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—Wheeljack y Steel Heart irán a la mina abandonada, para tomar el energon necesario.
Prime dió su tarea a ambos bots.
Solo ellos irían, debido a que Ratchet, Moon y Rafa ya habían revisado que el lugar no contaba con señales enemigas, ni ahí ni a alrededor. Por ello, no había riesgo de solo enviarlos a ellos.
Solo necesitaban un poco de energon para abastecer más sus reservas.
Steel sonrió a Magnus y dió un beso en el casco de la pequeña kirin —quien era cargada por el comandante—.
Ni ella ni wheel estaban preocupados
No era la primera misión a la que los enviaban juntos, por tanto, sabían que podrían defenderse si una amenaza se presentaba.
Wheeljack guiño uno de sus ópticos hacia Arcee y ella solo soltó un leve risa, meneando la cabeza hacia los lados.
Luego, el portal terrestre se abrió. Tomaron sus modos alternos y avanzaron sin más.
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Al salir, volvieron a su modo bot.
Efectivamente, no había señales Decepticon ni de algún explosivo. Sus radares solo captaban sus propias señales.
Ingresaron a la cueva, siguiendo las luces azules para guiarse.
—Parece que has avanzado más con Arcee. —Comento Steel, mientras observaba los vagones abandonados, que contenían algunas rocas.
—En algún momento caería ante mis encantos —Dijo con orgullo.
—Clarooo~, por qué nada tuvo que ver qué le estuvieras insistiendo para tener una cita por varias semanas.
Sonrió pícara y dejo salir una carcajada al ver al wrecker sonrojarse.
—No fue ese tiempo.
—Es cierto. Creo que fue más.
Esta vez, ambos rieron.
Llegaron hasta el final, viendo mucho energon disponible.
Ambos fueron a juntar varios vagones, algunos ya con energon en ellos y otros vacios que les servirían para poner más de lo que recolecten.
Empezaron su tarea con toda tranquilidad.
Platicando y bromeando de vez en cuando.
El sol iba ocultándose, poco a poco, dejando que se admirara el bello atardecer. Pero ellos no se daban cuenta, debido a que aún seguían buscando un poco más de energon.
Steel Heart escucho un leve pitido.
Extrañandose por eso, pidió a Wheeljack que guardará silencio uno momentos.
Buscaba con atención de dónde provenía ese repetitivo sonido, hasta que lo escucho más claramente detrás de energon que sobresalía de una de las paredes.
Cuando hecho un vistazo atrás de ellos, abrió lo más que pudo sus ópticos.
—Hay que salir de aquí ¡Ya!
Se alejó con rapidez de ahí, tomando su modo alterno y siendo seguida por el wrecker.
Segundos después, se escuchó un estallido y como el fuego de la explosión casi les llegaba.
Aceleraron más, hasta salir con éxito de la cueva —la cuál terminó por desmoronarse—.
—¿Cómo es que no lo detectó el radar?
—Debieron decodificar su código para pasar inadvertido.
—Le avisaré a Ratchet que abra un portal para volver a la base —Steel intentó comunicarse con ellos, pero algo interfería con la señal.
—Chatarra.
Wheeljack también lo intentó, pero solo escuchaba estática, hasta que...
—Siempre es bueno vigilar que hay en las sombras.
Giró con rapidez, viendo hacía el bosque.
—¿Wheel? —Dijo preocupada la femme, observando también donde el mech.
Guardaron silencio. Escucharon las hojas moverse una contra otra debido al viento.
El sol finalmente se había ocultado, pero la luna no los acompañaba en esta ocasión.
La de ruedas vio algo brillando, dirigirse hacía ellos. Wheeljack también lo detectó y ambos se fueron hacia los lados. El explosivo tocó la tierra y se activo, explotando y mandando una onda expansiva que alejó más a los autobots.
Steel cayó con fuerza, rodando por el suelo, hasta detenerse.
El wrecker por su parte, cayó más pegado al bosque, golpeándose de espaldas contra un árbol.
