𝙸-𝚅


"I'm gonna make this last forever, don't tell me it's impossible."



Miércoles 10 de Octubre 2018, CDMX

CATARINA


La pereza me había consumido este día desde que me levante, por ello había decidido quedarme en casa y atender mis asuntos desde aquí, lo cuál fue todo un éxito logrando desocuparme temprano dándome la oportunidad de preparar la cena.

Deje de lado el cuchillo para poder revolver la salsa que comenzaba a hervir en la estufa, mientras estaba en ello, Melanie se acerco y dejo dos cajas de tamaño pequeño sobre la barra de la cocina.

- Señora Cata acaban de dejar estos paquetes en la puerta de la casa. 

- Gracias por traerlos Mel, y una disculpa por retrasar tu salida. - le brinde una sonrisa.

- No se preocupe, la veo el viernes.

- Lo mas seguro es que salgamos de viaje a Guadalajara, así que tómatelo libre. - ella me mostro una sonrisa. - Ve a casa a descansar y avísame cuando llegues.

- Muchas gracias señora, bonita noche. - sin mas se dirigió hasta la salida.

Devolví mi vista a la estufa, la salsa ya tenía la consistencia suficiente, tome el sartén y comencé a vaciar la misma sobre el fetuccini, revolví ambos para que se combinaran, con esto había terminado.

Escuche como Enzo comenzaba a ladrar y arañar el cristal de la puerta del patio, con prisa me acerque y la abrí para liberarlo, el can salió disparado hacia la entrada de la casa, me imaginaba su intención, así que sin más decidí acercarme hacia las cajas que se encontraban en la barra.

Una tenía el nombre de Checo, y la segunda el mío, arranque la cinta de la que me pertenecía para poder observar su contenido, eran varios estuches de gafas para sol, tome ambas cajas y las deposité en el comedor.

Regrese a la cocina y tome dos platos para comenzar a servir la cena, una porción de pollo, acompañado de pasta y ensalada sería nuestro manjar, deje ambos platos en la barra, coloqué servilletas y cubiertos en la misma, no tenía ganas de arreglar el comedor.

Cuando me dirigía hacia el refri a tomar la jarra de té helado me vi interrumpida por dos brazos que rodearon mi cintura.

- ¿Cómo se encuentra la mujer más preciosa del mundo?. - me cuestiono, sonreí a medias y me giré en sus brazos para mirarlo.

- Bien. - bese su mejilla. - ¿Cómo estás tú?. ¿Cómo estuvo la carrera?. - pregunté.

- ¿No la viste?. - negué mintiendo, yo era su mayor fan pero últimamente me dedicaba a fingir desinterés hacia el, su agarre se aflojó y se alejo para tomar asiento en uno de los taburetes de la barra.

- Lo tomare como un bien. - termine mi recorrido hacia el refri y lo abrí tomando la jarra, después de cerrarlo tome un par de vaso y me dirigí hacia la barra.

Tome asiento en el taburete frente a mi esposo, deje la bebida a un lado y comenzamos a cenar, nos dedicábamos a mirarnos cada cierto tiempo, el silencio que permanecía mas que incomodo era tenso, hasta que el rompió el hielo.

- Regrese a la pelea por el campeonato de pilotos. - soltó mientras limpiaba su boca con una servilleta.

- Tu esfuerzo te esta regresando lo que mereces. - le brinde una sonrisa. - Pero no te veo tan contento, ¿Qué acaso no es bueno?. - lo mire dejando mi tenedor sobre mi plato.

- Lo es, pero aun faltan cuatro carreras, todo puede pasar, siendo sincero no creo que logre mejorar mucho. - rasco su barbilla frustrado.

- Eres de los mas experimentados y el mejor sin duda alguna. - acaricie su mano para darle ánimos. - Harás un excelente trabajo. - el tomo la mía y dejo un beso sobre esta. - Por cierto llego paquete de Xades.

- Perfecto, justo a tiempo. - soltó después de tomar un trago de té. - Nada mejor que comenzar la promoción en el gran premio de US. - me miró. - Los boletos me los enviaron hoy por la mañana, salimos el Domingo desde Guadalajara. - me tense.

- Yo creo que, lo mejor será que no asista a este premio, tengo varios compromisos, deberíamos esperar hasta el de México. - metió un bocado de comida a su boca, note como me analizaba mientras terminaba de ingerir el alimento.

