𝙸𝙸-𝙸𝚇
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"Un soñador, un clandestino, que se juega hasta la vida mi amor."
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Viernes 2 de Julio 2021, Spielberg, Austria.
MAX
Austria, la carrera de casa, eso se podría decir debido a que se llevaba acabo en el Red Bull Ring, me sentía totalmente preparado, llevaba una buena racha de victorias, esperaba que la suerte siguiera de mi lado.
Acababa de terminar el primer día de prácticas, después de las reuniones con mis mecánicos y mi relacionista, por fin pude ir al hotel a descansar, al llegar ahí recordé que había quedado de cenar con Carlos y Daniel en el restaurante del lugar, estaba demasiado cansado pero ya les había pospuesto varias veces la reunión así que tenía que cumplir.
Con prisa subí a mi habitación, ingrese a esta y cerré la puerta tras de mi, lance mi mochila con mis pertenencias en la cama y con prisa ingrese al baño, ahí abrí la regadera, quite los tenis de mis pies y comencé a despojarme de mi ropa lanzándola cerca del lavabo, la recogería después.
Entre en la ducha y sentí como los músculos de mi espalda seguían tensos a pesar de que el agua caliente corría sobre ellos indicándome que necesitaba una sesión con mi terapeuta la cuál programaría para mañana. Decidí tomar un baño corto, si me dejaba llevar por el vapor y la tranquilidad de mi habitación terminaría dentro de la cama durmiendo como oso en época de hibernación, al terminar de asearme tome la toalla y seque mi cuerpo, salí hacia la habitación con destino a mi maleta y tome un boxer colocándomelo con prisa, a la par decidí vestirme con un pants gris a juego con una sudadera de la escudería, seque mis pies y me coloque calcetines para calzarme mis puma azul marino con detalles en blanco.
Pase la mano por mi cabello repetidas veces con el fin de sacudir el exceso de agua, sin mas tome mi celular y mi cartera para salir de la habitación, ingrese con prisa al elevador, presione el botón que me llevaría al lobby, pasaron un par de minutos y las puertas se abrieron indicando mi bajada, salí del contenedor y camine al restaurante, en el trayecto un par de personas me detuvieron pidiéndome autógrafos o fotos, no me podía reusar ellos eran parte importante de mi carrera así que con una sonrisa acepte.
Cuando termine con el deber ingrese al restaurante, le comente a la chica de la entrada que había una reservación a nombre de Carlos y al instante me llevo hacia la mesa que nos pertenecería, cuando llegamos a esta agradecí que se encontrara lo mas alejada posible de la sociedad y con una buena vista hacia la piscina del hotel, la mujer se retiro y yo tome asiento para esperar a mis amigos.
Tome mi celular y notando varios mensajes, la mayoría eran de la conversación que tenía en conjunto con mi madre y mi hermana, donde me preguntaban a toda hora como me encontraba y alguna que otra vez mandaban fotos de mis sobrinos, ya los revisaría mas tarde, seguí bajando topándome con un mensaje de Kelly quién se disculpaba ya que no podría llegar para esta fecha, suspiré, necesitaba hablar con ella, era la única persona que me comprendía y ahora tendría que esperar a que terminara con sus compromisos, no podía ser egoísta, así que solo le respondí que no se preocupara, ya nos veríamos en Mónaco.
Al final llegue a la conversación que mas me entusiasmaba revisar, después de tantas horas por fin podía responderle, gracias a la diferencia de horario nuestras respuestas tardaban en llegar mutuamente pero siempre encontrábamos la manera de ponernos al día, y a pesar de que hoy cuando desperté logré intercambiar un par de mensajes con ella, nunca era suficiente.
Sonreí inconscientemente al leer el ultimo mensaje, con prisa observe el reloj en la pantalla este marcaba las ocho cuarenta y cinco de la noche, sacando cuentas serían casi las dos de la tarde en México, sin perder el tiempo decidí accionar el icono de la cámara para hacer FaceTime con ella, deseaba verla, así como escucharla, y saber sobre su día sería la excusa perfecta para ello, pasaron un par de segundos hasta que su rostro se mostro frente a la pantalla.
