In Errore
Cenamos en silencio ya que nuestros padres han tenido una fuerte pelea, y es ley no hablar en la mesa cuando ellos están enojados, hemos aprendido a respirar sin hacer tanto ruido, ya que a eso se le considera como una fuerte falta de respeto. Pero no faltaba hablar sobre algo, ya que los nervios reinaban entre mi hermano y yo.
— Hideki, recoge la mesa, lava los trastes y te vas a dormir.
— Sí, papá — Me apresuro a realizarlo y minutos después baja mi hermano de puntillas, para darme un caderazo y mandarme al otro lado con un vaso enjabonado.
— Eres un imbécil — Me quejo y ahora nos encontramos forcejeando con nuestras caderas —. ¡Oye!, si quieres ayudarme, puedes ir ordenando los vasos y platos.
— ¿Se te olvida algo? — Hablamos en susurro, ya que el más mínimo ruido es audible y no queremos más sorpresas por parte de nuestro padre.
— ¡Déjame lavar mis trastes!
— Mañana te irás conmigo... ¡¿Qué vamos hacer?!
— Tranquilízate.
— ¿Cómo quieres que me tranquilice?
— Shhh.
— Deki, nos vamos a morir — Se lamenta mientras deja caer su cabeza sobre la isla de la cocina —. ¿Por qué estoy metido en esto?
— Por imbécil.
— Deki... Ruega para que no te hagan enfrentarte a alguien mañana.
— ¿Lo hicieron contigo?
— No.
— Bueno, pues esperemos... O de lo contrario salgo corriendo.
— Ni se te ocurra.
— ¡Deja de ponerme nerviosa!
— Deja de decir tonterías.
— Tu empezaste.
— Oye... ¿Y cómo te vas a vestir?
— Algo se me ocurrirá mañana.
A la mañana siguiente nuestro día empieza un poco temprano, escuchamos los gritos de nuestros padres discutiendo pero nos encogemos de hombros y seguimos con nuestras cosas. A las diez de la mañana ya está todo listo así como el desayuno que dejamos para nuestros papás, para buena suerte mía me ayudó Katsu y así no cansarme tanto en todo. Me doy una ducha rápida y ahora estamos los dos de frente a mi espejo, sonriendo como imbéciles y sintiendo una fuerte oleada de adrenalina y nervios.
— No creo que sea necesario, Deki — Me muestra mi cabello en una coleta —. NO tienes que cortarlo todo...
— Es muy largo... ¡Ya hazlo!
— Van a venir mis papás.
— Ellos están peleando, ¡Apresúrate!
— Mejor vamos a una estética — Este me toma de la mano y bajamos corriendo las escaleras, le dejamos una nota y salimos de ahí un poco apresurados. No tardo en estar en manos de una chica profesional y le indico como quiero mi cabello.
— Bien... — Ella pasa las tijeras sobre mi largo cabello y mi hermano se cubre los ojos negando miles de veces.
— Deja de lloriquear, imbécil.
— ¡Es mucho, Deki!, para por favor — La trabajadora y yo nos miramos confundidas y ella siguió en lo suyo, el corte que pedí era tipo pixxie, realmente iba quedando muy bien.
— Listo, nena — Ella coloca un espejo detrás de mi para observar todos los ángulos de mi cabellera, y asiento enérgicamente.
— Como cuando pides un despunte — Dice mi hermano y le suelto un golpe en el estómago —. ¡Me ha pasado!
— Calla... — Salimos de ahí en dirección al Mall —. Me dio miedo cuando me pasaron la maquinita esa, mi cabeza se siente demasiado ligera y ya me dio frío en la nuca.
— Si, se siente extraño... Vi tu cara de pánico cuando lo estaba haciendo, parecías tonta.
— Ya vuelvo.
Tomo mi mochila y me adentro a uno de los baños para cambiarme, mi busto fue estratégicamente vendado lo suficiente para no causar sospechas, así que me dispuse a colocarme una playera holgada y una hoodie de mi hermano de color negro, me coloqué unos pantalones demasiado holgados para mi gusto del mismo color, y por último cambié mis zapatillas. Me sentía ridícula ante esto y las ganas de irme corriendo me invadieron, pero no... No debo dejar a mi hermano solo, salí del baño con ese aspecto y Katsu se comenzó a reír como una maldita foca.
— Deki, te ves muy tonta — Le suelto un golpe en la pierna —. ¡Ah!, mi maldito nervio, maldita hermana muérete.
— Bien, ahora... — Me coloco la capucha y un cubrebocas a juego —. ¿Qué tal?
— Mierda, si pareces hombre, ahora intenta caminar como hombre.
— ¿Qué?
— Mueves mucho el culo cuando caminas.