- Aja, y después vas a querer que esperemos al de Brasil, luego al de Abu Dabi. - pauso. - Para por ultimo cancelarme y tendré que esperar hasta la siguiente temporada. - termino su cena, se puso de pie y llevo sus trastes al lavabo.

Comenzó a lavarlos mientras yo terminaba mis alimentos, sabia lo que se acercaba así que trate de comer lo mas lento posible, pero en cuanto termine Checo tomo mi trastes y al igual los lavo.

Me encargue de devolver el té al refri, así como de limpiar la barra, una vez que terminamos nuestras respectivas tareas, el se dirigió a abrir el paquete que contenía su nombre, comenzó a observar cada modelo de lentes mientras yo lo observaba.

Cuando termino de revisar los que su nuevo patrocinador le había mandado regreso todo a la caja.

- Subiré a dormir. - paso frente a mi.

- Checo, de verdad no estoy lista para involucrarme en la farándula de tu profesión, todo es muy denso. - me acerque hacia donde se había quedado estático. - Además tengo mis asuntos que atender, el estudio no se puede quedar sin supervisión y sabes es que estoy trabajando en un nuevo proyecto.

- Catarina tu vida ha estado involucrada en los medios desde que naciste, no puedes poner esa excusa tan estupida ahora. - se giró a verme. - Sobre el estudio, desde que nos casamos Alessa y Nat te dijeron que pueden hacerse cargo cuando te tengas que ausentar, al igual que Johanna quien te ofreció hacerse cargo de lo administrativo, y si hablamos del nuevo proyecto bien puedes tener juntas por videollamadas y trabajar en la colección desde tu ordenador.

- Pero yo...- me interrumpió.

- Ya no más Cata, ya. - tomo mi mano. - Hoy venía dispuesto a tratar de convencerte de que te mudes conmigo a Silverstone, pero veo que será imposible, al igual que pedirte que me acompañes a cualquier premio, solo perdería mi tiempo. - su tacto se alejó de mi.

- Checo ya fue suficiente de ver por tus sueños en lugar de seguir los míos. - solté de forma abrupta sin recordar que el no sabía que nuestro matrimonio era por compromiso.

- Mi mayor sueño era tenerte a mi lado disfrutando cada triunfo y derrota de ambos tanto en lo personal como en lo profesional, pero ahora entiendo que nunca se cumplirá. - comenzó a subir las escaleras. - Mañana partiré hacia Austin, cambiaré mis boletos y cancelare los tuyos. - hablo mientras desaparecía hacia el segundo piso.

Frote mi cara con frustración, sabía que esto iba a desembocar en una discusión pero no podía evitar el no querer verlo feliz, y eso era un problema, no podía seguir siendo tan injusta.

El me engaño, ya todos lo sabemos, pero si decidí seguir adelante con el matrimonio por lo menos debía actuar con neutralidad, porque ahora no solo el sería el malo de la historia, si no yo también.

Debía reordenar mis ideas y replantearme cómo sobrellevado esta situación, porque de ser así íbamos a terminar odiándonos mutuamente.





・・・・





Domingo 21 de Octubre 2018, Circuito de las Américas


Caminaba con prisa por el paddock, según el reloj en mi muñeca faltaba una hora para el inicio de la carrera, pero no tenía ni idea de a donde debía dirigirme para encontrar a Checo, creo que decidir asistir de ultimo momento para sorprenderlo no había sido una de mis mejores ideas.

Detuve mi andar y suspire al mismo tiempo que cerraba mis ojos con fuerza para tratar de calmarme, al momento que los abrí me di cuenta que un chico se había plantado frente a mi.

Portaba una gorra de Red Bull, de ella se escapaban un par de cabellos cenizos, sus ojos tenían un color azul intenso, vestía solo una camisa térmica y el mono caía sobre su cadera, perfecto un piloto, miré su rostro por unos segundos mas, me parecía haberlo visto antes, su cara me era demasiado familiar, pero no podía perder tiempo, así que me decidí a hablar.

- Eh lo siento, ¿Podrías ayudarme?. - el chico me miró extrañado, logrando que me diera una bofetada mental por hablarle en español, así que tuve que cambiar mi chip y comenzar con el ingles. - Disculpa, ¿Sería posible que me orientes un poco?. - el sonrió.

- Claro, soy Pierre. - estiro su mano, que tome dándole un apretón.

- Catarina. - noté como analizo por unos segundos lo que le dije.