- ¡Caty!. - salude con emoción, admire su rostro, lucia levemente sonrojado y un par de mechones de su cabello se pegaban sobre su frente.
- ¡Maxie!. - respondió entre risas con la misma enjundia. - ¿Cómo estás?. ¿Qué tal todo en las prácticas?. - procedió a llevar una botella de agua a sus labios para ingerir el líquido.
- Muy bien, todo va saliendo a la perfección, estoy listo para lo que venga. - sonreí. - ¿Tú qué tal?. ¿Estas ocupada?. ¿Acaso te interrumpo?. - cuestione alarmado.
- Para nada tranquilo. - me mostró un sonrisa, contagiándome. - Estoy terminando el primer ensayo con el grupo de los más pequeños para el festival.
De inmediato recordé el por qué su ausencia en los últimos premios, su academia se estaba preparando para el último festival, Catarina tenía que volver a montar las coreografías a sus "niños" como ella les llamaba, dejarlos con las bases y después regresaría para acompañar a Sergio según tenía entendido.
- ¿Cómo vas con eso?. - cuestione, a pesar de que me había comentado anteriormente lo presionada que se sentía por los tiempos, me gustaba estar pendiente de lo que le pasaba.
- Siendo sincera es un poco complicado lograr que los pequeños se concentren en un principio, pero estoy segura que los siguientes días será más fácil que comprendan la coreografía y la memoricen, lo que lo hace mas pesado...- deje de prestar atención a sus palabras y me perdí en la imagen de su rostro, analice cada facción, era tan bella, podía sentir como una sonrisa se plasmaba con lentitud en mis labios.
Catarina me brindaba paz y tranquilidad con una simple palabra, era algo que con nadie más me había sucedido, no entendía por qué tenía esa extraña sensación, pero desde aquella noche en Ibiza no había podido dejar de pensar en ella, intente buscarle, pero fui tan imbécil que ni siquiera la pedí su nombre, pasado el tiempo me resigne a nunca mas saber de ella, pero todo cambio durante un gran premio.
Domingo 23 de Junio 2019, Circuito de Paul Ricard.
MAX
La única palabra que se me ocurría para describir este día era Chaos*, desde el primer minuto las cosas no habían salido de lo mejor, para comenzar la mala racha me desperté con una gran migraña, ocasionando que no pudiera levantarme pospuse mi alarma creyendo me ayudaría a reducir el dolor pero fue inútil, sin darme cuenta el tiempo había pasado y termine llegando tarde al circuito, lo peor vino cuando al llegar a la entrada no encontré mis tarjetas de acceso por ningún lado, tuve que llamar a Raymond con la esperanza de que ya se encontrara dentro y pudiera traerme credenciales nuevas.
Cuando por fin alguien del equipo llego a mi rescate y pude ingresar tuve que correr con prisa hacía el motorhome, esperaba poder pasar desapercibido hacía mi habitación privada pero desgraciadamente en el camino me interceptaron Horner y mi padre, llevándome a recibir una buena reprimenda por parte de ambos, me excuse alegando que mi alarma no había sonado pero no fue suficiente, una vez que logre salir de las garras de esos hombres pude continuar mi camino hacía el único lugar que me daba tranquilidad momentos antes de las carreras.
Ingrese a la habitación y cerré la puerta tras de mi con pestillo, suspiré y lance mi mochila sobre el sofá, en automático lleve mis manos hacia mis sienes dejando un ligero masaje en estas pero no funcionó como pensaba, deje de hacerlo cuando escuche el sonido de mi celular indicándome la llegada de un mensaje.
