II - Duas vitas

Oigan cometí la tontería de pegar dos veces el capítulo aquí XDDDD pero ya lo corregí.

El destino o la vida es bella pero no puede confundirse con ser fácil. Eso era lo que muchos a su alrededor no entendían; justamente como en estos momentos de caos apocalíptico dónde lo único que te queda es la resignación o un milagro que devuelva todo a la normalidad. Katsu le habla a su hermana tratando de que ella despierte de aquel shock mientras estorba a los médicos, quiénes hacen su trabajo lo más idóneo posible. Taiju sólo se centra en poder ir con ella, ignorando a los demás como siempre suele hacerlo cuando se encuentra con su prometida.

La figura líder del centro médico alza una jeringa como si fuese el Corpus Christi a punto de ser entregado al ciudadano que emite fé en todos los poros de su piel. No lo piensa dos veces y la adrenalina es recibida cómo dicha comulgación, misma que explota en todo su pequeño ser y hace que abra los ojos sin entender lo que está pasando.

El aire les regresa a los pulmones dejando que el sudor caiga por aquellas frentes que estaban arrugadas; Hideki por el momento no entiende nada y Katsu le apresura a recostarla nuevamente. Las demandas de Taiju hacen que gire un poco su cabeza y verlo ahí parado con sus manos casi sin vida y los ojos llenos de lágrimas que salían una tras otra como si se tratase del matadero puro.

Estaba tan confundida que obliga a su cerebro a trabajar el triple para entender lo que había pasado. Pero sólo se frustra más cuando su hermano le dice que no haga preguntas, las cuales por obviedad no saldrían porque no está apta para hablar. Cierra sus ojos dejándose abandonar y cae un sueño bastante profundo; en ese momento los doctores trabajan a profundidad.

Mis ojos reciben la insípida pared blanca del hospital, mis ganas de dormir son un poco menos que las de hace dos días y mi recuperación va en constante crecimiento, la cabeza de mi hermano descansa en mis piernas mientras inhala y exhala tranquilamente. Puedo ver sus círculos negros debido a la falta de sueño y exceso de trabajo. Miro el reloj y me comunican las nueve y media de la mañana, justo para pedir algo de desayunar.

No quiero despertar a mi hermano, así que sólo sigo pensando en la suerte que he tenido por estar simplemente viva y mi bebé fuera de peligro.

— Deki... — Sonrío sin ver al mellizo —. ¿Dormiste bien?

— Sí, deberías irte a casa — Me comporto lo más empática posible —. Estás cansado y casi no estás con tu familia.

— Pero tú eres mi familia, ¿De qué hablas? — De reojo observo como se restira y emite un gran bostezo —. Hermana...

— Dime.

— ¿Cuándo tienes planeado decirle a Taiju de tu embarazo?

— Cuando salga de aquí, me dijo la enfermera que posiblemente hoy pueda ir a casa. Ya estoy bien y me falta respirar aire puro, ¿Por qué?

— Pensé que no le ibas a decir nada... — Mis ojos se encuentran con los suyos —. Pero entiendo que decirle aquí sería un poco insípido.

— Es correcto, además esté frijol está bien... — Me abraza fuertemente depositando un beso en mi mejilla —. Gracias por estar al pendiente de mí.

— Eres mi hermana, ¿Por qué no deberías estarlo?

— Hola de nuevo, señorita Shiba — Suelto una pequeña carcajada por el apellido, aún no estoy casada con él —. La examinaremos y así podremos saber si le damos de alta, ¿De acuerdo?

— Perfecto, no te vayas Katsu. Tengo que hablar contigo unas cosas.

— Bien.


Mis piernas agradecen caminar después de una semana, me han dejado en mi casa para poder bañarme con total libertad, Taiju ni siquiera sabe que me han dado de alta sólo por la sencilla razón de darle una grata sorpresa en su restaurante, donde cenaremos hasta altas horas de la noche con un agradable vino y música, sobre todo con su perfecta compañía.

Coloco mis manos en el vientre sintiendo un miedo terrible, me siento como si tuviese cinco años, no sabiendo cómo reaccionar ante semejante responsabilidad. Relajo los hombros un poco al recordar que tengo a Greila, ella es la perfecta para instruirme en ese tema.

Me acuesto con mi perro, quien se hace bolita a lado de mi permite usar su panza gorda de almohada.

