𝙸𝙸-𝚇𝙸𝙸𝙸
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"Pero me duele no gritar tu nombre en toda libertad, bajo sospecha hay que callar."
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Viernes 9 de Julio 2021, CDMX, México.
C A T A R I N A
Ver a mi sobrino Alex tratando de enseñar a George a bailar tribal era una de las cosas que nunca hubiera esperado ver en la vida, debía admitir que era un choque de culturas muy fuerte, Lando era el que estaba encantado con La cumbia tribalera, tanto que ya la había repetido dos veces.
Nos encontrábamos comiendo en la casa de campo que tenía mi padre en Cuernavaca, mi hermano Carlos aprovecho la asistencia de mis amigos para brindarles un poco de gastronomía mexicana, al igual les mostro el folkor trayendo a un mariachi que toco durante dos horas, cosa que a Max tuvo fascinado, para el era música de muy buen gusto.
Habíamos terminado de comer hace un buen rato, la taquiza de guisados fue una experiencia excelente para Lando y Max quienes se atrevieron a probar de todo quedando especialmente fascinados con el mole dulce y la birria, George solo se dejo llevar por lo básico esperando que no irritara su estomago.
Ver llegar a mi sobrino Arturo acompañado de Max desvió mi vista de los protagonistas de la tarde, pude notar por la expresión de ambos que no esperaban aquello.
- ¿Enserio están bailando eso?. - me pregunto Arthur en español.
- Así es hermanito. - respondió su hermana Johanna quién se encontraba sentada a mi lado. - El tío Carlos va a matar a Alex cuando vea esto. - yo reí al ver como graba a Alex quién se metió por completo en el papel de maestro de baile.
Mi mirada se encontró con la de Max, este solo me mostro una sonrisa que yo correspondí al instante.
- ¿Esa también es música típica de aquí?. - cuestionó Max.
- Digamos que son clásicos que nunca pasarán de moda. - le respondió Arturo palmeando su hombro.
- Yo ya no puedo con esto. - un Lando agitado llego a sentarse a mi lado. - Esta canción es lo máximo pero es demasiado cansado seguirle el paso.
- Bendito sea el señor que te cansaste. - soltó Johanna. - Pensé que la repetirías de nuevo.
- No me retes. - el británico la señalo con desafío.
Estos dos desde el momento uno que se conocieron no se llevaron bien al cien porciento, ella decía que Lando le pareció una persona demasiado castrante, y mi amigo concordó en que la castaña solo estaba dispuesta a soportar el enorme ego que ella misma tenía, cosa que yo no podía desmentir.
- Por cierto, el abuelo me mando a que les avisara que pronto servirían café y un postre, por si gustan entrar. - soltó Arturo.
- Ay que emoción café, vamos todos, yeih. - dijo Alex que llego acompañado de un sonrojado George.
- Creo que la mayoría estamos cómodos aquí. - mencione al recordar que adentro se encontraban los Martínez, quienes en mi humilde opinión no tenían nada que hacer aquí a ser una reunión familiar, pero no planeaba caer en las provocaciones de Carlos.
- Es curioso, creo que ahora mismo nos encontramos en el área infantil de la reunión. - soltó George quien analizaba el jardín a nuestro alrededor.
- Ahora que lo mencionas. - Arturo se adelanto. - Deberíamos aprovechar que somos puro colágeno. - George y Lando se miraron confundidos al no entender la ultima palabra, logrando que yo riera. - Y salir hoy en la noche a divertirnos a uno de los mejores antros de la Ciudad de México. - el castaño señalo a los extranjeros.
- Si claro baboso, tu tía no cuenta. - respondió Alex señalándome.
- No la olvide, pero Catarina ya no soporta despierta después de las nueve de la noche. - comento Arthur logrando que sea la burla de los demás, por lo que solo rodé los ojos.