Introduje la mano hacia el bolsillo de mis jeans y tome el aparato, lo saque y al instante observe la pantalla, era un mensaje de Daniel donde me pedía nos viéramos antes de que comenzara la carrera, cuando desperté tenía aproximadamente diez mensajes de el comentándome que necesitaba verme con urgencia porque tenía algo muy importante que comunicarme entre emojis de SOS, decidí no contestarle tenía que prepararme para la carrera, ya hablaría con el después.
・・・
Tomé con prisa mi casco y salí de la habitación, en el camino hacia el paddock salude a varios de los trabajadores de la escudería, me agradaba tener una buena relación y ser amable con ellos, por que al final de cuentas gracias a su trabajo es que los pilotos lográbamos llegar lejos.
Salí del pequeño edificio y me encamine hacia mi box, estaba realizando mi camino con éxito hasta que me vi embestido por la espalda al mismo tiempo que el responsable coloco su mano sobre mi boca y me obligaba a seguir su paso, comencé a imaginar los peores escenarios pero era imposible que un criminal me privara de la libertad dentro de las instalaciones del circuito, ¿O no?.
Sentí como mi cuerpo choco con un metal, al alzar mi vista me percate que era la pared trasera de la energy station lo que había hecho inútil mis pasos recorridos, el responsable de mi rapto se poso frente a mi captando mi atención y rodé los ojos mientras tomaba con fuerza su muñeca para quitar su mano de mi rostro.
- Eres un imbécil Daniel, ¿Acaso no puedes hablar como las personas civilizadas?. - pose mis manos sobre su pecho y lo empuje.
- Tranquilo león feroz, te dije que necesitaba hablar contigo y me ignoraste, no me dejaste de otra. - palmeo mi mejilla con su mano. - No sabes la buena nueva que te tengo. - soltó emocionado.
- Habla ya. - sentí como mi cabeza comenzaba a punzar mas fuerte gracias al susto que me lleve, estúpido Daniel me las pagara.
- Encontré a tu chica. - ladee mi cabeza y lo observe sin entender, ganándome un suspiró de su parte.
- De verdad no entiendo de que va esto, no tengo tiempo para estupideces. - pasé por su lado con la intención de poder por fin llegar a mi box pero sus siguientes palabras me detuvieron.
- ¿La chica Ibiza?. ¿Tu causa perdida?. - pauso y en automático me gire mirándolo sorprendido. - ¿Te suena?. - mi cuerpo se tenso al instante, con prisa regrese hacia donde el se encontraba.
- Por favor dime que no estas bromeando. - una pequeña emoción se comenzó a sembrar dentro de mi pecho.
- ¿Verdad que si tienes tiempo para estupideces?. - menciono alzando las cejas, golpe su hombro. - Eres un grosero Emiliano.
- Punto uno debiste comenzar por ahí, punto dos soy Emilian. - el rio.
- Emiliano para los amigos. - volví a golpear su hombro. - Será mejor que te diga todo antes de que termines dislocándome el hombro. - tomo aire y por fin comenzó a hablar. - Anoche tu mejor amigo Gasly me invito a cenar junto con Lando y George. - me brindo un guiño, le encantaba molestarme con todo lo que se relacionara con Pierre. - Cuando ya estábamos listos nos reunimos en el tercer piso del hotel y ahí nos pidió que lo acompañáramos a la habitación de la que presumió es su mejor amiga, llegamos y el ingreso dejándonos unos minutos afuera, George, Lando y yo matamos el tiempo tratando de adivinar a quién se refería el francés, por que sabemos que no es de muchas amistades. - comenzaba a desesperarme.
- ¿Acaso no tienes una versión corta de la historia?. - pregunte exaltado.
