𝙸-𝚅𝙸𝙸
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"Keep slowing your heart down,"
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Viernes 21 de Junio 2019, Francia.
CATARINA
Terminaba de alistarme cuando mi teléfono comenzó a sonar, al tomarlo me percate que era una videollamada de Alessa, la cual al instante acepte.
- ¡Dios!. Decir que te extraño horrores es muy poco comparado con lo que me haces falta. - reí por sus palabras mientras tomaba asiento en la cama.
- Yo también te extraño Less, mas en estos días de carrera.
- Ya me imagino que la pasas sola.
- En realidad no, hay días en los que me la paso conviviendo con Xavi o con Pierre y sus mecánicos.
- ¿Y Checo?. ¿Cómo lo lleva?.
- Se podría decir que bien, he tenido que dejar mi idea de asistir a una carrera si y una no para estar mas cerca el.
- Entiendo. - iba a hablar pero Sergio se me adelanto.
- Regreso en un par de horas. - lo miré, vestía unos jeans obscuros con una camisa a botones negra y los Alexander McQueen negros que le había regalado en nuestro primer aniversario. - El restaurante queda cerca del hotel, cualquier cosa llámame.
- Cuídate mucho. - me acerque y deje un beso en su mejilla al notar que no despegaría la mirada de su celular.
- Llevo la tarjeta de la habitación, por si quieres descansar. - solo asentí, salió sin mas cerrando la puerta tras de el.
Regrese de nuevo a la cama, tome mi celular y mi amiga me miraba.
- ¿Sigue con la misma actitud?. - solo asentí. - No es justo que te trate así Cata, siempre estas al pie del cañón para el, y ahora por una simple complicación empieza con sus tratos estúpidos.
- Alessa. - la reprendí. - Se que tal vez no es correcto, pero también lo entiendo, esta temporada no ha sido lo mejor para el, agregando las comparaciones que hacen entre Lance y el, es algo difícil, ¿No lo crees?. - ella suspiró.
- Patrañas. - comenzó a comer un chocolate. - Entonces, ¿Me imagino que no has hablado con el sobre "aquello"?. - menciono la ultima palabra mientras hacia comillas con sus dedos.
- No, quiero esperar hasta que regresemos a Silvertone, pensando en que tal vez estará mas relajado.
- ¿Y por que no simplemente primero haces los test tu y luego se lo comunicas?.
- Porque es algo fuerte Less, no me gustaría estar sola en ese momento.
- Mira yo solo te puedo decir que no debes esperar mas tiempo, si lo que no quieres es estar sola estoy yo para ti, aparte Pierre estaría cien porciento dispuesto a acompañarte. - me brindo una sonrisa. - Hablando de el, no has visto a...- nos vimos interrumpidas por unos golpes en mi puerta.
Me puse de pie de nuevo y abrí, encontrándome con el francés, lo hice pasar.
- ¿Estas lista?. - me miro.
- Claro, pero alguien quiere saludarte. - regrese a tomar mi teléfono de la cama y lo deje en manos de Pierre mientras yo metía un par de cosas en mi bolso.
- ¡Hey mexicana!. - dijo en un curioso español haciendo reír a Alessa.
- ¿Cómo se encuentra mi francés favorito?. - respondió mi amiga.
Desde el momento en que nos percatamos que Pierre era parte de uno de los chicos con los que tuvimos suerte en cruzarnos en mi despedida de soltera, los tres formamos una amistad genuina, Pierre había sido el chico que coqueteo en ese momento con Natalia, quien aun no estaba enterada de esto. Por otro lado el francés estaba dispuesto a comunicarle a la conquista de Alessa que las había encontrado pero mi amiga tenía miedo de entablar conversación de nuevo con Daniel.
- ¿Y que es eso en lo que necesita ayuda?. - retome su conversación una vez termine de tomar mis cosas.
- Pregúntale tu, a ver si a ti si te dice la verdad y no te lo oculta como al baboso de su marido. - cuando capte lo que Alessa había hecho me vi acorralada, ella me miraba a través de la pantalla y Pierre no despegaba sus ojos azules de mi.
- Cat, ¿Qué pasa?. - me cuestiono mi amigo, titube para contarle.