- Punto uno no creo que sea conveniente por que estos muchachos, no pueden ingerir alcohol en medio de la temporada, punto dos si me lo propongo puedo soportar despierta hasta las doce. - todos reímos después de mi comentario.
- Si me permiten dar mi humilde opinión, creo que sería una excelente idea. - miré a Lando tratando de que no continuara. - Y debo confesar que nunca he tenido una fiesta en México, quiero vivir la experiencia. - el de lunares al instante me miró con sus ojos de cachorro, yo negué.
- A demás, en un rato llegan Daniel y Pierre, sería bueno recibirlos con esa noticia. - George hablo mientras me brindaba un guiño.
- Anda Cat, no tiene nada de malo que salgamos a divertirnos una noche. - Max trato de convencerme pero no podía aceptar.
- Chicos saben que una de las clausulas de su permiso es que la prensa no se entere de que están aquí, condición altamente remarcada por sus escuderías. - Lando rodó los ojos.
- Por eso no debes preocuparte, sabes que Arturo tiene los contactos para conseguir un privado y que nadie los moleste. - soltó Johanna sorprendiéndome, pero aun así negué.
- Y si lo que te preocupa es que solo vayamos nosotros, adentro hay primos incomodos que podemos invitar con tal de hacer bulto. - mire a Alex reprendiéndolo. - ¿Qué?. Por algo no tienes otros sobrinos favoritos, ¿Me equivoco?. - sonreí levemente ante sus palabras, tenía razón.
Si juntaba a todos los hijos de mis hermanos formábamos casi dos equipos de futbol, la mayoría tenía de dos a cinco hijos, de los cuales estos tres eran los únicos que lograba soportar sin olvidarme de Rodrigo y Marielle que eran parte de nuestro grupo, pero ambos estudiaban fuera del país y solo los veíamos en las festividades familiares.
Los quince restantes se dedicaban a derrochar el dinero de sus padres entre viajes y presunciones, así como las empresas que intentaban levantar cada dos meses pero por falta de organización y de su atención terminaban sin tener éxito, algo que a mí no me agradaba pero si sus padres no estaban en contra de ello quién era yo para opinar.
- Alessa y Nat también pueden ir. - habló Johanna queriendo y no mientras miraba sus uñas.
- No es no. - hable señalando a Alex, quien rodo los ojos, con prisa me puse de pie y comencé mi camino regreso a la casa principal.
- Max, es tu turno. - Lando lanzó al ruedo a su amigo, que al instante me alcanzo, sin pensarlo tomo mi mano logrando detenerme y que mi atención se plantara en esos ojos azules que tanto me cautivaban.
- Caty. - noté como la mayoría nos miraba. - Nos haría bien ir, nos ayudara a desestresarnos y así podremos llegar relajados a la próxima carrera, somos consientes de que no podemos ingerir alcohol, ¿Verdad?. - Lando y George asintieron al instante con sus cabezas como niños pequeños. - Prometemos no terminar ebrios y solo nos divertiremos, ¿Qué dices?.
Sus ojos se plantaron fijamente sobre los míos, dándome cuenta que comenzaban a tener cierta influencia sobre mí, suspiré y me resigne.
- Esta bien, iremos. - los chicos comenzaron a festejar a lo lejos. - Pero nada de shows, ¿Entendido?. Y Arturo. - este ultimo al instante me miro. - Consigue ese palco. - el asintió con una sonrisa.
- Te prometo que no te arrepentirás. - menciono Max antes de brindarme un guiño y soltando mi mano para regresar con los demás, dejando una sonrisa en mi rostro, solo esperaba que sus palabras se convirtieran en realidad.
・・・
La noche se torno en un desastre y no en el mal sentido, pero para ser sincera todos nos descontrolamos, desde el momento en el que Sergio tuvo que cancelarme por que mi hermano Carlos lo llamo de ultima hora diciéndole que tenía una cena pendiente con unos patrocinadores decidí mandar todo al carajo aprovechando que Arturo había logrado conseguir el palco privado y nadie estaba pendiente de nosotros.