— ¿Y tú que te andas fijando en eso, maldito?
— Mis amigos me lo dicen.
Me coloco enfrente de el y camino lo más horrible que puedo, pero me gana la risa junto con mi hermano. La gente del Mall nos mira frunciendo el ceño y mejor optamos por irnos al parque, donde poco a poco camino de manera diferente y es aprobada por mi hermano, quien festeja como su hubiese ganado la maldita lotería.
— Ahora... Bien, creo que no necesitaremos mucho de señas clave, solo con mover la cabeza de manera negativa o afirmativa — Este asiente —. Y de lo contrario improvisamos.
— Me parece bien, Deki... Ahora, es momento de ir.
Mis piernas se quedan clavadas por un momento y avanzo con él mientras mis nervios comienzan a joderme un poco la existencia. No se por qué estoy aquí, bueno, si sé, es por mi hermano, pero ¿En qué momento creí que era buena idea amenazar a Katsu de esa forma?, jamás pensé que aceptaría y que hablaría con el líder de una pandilla para según traer consigo a su "Hermano".
— Desde mañana te enseñaré a defenderte.
— Sí.
— No seas tan cortante.
— Estoy nerviosa.
— Yo también, tarada.
Ahora los esperamos en el punto de reunión que le dijeron a mi hermano, donde miramos a todos lados y agacho de más la cabeza intentando respirar profundamente, pero el cubrebocas no me deja. Pasaron cinco minutos.
— ¡Mierda! — Su exclamación me hace brincar de un susto —. Enséñame tus manos.
— ¿Para qué?
— ¡Hazlo! — Se las muestro mientras frunzo el ceño —. Ay no, están cuidadas... Te pondré cintas alrededor de tus dedos, ¿Está bien?
— ¿Qué tiene que estén cuidadas? — Y caigo en cuenta —. Oh mierda...
Con total destreza, las coloca en mis manos.
— Yo las veo igual — Me quejo.
— Deki... No puedo hacerte esto, vámonos — Me toma de la mano y me quiere arrastrar de vuelta a casa, pero yo me niego rotundamente.
— Ya estamos aquí, no puede pasar nada malo — Tenso mi mandíbula por la fuerza que ejerzo para evitar su arrastre.
— No, no, no, mi hermana no puede estar aquí, es demasiado peligroso, dile mi a mi padre si es que quieres, pero vámonos.
— ¡No!
Comenzamos a forcejar los suficiente hasta que me tiro al piso como los niños cuando hacen berrinches, y lo veo frustrarse demasiado, tanto que me quiere tomar en brazos y me revuelvo hacia todas direcciones.
— Hide... — Me pongo nuevamente de pie mientras forcejeamos a direcciones puestas —. ¡BASTA, HIDE!
— ¿Por qué los hermanitos están peleando? — Una voz profunda me detiene de golpe mientras miro a mi hermano con los ojos lloroso a causa del miedo y los nervios que se acaban de disparar.
— Hola, Kokonoi — Dice mi hermano seriamente.
— Hola, ¿Es él? — Sigo de espaldas y una gran inseguridad me hace quedarme así sin más, no quiero mirarlo, tengo miedo.
— Sí...
— Hey, date la vuelta.
Lentamente me giro para encontrarme con un chico demasiado guapo con cara de malo, uno de mis gustos culposos es ese, los hombres que tienen apariencia de necesitar terapia. El sonríe y me mira de arriba abajo.
— Eres muy delgado, ¿No comes?
Iba a contestar, pero me mordí la lengua al recordar que soy "Mudo", solo asiento con la cabeza, desviando mi mirada a un gran árbol, a lo lejos observo dos personas acercarse, es un rubio y a lado de él otro más grande, lo recuerdo perfectamente... Miro a mi hermano quien parpadea tres veces y eso significa que me tranquilice, así que solo me concentro en el hombre atractivo que tengo delante.
— ¿Qué me miras tanto? — Desvío mi mirada a otro lugar sumamente avergonzada.
Los otros dos están a escasos metros de mi y no puedo evitar sentirme pequeña y amenazada ante todo esto. Mi hermano se coloca a lado de mi y nos miramos por un segundo, este toma mi codo cariñosamente y su tacto me relaja demasiado. Al lado del chico enorme, está uno rubio que también es demasiado atractivo, pero dejo de prestarle atención cuando admiro a lo que es el líder.
No quiero divagar tanto pero su pecho descubierto no hace más que enrojecerme demasiado, es jodidamente musculoso y su abdomen está mejor que trabajado, y los tatuajes le dan un toque jodidamente especial y enigmático quisiera tocarlo... Mierda, concéntrate. No quiero retroceder y mejor me centro en sus ojos, los cuales penetran con fuerza los míos haciéndome querer correr lejos hasta mi hogar y no salir nunca.
