Dolorum, et blanditiis.
— Hideki, yo sé que mi credibilidad está en juego, pero ese día tuve que ayudar a mi papá porque me dió miedo — No puedo evitar burlarme un poco —. Hideki es en serio.
— ¿Y por qué intentaste matarme?
— Sería más fácil lidiar con el problema, pero créeme, yo no tuve nada que ver.
Sus ojos de cristalizan de inmediado, se le ve tan vulnerable que con una simple palabra provocaría su suicidio —. No me quedó más que seguirlo y estoy arrepentido, eres mi hermana, mamá está muerta y eres lo único que me queda en esta vida.
Aquellas lágrimas amargas aparecen en su rostro, poco a poco sus rodillas tocan el suelo y entierra su rostro en mis piernas, aquel chico al que llamo hermano está llorando, berreando.
Me quedo inmóvil y trato de levantarlo pero me es casi imposible, la situación me tensa tanto que aprieto mi mandíbula, sintiendo la presión en mis dientes.
— Hideki, ayúdame — Fue en este preciso momento cuando sus ojos conectaron con los míos —. Ponme a prueba.
— Llévame con papá, te juro que si haces algo...
— Tienes todo el derecho de matarme, lo sé — Se levanta para tenderme la mano y decirme que lleve ropa que me haga pasar desapercibida.
Que recuerdos... Cuando tuve que fingir ser un mudo por culpa de este tonto.
— Espera, sólo... — Le aviso a Taiju que me encuentro bien y que dormiré, para evitar que llame por teléfono.
— ¿Tu novio? — Coloco los ojos en blanco al escuchar su tonta pregunta.
— Menos charla y más acción.
Tomo alguna de mis pertenencias, así como un arma blanca para estar preparada por cualquier cosa que pudiese pasar, algo que no quisiera, por supuesto.
Bajamos las escaleras y mi hermano me espera en la salida mientras lucho por subir el cierre de mi rompevientos color negro, camino mirando el maldito objeto y salimos de casa, en silencio, yo por mi parte proceso la información encontrando muchas inconsistencias en la explicación de mi hermano, quién también viene en silencio.
— ¿Desde cuándo está metido en eso?
— Saliendo de ahí, ese lugar te hace conocer todo tipo de gente, que sinceramente no me gustaría volver a ver.
— Yo sé lo que es estar ahí.
— No, no lo sabes, solamente tienes una vaga idea de lo que puede ser.
— Tienes razón.
Siempre me ha provocado ansiedad el transporte público, no me gusta, pero está vez ni siquiera me importa, fue necesario tomarlo para después comenzar a caminar por aquel sitio, donde grandes edificios se levantaban, mismo que hacían un juego perfecto con aquel lugar logrando un contraste perfecto. Aún la gente camina por las calles iluminadas, los grandes anuncios colorean el paisaje, aquellos restaurantes están a reventar y todo comienza a ser hilarante olvidando un poco el por qué estoy aquí.
— Bajas la cabeza cuando entremos — Mi hermano me toma de los hombros y me direcciona a otro lugar.
El tumulto de gente comienza a desaparecer, así como la agradable sensación de normalidad. Ahora estamos en un largo callejón donde postes de luz nos regalan una pobre iluminación, además el ambiente comienza a ser más pesado; mi hermano señala un lugar que sí es de mala muerte, hay diversos hombres en la salida con unas damas.
— No les hagas caso y tú pasa —Es lo que hago, pero parece no importarles por lo ebrios que se encuentran —. Vete directamente a la barra.
— Bueno... — Sólo echo un vistazo y mi corazón se detiene al ver a Koko —. ¿Y éste idiota que hace aquí?
— Hideki, camina.
Al llega a la barra una chica muy agradable nos atiende, supone que tenemos que pedir algo, así que opto por whisky y mi hermano por Ron.
— A la derecha, necesito que voltees discretamente — Hago mi mejor intento y ahí lo veo...
Mi padre está con otros señores quienes hablan sobre algo, todos llevan consigo un buen trago.
— Necesito nombres — Comento por lo bajo.
— Llegando a casa te los doy... — Su suspiro me contagia de nervios, el lugar ma da muy mala espina —. ¿Ya me crees?
