Capítulo 9: Superar una ruptura
ELINOR
Cuando Viviette llega a mi apartamento me encuentra perdida entre las sábanas y cobijas de mi cómoda cama con las canciones de Taylor Swift a todo volumen.
―¿Qué demonios pasó aquí?
―¿Cómo entraste?―murmuro con voz ronca.
―Con las llaves que dejas bajo el tapete de la entrada.
Claro, olvide que dejaba eso para emergencias. Recuerdo entonces que debo cambiarla de lugar, ya que hasta Rowland sabe donde están. Aunque dudo que se atreva a aparecerse por aquí.
―No me digas que ya entraste en la fase de escuchar solo canciones de ruptura. Yo amo a Taylor pero en estos momentos no creo que es la mejor acompañante.
―Claro que sí. Espere toda mi vida para sentirme así y poder cantar esto a gusto―espeto―. And maybe we got lost in translation. Maybe I asked for too much. But maybe this thing was a masterpiece 'til you tore it all up. Running scared, I was there. I remember it all too well.―canto con mi voz desafinada, hasta dejo salir un sollozo al final del verso.
Qué pésima interpretación.
Viviette se dirige hacia mi computadora y para la música.
―Basta pareces perro herido
―Oye. No seas mala.
―Necesitas salir de aquí.
―No quiero.
Sin embargo Viviette no acepta un no por respuesta y me agarra de los pies intentando lanzarme al piso. Con todas mis fuerzas hago lo posible para evitar pero ella gana.
―Báñate, vístete y vamos a salir.
Odio cuando Viviette se pone en modo mamá. Y más cuando sé que tiene experiencia con esto, pues tiene un hijo.
―Soy adulta y puedo hacer lo que quiera.
―¿Cómo me estás hablando?
Me suelto a reír dándome cuenta que Viviette cada vez se parece más a una madre.
―Por dios. ¿En qué me convertí?
―Apuesto a que a Josh no le hablas así―protesto.
―Pues él es más obediente que tú. Y tiene ocho, Elinor.
―Lo sé. Lo sé. Pero Josh no pasó por una ruptura―me quejo lanzándole una almohada a la cara.
―Oye, en serio. No deberías hacer esto. Además, ¿ya hablaste con Rowland?
Niego y me recuesto en el piso, estoy algo incomoda ya que tengo las sabanas enrolladas en mi cuerpo, apenas puedo moverme.
―Tengo que contarte algo.
Luego de casi 2 horas de decirle toda la verdad a Viviette sobre la boda por fin puede entender como me siento.
―Voy a matar a ese imbécil.
―No te preocupes, ya me encargué yo ―anunció con una sonrisa.
―¿Lo mataste?―grita espantada.
Le lanzo una almohada cercana al oír su ocurrencia.
―Claro que no. No estoy tan loca.
Viviette suspira aliviada.
―Igual sé que eres incapaz de hacer eso.
―De hecho hicé algo mejor.
Ambas estamos en el suelo, me levanto y voy por mi celular para mostrarle las evidencias de mi pequeña venganza.
―¿Tú hiciste eso sola?
―Claro que no. Necesitaba ayuda extra.
―¿Con quien fuiste?¿Y por qué no me invitaste?―expresa con tono enojado.
―Fui con Harlan, el que arruino la boda.
Sí ya superé la etapa de querer asesinar a Harlan, después de todo él no tuvo la culpa.
―Ahora entiendo todo―dice levantándose y saliendo de mi habitación
―¿De qué hablas?―la sigo por el pasillo.
―Él pregunto por ti esta mañana.
Viviette entra a la cocina y empieza a sacar unas cosas de los estantes. No sé qué está haciendo pero eso no me importa en este momento.
―¿Pregunto por mi?
Esto si me sorprende. Creí que no quería volver a verme. O sea intercambiamos números pero no me ha enviado mensaje ni nada. Además ayer su actitud se volvió extraña de repente.