- Bueno Caterina, ¿Qué necesitas?. - reí levemente.

- Es Catarina, casi igual que Caterina pero con a en lugar de e. - me miro apenado.

- Lo siento pensé que había escuchado mal cuando me lo mencionaste. Pero bueno regresemos a la cuestión principal, ¿En que te puedo ayudar?.

- Estoy tratando de encontrar a mi marido, la verdad vine a visitarlo de sorpresa entonces no se con exactitud donde podría estar, ¿De casualidad conoces a Sergio Pérez?. - le pregunte.

- Sergio Pérez, Sergio Pérez. - repitió un par de veces con su peculiar acento.

- ¿Checo Pérez te suena mejor?. - lo mire esperanzada.

- ¡Oh Checo claro!. - ambos reímos. - ¡Sígueme!.

Nos colocamos a la par y comenzamos a caminar al lado contrarío de donde yo me dirigía.

- ¿Así que vienes de sorpresa?. - asentí. - ¿Acaso es su cumpleaños y yo no lo sabia?.

- No, solo. - me trabe buscando una excusa. - Yo tenía varios pendientes en mi trabajo así que no estaba en nuestros planes que lo acompañara, pero logre desocuparme antes y heme aquí.

- El amor hace maravillas. - suspiro. - ¿Te puedo confesar algo?.

- Claro, porque no.

- Creo que tu rostro me parece conocido de algún lado. - le mire sorprendida.

- Si te soy sincera pensé lo mismo cuando te plantaste frente a mi, pero no me viene a la cabeza ni la mínima idea del porque.

- Quizás nos soñamos mutuamente en algún momento de nuestras vidas. - alzo los hombros desinteresado.

- Ok, no entiendo eso que tendría que ver pero es la única teoría, así que la tomaré. - levanto su puño y me vi obligada a impactarlo con el mío.

Mientras seguíamos andando me comento que era piloto para Red Bull esta temporada, algo que lo mantenía lleno de energía y con la esperanza de aspirar a un buen puesto en el campeonato de pilotos, yo solo atiné a animarlo y decirle que si se esforzaba lo lograría.

- Llegamos. - se detuvo frente a un arco rosa que indicaba el box de la escudería donde podría encontrar a mi esposo. - Simplemente pregunta por Xavi y el te llevara directo a Checo. - asentí.

. Muchas gracias por tu ayuda Pierre, seguiría perdida sin ti. - me brindo una sonrisa.

- No es nada, cuenta con un amigo en el paddock para cualquier cosa. - apretó mi hombro levemente y sin mas se marcho.

Ingrese al box como me lo indico, una chica que mantenía una tabla sobre sus brazos me abordo.

- Señorita usted no puede estar aquí por favor retírese. - tomo mi hombro tratando de sacarme del lugar.

- Disculpa estoy buscando a Xavi. - me zafé de su agarre. - ¿Podrías indicarme donde está?.

- Le repito, no puede estar aquí y Xavi esta ocupado con su piloto, le pido de la forma mas atenta que salga o me veré obligada a llamar a seguridad.

- Solo necesito ver a Xavi, ¿Le llamas o...?. - me vi interrumpida.

- ¿Qué esta pasando Desiree?. - cuestiono un hombre mayor.

- Le estoy explicando a la señorita que no puede estar aquí, ya le pedí que se retirara pero no me escucha, insiste en hablar contigo. - el hombre me miro fijamente, entrecerró sus ojos para observarme mejor.

- ¿Catarina?. - cuestiono en español sorprendido, asentí. - Yo soy Xavi, un gusto conocerte por fin.

- Lo mismo puedo decir. - conteste por inercia, el se acerco a mi y quito de mi cuello el gafete que portaba como miembro del paddock club.

- Desiree ella es la esposa de Checo, encárgate de que tenga todos los accesos pertinentes. - la chica asintió y con prisa tomo las credenciales.

- Una disculpa señorita Pérez. - negué indicándole que no había nada que perdonar y al instante se marcho.

- Así que Catarina,  ¿Qué puedo hacer por ti?. - me miro.

- Se que falta poco a la carrera, pero imagino que eres consiente que Sergio no sabe que estoy aquí. - el asintió. - ¿Sería mucho pedir que me permitieras verlo por unos cuantos segundos?. - lo mire esperanzada, aunque entendería si me lo negaba.

