestia en la voz del neerlandés.
— ¿Por qué no te quedas a comer con nosotros? — cuestiono Sergio, iba a apoyar su idea, pero Max me gano el habla.
— No quiero molestar, Catarina necesita descansar, otro día será. — ambos hombres asintieron.
Max se acercó a Checo, acordaron un par de cosas acerca de sus juntas en la fábrica y terminaron despidiéndose con un abrazo fraternal, cuando el rubio llego a mi lado simplemente dejo un beso rápido en mi mejilla y se dio media vuelta para salir de la cocina, a los pocos minutos se escuchó como la puerta de la entrada era cerrada, se había ido dejándome apenada y sin la posibilidad de darle alguna explicación.
・・・
• Sábado 24 de Julio 2021, Milton Keynes, Inglaterra.
Mire a mi alrededor, la academia estaba casi lista, me encontraba en Bugdo, había decidido tomar el día para acomodar y añadir los cuadros con diversos diseños que había adquirido para las paredes, me había encargado también de reorganizar algunos de los mobiliarios del salón, al llegar por la mañana y observar el acomodo dejo de agradarme, era necesario recordarlos.
Afortunadamente había terminado, ahora me encontraba sentada sobre el piso en el centro del salón, escuchando la música que salía de los parlantes e imaginando como sería una coreografía que compactara con la melodía, faltaban pocas semanas para que la academia se inaugurará nuevamente, muchos miedos me invadían, más al estar en un país ajeno al mío, pero sabía que con el favor de Dios todo saldría de maravilla.
Mientras seguía en mi ensoñación la puerta del estudio se abrió, en automático mire a la persona responsable y le brinde una media sonrisa, él solamente llego a donde yo me encontraba y tomo asiento junto a mí, por unos instantes ambos solo nos dedicamos a escuchar el ritmo de la música, pero para ser sincera el silencio estaba logrando que me pusiera ansiosa, por eso me decidí a hablar.
— ¿Cómo estás? — él me miró.
— Bien, eso creo. — un gran suspiro salió de él. — Catty, esto es muy difícil para mí. — pauso mientras rascaba su barbilla exasperado. — Sé que no debí reaccionar así ayer, pero, me es imposible después de todo lo que hemos hablado, no sentirme celoso en los momentos en que Sergio tiene el mínimo contacto contigo.
— Perdóname Max, no debí dar pie a eso, son solo las viejas costumbres. — él asintió. — Debes de entender que él ha sido la persona con la que he compartido mi vida desde hace años, no es fácil cambiar rutinas de la noche a la mañana. — suspiré. — Y no quiero que pienses que estoy jugando con ambos solo por favor dame tiempo para asimilar todas las emociones que estoy sintiendo. — nuestras miradas se encontraron.
— No te presionaré, incluso si necesitas tu espacio para sanar y reflexionar, yo puedo hacerme a un lado. — yo negué.
— Estoy muy segura acerca de lo que siento por ti, que eso no te quepa duda, de verdad me gustas, y nada me haría más feliz que intentar algo nuevo con alguien que si tenga sentimientos sinceros hacia mi. — una gran sonrisa apareció en los labios del chico.
Max al instante acortó la distancia entre nosotros, sin pedir permiso impacto sus labios con los míos, de inmediato correspondí su gesto, era un beso diferente a los previos que habíamos compartido, esos estaban llenos de emoción, adrenalina y nerviosismo, pero este solo estaba guiado por los sentimientos que comenzaban a crecer dentro de ambos, sentimientos que esperaba no nos llevaran a la perdición.
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• Domingo 1 de Agosto 2021, Circuito de Hungaroring, Hungría.
— Eres increíble de verdad. — carcajee mientras él toma mi mano para guiarme hacia el pequeño sofá que decoraba su motorhome y terminamos tomando asiento uno al lado del otro.
— Y créeme, eso es lo más sencillo, a mi hermana le encantaba que trepáramos los árboles de la casa de la abuela, de esas aventuras tengo incontables cicatrices, pero no me arrepiento de nada. — sonreí, el sonido de unos golpes sobre la puerta logro alertarnos.
— ¡Ya es hora Max! — al escuchar la voz de Bradley ambos nos relajamos.
— Creo que tengo que irme. — ambos nos colocamos de pie.