- Eres muy estresante Maximiliano, no puedes disfrutar de un buen chisme, en fin. - tomo mi hombro, comenzó a hablar con velocidad. - Resulto que regreso con nosotros, me aparto del grupo y me pidió que comprará un par de cosas, se llevo a George y Lando e ingresaron a la habitación, hice mi respectivo camino para traer el encargo, llegue a la farmacia del hotel, pague, subí de nuevo al cuarto y toque. - pauso respirando hondo antes de tomar vuelo. - Pierre me abrió e ingrese encontrándome con una castaña que debía admitir me resultaba conocida, me presente y ella me respondió diciéndome su nombre con amabilidad y dejando su celular sobre mis manos para que hablara con alguien, cuando miré la pantalla me di cuenta de que era Alessa. - lo miré sorprendido.
- ¿Alessa tu Alessa?. - cuestione, el solo asintió.
- Así mismo me quede yo, comencé a unir puntos, recordando que de las tres chicas de Ibiza, una era Alessa, sabemos por Pierre que la otra se llamaba Natalia, quién por cierto creo que se la trago la tierra. - tomo su barbilla pensativo. - Lo que posiciona a la mejor amiga de Gasly como la tercera. - lo miré sin entender, el golpeó su frente levemente. - Así que tu causa perdida ahora tiene nombre y apellido, Catarina Slim Domit.
Catarina, el nombre de la chica que había robado varios de mis pensamientos desde esa noche, con emoción salté hacía Daniel y lo abrace.
- Eres el mejor Sherlock del mundo, te debo lo que quieras. - comente con una sonrisa en el rostro. - ¿Ella esta aquí?. ¿Vino con Gasly?. - abrí los ojos sorprendido. - Lo mas probable es que este en el box del francés, necesito regresar ahora mismo. - al instante Daniel me miró preocupado.
- Si, bueno antes de que te emociones por completo necesitas saber algo importante. - menciono nervioso.
- Creo que lo mas importante ya me lo dijiste, te veo después de la carrera para que me cuentes con mas detalle. - tome su barbilla y deje un beso tronado sobre el rostro de mi amigo. - Eres el amo de las investigaciones.
- Que asco Max. - limpió su mejilla y comencé a caminar alejándome. - ¡Max Emiian vuelve aquí aún tengo algo que decirte!. - a pesar de sus gritos no detuve mi andar.
Debía llegar con prisa hacía mi box, tenía que encontrar la manera de ingresar al de Gasly disimulando y con cautela para hablar con ella, estaba seguro de que me recordaría, y ahora si no la dejaría escapar.
・・・
Baje de la báscula abatido, tuve que sostenerme de la pilastra continua gracias al mareo que me auto provoqué con el rápido movimiento, un cuarto puesto nunca era malo pero ese no era el objetivo, desgraciadamente no pude competir con Charles y el zumbido en mi oído provocado por la migraña no me favoreció en lo absoluto.
Brad se acercó con prisa hacía mi, note que tenía una lata de la bebida de la escudería en una de sus manos, así que la tomé y la lleve hacia mis labios para ingerir un gran trago.
- Bien hecho Max. - palmeo mi hombro. - Fuiste consistente, vas avanzando a pasos agigantados. - me brindó una sonrisa que estaba dispuesto a corresponder pero mire sobre su hombro y la imagen de mi padre hablando con Horner sabía que no era una buena señal.
- Ojalá el pensara lo mismo. - mencione en un susurro, Brad miro tras de el y al comprender de lo que hablaba me brindó un apretón en el hombro.
- Recuerda que el único que se esfuerza día con día eres tú, escúchalo pero trata de no centrarte en sus comentarios negativos y sin fundamento, ¿De acuerdo?. - solo asentí.
- Iré a mi habitación, la migraña no me ha dejado tranquilo, tomaré unas pastillas y te veo en la junta. - mi amigo palmeo mi espalda y me dejo ir.
Comencé mi camino, pase por el box y agradecí a todos los ingenieros de mi equipo, intercambiamos un par de palabras para estar enterado de lo que se trataría en la reunión, finalizada la conversación salí con paso firme hacia la energy station, sobe mis sienes con cautela mientras miraba hacia el final del paddock, mi vista se centró en un punto donde se encontraban George, Daniel y Pierre, ellos platicaban animados con una chica que me daba la espalda, Ricciardo al verme dejó atrás al grupo y se acercó hacia mi.