- Tengo un retraso de un par de semanas. - Pierre me miro dudoso, y ladeo su cabeza observándome.
- Eso es normal en algunas personas al nacer, ¿No?. - soltó con inocencia logrando que la risa me ganara.
- Ay por dios, se refiere a que desde hace tres semanas no se le desangra el útero, ¿Ahora entiendes Pierre?. - dijo exasperada mi amiga a través de el teléfono.
- Oh. - comento el chico analizando la información. - ¡Oh! ¿Eso significa que existirá un mini Checo?. - grito de forma feliz.
- He ahí el dilema, tu amiga la esposa de Don Lento Pérez. - reprendí a Less con la mirada. - No quiere hacerse ninguna prueba hasta que el señor se digne a bajar sus humos y tener una conversación decente con ella. - ahí el francés me miró en automático.
- Me habías dicho que las cosas con Sergio estaban bien Cat. - entrecerró los ojos sin dejar de mirarme. - Luego hablaremos de eso. - suspiró. - Lo importante es, hacer la prueba.
- Si claro, lo haremos después ahora vamos a cenar. - le arrebate el celular.
- Ah no, será ahora, te harás esa prueba ya y después iremos a cenar. - me tapo la boca con su mano. - No quiero reclamos, espera aquí. - se puso de pie y salió de la habitación.
- Eres una tonta Alessa.
- Cata seamos sinceras, si no te obligamos nunca lo harías, mucho menos si esperas a que Sergio se despierte de buenas. - me miro. - Sabes que lo hacemos por tu bien.
- ¿No es muy tarde en México?. - cuestione tratando de cortarle la llamada.
- Tres con cuarenta de la mañana, pero ya que Pierre se hará responsable de la situación me quedaré despierta acompañándolos. - sonreí, sin duda tenía la mejor amiga en el mundo.
Cuando estaba a punto de contestarle, Pierre regreso a la habitación, acompañada de otros dos chicos que en algún momento llegue a ver en el paddock, pero no estaba segura.
- Hagamos esto rápido. - suspiro el francés y me miró mientras sostenía el teléfono logrando que mi amiga se percatara de la presencia de los chicos. - Cata, Less, ellos son Lando y George. - atine a saludarlos con mi mano libre. - Lando, George, ellas son Catarina y Alessa. - nos señalo a cada una.
- Por fin conocemos a las famosas chicas de Pierre. - menciono George.
- Por dios que acento tan sexy de ese hombre. - soltó Alessa en español logrando que yo riera.
- ¿Qué dijo?. - cuestiono un inocente Lando.
- Que es un gusto conocerlos chicos. - les dije entre risas.
Se escucharon un par de golpes en la puerta, Pierre con prisa se acerco a abrirla, mire a la persona que ingresaba y no lo pude creer.
- Traje lo que me pediste. - Pierre lo hizo pasar y cerro la puerta.
- ¿Enserio tenías que involucrarlos a todos?. - pregunte a Pierre.
- Perdón Cat, pero ya les había prometido una cena. - alzo los hombros desinteresado.
- Soy Daniel. - se acerco y dejo un beso en mi mejilla. - Y tranquila que seremos muy discretos con esto. - me brindo una sonrisa.
- ¿Es quien creo que es?. - hablo Less, solo asentí.
- Daniel, agradezco tus palabras. - me puse de pie. - Yo soy Catarina, y te presento a mi amiga Alessa. - deje el teléfono en sus manos, la venganza era dulce. - Puedes hablar con ella.
Pude observar el rostro sorprendido de Daniel mientras me alejaba para acercarme a donde se encontraban George, Lando y Pierre, cada uno tenía dos cajas en sus manos de lo que parecían diferentes pruebas de embarazo.
- ¿Se necesitan tantas?. - cuestiono Lando.
- Tenemos que ser precisos y meticulosos en esto. - ambos miramos a Pierre, lo estaba llevando demasiado lejos, dejaron las cajas en mis manos, las miré percatándome que mis manos comenzaban a temblar.
- Hey. - Pierre tomo mi barbilla obligándome a mirarlo. - No tengas miedo, sea cual sea el resultado sabes que puedes contar conmigo, no me iré a ningún lado.
