𝙸𝙸-𝚇𝙸
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"El universo conspiró, inevitable corazón, clandestino eterno amor"
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Miércoles 7 de Julio 2021, CDMX, México.
C A T A R I N A
No había podido regresar a Milton Keynes debido a que mis hermanos Carlos y Antonio tuvieron la grandiosa idea de organizar una gala benéfica para la fundación TELMEX en conjunto con la fundación Checo Pérez, y aunque ahora la relación con mi hermano Carlos no estaba en su mejor momento debido a su insistencia en que estuviera pegada día y noche con Sergio, agregando que de este ultimo había sabido muy poco en estos días, no tenía ganas de asistir, pero como siempre debía quedar bien con los patrocinadores y la sociedad, así como con mi familia.
Ahora me encontraba en casa de mis padres, gracias a que papá me había citado el día de hoy argumentando que tenía unos temas que tratar conmigo, pero llevaba más de media hora esperándolo observando cada rincón de la sala pero el aun no llegaba, cuando estaba por tomar mi celular unas manos cubrieron mis ojos, gracias a la sortija en su dedo angular izquierdo caí en cuenta de quién se trataba, tome sus manos y descubrí mis ojos para acto seguido ponerme de pie, en ese momento su mirada se encontró con la mía logrando que una sonrisa se formara en mis labios al instante.
Con prisa rodee el sillón y me acerque a el quién ya me esperaba con los brazos abiertos, sin pensarlo abrace su torso y escondí mi rostro en su pecho sintiendo como me envolvía entre sus brazos al momento que dejaba leves besos sobre mi cabello, a pesar de que la molestia por lo días pasados seguía presente debía aceptar que lo había extrañado demasiado, después de unos minutos en esa posición me separe de el.
- No sabes cuanto te extrañe bonita. - estaba por tomar mis mejillas pero me aleje.
- ¿A si?. Pues los días pasados no lo note. - me decidí por darle la espalda, escuchando como el reía tras de mi.
- Mi amor perdóname por ello, pero Carlos me pidió que mantuviera discreción sobre tu sorpresa y sabes que si me comunicaba contigo terminaría soltando la sopa. - sentí como rodeaba mi cintura con sus brazos y recargaba su barbilla en mi hombro mientras hablaba.
- No me hubiera importado saber la dichosa sorpresa con tal de no perder comunicación contigo. - me gire aun en su agarre y rodee con mis brazos su cuello. - Aparte sabes que las galas no son mi actividad favorita como para que me lo ocultes . - el sonrió.
- Bueno no se que te dijo tu padre pero a eso no me refería. - Sergio rompió nuestra posición y tomo mi mano. - ¡Ya vengan aquí!. - lo miré sin entender nada.
- ¡¿Lista para el mejor fin de semana de tu vida?!. - exclamo Lando a gritos como era costumbre entrando a la habitación seguido de George y Max, miré a Checo extrañada y el solo me brindo un guiño mientras soltaba mi mano dándome la señal para ir a encontrar a mis amigos.
Con prisa me acerque hacia Norris, ambos nos fundimos en un abrazo, al que se unió George al instante.
- ¿Pero que hacen aquí?. - mencione mientras ambos hombres un me envolvían entre sus brazos.
- Tu hermano Carlos y Checo nos invitaron al evento prometiéndonos tequila, así que no podíamos desaprovechar la oportunidad y bueno de paso podíamos verte. - me separe al instante y deje un golpe sobre la cabeza de George. - Oye era broma tranquila. - los presentes rieron.
- Me alegra mucho verlos. - miré a instante al chico de ojos azules, este me brindo una sonrisa que correspondí. - ¿Daniel y Pierre no vendrán?. - miré a mi esposo quién titubeo al responder.
- Ellos llegarán directo a la gala, no pudieron librarse de un par de compromisos que tenían. - me dio una media sonrisa.
Estaba por responder pero mis hermanos Carlos y Vanessa arribaron al lugar.
- Que gusto tenerlos por aquí. - exclamo mi hermano acercándose a saludar a los chicos.
Entre hombres se saludaron, mi hermana llego a mi lado, tomó mi mano y nos alejamos un poco.
- ¿El es Max?. - cuestiono en un tono audible solo para nosotras mientras señalaba al rubio con disimulo, me limite a asentir. - Tienes buen gusto, ahora entiendo esas risitas coquetas cuando hablaban por videollamada. - bufe.
- No digas tonterías. - la mire reprendiéndola, no era prudente que hiciera ese tipo de comentarios con mientras Checo estaba presente. - Es solo mi amigo.
- Con los chicos que llegaron no te brillan los ojos tanto como cuando hablas con el. - Vanessa a acarició mi mejilla y me brindó una sonrisa. - Cat quiero que seas sincera conmigo, ¿Sientes algo por el?. - su pregunta me tomo por sorpresa.
Pero si me ponía a analizar la situación Max se había convertido en alguien especial para mí, hablábamos cada que teníamos tiempo ya sea por mensaje o videollamada, el siempre se encontraba pendiente de mí y de mis avances con el festival, cuando me veía desanimada o presionada siempre encontraba la forma de hacerme sonreír o devolverme la tranquilidad, y en los casos que me sentía contenta por como iban marchando las cosas el se alegraba junto conmigo recordándome lo talentosa que era y que me merecía todo lo bueno que me sucedida.