Logro reincorporarse y se dio cuenta de la presencia de un mech, junto a dos criaturas con forma canina, pero más espeluznante.
El mayor los observó con detenimiento, mientras se levantaba.
—Son... —Solo había escuchado de un mech que tenía lobos tecno-orgánicos a su servicio.
Steel Heart por su parte sintió temor al ver cómo una de las criaturas no dejaba de gruñirle.
El mech acarició la cabeza del lobo para tranquilizarlo. Solo hasta que la femme había logrado levantarse también.
—Ataquen. —Pronuncio y sus sirvientes corrieron a gran velocidad hacia los autobots.
Ellos igual se apuraron a cambiar a su modo vehicular y acelerar en distintas direcciones.
El extraño mech simplemente se sentó y sacó una D-pad, al encenderla, lo primero que se veía eran fotos de Wheeljack, Steel Heart y los demás miembros del equipo autobot.
La mayoría tenía notas al lado de cada foto.
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La femme intentó comunicarse con el wrecker, mientras seguía huyendo del lobo.
Cada vez daba más trabajo que andará por ese lugar en su modo vehicular.
No quedandole de otra que tomar su forma bot.
Tenía que calcular bien cuándo.
La criatura intentaba morder sus llantas, pero lograba esquivarlo con éxito.
En un momento dado, el camino se iba achicando por los árboles —los cuáles estaban más juntos—, Steel supo que ese era el momento al ver dos de ellos curveados y que con sus disparos, podía derribar.
En segundos, la de color Borgoña se transformó y avanzó más rápido; cambiando a su cañón de plasma y disparando a ambos árboles al pasar por ellos.
Dio la vuelta para seguir avanzando de espaldas y disparó a otros para bloquear el camino de la bestia.
Giró su cabeza para ver sino iba a chocar con algo. Unas ramas sobresalían y ella dio un saltó para no tropezar, girando su cuerpo para ya no andar de espaldas, mientras seguía acelerando.
No miraría atrás o sino, el miedo le ganaría.
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—¡Heart! ¡Heart responde!
Wheeljack ya estaba cabreado porque no lograba perder a esa cosa y preocupado por no poder comunicarse con la femme. Lo único que recibía era estática.
Hasta que ese mech se comunicó con él.
—No podrás comunicarte con tu compañera. No mientras esten aquí.
Chasqueo la lengua al escuchar la voz del mech.
—¿Que es lo que quieres de nosotros, Lockdown?
Esquivó al lobo que intentó morderlo.
—¡Ya muere de una vez!
Vió un cumulo de tierra a solo unos pasos de él.
Aceleró más y lo aprovechó como rapma.
Tomó su forma bot, quedando de cabeza y lanzó dos de sus explosivos hacia la criatura, para rápidamente —y al dejar de estar de cabeza— tomar su modo vehicular y seguir avanzando.
Solo escuchó la explosión a sus espaldas.
—Oh wrecker. No quiero nada en especial. —Respondio como si nada el cazarecompensas.
—Simplemente quería entrenar a mis cachorros. —Solto una risilla que solo molesto más a Wheeljack.
—Ustedes, solo tuvieron la mala fortuna de venir a su campo de juegos.
Al terminar de decir aquello, el de pintura blanca frenó de golpe.
Se transformó de nuevo, asqueandose por lo que había adelante.
Todo un río de energon que emergia de varios cuerpos de vehicons. La mayoría mutilados.
—Al igual que ellos.
Ya tenía explicación el porqué la mina estaba abandonada.
Desgraciadamente, su ventaja se esfumó.
Escuchó unos gruñidos por detrás y cuando volteó, la criatura se abalanzó hacia él.
Wheeljack sacó una de sus espadas a tiempo y le logró cortar la cabeza al lobo.
El energon de la bestia cayó en su pecho y el cuerpo se golpeó contra el suelo, salpicando más energon a los pies del wrecker.
—Agh, que asco.
Guardo su espada y se disponía a irse de ahí y buscar a la femme.
Hasta que fue derribado, golpeando su rostro con fuerza en la tierra.