- No perdamos mas tiempo. - tomo mi mano y comenzó a dirigirme hacia el exterior del box, caminamos un par de metros y Xavi me dejo delante de la puerta de lo que supuse era el motorhome de Checo.

El se adelanto y la abrió asomándose, regreso hacía mi.

- Lo mas seguro es que este terminándose de cambiar. No debería permitirle visitas pero estoy seguro de que el verte le devolverá los ánimos que necesita para salir a la pista, puedes pasar, pero no me lo distraigas mucho, solo un par de minutos. - asentí. - Y hazme el favor de entregarle esto. - tendió hacia mi el caso que reconocería a kilómetros, lo tome sin titubear.

- Muchas gracias Xavi. - le brinde un corto abrazo y con prisa me adentre a la habitación sintiendo como el mayor cerraba la puerta tras de mi.

- ¡Ya voy casi estoy listo, solo cinco minutos!. - podía sentir como mi celular vibraba en mi bolso, deje el caso junto con mi bolso sobre una pequeña mesa que se encontraba ahí, y tome el aparato para mirar la pantalla, era el, me estaba llamando como antes de cada carrera, decidí rechazarla.

Me quede estática en mi posición mientras analizaba el lugar, las cortinas rosas tapaban las ventanas, solo había un sofá bastante amplio, la mesa de masajes, una puerta que supuse daba acceso al baño o vestidor, un espejo empotrado en una de las paredes y el closet donde se podían ver colgados varios de sus monos, así como su ropa lanzada en un rincón lo que me causó una sonrisa, este hombre jamás cambiaria.

De un momento a otro la puerta que admire segundos antes se abrió, Sergio salió con la mirada enfocada en terminar de acomodar el mono sobre su cadera, por lo que no se percató de mi presencia.

- Estoy listo Xavi, pero sigo sin encontrar mi casco, ¿Lo has visto?. - lo tome de la mesa y me acerque hacia el, logrando la distancia considerable para tendérselo. - Gracias viejo, te debo una. - lo tomó y alzó su cabeza para finalmente encontrar sus ojos con los míos, se quedó estático un momento. - Mi amor. - con prisa acortó la distancia entre nosotros y me envolvió en un abrazo que al instante correspondí, esto logró que el casco cayera directo al suelo, pero eso pasó a segundo plano.

Comencé a acariciar su nuca con mis dedos al notar como sollozaba sobre mi hombro, saber que estaba así de preocupado y presionado por culpa de mi actitud me hizo sentir una punzada en el pecho.

Permanecimos por unos minutos así hasta que con cautela se separó de mi y tomó con sus manos mis mejillas.

- Estás aquí. - me dijo cómo si aún no lo creyera, limpie las lágrimas de sus mejillas. - Perdóname por todo lo que dije, aveces termino descargando la tensión que me dejan mis resultados en cada carrera contigo, y eso no está bien.

- No digas eso, yo debo disculparme por mis actitudes estos últimos meses, yo se que no he sido la mejor compañera, no he sabido apoyarte y... - me interrumpió.

- Hey, no has sido la única que no tuvo la mejor actitud, yo te presionaba a tal punto que tú reaccionabas así, ha sido cosa de los dos.

- Necesitamos cambiar esto Checo. - tomo mi mano y me obligo a tomar asiento en el sofá que estaba ahí.

- Lo se, por ello ya no insistiré más con la idea de mudarte y dejar tus sueños solo por querer que estés a mi lado, se que no te agrada mucho este mundo, y para mi es suficiente el saber que estás conmigo alentándome desde casa.

- Acepté meterme en este mundo en el momento que me case contigo. - lo mire. - Por eso haré lo posible por acompañarte a perseguir tu sueño alrededor del mundo.

- No es necesario que te sacrifiques por mi Cata. - me miro suplicante.

- No lo haré, puedo trabajar perfectamente desde casa. ¿O acaso en Silverstone cuentan con mala recepción de internet?. - una sonrisa se extendió de inmediato por su rostro.

- ¿Me lo estás diciendo enserio?. - cuestiono emocionado.

- Claro que sí, soy tu esposa Checo. - tome una sus mejillas con mi mano. - Y te prometí estar siempre, debo comenzar a cumplirlo.

Sin esperar se lanzó a abrazarme, dejó varios besos sobre mi cabello antes de separarnos.

- ¿Segura de que quieres hacerlo?.

- Cien porciento. - le brinde una sonrisa.