- Es complicado. - respondí lo primero que llego a mi mente.
- No tiene nada de malo sentirte atraída por el compañero de equipo de tu esposo. - rodee los ojos. - Tampoco te vendría mal una aventura. - la miré sorprendida.
- No creo que a Daniel le parezca bien que tu pienses eso. - ella rio ante mis palabras.
- ¿Tu como crees que hemos logrado que nuestro matrimonio dure tanto?. - ella apretó mi hombro con cariño. - Veinte años juntos no han sido a base de amor y flores Cat, a veces la monotonía puede causar estragos siempre y cuando ustedes lo permitan. - noté como miró el piso titubeando antes de soltar sus siguientes palabras. - Además, ¿Quién te asegura que Sergio no ha seguido en lo suyo con Carola?. - mi cuerpo se tenso al escucharla.
No pude responderle nada por que ella se alejo dispuesta saludar a los invitados, podía sentir una punzada en mi pecho, al instante miré a mi esposo, estaba tranquilo y riendo ante las bromas que Lando lanzaba, yo estaba realmente convencida que lo que paso entre Carola y el solo quedo en una noche, por que de haber sido diferente gracias a nuestro circulo de amistades me habría enterado de cualquier cosa, pero ahora sabía que esa duda no se iba a disipar de mi cabeza, mi cerebro comenzó a imaginar miles de escenarios que se vieron interrumpidos cuando alguien tomo mi brazo.
- ¿Sucede algo?. - me cuestiono con su vista fija en mis ojos.
- No, todo bien. - miré tras el percatándome que estábamos solos. - ¿Y los demás?.
- Se adelantaron al comedor, te estábamos llamando pero no respondías. - tomo mi mejillas con preocupación. - ¿Segura que todo esta bien mi amor?. - pude notar como estaba realmente preocupado.
- Si no te preocupes solo me desoriente un poco. - deje un beso en su mejilla con el afán de tranquilizarlo. - ¿Vamos con los demás?. - le brinde una sonrisa, el la correspondió y tomo mi mano, así los dos nos dirigimos a pasar un rato ameno con los chicos y mis hermanos.
・・・
Habíamos pasado una tarde muy tranquila y divertida a la que se habían unido mi cuñado Arturo y mi padre, no nos percatamos de momento en que la noche había caído sobre la ciudad hasta que Lando comento que se sentía cansado, en ese momento Max comenzó a buscar hoteles para hospedarse, pero Sergio les ofreció hospedaje en nuestra casa, los chicos insistían al sentirse apenados pero por obvias razones no los dejaríamos ir a un hotel cuando contábamos con el espacio suficiente.
Nos despedimos de mi familia después de que mi padre invitara a los chicos el día de mañana a un recorrido por el museo Soumaya quienes aceptaron encantados, sin mas salimos con rumbo hacia la casa que Sergio y yo teníamos en la ciudad.
Después de pasar por la seguridad del condominio aparcamos en la cochera, los chicos bajaron sus maletas negándose a que alguien del personal de la casa lo hiciera, no pudimos evadirlos, así que sin mas ingresamos a la casa, mientras mas nos adentrábamos los ladridos y chillidos se habían más fuertes, deje a todos atrás para dirigirme directamente hacia la puerta corrediza del jardín.
Con prisa la abrí con la intención de mimar a Enzo pero este en automático escapó, ya había olfateado a Sergio, sin más cerré, regrese al lobby encontrándome con mi esposo sentado en el suelo jugueteando con nuestra mascota.
- Lo había visto en sus fotos pero no pensé que fuera tan enorme. - hablo George sorprendido.
- Las apariencias pueden engañar. - soltó Max sin mas mirando a Sergio quien al instante le devolvió el gesto de forma seria, podía sentir la tensión entre ellos pero no entendía el porque, decidí intervenir.
- Lo mejor será indicarles sus habitaciones, hay disponibles dos arriba y una aquí abajo. - mencione mirándolos.
- Max nos cae mal así que el puede quedarse solo abajo. - bromeó George, recibiendo un golpe en la cabeza departe del neerlandés y la risa de Lando en respuesta. - Eres muy grosero Emiliano.
- Juntarte con Daniel te afecta. - hablo Max. - Pero sin problema puedo quedarme en esa.
- Entonces creo que es hora de dormir, mañana nos espera un día ajetreado. - mencionó mi esposo mientras se ponía de pie. - Sígueme Max te mostrare tu habitación. - sin esperar respuesta Checo comenzó a avanzar y el rubio lo sigo con prisa.
Decidí hacer lo mismo con George y Lando, ambos me siguieron sin refutar escaleras arriba, deje a cada uno en su respectiva habitación no sin antes decirles que podían llamarme si necesitaban cualquier cosa, nos despedimos y me dirigí hacia la habitación que compartía con Sergio.
Ingrese a esta y cerré la puerta, quite los tenis de mis pies, aproveché que me había puesto un vestido para despojarme de el y tomar una playera de Sergio de su cajonera para utilizarla como mi pijama, una vez que termine decidí entrar directo a la cama, habían sido demasiadas emociones por el día de hoy, ya era hora de descansar.