Max fue directo hacía su mesa de soporte para tomar su casco, regreso hacía mi y lo tome para que pudiera acomodar el mono sobre su cuerpo, acto que no le tomo más de dos minutos, de nuevo deje el casco sobre sus manos y él me brindó una sonrisa.
— Mucha suerte en la carrera Maxi. — me acerque y con cautela deje un pequeño beso sobre sus labios, o al menos eso planeaba, pero el rubio tomo mi cintura con su mano libre obligándonos a alargarlo, termine rodeando su cuello con mis brazos, para más comodidad de ambos.
— ¡Max Emilian es la última vez que te llamo, no me hagas entrar! — exclamo Bradley con seriedad, nos separamos entre risas.
— Anda, ya suficiente hace con cubrirnos como para que lo hagas enojar. — Max asintió.
— Te veo en unos momentos. — dejo un beso sobre mi mejilla. — En cuanto llegue a mi box y me asegure de que Checo está en el suyo, enviaré a Bradley por ti, ¿Está bien? — asentí.
Con prisa se dirigió a abrir la puerta y salió cerrando la misma tras de él, en ese momento solté un gran suspiro, mi celular se dejó escuchar, tuve que buscarlo rápido en mi bolso para darme cuenta de que era una llamada de Sergio, conteste sin más.
— Bonita, no tengo mucho tiempo, solo quería saber, ¿Pasarás la carrera en el box de Pierre para ir ahí por mi beso de buena suerte? — cuestiono agitado, seguramente iba corriendo por el paddock. Mordí mi labio con nerviosismo, creo que no había sido buena idea escaparme al box de Max escudándome con que iría a ver a Pierre. — Mi amor, ¿Estás ahí? — su voz logro hacerme regresar a la realidad.
— Si aquí estoy, ¿Ya estás en tu box?, voy llegando. — me animé a mentir.
— Sí, vine solo a dejar mi equipo para después ir contigo, pero si ya estás llegando te espero aquí. — sin darme oportunidad de responder, él colgó.
Bradley aún no había llegado, pero Sergio me acababa de confirmar que se encontraba en su box, con prisa salí del motorhome de Max para dirigirme ahí, trate de disimular de donde provenía, pero fue inevitable que personal de RedBull me observara salir.
En el camino hacia la escudería, respiré profundo varias veces, tenía que tranquilizar mis nervios y confiar en que ningún rumor sobre Max y yo comenzaría a circular, mi teléfono celular vibro entre mis manos, mire la pantalla encontrándome con un mensaje de Pierre.
"Catarina, un rumor está corriendo entre algunos pilotos en el paddock, tenemos que hablar."
Apreté mis ojos con fuerza, esto no podía estar pasando, acelere el paso para lograr llegar antes de que la carrera iniciara, la mayoría de los lugares asignados para el público en el box se encontraban ocupados, me coloque en cuclillas para lograr ver si Sergio aún estaba disponible, al hacer esto noté como él también me buscaba entre la multitud, fue hasta que nuestras miradas se encontraron que él me brindó una sonrisa, le hizo una seña a Canales quién al instante asintió y señalo con su mano la cinta que dividía el box de la zona de visitantes.
Tuve que abrirme paso entre la multitud, ganándome algunas miradas molestas, pero tenía que llegar hasta Jo. Al verme él me ayudo a pasar por debajo de la cinta, tomo mi mano y me llevo directo hasta donde Sergio se encontraba. Una vez frente a frente ambos nos fundimos en un abrazo, con miedo me aferré a él, comenzaba a sentir la presión de la situación y un mal presentimiento crecía dentro de mí.
— ¿Estás bien? — me cuestiono.
— Sí, todo bien, solo que. — pause y Checo asintió.
— ¿Tienes un mal presentimiento? — sus palabras no me sorprendieron, si había alguien esta vida que me conociera como la palma de su mano, sin duda era Checo, asentí sin más. — Bonita, por favor tranquilízate, no quiero que te sientas mal como en días pasados. — por inercia lo abracé de nuevo. — Mi amor todo estará bien. — se despegó de mí y tomo mi barbilla con su mano para obligarme a mirarlo. — Te prometo que acabaré esto y nos podremos ir a casa, ¿Bien?.
— Sí. — como era costumbre lo persigne esperando que fuera suficiente para que regresara bien. — Cuídate. — Sergio acorto la distancia entre nosotros y beso mis labios de manera corta.