— ¿Es éste enclenque?
— Así es — Su risa burlona no hace más que molestarme un poco, pero trato de ser más que paciente —. Por favor, ¿En serio crees saldar la cuenta de tu hermano? — Asiento —. Se me olvidaba que eres un mudo, que desperdicio.
— ¿Cómo se llama? — Pregunta el rubio con cara de amargado —. ¿Katsu?
Jamás pensamos en un nombre, pero aquí el tiempo es oro y le doy un codazo a mi hermano para que diga lo primero que se le venga a la cabeza.
— Deki.
— ¿Deki? — Pregunta el grandote mientras lo miro a los ojos —. Suena más a un nombre de mujer... Pero bueno, ¿Sabes cuál es la deuda que tienes que saldar junto con tu hermano?
Niego con la cabeza.
— No hace falta...
— Cállate, hijo de perra, no me interrumpas o te mato — El de mechones celestes y blancos le dirigió una mirada de odio a mi hermano, algo que me llenó de enojo y ahora era imposible que me intimidara.
— ¿Lo sabes? — Pregunta una vez más y negué nuevamente —.Tu queridísimo hermano según pagó para darle una paliza al exnovio de su exnovia, ¿Y que crees? El dinero jamás llegó a nuestras manos, nos quiso ver la cara de estúpidos, ¿Y sabes lo mejor de todo?, que esa maldita deuda será para toda la maldita vida, porque traicionó a quien no debía... Pobres de ustedes si huyen o de lo contrario los mataré a golpes.
Un silencio amenazante envolvió todo el lugar donde nos encontrábamos, tenía que alzar un poco la mirada para seguir al chico corpulento me fije en sus grandes manos y nuevamente un bochorno me azotó. Quería mirarlo detenidamente pero obviamente no podría hacerlo, los nervios me invadieron cuando esos tres pares de ojos me miraron detenidamente. Mis manos estaban sudando horriblemente, mi garganta se secó, mis pies no avanzaban o retrocedían.
— Nos vemos el viernes — Dijo sin más para dar media vuelta a irse.
No me di cuenta de que estaba aguantando mi respiración, hasta que dejé salir un grande suspiro y sentí un calor demasiado jodido. Mi hermano y yo nos miramos para después salir de ahí con rapidez.
— ¿Por qué mandaste golpear a alguien?
— Estaba celoso.
— Pero... ¡No entiendo!, simplemente por unas nalgas ajenas terminaste aquí, maldita sea.
— ¡Hey!, nunca lo entenderías.
— Ay, cállate, maldita sea.
— Espera, necesito comprar una botella de agua.
— No, no no, ni se te ocurra comprar algo y quitarte la mascarilla, sería una idiotez de tu parte, esperar a llegar al Mall.
Llegamos y miramos en todas las direcciones posibles, para después cambiarme e irnos a la universidad, pero todo será más complicado de lo que teníamos pensando.
— Deki...
— ¡Ya no me digas así estando en lugares públicos! — Me infarto por unos segundos
— ¿Hide?
— Ajá...
— ¿Qué vas hacer el viernes en la noche?, ¿Qué plan tienes para que mi padre no entre a su cuarto y vea que no estás ahí?
— Algo se me ocurrirá, sinceramente ya me estoy cansando de sus reglas tan jodidas, un día explotaré y sé que me correrá de casa.
— Hide, creo que ya es justo y necesario que seas tú.
— Ah sí, claro, ¿Y si me corre de la casa?
— Nos vamos juntos, o mejor aún, no lo dejamos entrar a él — Nos burlamos ante ello.
— Ya pensaremos en algo... ¡Mierda! — Me paro en seco —. Mi cabello... Mi papá me va matar, ¿Por qué no pensé en eso?, con una mierda.
— Hide... Estamos por llegar a casa.
— ¡Ya sé, idiota!, pero ni modo... A ver qué pasa.
— Le diré que te un imbécil te pegó un chicle en el cabello y asunto arreglado.
— Pero... Bueno, a ti siempre te cree, que estafa.
— Sin llorar.
Y si, cansados mental y físicamente llegamos nuevamente a nuestra rutina, donde antes recibí gritos por parte de mi padre, quien después se calmó al escuchar las palabras de mi hermano y lo dejó pasar, no sin antes mirarme con cara de asco y subir a su cuarto junto con mamá, cenamos o comemos, recojo la mesa y me voy a dormir, no sin antes retorcerme de flojera para hacer mis deberes y dormir esta vez tarde, por todos los pendientes que tenía. Mi mente divaga un poco en lo sucedido con aquellos tres y no puedo evitar partirme de risa al recordar toda la adrenalina que sentí cuando los tuve de frente.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top