・・・
Jueves 8 de Julio 2021, CDMX, México.
Me di una última vista en el espejo, el top blanco combinaba a la perfección con el pantalón camel que deseaba estrenar desde hace tiempo, mire mis pies, los tenis blancos daban un buen toque y sería la mejor opción para recorrer el museo, después de analizar mi outfit, me decidí por tomar mi cabello en una media coleta que afirme con un listón blanco, estaba lista.
Tome mi bolso de la cama y salí de la habitación con dirección hacia la panta baja, cuando termine de bajar los escalones varias voces se comenzaron a hacer presentes, pensé que el ruido venía de la cocina pero al mirar desde la ventana que daba hacia el jardín me percate de que Lando, George y Checo estaban desayunando en el comedor exterior, me dirigí hacia ahí y el primero en percatarse de mi presencia fue mi esposo.
- Buenos días bonita. - hablo mientras se ponía de pie, tomo mi mano y me acerco hacía el para dejar un beso sobre mis labios.
- Hey no abusen, estamos en horario familiar. - soltó Lando.
- Eres un ridículo no soportas nada. - respondió George.
- Hablo el que casi se traga a la novia cuando la besuquea en el paddock. - agrego Norris con prisa.
- Tu estas en todo menos en misa, ¿Verdad?. - después de la respuesta de George ambos comenzaron a discutir entre ellos, logrando que Sergio y yo riéramos, mi esposo aprovecho para retirar la silla que estaba a su lado y ayudarme a tomar asiento para después regresar a su lugar.
Analice el lugar de manera curiosa, hacia falta alguien.
- ¿Y Max?. - cuestione despreocupada mientras me servía jugo de naranja.
- Pase por su habitación y no escuché ni un ruido, supongo que sigue durmiendo, creo que el jet lag le afecto enserio. - asentí ante las palabras de George.
Sin mas me dedique a servir un poco de hotcakes con fruta en mi plato mientras los hombres en la mesa hablaban de autos, lo de siempre, yo decidí revisar mis redes sociales dándome cuenta que la cuenta de Instagram de la sede de Bugdo Studio en Milton Keynes había aumentado seguidores de forma considerable, esta si era buena forma de comenzar el día, lo chicos siguieron en lo suyo por un rato hasta que el teléfono de Sergio timbro.
- Es Toño ahora regreso. - dio un apretón en mi mano y se aparto de la mesa para responder la llamada, una vez se retiro Lando decidió tomar la palabra.
- Ahora que Cat se encuentra aquí. - comenzo titubeando. - Debo confesar que estoy emocionado por el recorrido de hoy, investigue un poco en internet antes de dormir y se dice que el museo Soumaya es uno de los diecisiete mas bellos del mundo. - sonreí ante las palabras de mi amigo.
- Así es, mi hermana Soumaya y Alfonso han hecho un excelente trabajo para llevarlo tan lejos. - George me miró.
- ¿Eso quiere decir que tu familia se dedica al arte?. - yo negué. - ¿Entonces por que tienen un museo?. - el tono que George utilizo me hizo pensar en los sobrinos de Sergio, quienes con inocencia hacían ese tipo de preguntas, sonreí.
- Es una historia muy curiosa, tiene su origen en... - me vi interrumpida por Checo.
- Siento mucho interrumpirlos. - se disculpo con los chicos y me miro. - Mi amor, tengo que viajar de emergencia a Guadalajara, se presento un problema en el kartodromo que...- Lando lo interrumpió.
- ¿Tienes un kartodromo?. - cuestiono sorprendido a lo que mi esposo solo asintió. - ¿Por que nunca lo mencionaste?. ¿Puedo ir?. - reí.
- No es algo que vaya comentando a diestra y siniestra. - respondió Checo. - Y claro, sin problema puedes acompañarme, tu también George si así lo deseas. - los ojos del antes mencionado se iluminaron a lo que aplaudió emocionado.
- Gracias por evitarme la pena de cuestionarte y parecer un tonto como Lando. - Lando dejo un golpe sobre el hombro de George después de esto.
- Entonces supongo que lo del museo lo dejaremos para después. - mis amigos me miraron apenados a lo que yo reí. - Tranquilos, podremos visitarlo en otra ocasión. - mi vista regreso a Sergio. - ¿Regresaran hoy mismo?.
- Tratare, es un problema con la academia de pilotos y sabes como pueden ser esos asuntos de tediosos. - solo asentí.
- Lo mejor será que lleven un bolso preparado por cualquier cosa. - los tres hombres asintieron, así dimos fin a ese tema y seguimos con el desayuno.
Este transcurrió de manera tranquila entre las bromas de los chicos así como sus charlas sobre que esperaban de su rendimiento el resto de la temporada, una vez que terminamos los cuatro ingresamos a la casa, mientras yo recogía la cocina y le daba un par de indicaciones a Melanie los chicos subieron a arreglar las cosas que se llevarían a Guadalajara.
Fue hasta que me encontraba terminando de guardar todo lo que se utilizo en el desayuno que ingresaron a la cocina.
- Ya es hora mi amor. - Sergio se acerco a mi y me envolvió en sus brazos dejando un beso en mi frente. - Edgar nos llevara para poder regresar la camioneta a la casa, ¿Tienes problema en ir por nosotros al regreso?. - yo negué.