- Ni yo. - soltó Lando brindándome una sonrisa, que tierno era este chico.
- Mucho menos yo ahora que acabamos de formar una mafia con esto, ¿No es emocionante?. - las palabras de George hicieron reír a todos.
- Ve tranquila Cata, estaremos esperándote. - me alentó Daniel, el moreno me mostro la pantalla del celular, Alessa me brindaba ánimos con su sonrisa y sus pulgares arriba.
- Ok, es hora. - ingrese al baño de la habitación y cerré la puerta tras de mi.
De una por una abrí las cajas, coloque cada dispositivo sobre el tanque del excusado, suspire profundo, desabroche mi pantalón y lo baje en conjunto de mi panti, y comencé con mi tarea, me sorprendió que el contenido de mi vejiga fuera el justo para utilizar todas las pruebas que había pedido Pierre.
Cuando termine limpie mi zona intima, coloque mi panti y pantalones en su lugar y lave mis manos, cada prueba la coloque sobre la barra de el lavamanos, apreté mis parpados, si las pruebas resultaban positivas esto daría un cambio drástico tanto a mi matrimonio como a mis aspiraciones personales, con Sergio habíamos hablado de tener hijos hasta dentro de dos años pero visto esta que las cosas no siempre suceden como uno quisiera.
No vería a un bebé como algo malo, pero en este momento a como estaba la situación entre Checho y yo no sería justo para la criatura, dure unos minutos pensando en todos los pros y contras hasta que alguien llamo a la puerta.
- Cata, ya pasaron quince minutos, ¿Todo bien?. - identifique la voz de George tras la puerta.
- Si, ahora salgo. - me prepare mentalmente antes de mirar los dispositivos.
Dirigí mi mirada hasta estos y quede en shock, todos los sentimientos comenzaron a mezclarse en mi pecho al mismo tiempo que las lagrimas comenzaban a rodar por mis mejillas, tomé valor y abrí la puerta, al instante las miradas de todos se posaron en mi, pero Pierre fue el único que se acerco y tomo mi mano.
- ¿Qué paso?. ¿Cómo resulto?. - su mirada buscaba la mía, después de unos segundos finalmente hable.
- Positivo, voy a ser mamá.
・・・・
Miércoles 21 de Agosto 2019, Silverstone.
La canción seguía fluyendo, mis movimientos iban al compas de la misma, realicé un par de volteretas pero tuve que detenerme al sentir una punzada en mi vientre.
- ¿Estás bien?. - me pregunto Alessa acercándose a mi.
- Si tranquila, creo que aquí terminaré por hoy. - ella asintió y me tendió una botella con agua. - Te prometo que a mas tardar mañana tendrás las coreografías completas.
- Catarina no es bueno que te esfuerces así, debes descansar. - coloco su mano sobre mi vientre que comenzaba a abultarse. - Si no llegan a estar listas las terminaré cuando regrese a México, no te preocupes por ello.
Alessa había venido de visita por un par de semanas con el objetivo de armar nuevos planes para Bugdo, así como nuevas coreografías para las audiciones que comenzarían en noviembre.
- Perdón, pero con esto del embarazo mi vida se a vuelto más lenta de a poco. - sonreí levemente después de tomar un trago de agua.
- Es comprensible. - comenzamos a tomar nuestras cosas y salimos del local que había rentado a unos metros de la casa con el objetivo de utilizarlo como estudio.
Subimos a mi auto y emprendimos el camino de regreso.
- Entonces, ¿Cuándo tienes la próxima cita?.
- Dentro de dos semanas. - sonreí mientras mantenía mi mirada en el la carretera.
- Vaya, ¿Está es en la que te dirán si es niño o niña?. - asentí. - ¡Que emoción!. ¿Sergio te acompañará?.
- El. - pause con iedo de confesarle la verdad. - Aún no le he dado la noticia Less.
- ¿Que?. - me miro sorprendida. - Me mentiste.
- Alessa las cosas no están bien ahora, no creo, más bien no he encontrado el momento para decírselo.
- Amiga, se qué tal vez la actitud de Sergio es difícil, pero está mal que le ocultes algo tan importante.
- No lo comprendes. - solté mientras mostraba a seguridad la credencial que nos permitía acceso al privado.