— Tu credibilidad siempre estará en juego conmigo, la verdad.
— ¿Qué vamos hacer?, yo necesito irme de casa.
— Pues vete, escóndete bien.
— Quiero que me ayudes — Me aturde su petición, hay demasiados sentimientos encontrados que me taladran con más y más fuerza.
— Depende, nombres o nada — Cómo si fuera a ayudarlo...
— Bueno, ya vámonos.
— Tengo una pregunta, ¿Todos aquí están reunidos por lo mismo?
— No, son diferentes negocios — Mi alma descansa al escuchar aquello, así que Koko está arreglando otros asuntos.
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El viernes hizo su aparición y a duras penas conseguí recuperar le maldito dinero, increíblemente mi hermano me dio otra parte, así que logré juntarlo, así que puedo ir tranquilamente con Taiju, sin nada que temer.
Entro a su departamento y no veo a nadie, así que voy a la cocina que se ha convertido en mi lugar favorito, porque en el refrigerador siempre hay fruta picada con miel, abro la puerta del mismo y rebusco en los interiores hasta encontrar aquel cuenco de cristal con melón.
Me dispongo a sacarlo cuando siento una presencia detrás de mí, bajo la mirada hacia las baldosas cerámicas, donde una sombra es visible. Cierro los ojos con fuerza y me incorporo con aquel objeto frío entre mis manos.
— ¿No se supone que se odiaban? — Suspiro pesadamente, no puedo hilar su pregunta.
— ¿En dónde está Taiju? — Es lo único que formulo.
— Con mi hermana — Una burla sale de sus labios, una que me aturde demasiado —. Puede que se estén besando, ya sabes que ella tiene la facilidad de ello.
— No me interesa.
— Claro que te interesa — Camina más hacia mí, siento su fuerte energía —. ¿Así que tu hermano te ayudó?
— Que bien informado estás — No dice nada por algunos segundos, quiero voltearme pero algo me dice que no lo haga. Tengo un gran recipiente de vidrio, de algo me servirá si este idiota intenta hacerme algo.
— Es fácil meterle miedo a tu hermano y que diga lo que sabe.
— ¿Qué quieres?
Se queda en silencio, siento algo que hace presión en mi espalda baja, así que giro mi cabeza pero no puedo ver nada, debido a que este hace que vuelva a mi posición original. Un sonido que apenas y conocía me hiela la sangre por completo, era el famosísimo click.
— Escúchame bien, esta cosa tiene silenciador, y te puedo sacar de aquí fácilmente, se inventar muchas cosas, Hideki, bastantes, logro persuadir a la gente sea cual sea la situación — Mi respiración quiere alterarse, así como mi corazón. No puedo ni siquiera formular una palabra, debido a mi miedo.
— ¿Te robaron la voz?, que tonta... Dame cierta parte del dinero, no te vas a salir con la tuya — No puedo creer lo que escucho, mi garganta se cierra, mis ojos quieren liberarse ante la presión que siento —. Vamos, camina.
Este me quita el contenedor de vidrio de las manos y lo deja a un lado, no quiero ni siquiera mirarlo, porque sé que explotaré, pero este imbécil se ve muy decidido a meterme un balazo. Salgo de la cocina para encontrarme con la otra parte del departamento, el cual está demasiado iluminado debido al sol. Tomo aquella bolsa donde tengo el dinero y saco tres fajos de billetes.
— Con eso, no te pido más — Daemon me los quita de mala manera y dejo de sentir la presión del arma —. Bueno, ¿Qué le vas a inventar a tu jefe?
— Eso ya no te importa.
— Si me importa, estás a tiempo de extender nuestro contrato.
— Ni loca — Aquella respuesta sale de mi boca como alma que lleva el diablo —. No lo haré.
— Bien dicen que el que ríe al último, ríe mejor... Una última cosa, tu hermano siempre te ha dicho la verdad... — No digo nada más, no quiero explotar en estos momentos, prefiero guardar mi sentir e irme a la cocina nuevamente.
— No te quiero ver, déjame en paz — Es lo último que digo para adentrarme a comer la fruta picada que llamaba mi atención.