- Terrible día para todos. - después de recorrer un par de metros mi compañero llego a mi lado.
- Ni que lo digas. - mire a el moreno. - ¿Estamos en el mismo hotel?. - cuestione.
- Así es, de hecho también Carlos se encuentra ahí, deberíamos cenar juntos. - asentí.
- Tendré junta en unos minutos, coordínalo y me envías mensaje con la información. - escuche como Daniel comenzó a hablar estaba por seguir mi camino hasta mi mente reaccionó y con prisa pregunté. - ¿Esa chica de ahí es quien creo que es?. - el solo asintió.
No espere más y comencé a dirigirme hacia el grupo de animados amigos que seguían su conversación mi mirada estaba centrada en ella, pero me vi interrumpido por Daniel quien tomo mi brazo para retenerme.
- No tan rápido vaquero, primero hay algo que debes de saber. - suspiré sin despegar la vista de la chica.
- Daniel por favor déjame ir a hablar con ella, y después me cuentas todo lo que quieras, te prometo que en la cena te escuchare sin... - detuve mi hablar cuando la morena se alejo un par de pasos para encontrarse con un hombre que reconocí, ella trato de abrazarlo pero el simplemente dejo un beso sobre sus labios y paso de largo, pude notar como por unos segundos se quedo inmóvil pero al instante cambio su semblante triste por una sonrisa y regreso con los chicos, mire a Daniel - ¿Ese es Sergio?. - el asintió.
- En efecto. - mi amigo asintió.
- ¿La beso?. - guarde silencio, no entendía nada.
- Si tan solo me hubieras dejado terminar de hablar entenderías todo esto. - Ricciardo corto la distancia entre nosotros y hablo en un tono que solo dos dos escuchamos. - Sergio es la pareja de Catarina, están casados y van a tener un bebé. - puedo apostar que mi rostro se desfiguro por completo al enterarme de tal noticia de forma tan repentina.
Después de descubrir semejante noticia investigue un poco a Sergio en internet, fue fácil encontrar su ficha de vida, llevándome a analizar la fecha de su matrimonio dándome cuenta de que si, el era el imbécil por el que Catarina había sufrido el día que la conocí, no lograba comprender por que ella había decidido seguir adelante con ese matrimonio tan austero, pero decidí que no podía quedarme estancado en ella.
Continúe enfocado en mi carrera, entrenando y preparándome duro día con día para lograr mi objetivo principal, ser campeón, y como si la vida me premiara llego un gran tiempo en que deje de observarla en los circuitos, pensé que era el mismo destino tratando de que me centrara en lo mío pero gracias a Daniel me enteré que Sergio y ella habían perdido el bebé que esperaban, sentí una punzada en el pecho al saberlo, pero no había nada que yo pudiera hacer.
Con el paso del tiempo logre sacármela de la cabeza, mi desempeño estaba excelente mi consistencia en los primeros lugares era cada vez mas notoria, pero no fue hasta la temporada pasada que ella regreso, lucía tan bella, despreocupada y extrañamente feliz. Muchas veces lograba verla en las carreras y me repetía a mi mismo que no tendría nada de malo en que entabláramos una amistad, pero justo cuando me decidía por acercarme Sergio aparecía, robándose sus sonrisas y dándole un brillo especial a la mirada de la morena. Eran repetidas las ocasiones en las que llegaba a encontrarlos compartiendo mimos en el paddock, lo único que podía hacer era evitarlos y rodear el camino para poder llegar a mi habitación.
Cuando estaba seguro de que no había cabida en su vida para mí, y que mi mente estaba cien porciento libre de cualquier pensamiento sobre ella, recibí un comunicado por parte de la escudería donde me anunciaban que Sergio sería mi compañero durante dos mil veintiuno y dos mil veintidós, no le di relevancia en un principio, pero el día que se llevo acabo la cena de bienvenida para el mexicano y ella se encontraba ahí deje todas mi dudas de lado, me acerque logrando llamar su atención y que una especie de amistad se comenzara a formar entre nosotros.