El tecno-organico se movía aunque le faltará su cabeza. Aún sediento de energon que conseguiría de cualquier forma.
Empezó a arañar en la espalda del wrecker. Él buscaba como quitárselo de encima, pero la criatura sacó unos tentáculos para aferrarse con fuerza al piso, impidiendo al mech huir.
Estando esas cosas pegadas a él, le daba trabajo alcanzar sus espadas.
Hizo su máximo esfuerzo para sujetarlas e irlas sacando, aguantando el dolor.
Finalmente lo logró y cortó cuatro de esos tentáculos. Dos de adelante y dos a sus costados, se giró y clavó ambas espadas en el pecho del lobo, el cuál soltó un alarido.
Clavó más las espadas y las extendió a los lados hasta destrozar el cuerpo. Cerró sus ópticos.
Energon, engranajes y pedazos le cayeron encima.
Se sentó y se asqueo más al ver su pintura manchada con los restos de la bestia.
—Asi que los Autobots también pueden ser despiadados. —Escucho por su transmisor.
Wheeljack se fijó mejor en los restos, notando que el óptico de la criatura seguía brillando.
—Que buena imagen.
El wrecker lo tomó y aplastó en su mano.
—Maldito loco.
Se levantó, para tomar su forma vehicular y retroceder para ir a la dirección de Steel.
Sería más tardado llegar a ella si rodeaba, pero no quería toparse con Lockdown, quién de seguro tenía más cartas por mostrar.
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—«¡Chatarra, chatarra, chatarra!»
A pesar de haber ganado tiempo para huir, el lobo logró darle alcance más rápido de lo que espero.
Estando más cerca de ella, no pudo cambiar a su modo vehículo.
La bestia buscaba morderla siempre y ella temia que lo logrará.
Casi rozaba sus pies —O eso es lo que había logrado ver al voltear a verlo por breves instantes—; cuando creyó que la mordería, su rueda se movió de su lugar y quedó más arriba de donde estaba.
Así logró esquivarlo, pero andar con una rueda —sin saber cómo devolver la otra a su lugar—, le estaba dando trabajo mantener el equilibrio conforme avanzaba.
—«¡¿Cómo rayos hice eso?!»
A su mente, solo vinieron recuerdos de su padre y su peculiar caso.
—«Sería genial si tuviera un modo aéreo, pero no. ¡Tengo uno terrestre y además tenía que salir a relucir en el peor momento!»
El lobo seguía rugiendo, dejando escurrir energon de su boca. Desesperado por consumir el de la femme.
Ella le disparaba con su cañón de plasma, pero no surtía efecto alguno.
Miró los árboles y supo que debía aprovecharlos para eliminar de una vez a esa cosa.
Repitió lo mismo que hizo atrás, aprovechando que él estaba más cerca en esta ocasión.
Disparó a cada árbol para que cayera sobre la bestia.
Alguno debía poder aplastarlo.
Pero el tecno-orgánico se deslizaba con buena velocidad y agilidad por debajo de los árboles —los cuáles golpeaban contra el suelo después— sin ser aplastado.
La criatura sacó unos tentáculos y tomó una pierna de la femme, lo que provocó que cayera de bruses.
La arrastraba hacía ella, abriendo tanto su boca, que solo se veían muchos dientes metálicos moverse en círculos. Listo para triturarla pedazo a pedazo.
Le disparó y al igual que antes no provocaba daño.
Rápidamente y aprovechando que él lobo estaba desesperado por destruirla, disparó a dos árboles.
Esta vez, si lograron aplastarlo.
Steel se arrancó el tentáculo, notando lo abollada que quedó su pierna, al punto que escurría energon.
Se levantó y se disponía a irse, cuando sintió algo atravesando por debajo de su pecho.
Era uno de esos tentáculos.
Este salió y ella con rabia giro para tomarlo con su mano antes de que se alejará.
Lo aplastó hasta que logró partirlo en dos.
Piso con fuerza uno de los pedazos aunque le doliera su pierna.
Avanzó hacía la bestia que buscaba como salir de entre los troncos y aún extendiendo el tentáculo partido.