- Solo recuerda avisarme con anticipación. - deje un corto beso sobre sus labios y nos separamos.
- Toque un par de veces la puerta de Max pero no recibí respuesta, supongo que sigue dormido. - menciono George.
- Por favor cuando despierte comunícale la situación y dile que necesito que nos alcance con urgencia en Guadalajara. - comento Sergio alarmando, lo miré. - No me gustaría que piense que soy un mal anfitrión al abandonarlo cuando viene conmigo, deje preparado con Patrick sus pasajes y lo relacionado con su viaje. - entendí su punto.
- Ve tranquilo, yo me encargo de eso. - el moreno asintió.
Me despedí de los chicos y ellos salieron de la casa para arribar la camioneta que los llevaría al aeropuerto, una vez se retiraron subí a la habitación para lavar mi dientes antes de salir, cuando termine me asegure de llevar todas mis pertenencias en el bolso y regrese a la planta baja, esperaba encontrar señales de Max pero no fue así, me extrañaba que tuviera el sueño tan pesado pero tampoco planeaba molestarlo si quería descansar, estaba por llamar a Melanie para dejarle un par de avisos pero la puerta de la entrada se abrió.
Miré a la persona responsable encontrándome con cierto rubio en ropa deportiva, por el rubor en sus mejillas y el cabello pegado a su frente puedo apostar que se encontraba haciendo algún tipo de actividad física, la imagen que estaba teniendo de el me dejo levemente sin aliento, pero trate de mantener la calma.
- Buen día Caty. - se acerco disminuyendo el espacio entre nosotros pero manteniéndose a una distancia prudente.
- ¿No estabas dormido?. - el negó riendo con levedad. - Es obvio que no pero no apareciste en el desayuno.
- Me desperté algo temprano, decidí salir a correr un poco. - me alarme, la ciudad no era para nada segura mucho menos para una personalidad como el. - Tranquila, una persona de la seguridad de tu casa me acompaño. - suspiré.
- Menos mal, ¿Quieres que te prepare algo de desayunar?. - cuestione amablemente pero el negó.
- Desayune en un pequeño local que encontré en el camino, recomendación de tu personal de hecho, y estaba delicioso no entiendo porque no había probado los chilaquiles antes. - reí ante la forma en que nombro el platillo.
- Y créeme eso es solo una pequeña parte de la deliciosa gastronomía mexicana. - mi mirada se clavo en la de el, no entendía como era posible ese azul tan único en sus ojos pero en este momento esos dos orbes comenzaban a volverse una de mis vistas favoritas, reaccione al escuchar los ladridos de Enzo, quién había llegado de la mano de Melanie.
- Señora Cata, saldré a pasear a Enzo. - observe como ya tenía preparado al can con su correa. - ¿Necesita algo?. - yo negué.
- Solo avisarte que no te preocupes por la comida, saldré y no se a que hora regrese, solo prepara comida para ustedes, ¿Vale?. - ella asintió.
- Permiso. - sin mas salieron ambos por la puerta, recordé la presencia de Max y el aviso de Sergio.
- Max tengo que comentarte algo. - el asintió. - Checo, Lando y George viajaron a Guadalajara gracias a una emergencia que se presentó en el kartodromo, no tienen mucho que ese retiraron pero Sergio me pidió que en cuanto te viera te avisara que necesita lo alcances con urgencia allá. - el solo asintió.
- Ahora me comunico con el, ¿Tu irás?. - yo negué.
- Tengo que ir al museo a cancelar el tour que les darían hoy y terminar un par de pendientes en el estudio. - miré el reloj en mi muñeca. - Que por cierto ya voy tarde. - con prisa me acerque a el y deje un beso en su mejilla sintiendo como quemaba mi piel al contacto. - Te quedas en tu casa, dejaré indicaciones de que te lleven al aeropuerto, nos vemos. - salí con prisa.
Ingrese a mi auto y respiré profundo, comenzaba a comportarme como una total estúpida delante de el, y no entendía el por que, solo esperaba que esta salida me ayudara a despejar mi mente y alejar los pensamientos que comenzaban a carcomerme de apoco.
・・・
Logre terminar los pendientes que tenía, entre ellos confirmar la inauguración de Bugdo Factory, la cual se llevaría acabo la primera semana de Agosto si todo seguía viento en popa, cosa que me tenía de muy buen humor, así llegue a tiempo al museo para hablar con Héctor y disculparme con el cambio de planes, me encontraba en la entrada del lugar esperando por el debido a que estaba cerrado al publico gracias a la puesta de la nueva colección que se inauguraría la próxima semana, los únicos presentes éramos el guardia de seguridad y yo.
Después de unos minutos divise al mayor subiendo los escalones, retire las gafas de sol de mi rostro y las deposite con cuidado en mi bolso, una vez el hombre estuvo frente a mi nos saludamos con un a abrazo.
- Catarina, cuanto tiempo. - menciono al separarnos. - Nos abandonas.
- Lo siento, sabes que la vida de la esposa de un piloto no es fácil. - el rio.