Ahora me tenían aquí pasada de copas bailando al ritmo de Miénteme de Tini y María Becerra acompañada de Pierre y Nat, quién había llegado justo a tiempo en compañía de Daniel, este ultimo se encontraba hablando o el intento hacía con Arthur pues se reían cada dos palabras gracias al alcohol.
Mi amigo francés no entendía nada de la canción pero el dejaba que la música invadiera sus sentidos, y así nos la estábamos pasando bien.
- Tengo que ir al baño. - gritó mi amiga en cerca de mi para que pudiera escucharla.
- Te acompaño. - respondió un Pierre en el mismo tono adelantándose a mi respuesta, ella sin dudarlo asintió y ambos se encaminaron a los sanitarios.
- ¡Dale miénteme! ¡Haz lo que tu quieras conmigo!. - grité con euforia sintiendo la canción y contoneando mi cadera al ritmo.
Aunque después de un momento fui bajando el ritmo, sabía que en parte me sentía identificada con esas palabras, gracias al hombre que amaba, últimamente con tantas cenas y tantas cosas no sabía en realidad que era lo que pasaba con Sergio y comenzaba a sentir la inseguridad dentro de mi de que el estuviera regresando a sus andadas con Carola, pues como dijo mi hermana, ¿Quién me asegura que en algún momento las dejo?.
- ¡LA TUSA!. - mi cabeza salió de mi trance al escuchar el grito de Lando en un extraño español y Alex lo acompaño, estos dos ya eran uña y mugre, podía notar como George no lo aprobaba, me había confesado sentirse celoso de mi sobrino creyendo que le quitaría al que el sentía era su mejor amigo.
Tusa comenzó a sonar, alterando a todos los presentes tanto a los que la entendían como a los que no, reí al ver como Lando arrastro a George junto a el para que ambos comenzaran a bailar en compañía de mi sobrino Alex, el ojiverde acepto a tientas pero no podía hacerle el desplante a su mejor amigo.
Hice mi camino hacía la barra, con la intención de pedir una bebida, llegue a esta percatándome que ahí estaban Johanna y Alessa.
- Pero que cara tienen ustedes. - mencione entre risas.
- Mira a la que no quería venir, ya hasta con sus copitas encima y todo. - deje un golpe en su cabeza.
- Respétame que soy tu tía. - la señale con mi índice en forma de amenaza.
- Solo cuando te conviene. - la castaña tomo su vaso y salió corriendo hacía donde estaban sus hermanos.
- Esos tres niños no tienen solución. - miró a mis sobrinos. - Bueno si contamos a los pilotitos de quinta son como diez. - reí con las palabras de Less.
- ¡Pero hice toro este ianto por nara, ahora soi una chica mala!. - grito Lando logrando una perfecta imitación de Nicki Minaj en británico gracias a su dudoso español, Alessa y yo carcajeamos al instante.
- Que pasaras del amor al odio con Daniel no quiere decir que sean pilotitos de quinta. ¿Ya me contaras lo que sucedió? - ella negó, me limité a aprovechar que el bartender estaba cerca para cumplir mi objetivo. - Un Sunrise y dos shots de tequila. - el asintió y comenzó a preparar lo solicitado.
- Parece que no soy la única que paso del amor al odio. - yo negué.
- Ni me lo digas, que no estoy dispuesta a amargar mi noche por tonterías. - el chico dejo con prisa los caballitos de tequila acompañados por un plato con sal, limón y dos mitades de naranja. - Amiga solo nos queda brindar por tenernos la una a la otra. - Alessa tomo su respectivo shot a la par que yo.
- Y así siempre será maldita, salud. - chocamos copas y llevamos la bebida directo a nuestros labios tomándola de un solo trago.