— Te amo Catarina. — pude notar como mis ojos se rozaban ante sus palabras, logrando que él me mirara con desconcierto.
— Yo también a ti. — me acerque a él y deje un beso en su mejilla.
Cuando se alejó Jo tomo mi brazo, comenzamos a caminar para regresar hacia la zona de invitados donde pude percibir ya había un lugar desocupado para mí, de nuevo Canales me ayudo a pasar bajo la cinta y una de las chicas que se encargaba de ordenar la zona especial me guío para llegar a mi lugar, una vez que tome asiento lleve una de mis manos hacía mi pecho para sobarlo, el dolor no se calmaba y la sensación de ahogamiento comenzaba a ser mayor, respire un par de veces aunque fue inútil.
La situación me estaba rebasando, en mi cabeza se repetían las palabras en el mensaje de Pierre, y me sentía muy descarada por regresar al box de Checo como si nada después de estar compartiendo tiempo y besos con su compañero de equipo, tenía que ordenar mis ideas así como mis sentimientos si no quería que algo malo pasara.
Regrese a la realidad al escuchar él vitoreo de las personas a mi alrededor, los autos se encontraban terminando de posicionarse en la parrilla de salida, tome los audífonos frente a mí y los coloque sobre mis orejas para comenzar a escuchar la información, a pesar de escuchar la radio no me sentía concentrada mi mente estaba dispersa.
Las luces rojas se apagaron y la carrera comenzó, concentre mi vista en el monoplaza de Sergio, logro una buena largada en la recta principal, superando al instante a Valtteri, a su lado derecho se encontraba Lando, pero estaba segura de que al tomar la curva el de pecas lograría posicionarse delante de mi amigo tomando el tercer lugar, al menos eso creía, de un momento a otro el monoplaza de Bottas impacto tras el de Lando, logrando que el del británico perdiera el control y terminara impactado contra el de Max, al mismo tiempo Valtteri siguió su curso impactando el monoplaza de Sergio proporcionando un gran golpe en el costado del auto y logrando expulsar a mi esposo hacía la graba.
Me tranquilicé al notar que Checo logro recuperar el control del auto y regreso a la pista, al instante se lanzó una bandera amarilla, la mayoría de los monoplazas regresaron al pit lane, entre ellos Sergio, cuando el de pecas se estacionó frente a su box sus mecánicos corrieron a examinar el auto, deje mis manos sobre los audífonos, esperando para escuchar la decisión final.
Luego de evaluar los daños, decidieron retirar el monoplaza de Sergio, no había más que hacer, quite los audífonos y los deje sobre la mesa, me puse de pie y me abrí paso entre la gente para lograr llegar a la salida del box tome rumbo directo hacia la energy station, él tenía que pasar por ahí antes de dar las entrevistas pertinentes a los medios, para mi buena suerte me encontré con Iulia en el camino, la antes mencionada me abrazo al instante, había acumulado tantas emociones en tan poco tiempo que me fue inevitable comenzar a llorar.
— Todo está bien Cat. — la morena sobo mi espalda. — No fue un accidente grave, él ya viene en camino. — asentí al momento que nos separábamos y limpiaba las lágrimas de mis mejillas. — Vamos, te acompaño a su room antes de ir con los medios.
Mi amiga tomó mi mano y comenzó a guiarme hacia la habitación, en unos minutos llegamos y fue fácil ingresar al no haber gente alrededor, fue hasta que tome asiento en el sofá que Iulia soltó mi mano.
— Tengo que irme, pero Sergio no debe tardar en pasar por aquí. — acaricio levemente mi cabello y salió de ahí.
En cuanto ella abandonó la habitación, mi cuerpo decidió relajarse, las lágrimas comenzaron a caer descontroladas por mis ojos, comencé a hipear levemente, pero estaba consciente que estaba descargando mis emociones, el accidente de Sergio, los momentos con Max, las palabras de Pierre, las miradas lascivas y mis emociones encontradas estaban pasándome factura, no entendía qué sucedía, o al menos trataba de engañarme, sabía que todo esto era gracias a los actos que estaba cometiendo a espaldas de mi esposo.