No me podía concentrar, porque empiezo a ofuscarme. Estaba tan tranquila que no podía creer lo que estaba pasando, me daban ganas de destruir todo, gritar, llorar y matar a ese maldito infeliz, quien seguramente estaba más que feliz en estos momentos.
Medito la posibilidad de irme de aquí y ya no regresar, pero las voces de Taiju y los demás se hacen presentes. Siento un nudo en mi estómago y muchas ganas de salir llorando de aquí, mis dedos se han vuelto blancos de lo fuerte que agarro el cubierto el cual pesca un poco de fruta.
— Ya estoy fastidiado — Escucho a Koko entrando en la cocina —. Hideki, pensé que no habías llegado.
— Sorpresa — Digo con ironía —. ¿En dónde estaban?
— Arreglando unas cosas con Greila, está insoportable — Me burlo de ello. En estos momentos trato de portarme con mayor tranquilidad.
Es algo que le llaman nervios de acero...
— ¿Todo bien con aquel?
— De maravilla, me dejó en paz en la cocina — Este se asoma por todos lados, lleva un vaso con agua helada —. ¡Te tengo un chisme!
Su emoción me hace extrañarme, a ese tonto le brillan hasta los ojos al mismo tiempo que su sonrisa aparece en su rostro.
— Vamos, cuenta.
— Greila andaba muy pegada junto con Taiju — Baja la voz y se acerca más a mí —. Le dijo extraño que me tomes de la mano... Y el jefe le dijo que no era recíproco, ¡Hubieses visto la cara de esa zorra!, palideció por completo.
— Maldita sea, yo quería ver eso — Me lamento —. ¿Y qué más pasó?
— Nada, ahorita anda de insoportable, ahora ya me cae mal.
— Y la loca es una por levantar falsos — Contraataco.
— Cállate, no empieces a reclamarme — Hago el intento por comer un poco más sin sentir náuseas.
— Ya vi quien es el ratón que se roba mi fruta — Taiju entra directamente por un vaso de agua.
— Koko, ¿Escuchaste algo? — Cuestiono con burla —. Estoy pensando seriamente en que en esta casa hay fantasmas.
— Fantasmas que te explotan laboralmente — Remata Koko para burlarnos.
— Los voy a matar, malditos graciositos — Hajime se toma de una el agua y sale de la cocina.
Me pierdo en mis pensamientos un buen tiempo hasta que siento los brazos de Taiju rodeándome por detrás, este deja un suave beso en mi cuello y coloca su mentón en mi coronilla, ya es en automático aquella acción.
— ¿Qué tienes, pelirroja? — Mis manos juegan con aquel recipiente —. Luces triste.
— Me duele la cabeza — Me doy el lujo de acariciar sus fuertes brazos —. Y estoy cansada, tengo sueño.
— ¿No estarás enferma?, ya son varios días que estás así — Su grande mano acaricia mi cuello —. Deberíamos ir al médico.
— Ay no — Aquel dedo índice y pulgar suben a mis mejillas y las apretuja con cariño —. No pasa nada.
— Si pasa — Ahora el dedo medio se coloca en mi barbilla para levantar mi mirada.
Maldita sea, alzo mi mirada para ver aquel rostro tan perfecto y atractivo que me hace temblar. Hago un viaje desde sus labios hasta sus luceros, no había tomado detalle de sus pestañas, son muy bonitas.
— ¿De qué máscara de pestañas usas? — Y sonríe, dejando ver su dentadura perfecta.
— A todo le encuentras..., ¿Me regalas un beso? — Asiento y este se inclina un poco más hasta que nuestros labios se rozan.
Cierro los ojos y entreabro los míos para recibir a los suyos, mi mano viaja a su nuca y comenzamos a trazar un ritmo lento. Toco sus mejillas calientes y me deleito con su suave piel. Nuestros labios empatan perfectamente haciendo de las suyas para seguir en nuestro acto demostrativo de afecto.
Nos separamos después de un buen tiempo, intentamos recuperar el aire y abrimos nuestros ojos a la par. Es ahí donde siento mi corazón hacerse chiquito y un gran nudo en la garganta me atraviesa, no me salen las palabras y siento un dolor espantoso en el pecho.