Sentí como el alcohol raspo mi garganta pero ya lo disfrutaba, tome una mitad de naranja y la exprimí entre mis labios para después dejarla donde mismo, en ese momento el DJ hizo una mezcla que termino soltando Volví de Bad Bunny con Aventura, Alessa y yo nos miramos sorprendidas.
- Esta no nos la podemos perder. - mi amiga al instante tomo mi mano y regresamos a la pista, en donde se nos unieron Pierre y Natalia.
- ¡Yo se que al final, a mi no me olvidas tan siquiera un poco!. - cantamos al momento que comenzamos a movernos al compas de la música, debía admitir que esta era una de las canciones que disfrutaba, su ritmo lograba apoderarse de mis movimientos.
Sentí como unas manos tomaron mi cintura por detrás, al instante mire hacia abajo, gracias a la pulsera en su muñeca puede percatarme de quién era el responsable, aunque una ligera voz en mi cabeza me decía que no era lo correcto, el alcohol en mis venas me incito a tomar sus manos y lo atraje hacía mí, sintiendo como mi cabeza reposaba sobre su pecho, mientras nuestros cuerpos se movían al compas complementándose como dos piezas de un rompecabezas.
- Y ahí es, ahí es, cuando tu sientes la diferencia...- susurro Max en mi oreja en un español que debía admitir despertó algo en mi, me sorprendía que conociera la canción pero ese no era el tema ahora.
Me giré con rapidez y lo mire, noté que estaba ligeramente sonrojado aparte de que sus cabellos rubios se encontraban desordenados y varios botones de su camisa desabotonados dejando a la vista su pecho, era notorio que el también estaba bajo los efectos del alcohol, sin pena pase mis brazos sobre sus hombros rodeando su cuello, el afirmo sus manos sobre mi cintura.
- ¿Por que haces esto?. - cuestione en un volumen suficiente para que el me escuchara. - ¿Por que me complicas el alejarme de ti?. - el rio levemente.
- No tienes por que alejarte, ni por que engañarte sobre lo que sientes Catty. - debía admitir que me gustaba la forma en que me llamaba, ya era especial para mi que lo hiciera.
- Tienes novia Max. - solté tratando de que se alejara pero ambos seguíamos aquí, sin querer separarnos.
- Tu tienes esposo y aquí estamos. - cuestiono con diversión, yo rodé los ojos. - Esposo que por cierto es un poco hombre que te oculta las cosas y mas aparte se digna a dejarte plantada, ¿Hasta cuando vas a permitir que traten así a una mujer tan valiosa como tu?. - al decir esto ultimo acerco su rostro al mío, pude sentir como sus labios tocaban los míos.
- No. - susurre, el al instante abrió sus ojos y me miró alejándose decepcionado. - Aquí no. - me separe y tome su mano.
Comencé a caminar guiándonos hacía el área donde se encontraban los sanitarios, algo muy colegial de mi parte, pero mi mente no reaccionaba para mas, el pasillo de los sanitarios solamente se iluminaba por varias luces neón en tonos rojos y naranjas, cuando nos adentramos a este Max paso su mano a mi muñeca, con delicadeza me giro y recargo mi espalda sobre una de las paredes acorralándome entre la misma y su cuerpo, sus ojos se encontraron de nuevo con los míos.
- Ahora si no te vas a escapar. - sonrió con malicia, sin darme tiempo de reaccionar estampo sus labios con los míos.
Tarde unos segundos en reaccionar para al final termine dejándome llevar por lo prohibido, enredando mis labios con los suyos, estos sabían a Wiskey mezclado con menta, una combinación extraña pero que estaba disfrutando, el neerlandés era un excelente besador, rodee su cuello con mis brazos con la intención de acercarlo mas a mi, aunque era imposible pues apostaba a que ni siquiera el aire circulaba entre nosotros.