— ¿Cómo le vamos a poner a este frijol? — Digo como si me pudiese responder —. Conociendo a Taiju querrá sacarte de la casa porque según le hará daño al bebé, pero es más fácil que yo lo saque de mi casa y lo deje en la calle.

Mi perro sube y baja las orejas, me da risa y me duermo un poco.

La mentira que le dijeron a Taiju era que tenía una reunión bastante importante en la que no debía faltar, de lo contrario tendría problemas legales increíbles y no le quedó de otra que estar en su propio restaurante. Salgo del coche sintiendo un poco de frío, pero más nervios y emoción por verlo y abrazarlo fuertemente; me arreglé lo necesario para sentirme bonita, ya que en el hospital parecía un mero fantasma.

— Buenas noches, ¿Ya llegó? — El hostess asiente con una sonrisa y me deja entrar.

Les pido silencio a los que me ven llegar, ya que suelen ser demasiado ruidosos al saludarme y quiero tomar desprevenido a ese tonto que está de espaldas a mí, solamente con una camisa negra, puedo ver la esclava y el reloj, así como sus grandes manos que toman la copa con el vino que seguramente pidió.

El acuario se haciendo más y más grande, me escabullo de forma perfecta sin que se de cuenta de mi energía y llegar hasta él por detrás y tapar sus ojos. Mis manos sienten el cambio de temperatura, el calor de su cuerpo que siempre necesito para poder dormir bien, el mismo que me calma cuando las cosas están mal y me dan ganas de seguir adelante aún así me encuentre en el suelo.

Sus manos atrapan las mías y quiere levantarse, pero me agacho un poco y le susurro:

— ¿Me extrañaste?

Con más ganas debate contra mis fuerzas y se levanta, sus ojos están libres y yo estoy mirándolo con una gran sonrisa esperando un beso suyo.

— Hideki... — Y tal como lo imaginé, pega sus labios contra los míos alimentándome de su pura y eterna esencia —. Que grata sorpresa, ¿Cuándo te dieron de alta?, voy a matar a tu hermano por no decirme nada.

— Deja al pobre Katsu, yo lo amenacé primero — Quiero ponerle un poco de humor al asunto, pero sólo dejo que me abrace y se quede ahí por un gran tiempo.

— Te extrañé mucho, la vida se me iba de las manos al verte en ese estado, Hideki — Su voz me comunica tanto dolor que me clava una estaca en el pecho.

— Pero la vida me dio otra oportunidad y heme aquí, con el amor de mi vida.

Taiju se ha convertido en lo que necesito para vivir, no me puedo imaginar una vida sin él. Maldito grandulón bastardo, ¿Cómo es qué me tienes en la palma de tu mano? Pegamos nuestras frentes y aprovecho para limpiar una que otra lágrima que sale de ese hombre.

— Te amo.

— Yo te amo más, y lo sabes — Beso la punta de su nariz y toma mi mano para sentarnos.

— ¿Qué quieres tomar?

— Tengo mucha sed, y el vino me seca la garganta.

— Agua con hielos.

— Sip, me parece perfecto.

Extiende su mano sobre la mesa y para agarrar la mía, y nuevamente quiero memorizar todo de él en este momento, sus ojos brillan, está terriblemente guapo y quiero lanzarme sobre él.

— ¿Por qué te ríes? — Salgo de mi ensoñación cerrándole un ojo —. ¿Por qué me coqueteas?

— Porque puedo y quiero, ¿Tienes algún problema? — A mi izquierda tengo una caja de color negro que estoy ansiosa por darle.

— Atente a las consecuencias, mi vida.

— Siempre lo hago, ¿Me puedes dar la carta? — Hoy los ascos no parecían torturarme, me sentía bastante bien —. ¿Qué pedirás de cenar?

— No sé, amor. ¿Tú?

— Tampoco, pues hay que pedir la especialidad del chef.

— Bueno — El mesero nuevamente nos deja solos y froto mis manos nerviosa.

— ¿Qué tienes? — Enarca una ceja y me mira con fijeza —. Desde que entraste estás nerviosa, ¿Pasa algo?

— No es nada malo, bueno, para mí no — Sin dejar de mirarlo tomo el pequeño regalo y se lo dejo enfrente —. Ábrelo.