— ¿Por qué vas a llorar? — Niego con la cabeza y enderezo la misma, para tomar aire e intentar relajar todas mis emociones —. ¿Hideki?
— Lo siento, estoy muy... Sensible, ya sabes, cosas de chicas — Deposita un beso en mi frente y sale de la cocina, diciéndome que terminará de arreglar unos asuntos.
Hago hondas respiraciones y solamente espero me juicio final. Salgo de la cocina para escuchar de lo que hablan, siento dos miradas fuertes al momento de poner un pie sobre el living, hago caso omiso y me siento en el sofá para perderme en mi celular.
— Bueno, me gustaría quedarme un poco más, pero tenemos asuntos que arreglar — Escucho al hermano de Greila y mi corazón salta de alegría, por lo menos el no escuchará mi sentencia.
— Nos vemos — Taiju Zanja —. El sábado a primera hora.
— Así será — Los pasos dejan de escucharse y el departamento queda en silencio.
Me resigno totalmente, así que salgo a la pequeña terraza a disipar toda la ansiedad que siento. Observo la calle y me detengo a mirar a la gente, algunos llevan sombrillas, otros caminan muy apresurados hablando por teléfono, otros se detienen a comprar algún alimento.
Paso tan desapercibida del mundo entero, que el cielo naranja comienza a gobernar toda la ciudad. Aquel tono de color es tan precioso que me esmero en mirarlo detalladamente.
— Hideki — Me vuelvo para observar a Taiju —. ¿Puedes venir?
Mi cuerpo se tensa en automático y me queda más que adentrarme, donde Koko está con los fajos de dinero a su derecha, pensando seriamente. Inui está a su lado, este me mira con detenimiento y mueve la cabeza.
— Siéntate con nosotros — Sus manos grandes viajan a mis hombros y me arrastran hacia allá, hago la silla hacia atrás para sentarme y quedar frente a Hajime y su amigo —. Ya pueden irse.
Siento que el alma me abandona en esos momentos, ellos no me dirigen la palabra y salen de ahí, toman sus cosas y se van. Ahora es Taiju quien queda frente, nuestros ojos se conectan y no puedo percibir más que rechazo. Algo que me hace enojar.
— Te voy a dar la oportunidad de que me expliques, Hideki.
— ¿Explicarte qué? — Cuestiono de inmediato, demasiada sobresaltada para mi gusto.
— ¿Es en serio? — Coloca sus codos en la mesa y entrecruza sus largos dedos —. ¿De verdad tienes el descaro para fingir demencia?
— No entiendo a las personas si no son directas, disculpa — Frota su cabeza y pasa la mano por su nuca.
— Hideki... Te regalaré otra oportunidad, me gustaría escucharlo de tu boca — Me espeta, ya no tiene la delicadeza en sus palabras y eso me golpea fuertemente.
— No sé de que hablas — Se escucha una fuerte carcajada y es ahí donde me toma de la muñeca y me acerca a él —. Me estas tomando muy fuerte.
— No tientes mi paciencia, Hideki, falta dinero, ¿Qué hiciste con él? — Sus fosas nasales se hinchan de lo furioso que está.
— Yo no... — Mi voz ya no es capaz de salir.
— ¡Maldita mentirosa! — Este me sacude y por inercia quiero soltarme, pero es imposible —. ¿No te da vergüenza ser una maldita ratera?
— Taiju, basta... No es lo crees — Digo por lo bajo, no quiero llorar pero ya a estas alturas se me hace imposible retener mis lágrimas.
Aquel dolor en mi pecho se hace más grande cuando intento hablar, y me resigno, porque el no comprenderá, además ese maldito le ha calentado la cabeza, estoy segurísima.
— ¿Para qué querías el dinero? — Su pregunta se hace más fuerte —. Ni se te ocurra llorar, Hideki, los llantos me hacen irritar y no quieres verme verdaderamente enojado, ¿O sí?
— No te voy a explicar nada, no tiene caso — Digo dolida —. Sólo déjame ir, no me volverás a ver nunca, de eso estoy segura.