・・・
Mordí la uña de mi dedo índice, la ansiedad persistía, pero trataba de ocultarlo, me encontraba "tras bambalinas" escuchando las declaraciones post carrera de Sergio, la carrera había finalizado hace rato, cuando el de pecas llegó por mí a su habitación no tuvimos la oportunidad de hablar a fondo, solo me dediqué a tranquilizarlo y escuchar acerca de lo sucedido, sabía que él necesitaba más desahogarse que yo, además no es como que le pudiera decir "estoy un poco estresada o confundida por los sentimientos que estoy desarrollando hacia tu compañero", no sería algo prudente.
Logre sentir como alguien tomó mi hombro, era Pierre, se posicionó a mi costado.
— ¿Puedes acompañarme unos segundos afuera? — asentí.
Mi amigo tomó mi mano, nos dirigió hacia la puerta y con prisa salimos de la sala de conferencias, Pierre tomó camino hacia el pasillo derecho, se acercó a una de las puertas y la abrió, me permitió entrar antes que él, así me di cuenta de que era una especie de sala de juntas, Pierre entro tras de mí y cerró la puerta.
— ¿Cómo estás? — me cuestiono en un tono tranquilo, que solo logró aumentar mi ansiedad.
— Bien, creo. — suspire. — Pi, no perdamos el tiempo, ¿Cuál es el rumor del que querías hablar? — mi amigo rasco su barbilla con frustración.
— Alguno de los pilotos están comentando que vieron a la esposa de Checo entrar a la habitación de Max. — pude sentir como el color se fue de mi rostro, al momento que Pierre negó. — No quería creerlo, pero tu reacción me hace confirmar que es cierto, ¿Qué diablos está pasando Cat?
— Estoy intentando algo con Max. — solté sin más.
— ¿Qué estás qué? — Pierre llevo sus manos a su cabello. — No puede ser posible.
— Discúlpame Pierre, pero estos últimos meses, me he dado cuenta de que tengo ciertos sentimientos hacia Max. — él asintió.
— Y casualmente aumentaron al darte cuenta de la infidelidad de Sergio, ¿O me equivoco? — yo negué.
— No Pi, esto viene pasando desde que ustedes fueron a México, esa noche en el bar Max y yo nos besamos. — me decidí por confesar.
Pierre se quedó atónito ante mi confesión, llevo una de sus manos para cubrir su boca que se abrió ante la sorpresa.
— ¿Y lo dices así? ¿Sin más? — agache la mirada. — Mira Cat, no soy quién para juzgarte, pero te quejaste terriblemente cuando te enteraste de la infidelidad de Sergio y estás haciendo lo mismo.
— ¡Claro que no, esto no es lo mismo! - exclame con molestia.
— ¿A no? — pregunto el francés en el mismo tono. — ¡Sigues casada con el Catarina! ¿O acaso te divorciaste de Checo y yo no me enteré? — suspire. — Te pedí de mil formas que hablaras con él antes de tomar cualquier decisión, pero al parecer no sirvió de nada.
— Pierre, eres mi amigo, pero creo que no te debo explicaciones de mis actos. — solté con el calor de la conversación, él asintió.
— Solo trataba de que hicieras las cosas de forma consiente. — comenzó a caminar hacia la salida. — Esperaba que me dieras un arma que me ayudara a defenderte de todo lo que se viene, pero al parecer es inevitable. — me giré para poder mirarlo. — Espero que cuando todo esto explote lo resuelvas de forma inteligente, no solo con que quejas y lágrimas como lo hiciste con lo de Checo. — sin darme tiempo a responder, él salió de la habitación.
Estaba completamente en shock, mi mejor amigo me había dado la espalda, algo en mi interior me decía que tenía que detener todo lo que sucedía y arreglar mis situaciones personales antes de que la bomba estallara, pero no sabía por donde empezar.
Mi teléfono me saco de mi trance, eran un par de mensajes, me vi obligada a mirar la pantalla, el primero era de Sergio.
"Bonita, ¿Dónde te metiste? Acabo de terminar, ¿Nos vamos a casa?."
Y el segundo era de Max.
"Catty, tuve una pésima carrera, todo me da vueltas y mi padre me recibió como loco, te necesito."
Ahí estaba, dividida entre la racionalidad que me pedía a gritos ir con Sergio, y el corazón que exclamaba por Max, por más que lo trato de entender, esta no soy yo, ahora mi alma demandaba a gritos que tomara una decisión antes de que todo esto me jugara en contra.
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