Max apretaba con fuerza mi cintura, podía sentir como mi piel quemaba bajo su toque, enviando sensaciones extrañas a todo mi cuerpo que comenzaban a hacerlo reaccionar, estábamos disfrutando el momento dejándonos llevar por lo que anhelábamos hace tiempo, sin pensar en las consecuencias que esto nos traería después, pero que mas daba.
Deslice una de mis manos desde su cuello hasta su pecho que desde hace un rato me incitaba a acariciarlo recibiendo un suspiró en respuesta de su parte, el deslizo su mano desde mi cintura hasta mi cadera bastante cerca de mi glúteo apretando con su mano, gracias a eso sentí como la excitación comenzó a circular por mi cuerpo, fue ahí que la conciencia regreso a mi, gire mi cara con el propósito de separar mis labios de los de el.
- Catty. - menciono, yo solo atiné a negar con mi cabeza.
Lo empuje levemente hacia atrás, sin esperar respuesta salí de ahí, sabía que si iba con mis amigos me iban a cuestionar que sucedía y no estaba lista para explicarlo, solo seguí el camino hacía la salida, donde sabía estaría Edgar esperando por mi, y así fue, ubique al moreno a un costado de la puerta de la entrada, la fría brisa me azoto gracias a que solo llevaba un corto vestido de seda, pero no me importo.
- ¡Edgar!. - su vista abandono la pantalla de su teléfono al instante y me observo. - Vámonos a casa. - exclame cuando ya estábamos cerca, el solo asintió, tomo mi brazo y juntos nos dirigimos a la camioneta.
En menos de cinco minutos ya nos encontrábamos en camino a mi hogar, afortunadamente la disco estaba en Polanco y no demoraríamos en llegar, pude sentir como una presión se formaba en mi pecho, era una tonta.
Después de diez minutos mas ya estábamos ingresando a la cochera, en cuanto la camioneta se detuvo me quite el cinturón, quite los zapatos de mis pies y los deje en el vehículo.
- ¿Sergio llego?. - cuestione a Edgar mientras abría la puerta de la camioneta, el solo asintió, sin mas salí del vehículo con prisa.
Ingrese a la casa por un costado, al llegar al recibidor me mire en el espejo que decoraba una de las paredes, mi cabello estaba ligeramente desordenado, el rímel se había corrido levemente y mis mejillas se encontraban sonrojadas, tenía que hacer algo.
Subía las escaleras de forma rápida pero tratando de no caerme, una vez arriba me dirigí a la habitación que compartía con Sergio, al llegar ahí este ultimo se encontraba sobre la cama listo para dormir pero leyendo algo en su iPad, con cautela ingrese y cerré la puerta, logrando que su vista se centrara en mi, Checo al instante me sonrió y dejo su aparato sobre su mesa de noche.
- Bonita, no te esperaba tan pronto. - sin darle respuesta me acerque y quité las cobijas de sus piernas, sin más me subí a ahorcadas sobre su cadera, el me miró confundido. - ¿Todo bien?. - cuestiono.
- Te necesito. - en automático subió una de sus manos a mi mejilla atrayéndome hacía su rostro, sus labios buscaron los míos envolviéndolos en un beso, moví mi cadera con el fin de rozar mi feminidad con su miembro, que ante esto comenzó a levantarse.
Seguimos besándonos mientras Sergio llevo sus manos bajo mi falda recorriendo de mis muslos hacia mi cadera, no perdió el tiempo y de una rompió nuestro contacto cuando alzó la tela obligándome a levantar mis brazos para sacarla de mi cuerpo, tiro del listón que detenía el top sobre mi pecho y lo dejo caer hacia mi espalda liberando mis brazos para dejarme completamente expuesta pues solo llevaba una thong de encaje negro.