La rueda de Steel volvió a su lugar al llegar frente a la mascota de Lockdown.
Esta empezó a girar sin parar.
Steel alzó su pierna y con fuerza, aplastó la cabeza.
Los restos salían volando, debido a que la llanta seguía rodando mientras lo pisaba.
La vida de la criatura se extinguió al fin.
La de color Borgoña reaccionó y se asustó por lo que hizo.
Movió su cabeza de lado a lado, mientras cerraba sus ópticos.
Lo que hizo fue necesario.
—O era mi mascota o eras tú. Una de las dos debía salir triunfante.
A solo unos pasos de ella, el mech de pintura grisácea le apuntaba con un cañón de plasma.
—Pero el ganador, no necesariamente debe vivir.
La femme abrió de sobremanera sus ópticos y con trabajó esquivó el disparó.
Lockdown recargaba el cañón, para seguir disparándole.
Steel corría lejos de él, tomando el mismo camino del que se había alejado.
Con su mano, cubría la herida en su vientre, queriendo evitar que saliera más de su energon.
Solo escuchaba como derribaba los árboles a sus espaldas y aguantaba el dolor para seguir huyendo.
Toda esta situación la estaba alterando y ello le impedía concentrarse.
Y el cazarecompensas lo aprovechó.
Un simple segundo bastó.
Una simple distracción.
Una pequeña esperanza.
La de ruedas vió dos luces irse acercando a su dirección. Estando más a su alcance, supo que era wheeljack y aquello la alegro.
El wrecker estaba por transformarse de nuevo, pero todo pasó muy rápido.
La de color Borgoña al ver a su compañero, esbozo una sonrisa, ignorando las intermitentes punzadas que sentía en sus heridas.
Lockdown disparó a su espalda.
Wheeljack vió caer el cuerpo de la menor.
Apretó sus dientes y aceleró más, para arrollar al mech.
Le dio de llenó y lo arrastró y estampó contra los árboles, por un largo tramo. Suficiente para que tardará en volver, dandole tiempo de buscar donde ocultarse con la femme.
Retrocedió para volver donde su compañera.
Tomo su modo bot y la checó.
Estando inconsciente, sería más difícil llevarla, pero debía intentar alejarlos de ahí.
Uso toda su fuerza para cargarla en brazos e irse corriendo para buscar un buen escondite.
Después de todos esos golpes, Lockdown reaccionó y se sentó con toda la tranquilidad del mundo. Sacó su D-pad y apuntó más cosas.
Les daría tiempo de descansar.
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Wheeljack seguía sin encontrar un lugar donde esconderlos.
Sabía que ese maldito solo jugaba con ellos y de seguro solo les estaba dando un tiempo para ocultarse.
Cómo detestaba toda esa situación.
Aún le daba trabajo mantenerse de pie y corriendo con la femme en brazos.
Además de no saber que hacer para que dejará de salir el energon de su vientre y pierna.
Continuaba avanzando, hasta que chocó con algo.
Pero no vió nada.
Extendió una de sus piernas y se dio cuenta que había una especie de campo de fuerza.
Por eso no podían hablar con sus compañeros.
Tuvo que desviarse hacia otro lado.
Esperando que los demás vinieran por ellos.
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—Sigo sin detectar sus señales.
Informó el médico a su líder a través de su intercomunicador.
Desde hace poco no tenían noticias de wheeljack y steel.
Lo último que habían recibido, era el informe del wtecker de que ya iban a sacar el energon de la cueva.
Después de ello, todo contacto con ellos se perdió.
En esos momentos, no pudieron enviar a alguien, pues otro problema surgió.
—Envia a alguien a investigar. A quien esté disponible. —De fondo se escucharon disparos y el prime cortó la comunicación antes de que el otro logrará contestarle.
—¿Aún nada ratch? —Ironhide se acercó al médico.
Ellos y Bulkhead eran los únicos en la base.
La mayoría estaba afuera peleando con Decepticons que habían decidido atacar más bases del gobierno. Los demás, se encargaban de unas extrañas criaturas que se hallaban destruyendo varias cosas en algunas ciudades.