- Claro que lo comprendo, pero no puedes excusar tus actitudes con las de el, Cata que el sea una mierda no quiere decir que tú te tengas que convertir en lo mismo, mucho menos en que comiencen a afectar su matrimonio ocultándose cosas. - detuve el auto y me recargue en el volante ante sus palabras.
- Lo se, es solo que, no quiero una discusión más, ya me canse, el y yo habíamos quedado en dar lo mejor de nosotros pero no se, siempre hay algo que impide que estemos bien. - que dentro de mí sabía la razón exacta pero por obvias razones no se la podía decir, sentí como acaricio mi hombro.
- Lo que debes hacer es plantarte frente a el y tener una conversación como adultos responsables. - la mire. - Se que Checo no está pasando por su mejor momento y que has tratado de estar ahí para el, pero también se como eres Catarina, y si la gente te trata con indiferencia tu procedes a bloquear cualquier contacto, en un matrimonio no se puede hacer eso. - ella me pasó la sudadera oversize que había traído conmigo y me la coloqué.
- Debemos poner de nuestra parte para solucionar eso.
- Así es, por qué solo tienen de dos, hablan y ambos entran en razón, o simplemente lo mejor es que se separen por la paz mental de ambos. - me tense al escuchar sus últimas palabras.
Era lo mismo que mi hermana Soumaya me había dicho hace un par de días cuando le conté que sería tía, ella salió de un matrimonio difícil, claro estaba que si me daba esos consejos lo hacía por lo que había experimentado.
Alessa y yo bajamos del auto, baje la pequeña maleta que había llevado y con prisa entramos a la casa, una vez adentro Enzo me recibió con emoción, pero al ver a mi amiga volcó su atención en ella por completo.
- Ay como te adoro estúpido perro. - rodé los ojos al escuchar a Less, jamás cambiaria.
- Buenas noches. - me sorprendí al escuchar su voz. - Bienvenida Alessa. - se acercó y saludó a mi amiga con un beso en la mejilla.
- ¿Cómo estás Checo?. - cuestiono la rubia.
- Muy bien, ¿Tú qué tal?. Me alegra que nos visites.
- Todo normal. - ella sonrió. - Si me lo permiten subiré a darme un baño y bajo para ayudarles con la cena, permiso. - con prisa desapareció hacia el segundo piso.
- Llegaste antes. - lo mire.
- Si, me dieron unos días libres. - asentí. - Necesito hablar contigo.
Comenzó su camino hacia la habitación que utilizaba como despacho, me vi obligada a seguirlo, al estar dentro el cerro la puerta tras nosotros.
- Y bien, ¿De que quieres hablar?. - lo miré.
El con prisa introdujo la mano al bolsillo de su hoodie, cuando menos lo espere lanzó sobre el escritorio las pruebas de embarazo que había hecho en Francia, maldita la hora en que decidí no abandonarlas en el hotel.
- ¿Qué significa esto Catarina?. - su semblante era demasiado serio.
- No tenias ningún derecho a revisar mis cosas. - trate de desviar la atención.
- No tuve la necesidad, Enzo saco una por una de donde sea que las tenias escondidas y las distribuyo alrededor de la habitación, yo solo las encontré cuando llegue a casa. - ahora entendía a Alessa, estúpido perro. - ¿Las acabas de hacer?. - agache la mirada.
- No, las hice cuando te acompañe a Francia. - el suspiro.
- O sea que de no ser por Enzo yo ni en cuenta de que vamos a ser papás. - note como sus ojos comenzaban a cristalizarse. - ¿Planeabas decírmelo en algún momento o solo me llamarías desde la sala de parto cuando ya estuviera naciendo?. - cuestiono.
- Claro que te lo iba a decir pero...- me interrumpió.
- ¿Pero que?. ¿Ahora qué excusa vas a inventar?. - sus palabras me hicieron enojar.
- Ninguna excusa, te diré simplemente la verdad. Nunca regresas de humor a casa, siempre tengo que estar soportando tus desplantes. - comencé a alzar la voz. - Y cada vez es peor porque pensé que acompañándote a todas tus carreras podía animarte un poco, pero no, porque ni siquiera me dejas acercarme a ti, ni siquiera me prestas atención.