- Mucho menos si esa esposa también es una exitosa empresaria. - sonreí ante sus palabras. - ¿Qué tal van los negocios?. - cuestiono mientras abría la entrada y me daba el libre acceso. - Me entere gracias a tu hermano Patrick que abrirás una sucursal de Bugdo en Milton Keynes, te felicito mucho por eso. - cerro la puerta tras de el.
- Muchas gracias, aún se esta terminando de preparar el local, pero creo que terminaremos pronto. - me brindo una sonrisa. - Por cierto te haré llegar la invitación para la inauguración de Bugdo Factory en Guadalajara, espero nos puedas acompañar.
- Estaré encantado de asistir, solo avísame los detalles para planearlo con tiempo. - asentí al tiempo que ingresamos al vestíbulo, comencé a admirar todo como cada vez que venía, me encantaba estar aquí.
- ¿Dónde están Sergio y sus compañeros?. Alfonso me aviso que el recorrido estaba planeado principalmente para ellos. - miré apenada al hombre.
- Sobre eso, Checo y los chicos tuvieron...- nos vimos interrumpidos por un carraspeo, miramos al responsable.
- Disculpe que interrumpa señor, hay un joven en la entrada insistiendo en que tiene un recorrido hoy, no se si dejarlo pasar por que se ve algo sospechoso. - comento el guardia que custodiaba la entrada.
- Tráelo hacía aquí, entra a su lado y vigílalo en el trayecto. - el hombre asintió y regreso hacía la entrada, Héctor regreso su atención hacía mi. - ¿Qué me estabas comentando?.
- Quería disculparme contigo por que el recorrido con Sergio y sus amigos no será posible, tuvieron que salir fuera de emergencia hoy por la mañana. - lo miré apenada, Héctor apretó mi hombro de forma amable, estaba por hablar pero de nuevo nos interrumpieron.
- Aquí esta el joven señor. - el guardia señalo al visitante, mi mirada reparo en el, cierta emoción apareció en mi pecho, a pesar de que tenía gafas de sol que cubrían sus ojos los mechones que escapaban debajo de la capucha de su chamarra lo delataban, lucia tan guapo como siempre a pesar de que solo portaba un jean azul obscuro, acompañado de una camisa polo roja, una rompe vientos azul marino y unos tenis blancos básicos.
- Buen día joven, me comunico Martín que usted tiene un recorrido. - Héctor saco su celular y observo la pantalla. - ¿Podría indicarme su nombre para rectificar?. - noté como el abrió la boca para hablar pero estaba segura que no había entendido nada de lo que le habían mencionado.
- Quítate los lentes y baja la capucha Max. - mencione, el neerlandes al instante atendió mis palabras, cuando quito las gafas de su rostro sus ojos se encontraron con los míos, me brindo una sonrisa que me fue inevitable no responder.
- Buenas tardes, disculpen que aparezca así, se que es un poco tarde pero espero aun pueda tomar el tour. - menciono el chico mirando a Héctor.
- Un gusto conocerlo joven Verstappen. - los hombres estrecharon sus manos en forma de saludo. - Catarina me acababa de comentar que no sería posible que asistieran pero me alegra que se encuentre con nosotros. - Héctor me miro. - Cuando tu lo indiques podemos comenzar.
- Solo danos unos minutos. - pedí a lo que el mayor asintió, me acerque a Max y tome su mano con el propósito de alejarnos. - ¿No deberías estar camino a Guadalajara?. - cuestione, no entendía nada.
- Tu lo has dicho, debería, pero hable con Sergio y digamos que tratamos el que yo me quedara aquí, además no podía fallarte en esto, así que, ¿Serías tan amable de ser mi guía de turista por el día de hoy?. - cuando termino de hablar me brindo un guiño que sonrojo mis mejillas y logro hacerme sentir extrañamente feliz.
- Acepto, vamos que el museo el grande y ahora acabas de traer a mi mente un par de lugares que me gustaría mostrarte de la ciudad. - tome su mano y juntos regresamos con Alfonso quien nos recibió con una sonrisa listo para mostrarnos las maravillas del Soumaya.
・・・
- Regresamos de nuevo al vestíbulo inicial, recuerden que comenzamos desde la planta seis y descendimos. - Héctor nos miro una vez que nos detuvimos al centro de la habitación.
- ¿Entonces el museo no tiene un orden especifico para visitar?. - cuestiono Max a lo que el mayor negó.
- Siempre recomendamos a los visitantes subir hasta la ultima planta y descender por la rampa, ya que el museo no tiene un orden cronológico, si no temático. - explico. - Que claro cada persona es libre de recórrelo como mas le convenza, lo de nosotros es solo una sugerencia, pero espero haya sido de su agrado que organizáramos su visita de esa forma. - agrego.
- Por supuesto, estoy bastante impresionado por todas las obras de arte que tienen, sobre todo por la arquitectura de la parte exterior, no tengo palabras para describirle, simplemente wow. - soltó el rubio anonadado, Héctor y yo reímos ante sus palabras.
- Me alegra bastante escuchar eso, jóvenes creo que es todo por mi parte, ha sido un placer guiarlos, tengo que retirarme a la oficina a terminar un par de asuntos pero ustedes pueden quedarse el tiempo que gusten. - Héctor se despidió con un abrazo amistoso de Max, y por ultimo se acerco a mi. - Espero vernos pronto Catarina, y por favor no olvides visitarnos mas seguido, el Soumaya siempre será tu casa. - me brindo un guiño y posteriormente nos despedimos con un beso en la mejilla.