Mi esposo nos giró dejando mi espalda sobre el colchón, yo aproveche para tomar el borde de su playera y así me deshice de ella para poder observar su torso notando como sus hombros y brazos estaban mas definidos gracias a los entrenamientos que manejaba por su nuevo equipo, Checo llevo sus labios hacía mi cuello dejando un rastro de besos mojados para terminar bajando a uno de mis pechos, jugo con su lengua sobre mi pezón y dejo un par da mordiscos ahí mismo causando que un par de suspiros salieran de mi garganta, tome sus mejillas y lo obligue a subir de nuevo, quedando sus ojos fijos sobre los míos, el llevo una de sus manos hacia mi feminidad, removiendo la tela que la cubría e introduciendo un par de sus dedos acariciando el punto que sabía me hacía perder la cordura, aunque lo único que deseaba era que me hiciera suya.
- Pídemelo y lo haré. - soltó como si hubiera adivinado mis pensamientos, yo mordí mi labio pues aumento la velocidad en el movimiento de sus dedos.
- Quiero que me hagas tuya, hazme el amor como solo tu sabes. - sabía que el alcohol seguía presente en mis venas y era el que hablaba por mi, una sonrisa victoriosa se forma en los labios de Checo.
- Mía ya eres, y siempre lo serás. - sus palabras lograron subir mi nivel de excitación. - Pero tus deseos son ordenes.
Mi esposo se alejo y retiro su pants en compañía de su bóxer, tomo los bordes de mi panti deslizándolo por mis piernas hasta sacarlo y lanzarlo a algún lugar de la habitación, al final simplemente se poso entre mis piernas rozando con su miembro mi entrada y termino introduciéndose en mi, ambos lanzamos un gemido al aire, Sergio comenzó a moverse logrando estimular mi punto G, posiciono sus manos sobra el colchón en cada costado de mi rostro para poder impulsar su cadera con mas fuerza, nuestros gemidos y el sonido entre nuestros cuerpos era lo único que inundaba la habitación,
El hormigueo que indicaba lo cerca que me encontraba del orgasmo apareció en mi abdomen bajo, desgraciadamente lo hizo en compañía del recuero del par de ojos azules que iniciaron todo esto, apreté mis parpados con fuerza tratando de disipar el rostro de Max de mi mente, escuche una pequeña risa de parte de Sergio, supuse que pensaba que estaba por terminar, si tan solo pudiera ver dentro de mi mente, abrí los ojos y ese avellana inundado de lujuria que tanto me gustaba taladro sobre mi vista, me sentí descubierta así que tome sus mejillas con mis manos.
- Te amo con todas mis fuerzas, y eso nada ni nadie en este mundo lo podrá cambiar. - pude notar como Checo frunció el seño pero a pesar de eso me brindo una sonrisa.
- Sabes que al igual te amo con todo lo que soy, eso nunca lo dudes bonita. - asentí y lo abrace atrayendo su rostro hacía mi cuello donde el deposito besos aumentando sus embestidas.
Así fue como continuamos nuestra noche, haciéndonos uno varias veces demostrándonos nuestro amor y todo lo que sentíamos, aunque por mi parte mi pecho no estaba tranquilo, pues sabía que le había sido infiel con su compañero de equipo el cuál desde ese momento no logre sacar de mi mente.
・・・
A la mañana siguiente todo comenzo con normalidad, al bajar a desayunar Melanie nos informo que los chicos habían llegado aproximadamente a las seis de la mañana, cosa que gradecí pues los abía dejado sin chofer, ya les preguntaría cómo habían llegado.
Sergio y yo habíamos decidió que lo mejor era desayunar en el jardín, ya que con Pierre y Daniel presentes no cabríamos en el comedor principal, ahora nos encontrábamos tomando café con galletas mientras esperábamos nuestros alimentos.
Mire a Sergio de forma acusatoria, el moreno solo atinó a reír y lanzarme un beso.
- Sabes que el veterinario nos dijo que no podemos darle galletas. - reprendí su acción hacia Enzo.
- Bonita solo será una lo prometo. - tomo mi mano sobre la mesa y dejó un leve apretón.