—Es como si el lugar a dónde los enviamos, no existiese en primer lugar —Respondio, mostrándole en la pantalla como las coordenadas de aquel lugar no aparecían registradas en ningún lado.
Ese era el otro problema.
Si ingresaba esas coordenadas, los enviaría a las siguientes, saltando aquella.
Por eso, no había enviado a nadie por el portal.
—Tampoco responden cuando les llamó. —Dejo salir un suspiró. —No logró comprender que es lo que está pasando y no quiero pensar que esto es obra de los Decepticons.
El de pintura roja lo acercó hacia él.
—Es mejor que vayamos a los sectores que nos indican y luego tratar de ubicarnos para ir donde ellos.
—Eso sería muy tardado.
—Es nuestra mejor opción.
El de pintura verde se acercó a la pareja.
—Dejame ir a buscarlos, Ratchet.
El médico asintió e ingresó las coordenadas más cercanas a la desaparecida.
El portal se activó y el demoledor tomo su modo vehicular e ingresó.
Ratchet ingresó otras coordenadas igual de cercanas.
—Ve.
Ironhide asintió y sin demora, imitó la acción de su compañero.
El portal se cerró detrás de él.
No pasó mucho para que llegará Rodimus, trayendo consigo a su hija y a jeager.
—¡Axa! —Con emoción, fue hacia el mech. Este se arrodilló y reposó su mano en el suelo, para que la albina se subiera.
Estando ya en su palma, la alzó y acercó a su rostro, donde la menor dio un beso en lo que sería su mejilla.
—¿Dónde están los demás? —Miro curiosa como estaba vacía la base.
—Estan en misiones, winter. —El de cabello castaño notó el tono en qué lo dijo el médico, a pesar de haberle sonreído a su hija, como diciendo que no era algo grave.
El de pintura blanca y roja, le pidió a la albina que fuese a su habitación para prepararse para dormir. Ella formó un puchero, diciendo que era muy temprano para eso.
Él soltó una leve risa y volvió a decirle que se vaya a dormir.
Así que, ya sin objetar, tuvo que obedecer.
Bajó su mano y la niña dió un salto, luego se fue corriendo a lo profundo de la nueva base.
—¿Que pasó con wheel y steel? —El de pintura naranja se acercó al médico.
—No hay noticias de ellos y el lugar al que los enviamos, parece haberse esfumado.
—¿Esfumado? —Arqueo una de sus cejas y ratchet le mostró la pantalla.
Cade subió las escaleras para llegar al lado de los mechs y ver qué ocurría en realidad.
—Mira. —El menor y el humano observaron como no aparecía nada en esas coordenadas.
—Bulk y Hide ya fueron a ver, pero tardarán en llegar.
Se veía la preocupación plasmada en su rostro.
Rodimus llevó una mano a su mentón.
—Creo que se que ocurre.
Cade y Ratchet lo vieron con sorpresa.
—Pero si es lo que me temo, entonces debemos apurarnos.
—Rodimus, explicate —Ordeno el médico.
—Si dices que la zona desapareció así de la nada, debe ser por culpa de un campo de fuerza lo bastante potente para interferir y borrar la ubicación. —Explicaba el mech —He visto eso antes o más bien, a quien lo hace.
—Debe haber hackeado nuestros sistemas para también evitar que aparezca en los radares, eliminando cualquier dato del lugar. —Se acercó a la consola y empezó a teclear. —Si logró encontrar el programa, podría probar con varios códigos para anularlo y lograr recuperar la ubicación de los chicos.
—Tratare de hacerlo lo más rápido que pueda.
—¿Seguro que no necesitas ayuda? —pregunto el castaño.
—En verdad que la preferiría. Esto es de vida o muerte para nuestros compañeros. —Le contestó, sin apartar sus ópticos de las pantallas.
Cade usó la computadora que el pequeño Rafael dejaba mayormente en la base, la conecto y prosiguió a tratar de buscar algo inusual o sospechoso.