Sin mas se fue dejándonos a Max y a mi parados al centro, el rubio me miró.
- ¿Qué te pareció?. Se sincero. - lo señale con mi dedo índice.
- Como lo mencione antes estoy muy impresionado, para ser sincero en mi corta vida nunca había visitado un museo y creo que para encontrar algo que supere esto va a ser difícil. - sonrió.
- Tampoco tienes que ser tan lambiscón, aunque te vi muy atento a las explicaciones y tomando fotografías. - ambos reímos. - ¿Cuál fue tu sala favorita?. - lo mire.
- Definitivamente la que se encuentra en el ultimo piso. - confeso.
- Vamos a que la admires con mas detenimiento. - el asintió y ambos caminamos hacia el elevador, ingresamos a este y presione el botón del numero correspondiente.
Las puertas se cerraron y comenzamos a ascender, en el trayecto ninguno de los dos emitió palabra, aproveche para revisar la pantalla de mi celular esperando tener noticias de Sergio pero no fue así, resignada guarde el aparato en mi bolso de nuevo, justo en ese momento nos detuvimos, las puertas se abrieron y Max me permitió salir primero, me introduje a la sala y comenzamos a caminar entre las obras, Max se detuvo frente a una y comenzó a admirarla.
- Las tres sombras. - repitió a la par que leía la pequeña tarjeta que acompañaba la escultura. - Es impresionante tanta precisión para construir esto, lo veo y puedo sentir como mi piel se eriza. - ladeo su cabeza hacia la derecha para admirarla, mi vista se quedo fija en el, verlo tan concentrado pero a la vez tranquilo era algo que no sucedía tan a menudo.
De un momento a otro me miro, atiné solo a mostrarle una sonrisa, seguí caminando y sentí como el venía tras de mi.
- ¿Cuál es tu favorita?. - me detuve y me giré para mirarlo.
- Si me preguntas por las esculturas, sin duda podría elegir la siguiente. - me adelante a el buscando por los pasillos.
Siempre que venía aquí me aseguraba de visitarla, la consideraba impresionante a pesar de su sencillez, me detuve delante de ella y Max se posiciono a mi lado.
- Eva. - menciono con simpleza al leer la tarjeta que la acompañaba. - ¿Puedo cuestionar el por que tal favoritismo?. - asentí.
- Como puedes ver representa a la primera mujer en el mundo, si te acercas y observas con detalle puedes interpretar sus expresiones. - pause y ordene mis pensamientos. - Por un lado contiene la vergüenza del pecado original, por el otro, la sensualidad y el éxtasis, combinando así la belleza y el horror con la sublimación y la lujuria de lo prohibido.
Mi mirada se encontró con la de Max, que en ese momento me dejó ver como sus orbes azules se oscurecieron como nunca antes, no se si fue el efecto de mi palabras, pero pude sentir la tensión entre ambos al momento que un escalofrío recorría mi espalda y erizaba mi piel.
- Y si hablamos de las salas, ¿Cuál elegirías como tú favorita?. - comentó tratando de disipar la tensión.
- Nunca me lo había cuestionado pero si tengo que elegir alguna sería esta. - señale a nuestro alrededor. - No solo por que lleva el nombre de mis abuelos en el. - reí. - Si no por que cada obra representa un concepto tan diferente y único de la vida humana que es impresionante lo que puede transmitir si las analizas.
- No sabía que el nombre se debía a ellos, interesante. - yo solo asentí, el me miro.
- Este museo tiene mas historia familiar de lo que te imaginas, desde su nombre hasta su origen. - me detuve frente a la escultura "El beso" para contemplarla.
- Soy todo oídos. - sonreí ante su interés.
- Todo comenzó gracias a mamá quién compartió su pasión por el arte a mi padre. - nuestras miradas se encontraron. - Durante las más de tres décadas que estuvieron casados, aparte de apoyarse y dedicarse a hacer crecer sus negocios, en sus tiempos libres les gustaba viajar por todo el mundo para conocer nuevos lugares, así como para apreciar la cultura y por supuesto el arte, pasatiempo que disfrutaban hasta que mi madre enfermo. - Max tomo mi mano y comenzó a brindarle pequeñas caricias. - Ella logró reponerse al recibir un trasplante de riñón, pero las cosas se complicaron un par de años después y falleció a causa de una insuficiencia renal. - acaricio con cautela una de mis mejilla para darme ánimos. - Según lo que mis hermanos me han contado mi padre quedo devastado, y prometió que no volvería a contraer matrimonio con nadie, debido a que mama siempre sería su único y gran amor. - sonreí con nostalgia.
- Si esto te hace sentir mal, puedes dejar de hablar de ello. - yo negué.
- No hay problema. - pause. - Después de algún tiempo mi padre compartió con nosotros la idea de crear un espacio dedicado al arte mundial como tributo a mi madre con el objetivo de acercar la cultura y el arte a los mexicanos sin tener que viajar por el mundo o pagar por apreciar las obras que aquí se encuentran, es por ello que nació todo esto. - señale a nuestro alrededor. - Una vez consumada su construcción sin dudarlo el lo nombro Museo Soumaya en honor al único amor de su vida.