Melanie llego con nuestros desayunos en mano, para Sergio era un omellete con champiñones y alcachofa, yo me di el gusto de pedirle hotcakes, dejo los platos y regreso a la cocina, para después volver con una jarra de jugo de naranja y otra de leche.
- Señora Catarina en la cocina se encuentran ya los desayunos de sus visitas preparados solo para que me indique en que momento servir. - yo asentí. - ¿Necesitan algo mas?. - miré a mi esposo, el negó, imité su gesto.
- Solo debo avisarte que saldremos por la noche, lo mas probable es que no comamos aquí, así que en cuanto termine el desayuno si no tienes ningún pendiente mas puedes tomarte el día. - ella me sonrió.
- Muchas gracias, con su permiso. - se retiró hacia la cocina.
- Provecho mi amor. - Sergio dejo un beso en mi mejilla y comenzó a comer. - Posdata espero que me dejes un buen pedazo de esos panques de postre. - hablo con la boca llena.
- Que yo sepa Jo no te tiene permitidas las harinas. - comente mientras agregaba un poco de miel a mi desayuno.
- Jo no esta aquí. - Checo me brindo un guiño, a lo que yo reí.
Ambos seguimos ingiriendo nuestros alimentos comentando de vez en cuando como nos organizaríamos para poder asistir todos a la gala de esta noche, antes de terminar me decidí por hablar con el la situación que estuvo rondando en mi cabeza desde que desperté.
- Mi amor. - lo llame, el me miró. - ¿Cuándo es el paro de verano?. - cuestione.
- La ultima carrera es la de Hungría que si no me equivoco es mas o menos para el veintinueve de este mes, ¿Por que?. - Sergio tomo de su jugo sin quitar su atención de mi.
- Estaba pensando que tal vez podríamos organizar un viaje. - comente.
- Bonita ya estamos organizando las vacaciones a Mónaco con los chicos creí que...- lo interrumpí nerviosa.
- No. - noté como me miro extrañado. - Yo se que habíamos quedado con ellos de ir para allá pero, tenemos mucho sin pasar unas vacaciones a solas tu y yo mi amor. - una sonrisa apareció en su rostro dándome algo de alivio. - Y me gustaría que aprovecháramos para viajar solos. - el acerco su silla mas a la mía y tomo mi mano.
- Creo que tienes toda la razón, y me parece una excelente idea, ¿A donde te gustaría que fuéramos?. - lleve mi mano hacía su mejilla para acariciarla.
- Bueno tenemos mucho que no vamos a la playa, podríamos no se, ir a Los Cabos o tal vez Playa del Carmen, ¿Te parece?. - el asintió.
- Esta perfecto, me contactare con Paola para que nos ayude a organizar y encontrar la mejor opción para pasar unas buenas vacaciones en pareja. - yo asentí con felicidad.
Mientras menos tiempo pasará cerca de Max mas rápido olvidaría todo lo que sucedió y podría estar tranquila con Sergio, me acerque dispuesta a besarlo pero un carraspeo nos interrumpió.
- Buenos días solecitos. - dijo Lando quien venía acompañado por Max y George, detrás de ellos venían Daniel y Pierre que cubrían su rostro con sus respectivas gafas de sol.
- Al parecer alguien gozo la noche. - exclamo Sergio riendo al ver a sus amigos.
- Y lo disfrutamos como nunca. - agregó George animado.
- No se como puedes estar como si nada cuando bebiste el doble, si no es que el triple que cualquiera en esta habitación. - dijo Pierre mientras tomaba asiento a mi lado, seguido de Daniel.
- Es la juventud querido anciano. - respondió Daniel.
Lando se sentó frente a Daniel, George decidió ser fiel al de lunares ocupando el puesto a su izquierda, ocasionando que Max quedara justo frente a mi, vaya suerte.