Ratchet también apoyó, trabajando en otra de las pantallas.
—Rodimus —Hablo el humano mientras tecleaba y buscaba.
—¿Si?
—¿Quién es capaz de hacer esto?
Esa pregunta también captó la atención del médico.
—Lockdown. —Y eso solo asustó al mayor.
—Por Primus... —apenas pudo articular.
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Wheeljack finalmente encontró otra cueva donde esconderse con la femme.
Se interno hasta la parte más profunda viendo si había otra salida, en caso de que Lockdown los encontrará —lo cuál era muy probable—.
Buscó en donde recostar a la de color Borgoña y una vez lo hizo, retiró su mano de la herida de su vientre.
Estaba manchada con su energon, pero al menos así había logrado detenerlo en aquellos instantes y evitando que se esparciera, delatando el camino que tomaban.
En ese tiempo, pensó en como tratar de detener la fuga. Aunque, al no ser experto en el campo médico, no podía asegurar que funcionará en su totalidad.
Además de que podría provocarle más dolor a la femme, pero era lo único que se le ocurría y que podía hacer.
Acomodó a Steel Heart, quedando sentada y con la espalda apoyada en la pared rocosa.
Cambio a su blaster y saco una de sus espadas; la acercó a su cañón y comenzó a calentar parte del arma con el mismo calor que se emitía al estar listo para disparar.
Pasados unos segundos, lo alejó y miró a la de ruedas.
Sin demora, pegó la espada en la herida más grave, para que el mismo calor pudiera derretir el metal y la cerrará.
Agradecía que ella no estuviera consiente.
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—¡Al fin! —La alegría y alivio se plasmó en el rostro del guerrero.
Logró encontrar el programa y ahora los tres ingresaban varios códigos para anularlo.
Tanto en idioma cybertoneano, como humano.
Lo hacían lo más rápido que podían, cuando escucharon los lloriqueos de los predacons.
—«Chatarra» —pensaron ambos mechs, pero antes de decir algo, Cade se adelantó y fue donde los pequeños.
Los segundos corrieron, escuchandose las quejas de los cachorros, hasta que el silencio reino de repente.
Temian que le hubiera pasado algo, así que Rodimus fue a acompañarlo, en lo que el médico seguía con si tarea.
Pero afortunadamente, no pasó nada que el humano no pudiera controlar.
Teniendo ya experiencia con niños, supo que no sería tan diferente con los predacons.
Sacó su celular de su bolsillo y se sentó en medio, ante la espectante y curiosa mirada de los cachorros.
Y de inmediato, empezó a leer.
El cuento favorito de su hija.
Los pequeños se acercaron y sentaron o recostaron, para escuchar la voz del humano. Era claro que no entendían lo que decía, pero les calmaba.
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El código al final, fue una combinación de ambos idiomas, intercalados en números y letras.
Ratchet y Rodimus se sonrieron entre si cuando lograron resolverlo y de inmediato, en la pantalla se mostró las señales de sus compañeros, así como su ubicación.
Pero toda alegría desapareció en aquel momento.
El de pintura roja y blanca, llamó de inmediato al demoledor, quién aún seguía bastante lejos de la ubicación del wrecker y la femme.
—Bulk, prepárate. En unos segundos abriré un portal terrestre para enviarte con Wheeljack y Steel.
—Entendido doc. —Respondio el wrecker, bastante preocupado al escuchar la voz de su compañero.
En breves instantes, el portal apareció y el aceleró para entrar.
Poco después, este se cerró.
Aumentaba más su velocidad, hasta que finalmente llegó a su destino, transformándose de nuevo e impactandose por la situación.
—Jackie...
¿Quién era aquel mech que le había echo eso a su mejor amigo?
El extraño ignoro su presencia y se volteó, para retroceder.
—¡JACKIE!
Con mucha ira y enojo por lo que veía, se abalanzó hasta el mech —quien se había alejado del de pintura blanca y se disponía a ir por su compañera—. Este, volteó y solo esbozo una leve sonrisa al ver la expresión en el rostro de Bulkhead.
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