- Definitivamente es una historia muy linda y que no esperaba, sobre todo que de algo que es ley de vida pudiera nacer un espacio tan impresionante como este. - yo asentí ante sus palabras. - Lamento mucho lo de tu madre, me imagino que es algo debe doler como el primer día.
- A pesar de que no tengo recuerdo alguno de ella debo admitir que al ver sus fotos o escuchar las historias de mis hermanos la nostalgia llega a mí.
- ¿No convivieron lo suficiente?. - miré a Max, comencé a titubear si era prudente contarle la parte de mi vida que hasta ahora solo a Sergio y Pierre les habría relatado, pero me brindaba tal confianza que deje cualquier duda de lado.
- El día que mi sobrino Arturo nació mis padres fueron a visitar a mi hermana Johanna al hospital, para ese momento mi madre había desmejorado en los últimos meses, pero ella no dejaba de luchar contra su enfermedad y seguía dedicándose de lleno a sus causas sociales. - sentía la mirada penetrante de Max sobre mí. - Cuando esperaban en los cuneros la llegada de Arturo, alguien llamo la atención de mamá, mis hermanos cuentan que ahí fue que ella se rindió ante la que llamaba "su estrella antes del final del túnel". - podía sentir como un nudo se formaba en mi garganta, el chico tomo de nuevo mi mano entrelazando mis dedos con los suyos. - Gracias a las enfermeras ella se entero que esa estrella había sido abandonada en el hospital por su madre apenas nació, de inmediato hablo con mi padre para que una de sus fundaciones la apadrinara y no quedara desamparada. - pude sentir como mis ojos comenzaban a picar gracias a las lagrimas que amenazaban con aparecer.
- Caty no quiero que te lastimes así. - apreté su mano para darle a entender que estaba bien y podía seguir, el dejo un tierno beso sobre mi mejilla con el fin de animarme, así impulso mi relato.
- Pasaron un par de meses en los que ella misma estaba pendiente de la niña, pues estaba encantada con la pequeña. - sentí como los pulgares de Max limpiaron las lágrimas que caían por mis mejillas. - Un día sin mas mis padres llegaron a casa, juntaron a mis hermanos en la sala y los sorprendieron con la niña en brazos al tiempo que confesaban la habían adoptado. - mis ojos se encontraron con los de Max quién me miraba sorprendido.
- ¿Esa niña eras tu?. - solo asentí.
- Cuentan que sus últimos días ella se desvivió por mi, pues lo sentía como un nuevo comienzo, pero desafortunadamente dos años después de mi llegada ella falleció, impidiéndome tener algún recuerdo de ella pues yo solo tenía dos años cuando se fue. - el ojiazul me rodeo con sus brazos, llevándome hacia su pecho y abrazándome fuerte, acto que yo correspondí. - A pesar de eso, estoy muy agradecida con ella, pues fue un ángel en mi camino que me permitió crecer dentro de una familia feliz y ser la persona que soy hoy a pesar de no tener un lazo de sangre.
- Esto es algo muy revelador, pero debo admitir que fue una obra muy linda de parte de tus padres, y que decir de tus hermanos, quienes te adoran. - Max se separo y tomo mis mejillas con sus manos. - Se que desde donde sea que este te cuida Caty, y esta muy orgullosa de la gran mujer en la que se convirtió su estrella antes del final del túnel.
Sus palabras dieron calma al pequeño vacío que siempre aparecía en mi pecho en estas ocasiones, por ello me aferre de nuevo a su torso mientras recostaba mi cabeza en su pecho, el al instante me rodeo con sus brazos, y permanecimos en esa posición por no se cuanto tiempo, pues ambos nos sentíamos en calma y no teníamos prisa por separarnos.
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Habíamos regresado hace un par de horas a casa, nuestra visita en el museo se alargó demasiado y decidimos dejar para mañana el recorrido por la ciudad.
En cuanto llegamos aquí nos percatamos que era hora de la cena, así que cocine solo un poco de pasta y la acompañamos con ensalada griega, al terminar Max se ofreció en ayudarme a recoger pero insistí en que no era necesario al ser solo nosotros dos no se había hecho tanto desastre, por lo que le pedi que fuera a descansar, después de un par de negativas logre convencerlo y se fue a dormir.
Sergio me realizó una videollamada para avisarme que pasarían la noche en Guadalajara y regresarían mañana por la mañana, también me contó sobre el duelo entre Lando y George en los karts, resultando ganador Norris quien no dejaba de hacer referencia a eso alterando los nervios de Georgie, no me los imaginaba.
Decir terminar con la llamada alegando que me encontraba agotada por las actividades de hoy, mi esposo entendió y nos despedimos no sin antes desearnos una buena noche y recordarnos cuanto nos amamos, algo que me tenia contenta pues podría dormir tranquila después de saber que los chicos y el se encontraban bien, fue así que coloqué algo de música para aligerar la pereza que cargaba y comencé con mi tarea.