- Yo estoy como si nada, me siento bien fresquibon. - comento Lando, mi esposo que bebía de su jugo esculpió al escuchar al británico, pues la risa casi lo hizo ahogarse, yo tome el puente de mi nariz divertida.
- Tienes prohibido juntarte con Alex de ahora en adelante. - señale a Lando.
- ¿Porque?. - cuestiono el ahora mencionado ofendido.
- Te esta pegando unas mañas muy feas. - soltó George antes de tomar con disimulo de su jugo.
- Lo dices por que estas celoso, pero sabes que te amo Georgie. - ambos británicos se lanzaron un beso al aire provocando la risa del resto de los presentes.
Le pedí a Melanie que le trajera el desayuno a los chicos, Lando, George y Dan comenzaron a devorarlo de forma descomunal, los únicos que comían de forma decente eran Pierre y Max.
- ¿Y a ti como te trato la noche amigo?. - cuestiono Sergio a su compañero de equipo.
- Este individuo decidió abandonarnos a mitad de la noche, al igual que Catarina de hecho. - hablo Dan pensativo, mi cuerpo se tensó. - Que por cierto tú bolso esta en mi habitación. - el australiano me señaló.
- Cat vino temprano a casa de eso si estoy enterado. - mi propio esposo me excuso. - ¿Pero que paso contigo?. - hablo el mexicano hacía su amigo, Max se removió incomodo en su asiento antes de responder.
- Me sofoque un poco y salí a caminar fuera de la discoteca acompañado por uno de los hombres de seguridad de sus sobrinos, después me percate de la hora y decidí regresar para acá. - afortunadamente nadie insistió en el tema.
- Entiendo. - finalmente Checo cambió el tema. - A las ocho y media de la noche comenzara la gala. - los chicos asintieron. - Si no me equivoco iras a arreglarte a casa de Alessa, ¿Cierto bonita?. - me pregunto.
- Así es, de ahí pasaremos por Nat y llegaremos a la cena. - sentí la mirada de Lando insistente sobre mi. - Anda, pregunta.
- ¿Irán tus sobrinos?. - cuestiono apenado.
- Si, ahí estarán. - lo mire con los ojos entrecerrados. - Pero te estaré vigilando Norris.
- Entonces nosotros nos alistaremos aquí, solos con nuestra soledad sin ser incluidos como siempre. - exagero George.
- ¿Puedes por una vez en tu vida dejar de quejarte y solo disfrutar?. - soltó Daniel exasperado mientras sobaba sus sienes a lo que Russell solo asintió. - Gracias, por cierto espero que por la noche nos toque a todos juntos en una mesa por que Pierre y yo tenemos que ponernos al día con Catarina. - el semblante de Ricciardo cambió al instante por una sonrisa mientras observaba a Sergio que de un momento a otro se puso de pie.
- Yo ya termine, se quedan en su casa. - me miró. - Bonita estaré revisando unos pendientes en el estudio y aprovechare para organizarme con Paola para las vacaciones. - yo asentí, el se agacho y dejo un corto beso sobre mis labios que correspondí. - Te amo, mas que a nada. - me fue inevitable esbozar una sonrisa ante sus palabras.
- Y yo te amo a ti. - me sonrió y sin mas se adentro a la casa.
Al regresar mi vista hacía la mesa la mirada de Max se encontraba sobre mi, su semblante era de total seriedad y a pesar de que los chicos se encontraban conviviendo el solo se dedicaba a mirarme, la pantalla de mi celular se encendió indicándome que tenía un mensaje, lo revise dándome cuenta que era del ojiazul.
"¿Planeas pretender que lo de ayer no paso y jugaras a la casita feliz?.
Ni tu te lo crees."
Levante la vista y lo miré, sus palabras lograron incomodarme y a la vez me causaron molestia, si nos encontrábamos en este lio era su culpa, o por lo menos eso repetía en mi mente para no sentirme como una cualquiera que había engañado a su marido y ocultar los sentimientos que comenzaban a gobernarme.
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