Desire
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Su pintura se desgastaba.
Los rastros de aquel rosado vivo, se iban separando y esparciendo mientras ella buscaba perder a esos seres.
No avanzaba tan rápido como quería, pues la arena se lo impedía. Sus llantas se hundían en cada paso que daba.
Todo estaba oscuro, con excepción de la tenue luz proveniente de sus ópticos.
Apenas veía su camino, pero no importaba.
Huir.
Sobrevivir.
Esas eran sus prioridades.
Las criaturas rugian horriblemente y tan cerca. Los sonidos que emitían dañaban sus receptores de audio y tenía que cubrirlos.
Y así continuaba por aquel tramo del cráter.
Uno que parecía no tener fin.
Miraba a todos lados y aceleraba.
Debía haber una forma de salir.
El frío del agua la envolvía y se sentía sofocada en su desesperación.
Sus lágrimas eran arrastradas por las corrientes heladas.
Deseaba salir.
Giró su cabeza hacia la izquierda y formó una sonrisa.
Algunas rocas sobresalian de la pared. Le darían oportunidad de escalar.
Sin demora fue allá y empezó a subir lo más rápido que podía.
Cada vez estaba más claro.
Cada vez estaba más cerca.
Unos pasos más.
Y llegó.
Apoyó su brazo para ayudarse y subir.
Vió a los peces pasar a su lado y rio.
Escapó.
Más su sonrisa se desvaneció al sentir algo enrollarse en su pierna y apretar con fuerza.
Aquello la empezó a jalar y ella enterraba sus manos en la arena, queriendo evitarlo.
—«¡No, no, no!» —sus orbes estaban acuosos de nuevo.
Su otra pierna fue atrapada. Esta vez sentía que la desgarraban por afiladas garras, que igual tiraban de ella hacia el abismo.
Cerró con fuerza sus ópticos, sollozando.
No quería volver.
No ahí.
No a la oscuridad.
Deseaba despertar de esa pesadilla.
—Oh mi niña, no llores —Abrio con sorpresa sus orbes celestes al reconocer esa voz.
Aún si creerlo.
Frente a ella estaba su querido padre.
Estaba arrodillado y extendiendo su brazo hacía su rostro.
Sintió el tacto cálido de este y como limpiaba sus lágrimas con delicadeza.
—No te preocupes. Todo estará bien —Lo vió esbozar una sonrisa.
Hace mucho que no lo veía.
Apretó los dientes.
Recordando esos días en que era apenas una sparkling, siendo siempre acunada en los brazos de su creador.
—Axa siempre te protegerá.
Y sin más, emitió un grito al ya no poder aferrarse.
Pidiendo ayuda a su padre.
—¡Axa! ¡Ayúdame! —Suplicaba, extendiendo su mano para tomar la de él.
—Axa siempre te protegerá. —se repitió esa frase en su mente.
—¡Axa, por favor! —enterró de nuevo sus manos y alzó su mirada.
—Axa siempre te protegerá. —Lo veía desvanecerse.
—¡AXA NO ME DEJES SOLA! —Rogó porqué la escuchará. Sollozando e hipando mientras las lágrimas se daban paso por su rostro.
Todo se detuvo y ella lo vió acercarse y ponerse de cuclillas.
Ella miró hacia arriba.
—Axa siempre te protegerá.
Y dejo salir otro grito al verle.
Uno de miedo.
El rostro de su padre estaba deteriorado, oxidado y con los ópticos sin vida, sonriéndole mientras un líquido de color extraño escurria de su boca.
No pudo aguantar más.
Y fue jalada al fondo.
Siendo envuelta de nuevo por la oscuridad.
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Abrió sus ópticos con rapidez y se sentó, respirando con dificultad.
Despues de unos segundos, logró calmarse y miró a todos lados.
Hasta que un dolor punzante en su pierna la hizo apretar sus dientes.
La observó y vió la marca de garras en ella.
Frunció el ceño al recordar.
Ella había logrado librarse de esos seres al dispararles con su blaster y así, hacer que la soltaran.
Pero llevándose un recuerdo de ellos.
Finalmente se libraba de esos seres
Intentó levantarse, pero el dolor era terrible de soportar.
«Axa siempre te protegerá»
Apretó su puño, al recordar su sueño o al menos, lo que hubiera deseado que fuera.
Pues la verdad era, que esa imagen de su creador no fue producto de su imaginación.
Eso fue una realidad, hacía siglos en su antiguo hogar.
Y fue la última imagen que tuvo de su padre, despues de que le dieran la noticia de que sus creadores habían muerto por culpa de aquel virus -que tiempo después, se supo que fue liberado por los Decepticons-, años antes de que comenzará la guerra.
Aún recuerda avanzar hasta la zona aislada, con la esperanza de que no fuera real. Abriendo desesperada las puertas y quedando de frente a el cristal que los separaba
Y se asustó al ver el estado de sus creadores.
En especial al ver qué su padre seguía con vida y que -a pesar de ya no ver bien- giró a su dirección y le sonrió.
Solo para irse al all spark segundos después.
Cliffjumper estuvo todo ese tiempo para ella. Buscando consolarla y queriendo que olvidará esa última imagen de sus padres. Procurando que los recordase de otra manera.
Steel Heart se levantó de nuevo y a pesar del dolor, apoyó su pierna y avanzó, siguiendo a los pequeños seres.
—¡Vamos Steel, tu puedes!
En frente, veía de nuevo a su padre.
Con su radiante sonrisa y con los brazos extendidos para recibirla.
Y ella, sonrió.
Avanzó hasta pasar a través de él.
Sin mirar atrás.
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Nota de la yoko:
༺Y si, estaba hecha mar de lágrimas en la madrugada mientras lo escribía.༻
-Yoko🗝️♥️-
24/02/2021
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