En ese momento no lo veía como algo malo, pero todos los sentimientos que reprimí hacía ella comenzaron a pasarme factura, haciendo imposible que comenzara a preocuparme por saber de ella o como estaban sus días, si sus planes con su academia así como su línea de ropa iban como ella lo deseaba, y si llegaba a necesitarme siempre estaba dispuesto a ayudarla, pero eso es algo que comúnmente hacen los amigos, aunque sabía que jugaba con fuego al seguir con todo esto, pues mi corazón me decía a gritos que comenzaba a recorrer un sendero del que difícilmente podría salir si seguía cortejando así a la esposa de mi compañero de equipo.
- Maxie, ¿Sigues ahí?. - regrese a al realidad al escuchar su voz.
- Oh si perdón. - carraspee mi garganta. - Estoy algo exhausto lo siento. - sonreí a medias.
- Lo mejor será que te deje dormir. - me brindo una de sus ya características sonrisas.
- Eso desearía pero tendré que soportar una cena con Daniel y Carlos, deberías desearme suerte. - ella rio.
- Oye estando con Daniel lo mas seguro es que lo pasaras fenomenal, y Carlos debe ser alguien agradable. - olvidaba que ella aun no interactuaba con el piloto de Ferrari.
- Prometo presentártelo en el próximo premio, vendrás, ¿Cierto?. - comente para después morder mi labio nervioso.
- Claro que si, tendrás que soportarme. - ambos reímos. - Aprovechare para mostrarte los videos de los últimos ensayos.
- Y yo estaré encantado de verlos. - noté por la pantalla como ella se sonrojo, alce la vista por inercia y noté como mis amigos se dirigían hacía la mesa extrañamente acompañados por Pierre. - Tengo que dejarte, los chicos ya vienen para acá.
- Vale, cuídate mucho Super Max, y disfruta tu cena. - noté como se puso de pie.
- Caty. - mis manos comenzaron a sudar, dudaba sobre lo que diría a continuación pero necesitaba expresarlo. - Te quiero. - en automático rasque mi nuca apenado, ella se sonrojo y me brindo una de las sonrisas mas lindas que nunca había visto en mi vida.
- Yo también te quiero Max. - cualquier duda se disipo de mi cabeza al momento que mi corazón comenzó a ir al mil por hora, le brinde una ultima sonrisa y termine la llamada sin mas en el momento justo.
- ¿Y esa sonrisa?. - cuestiono Daniel palmeando mi hombro mientras tomaba asiento a mi lado.
- Hombre que si yo estuviera en la cima del éxito también tendría la sonrisa del guasón. - soltó Carlos, logrando que una risa escapara de mi.
Pierre tomo asiento justo frente a mi, nos limitamos a saludarnos con un asentimiento de cabeza
- Te puedo asegurar que esa sonrisa tiene nombre y apellido. - Ricciardo me brindo un guiño.
- Claro. - asegure. - Su nombre es primera posición, y su apellido en las segundas libres. - los tres hombres rieron.
- Felicidades por ello. - habló Gasly por primera vez.
- Gracias Pierre, bueno lo mejor será ordenar ya, por que no se ustedes pero yo muero de hambre. - todos estuvimos de acuerdo y tomamos el menú para revisarlo dando inicio a una velada interesante.
・・・
Estalle en risas gracias a la estupidez que Daniel acababa de decir.
- Cállate Maximiliano, con tu risa tan normal nos van a correr de aquí. - Carlos y Pierre carcajearon a la par. - Ustedes también estúpidos, salgo con las personas mas indiscretas del mundo.
- Hablo Don Discreciones. - comentó el francés.
- Pierre tiene un buen punto. - el español choco puños con el antes mencionado.