- Catarina ni siquiera tenemos oportunidad de pasar tiempo juntos, te la pasas con Pierre y Lando, que si se te atraviesan George y Daniel también los prefieres a ellos.
- Si, porque ellos no me dejaron sola, no prefieren sus reuniones entre amigos sobre mi. - le di la espalda tratando de tranquilizarme. - La noche que hice las pruebas Alessa y ellos estuvieron acompañándome. - pause. - Yo quería esperar a que tuvieras una mejor actitud, a que te sintieras mejor porque era algo de los dos pero eso nunca sucedió.
- Catarina. - lo interrumpí.
- El día que tuviste la carrera aquí en Silverstone me quede en casa no porque no te quisiera acompañar, si no que preparé una cena sorpresa para darte la noticia, después de la carrera espere por varias horas, pero, apareciste hasta el día siguiente. - el trato de tomar mi rostro pero retrocedí. - Estoy cansada Sergio, tuvimos solo unos meses en paz y míranos ahora, regresando a lo mismo que el año pasado, incluso hasta peor.
- Lo sé, y lo siento, no es justificación pero tienes que entenderme, no estoy pasándola nada bien en este momento. - había colmado mi paciencia.
- ¡¿Y crees que yo si?!. - grite. - ¡Mi marido se la pasa excusando sus estúpidos comportamientos con lo que esta pasando en su vida laboral y cuando quiero ayudarlo me rechaza!. ¡Agregándole que he tenido que pasar un par de meses de embarazo sola porque no encuentro el maldito momento de decírselo porque ni siquiera me presta atención!. ¡¿Crees que yo si la estoy pasando bien?!. - solté sintiendo como una presión se quitaba de mi.
- Catarina cálmate. - con sigilo se comenzó a acercar a mi mirándome con preocupación.
- ¡No me voy a calmar Checo, o solucionamos esto de una vez por todas, o me regreso a México y te preparas para que te lleguen los papeles del divorcio!. - sentí como mi respiración se volvía irregular, los ojos comenzaron a pesarme al momento en que la punzada que anteriormente había sentido en mi abdomen regresaba con mas fuerza.
- Mi amor, te prometo que lo vamos a solucionar, pero necesito que me mires y te tranquilices. - el tomo mi mano.
- No me siento bien. - me afirme a su mano y el al instante rodeo mi cintura con su brazo.
Comencé a sentirme desorientada, baje la mirada, mi entrepierna se encontraba rodeada de una mancha roja mas notoria gracias a los leggins claros que portaba, y el piso tenia bastantes gotas sobre este, alce la vista y mi mirada se encontró con la de el, fue hasta que sentí de nuevo una punzada sobre mi abdomen cuando me aferre a su torso.
Con prisa caminamos hasta la puerta del despacho Checo la abrió, en cuanto salimos de este afirmo su agarre sobre mi cintura, con su brazo libre tomo mis rodillas para levantarme y caminar con prisa hacia la salida.
- ¡Alessa! ¡Alessa!. - grite con las pocas fuerzas que sentía dentro de mi.
- ¿Chicos esta todo bien?. - hablo mi amiga quien con prisa bajo las escaleras al ver la escena palideció. - ¿Qué fue lo que sucedió?.
- ¡Necesitamos ir al hospital, tu manejaras mientras yo voy con Cata en la parte de atrás, toma las llaves de la barra ahora!. - grito mi esposo con pánico.
Sergio salió directo a mi auto con Alessa tras de el, con cautela me coloco en el asiento y entro conmigo, posiciono mi cabeza sobre sus muslos y tomo mi mano, las punzadas cada vez eran mas frecuentes logrando que afirmara el agarre entre nuestras manos, al mismo tiempo que mi esposo acariciaba mi cabello tratando de tranquilizarme.
- Mi amor nuestro bebe. - las lagrimas corrían por mi rostro sin parar.
- Relájate bonita, te juro por Dios que todo saldrá bien y no le pasará nada. - en ese momento el también comenzaba a llorar.
Dándome a entender que en ocasiones aunque hiciéramos promesas, no estaba en nuestras manos cumplirlas.
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