Ahora me encontraba terminando de lavar los trastes, me decidí por dejarlos en el escurridor, ya mañana que estuvieran secos los recogería, cerré el grifo y procedí a secar mis manos con la pequeña toalla que ahí se encontraba, estaba decidida a limpiar la barra de la isla cuando Infinity de Jaymes Young sonó en los altavoces, así fue que me anime y tome el trapo que me ayudaría.
- Baby this love, I'll never let it die, can't be touched by no one, I'd like to see'em try. - recite una de las primeras estrofas.
Esta era una de mis canciones favoritas, debía confesar que sabía su letra de memoria al derecho y al revés gracias que fue la melodía de una de las primeras coreografías que presente, siendo un parteaguas muy importante en mi rubro como bailarina.
Continué con mi tarea de limpiar la barra mientras me movía al compás de la música, recordando por completo los pasos de aquella presentación, en poco tiempo terminé lo que estaba haciendo y decidí quedarme disfrutando la canción.
Dejé que la melodía me envolviera, moví mis piernas al compás copiando la rutina que venia a mi cabeza, izquierda, derecha, brazos arriba, rodee mis cabeza con ellos, los planteé adelante y empuje mi espalda hacia atrás encorvándose, una vez que regrese a la posición recta ejecute un pas de valse*, impulsándome para lograr la piruoutte* triple que en ese momento me costo demasiado trabajo dominar.
Sonreí al ejecutarla con tal facilidad, sin duda había avanzado en mis técnicas demasiado en comparación a mis inicios, sintiéndome completamente orgullosa, termine quedándome estática con mis ojos cerrados disfrutando simplemente de la letra y la tranquilidad que sentía, aunque de un momento a otro en mi mente se reflejaron dos orbes azules que iluminaron mi rostro con una sonrisa al recordar la tarde que pasamos juntos.
Me fue inevitable sentir una presión en mi pecho al pensar en el, Max estaba adueñándose de mis pensamientos y eso me daba miedo pues sabía no era lo correcto, pero sus actitudes y atenciones hacia me inhibían de evitarlo.
- 'Cause you're the reason I believe in fate you're my paradise. - recite en voz baja.
- And I'll do anything to be your love or be your sacrifice. - su aliento en mi oído erizo mi piel, sentí como al instante tomo mi cintura con sus manos logrando que su tacto quemara en mi.
Me giré para mirarlo por inercia, de nuevo nos encontrábamos demasiado cerca, alce mi rostro para conectar mis ojos con los suyos notando que me brindaba una sonrisa, Max se decidió por juntar nuestras frentes, mis ojos se cerraron al contacto haciéndome sentir frustrada pero en calma.
- No se que me estás haciendo Max pero tengo miedo. - solté en un susurro, a sabiendas de que el me podía escuchar.
- No sientas miedo. - una de sus manos abandonó mi cintura para tomar mi mejilla. - Llevo esperando por ti todo este tiempo, solo déjate llevar. - después de esto todo pasó demasiado rápido.
Su nariz rozó la mía con cautela, podía sentir como sus labios rozaban los míos jugando con mi paciencia y mis límites, por que a pesar de que estábamos jugando con fuego, deseaba que lo hiciera, así fue que lleve mi mano hacia su nuca, dándole la señal.
El rubio no espero más y se decidió a acortar la distancia entre nosotros, pero un ladrido de Enzo casi como una señal en el fondo me hizo regresar a la realidad y recuperar la cordura, empuje sus hombros con el fin de alejarlo de mi, Max me miró sorprendido, al parecer el tampoco esperaba que las cosas se tornaran así.
- Catarina. - negué.
- Esto es algo que no se volverá a repetir. - sin más tome mi celular de la barra y rodee su cuerpo con el fin de salir de ahí, pero el actuó rápido y tomó mi mano.
- No lo tomes así, no quiero que te cierres a mi después de esto. - sentí su desesperación en esas palabras. - Solo recuerda que el amor no es algo aleatorio, si no que somos elegidos por el. - con esa frase trajo a mi mente la noche en que nos conocimos.
Pero a pesar de eso no podía seguir aquí como si nada, solo salí de su agarre y corrí escaleras arriba con dirección a mi habitación, ingrese a la misma y azote la puerta tras de mi sintiéndome levemente asfixiada, pues todo mi cuerpo me pedía que regresara allá abajo con el y terminara lo que iba a comenzar, pero mis sentidos me decían que no estaba bien, las cosas no podían ser así.
Mi celular vibro entre mis manos, observé la pantalla encontrándome con un mensaje de Max, mire la notificación por encima dándome cuenta de que era una foto que no me había percatado en que momento la había capturado pues me encontraba dándole la espalda a la cámara mientras admiraba uno de las obras que colgaba en la pared, unas simples palabras que acompañaban la imagen.
"Mi Eva."
Con ese texto logró disipar mis preocupaciones y hacerme sonreír, pues esto que comenzábamos a sentir representaba por completo el éxtasis de la sublimación y la lujuria de lo prohibido, sabiendo que si seguíamos así terminaríamos cayendo en el pecado.
• Pas de Valse (Paso de vals): Consiste en balancearse agraciadamente con el cuerpo, con varios movimientos de los brazos, el paso es como un balanceé, pero los pies no se cruzan.
• Piroutte (Pirueta): Giro o vuelta completa del cuerpo con un pie en punta o demi-pointe.
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