- Esta bien, pero quiero que me prometas que en cualquier momento si algo no te parece bien, no te hace sentir cómoda, o simplemente quieres regresar a México, me lo dirás, ¿Prometido?. - tome su mano para enlazar su dedo meñique con el mío.

- Te lo prometo. - ambos reímos, un par de golpes se escucharon en la puerta del motorhome.

- ¡Checo es hora!.

- ¡Ya salgo!. - respondió al momento que nos poníamos de pie.

Comenzo a introducir sus brazos en las mangas de su mono, le ayude a terminar de subir el cierre y ajuste el velcro sobre su cuello, Sergio camino hacia donde se encontraba el casco y lo tomó del suelo mientras yo tomaba mi bolso, regreso hacia mi, tomó mi mano, abrió la puerta del motorhome y salimos con dirección hacia el box.

En el camino varios camarógrafos y reporteros nos abordaron, Checo atinó a abrazarme por los hombros y posicionar su casco de forma que cubriera mi cara, ingresamos al box con prisa, escuche como el suspiro y estaba dispuesto a hablar pero me adelante.

- Tarde o temprano iba a pasar. - me acerque y deje un beso en sus labios.

Nos encaminamos hacia el área donde Xavi lo esperaba, vi como se colocó los guantes, su preparador iba a proceder a ayudarle a colocar el resto de su equipo pero me adelante.

- ¿Puedo?. - el mayor asintió y dejó en mis manos la balaclava, mientras Checo colocaba el hans sobre sus hombros. - Es hora.

- Debo confesar que el hecho de tenerte aquí me provoca nervios. - ambos reímos. - Aunque a la vez me hace sentir más seguro.

- ¿Como?. - reí. - ¿El gran Sergio Pérez piloto de fórmula uno nervioso por mi presencia?. - el carcajeó.

- Sabes que una de las únicas cosas que deseo en esta vida es hacerte sentir orgullosa de mi. - tomo mi cintura con sus manos.

- Estoy más que orgullosa de ti mi amor, de eso nunca debes de tener duda, soy tu fan número uno claro está. - me acerque lo más que el accesorio me permitía y bese sus labios.

El me levanto levemente del suelo mientras correspondía mi acto, y después de unos minutos nos separamos.

- Te prometo que te traeré un lugar en el podio. - me miro serio.

- Lo único que necesito es que me traigas a mi marido sano y salvo al término de la carrera, es todo. - comencé a introducir la balaclava por su cabeza, la baje y acomode sobre su rostro, para después quitar el velcro del cuello, acomodar lo restante y volverlo a cerrar.

Sergio se colocó el casco y su ingeniero se acercó a ajustar las correas de el hans sobre el mismo.

- Te necesitamos ahora. - mencionó el hombre, el asintió.

- Otmar, ella es Catarina, mi esposa. - nos saludamos con un apretón de manos.

- Un gusto, y tranquila, que yo soy quien le jalara las orejas para que regrese entero. - reí levemente con sus palabras.

- Muchas gracias.

- Te esperamos. - palmeó su hombro y se retiró.

Me acerque a mi esposo y por sobre el casco lo persigné mientras el tomaba mi mano.

- La suerte estará de tu lado hoy, y en cuanto termines estaré aquí esperándote. - por el visor pude notar como sus ojos se achicaban indicándole que el sonreía.

- Te amo Catarina. - sonreí.

- Y yo a ti, ahora ve y patea traseros como tú sabes. - carcajeamos.

Lentamente fue soltando nuestro agarre y se dirigió hacia su monoplaza, llegó al área y con gran destreza subió al mismo, note como Otmar terminaba de ajustar los últimos detalles mientras le hablaba.

Una chica se acercó hacia mi, me señaló una mesa con varias pantallas, me indicó que cuando quisiera podía acercarme y tomar unos auriculares para estar enterada de todo lo que sucedía, con prisa me acerque y los coloqué sobre mis oídos.

Note como sonó una especie de bocina, los que ya habían terminado se retiraron de alrededor del auto, los únicos restantes retiraban los calentadores, una vez finalizada su tarea también comenzaron a dispersarse.

De un momento a otro el monoplaza comenzó a andar fuera con dirección a la vuelta de formación, dándome a entender que era el momento en el que el pánico se apoderaría de mi cuerpo, por lo menos durante 56 vueltas antes de que pudiera tranquilizarme y comprobar que el amor de mi vida una vez más regresará conmigo a casa.

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