— Que descarada — Taiju rodea la mesa para quedar a mi lado, hace que me levante y lo mire a los ojos —. Sólo dime por qué.
— ¡Yo no te tengo que explicar nada! — La peor canalización de emociones surgió de mí sentir, ahora estaba enrabiada —. ¡¿QUÉ QUIERES QUE TE DIGA?!, ¿QUÉ TE VI LA CARA DE IMBÉCIL?
Hideki, tu peor impulso es precisamente ese, querer herir a las personas cuando te están vulnerando.
No le toma ni dos segundos para darme un bofetón que casi me hace caer. Cierro los ojos cuando me levanta la mano nuevamente pero solo me atrae más hacia él, está más qué furioso y el miedo comienza a gobernar mi cuerpo.
— Ni creas que te vas a ir de aquí, vas a trabajar toda la maldita noche hasta que juntes ese puto dinero — Levanta su dedo índice y apunta a mi cara —. Y más que vale que me hagas caso, ahora lárgate a trabajar a donde dormías, no te quiero ver, me das asco.
Lo empujo y este a duras penas se mueve un centímetro y tomo lo necesario para irme. No puedo llorar como quisiera y solo soy capaz de apretar mis puños hasta sentir como las uñas se hunden en mi palma, de verdad quiero vivir mi catarsis pero soy consciente de que no puedo, no está permitido.
Cierro la puerta con más fuerza de la que pretendía y me recargo en esta para después ser víctima de mis lágrimas y desvanecerme hasta quedar sentada, cubro mi boca para no emitir algún sollozo y dejo fluir poco a poco la tristeza y el arrebato que siento.
Me siento tan patética y sola, débil y vulnerable... Siento tanto dolor que el respirar se me dificulta, mi alma se ha trozado un poco más... No sentía esto desde que lidié con la pérdida de mi madre, era tan terriblemente doloroso que por momentos dejas de sentir, oler y respirar.
Todo se vuelve nulo conforme pasa el tiempo, cada segundo, minuto y hora es menos agradable, tu mente te atormenta con miles de recuerdos tan dolorosos que es imposible concentrarte. Llega un momento donde después de cierto tiempo sientes una emoción fuerte, y la mía es el enojo, maldigo de todas las maneras posibles a Greila y su hermano que termino ya cansada.
Debo terminar esto para largarme y seguir con mi vida...
Hago las cuentas necesarias y más tardar a primera hora podré saldar mi deuda.
Así que lo hago, me obligo, y me sentencio más de lo que ya estoy... Se me antoja un cigarrillo que me da impotencia traer los mío.
Me dedico a lo mío y cuando menos me doy cuenta ya es de día, el sol golpea las ventanas y quiere entrar a fastidiarme la vista.
Vamos, Hideki, ya falta poco... Son las siete de la mañana, mi corazón se acelera de forma descomunal e irónicamente mi mejilla me comienza a doler, sabía perfectamente que la adrenalina había bloqueado todo dolor y sensación y ahora me estaba pasando factura.
Las once y media... Hago cuentas y todo cuadra.
Salgo de la habitación para dejar los papeles, realicé aproximadamente unos cuatro meses de trabajo en una noche... Miro a todos lados y salgo a la terraza, marco el número de mi hermano y al segundo timbre me contesta.
— Hideki, ¿En dónde estás?
— Vámonos de aquí — Digo apresuradamente —. No hagas preguntas, toma lo necesario y larguémonos.
AVISOS PARROQUIALES
1.- Primeramente creo que no me he dado a la tarea de agradecerles el apoyo de mi fic, y las ideas locas que pueden surgir del mismo. ¡MIL GRACIAS! <3. Se que aún me falta mejorar en ciertos temas de redacción, pero estoy aprendiendo, espero seguir dándoles contenido que sea de su mayor agrado.
2. De igual manera vengo a decirles que si gustan pueden seguirme en mi IG para echar chismecito o algo así, me gustaría convivir y/o platicar con las personas que se dan el tiempo de leer mis tonterías :v.
3.- Vengo a recomendar estos dos Fics, son muy buenos <3
¡Grx por leer!
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