Deshace el moño rojo y retira la tapa. Lo primer que se encuentra es con papelitos de colores que ornamentan dicha caja, pero con solo hurgar un poco están dos cosas que escogí con demasiada prisa. Toma la pequeña nota que hice a mano, donde escribir lo siguiente:

Hi daddy, I can't wait to meet you, Hideki has told me you're gonna be the best daddy ever! I'll see you aroun in nine months. I'm so very Little inside my mummy's tummy, but I know you'll be the very best daddy. I'm safe and warm, all tucked up in here. Love u.

Puedo ver como tiembla un poco y deja de leer para observar la pequeña ecografía que dejé ahí. El mesero viene con el agua pero le hago una seña para que nos dé más tiempo; es ahí donde por fin me observa haciendo pucheros y tratando de articular palabra.

— Estamos embarazados — Lo hago reír y esconde sus ojos en el dorso de su mano y llora con ganas —. Amor...

Me levanto y lo abrazo por detrás. Beso su cuello y lo miro con ternura.

— Vas a ser papá — Aún no puedo creer lo que sale de mi boca —. Ahora ya seremos tres.

— Hideki, es increíble — Quedo sentada en sus piernas y besa muchas veces mu cabeza, despeinándome y fastidiándome un poco —. Soy el hombre más feliz del mundo, a ustedes dos no les faltará nada en la vida.

— Te amamos — Lo interrumpo y observo como se traga las ganas de saltar por todo el restaurante.

— Y yo a ustedes.

Llegamos a casa bastante cansados, la pijama nos llama telepáticamente y nos acostamos. Taiju aprovecha para dejar mi vientre al descubierto y besarlo con mucho amor, después su gran mano se mueve del un lado a otro como si mi piel fuese terciopelo.

— ¿Cómo se llamará?

— Por el momento se llama frijol — Acaricio sus cabellos —. ¿Te gusta?

— Es horrible, pero no queda de otra — Cierro los ojos sin dejar de sentirlo —. Espero no tengas el carácter de tu mamá.

— Si es como tú, pelearás mucho con él, simplemente porque los dos serán iguales — Suspira riéndose —. No te rías, hablo en serio.

— Yo también hablo en serio — Inmoviliza mis manos y ahora va dejando besos hasta subir a mis labios y robarme descaradamente el oxígeno.

— ¿Y eso por qué fue? — Abro los ojos y aquellos dorados me reciben.

— Porque te amo, ¿Por qué otra cosa lo haría?

Entiendo sus intenciones rápidamente; era imposible no desearlo con ganas pues es el hombre del quien estoy sumamente enamorada. Dejo que adore mi cuerpo como siempre lo ha hecho, llevándome a mi límite y dejándome caer en la mera tentación carnal y amorosa que jamás había tenido.

Pronto lo tengo clavándose en mí, robándome gemidos, susurrando lo tanto que me ama y lo agradecido que está por haber llegado a su bendita vida. Ni siquiera puedo contestar por todo lo que siento, sólo soy consciente de como nuestro vínculo es acero puro.



— ¿Por qué te levantaste tan temprano? — Busco una ropa que me haga sentir cómoda —. ¿Hideki?

— ¿Por qué voy a ir a trabajar? — Es demasiado temprano —. ¿Por?

— ¿Vas a seguir trabajando? — Taiju se hace la corbata pero me mira a través del espejo.

— Sí, ¿Por? — Cambio mi tono a uno más fastidiado.

— ¿Por?, Hideki, ¿Qué te pasó hace unos días? — Inflo las mejillas y dejo escapar el aire.

— La vida continúa y mi trabajo también, esto no es discutible.

— Pues no te voy a dejar.

— Ya veremos — Arrojo mi ropa a la cama con más fuerza de la que pretendía y comienzo a arreglarme.

— No tienes que enojarte.

— Estoy muy lejos de estar enojada y lo sabes, estoy molesta, no me puedes tener en un cubo de vidrio sólo por lo que pasó.

— Es que no lo entiendes, lo que te pasó fue grave y provocado, eso quiere decir que estás en peligro.

— Eso quiere decir que estás alucinando, nada fue provocado y yo quiero estar haciendo algo.

— En serio no te voy a dejar salir, Hideki.

Está demasiado decidido, pero no ocuparé el camino de los gritos ni enojo.

Voy a llorar para manipularlo y que me deje salir en paz.


La vida de adulto me soltó el finde semana, cap nuevo. Garcias por leer, muak

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