Nos encontrábamos de regreso en el pasillo de las habitaciones, habíamos pasado una velada muy entretenida y divertida entra los cuatro a pesar de la presencia de Gasly quién se comporto como una persona decente, paramos frente a mi habitación.
- Deberíamos hacer esto mas seguido, ya los extrañaba. - Daniel nos abrazo a Carlos y a mí por los hombros.
- Claro, exclúyeme, sin problema, yo no me ofendo. - alzo los hombros Pierre.
- A ti te encuentro hasta en la sopa gracias a las reuniones de la mafia. - comento el de barba.
- ¿La mafia?.- pregunto Carlos con interés.
El francés estaba por contestar pero nos vimos interrumpidos por una puerta abriéndose de forma estrepitosa a nuestro costado, una chica de ojos verdes con un rostro extrañamente familiar apareció frente a nosotros vestida solo con una bata de seda y lencería, Daniel llevo sus manos a los ojos de Pierre y Carlos por inercia, estaba por brindarle mi sudadera a la chica pero me quede congelado al notar quién apareció tras de ella, al instante el hombre nos vio nervioso.
- Eh, buenas noches chicos, ¿Qué hacen aquí?. - menciono con nerviosismo, pasaron un par de minutos antes de que alguien pudiera articular palabra.
- Ningún buenas noches, ni ningún que hacen aquí, ¿Qué diablos es esto?. - hablo Daniel con notable enojo.
- No puedo creerlo. - menciono Pierre con ira.
- Les juro que esto no es lo que están pensando. - Pierre al instante tomo el brazo de la mujer y la alejo de su camino para ir directamente a tomar el cuello de la playera del moreno.
- Creo que todos los presentes somo bastantes mayores como para poder diferenciar esto, eres una basura.- el francés levanto su puño con tal decisión de estamparlo en el rostro de el otro hombre, pero Daniel y Carlos lograron detenerlo a tiempo y separarlos.
Miré a la chica quién observaba la escena desde un costado sonriendo complacida, de un momento a otro sus ojos se encontraron los míos, trayéndome un flashback inmediato llevándome a reconocerla por completo.
- Max tu debes de saber que esto no es lo que parece. - lleve mi vista hacía el.
- ¿Entonces que es?. - cuestione, el solo balbuceaba tratando de encontrar las palabras correctas. - Mira Sergio nosotros no somos nadie como para meternos en tu vida y decirte que esta bien o mal, pero sin duda alguna esto no es justo para Catarina. - noté como sus ojos se rozaron.
- Por favor escúchenme, ni siquiera se como ella entro aquí, tienen que creerme. - Pierre salió del agarre de Carlos y Daniel, al instante encaro al mexicano.
- No vamos a creer ninguna de tus excusas baratas, si para la próxima carrera Catarina no esta enterada de esto, atente a las consecuencias. - Sergio recupero su compostura.
- ¿Me estas amenazando?. - cuestiono.
- Tómalo como quieras, si no se entera por ti, créeme que lo hará por cualquiera de nosotros, que no estamos dispuestos a dejar que un imbécil como tu la lastime así. - los cuatro comenzamos a retirarnos.
Al retomar el camino a mi habitación tuve que pasar cerca de la chica quien reía en voz baja, me plante frente de ella y la miré.
- ¿Te parece gracioso rebajarte a tener que meterte en la cama de un hombre casado y quedar como la segunda?. - ella al instante detuvo su risa y su rostro se torno serio. - Eso pensé.
Sin mas camine hacia la puerta que correspondía a mi habitación, pase la tarjeta para lograr acceder y la cerré tras de mi, recargue mi espalda por completo sobre esta, aun estaba algo pasmado por lo que acababa de acontecer, Checo al parecer había engañado de nuevo a Catarina y eso no lo podía dejar pasar tenía que comunicárselo como fuera, no podía dejar que el siguiera viéndole la cara de esta manera.
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