―Sí, él quería saber como estabas. Ahora entiendo, él fue el estúpido que te dijo la verdad―declara clavando un cuchillo en la tabla de picar.
―Oye, relájate. Yo le pedí la verdad ―lo defiendo porque sé que es capaz de ir a reclamarle ―. Además mi tabla de picar no tiene la culpa.
Ella despega el cuchillo con delicadeza bajo mi atenta mirada.
―¿Y para qué querías saber eso? ―asevera―. Ya sabes el dicho, la curiosidad mato al gato. Y por supuesto te mato. Mira cómo estás. ―Deja el cuchillo en la encimera y empieza a organizar los ingredientes que ha sacado.
―No me veo tan mal.
Aprovecho su momento de distracción y voy corriendo al baño.
―¡Te lo dije, estás terrible!―grita desde la cocina
Sí, me veo horrible. Ya no necesito disfraz para halloween, podría salir así y me confundirían con un zombi.
Vuelvo a la cocina y veo que Viviette ya no está allí.
Volteo a ver hacia la sala. Está en mi sillón poniendo netflix.
―Creí que ibas a cocinar.
―Tú vas a cocinar. ―señala como si fuera obvio―. Hornear es bueno para un corazón roto.
Camino hacia la cocina no muy convencida con su argumento.
―Tu eres la chef. ¿Por qué tengo que hacer esto?―me quejo.
―Solo hornea y haz silencio.
Viviette por suerte me ha dejado todos los ingredientes listos. Sólo hay un problema.
―No se hornear.
―Es simple haces la mezcla, amasas y horneas. Es pan comido.
Dedico toda la tarde, casi 6 horas de mi día, mientras Viviette hace un maratón de Grey's Anatomy. Para mi fortuna hornear si que ayuda a distraer la mente. Después de haber quemado 5 brownies, 6 cupcakes y 2 tortas por fin logro culminar mi obra maestra.
―Hasta Buddy Valastro estaría orgulloso de esto―digo admirando la hermosa torta de chocolate.
―Falta probar el sabor.
Viviette agarra el cuchillo con el que antes apuñaló mi pobre tabla de picar y parte una porción para cada una.
―Buddy ya habría tirado esto a la basura. ―Viviette escupe lo que comió en el lavaplatos. Yo hago lo mismo y tomo agua para quitarme el sabor.
―Vaya que las apariencias engañan. Esa torta es linda por fuera pero horrible por dentro.
―Al igual que muchas personas―digo.
Viviette solo se encoge de hombros y se dirige a lavar los platos que usamos. Por lo menos me ayuda con eso.
Mi celular vibra y le doy un vistazo desde la barra de notificaciones.
―Es Harlan.
―¿Y cuál es el problema?
―Bueno, es que acabo de salir de una relación y ya sabes...
Viviette que está enjuagando los platos empieza a reírse.
―¿Te parece gracioso?
―Pues claro. Elinor, ¿acaso no querías ser su amiga?
―Bueno sí. Pero...
―¿Qué? No me digas que ahora piensas cerrarte a conocer gente nueva por lo que paso.―asevera señalándome con un tenedor.
―Espero que no, es solo que...ay no se. Me siento rara haciendo esto.
―No tienes porque involucrar sentimientos, solo es un amigo.―dice y se recuesta en la encimera.
―Está bien. Le escribiré.
―Mejor déjame a mi―me toma desprevenida y me quita el celular de las manos.
―Oye. No te atrevas.
Ella retrocede y levanta el celular en lo alto. Me lleva una enorme ventaja ya que ella es más alta. Intento estirarse para alcanzarlo pero es inútil.
―Dámelo. No es chistoso, Vivi.
Entonces recuerdo nuestros juegos de niñas. Por supuesto ya sé como ganarle.
―Dámelo o te haré cosquillas.
―No te atreverías―espeta poniendo mi celular detrás de su espalda.
Entonces empiezo mi ataque de cosquillas.
―Te lo advertí.
―No, oye detente―dice entre risas.
No me entrega el celular pues se resiste a mi ataque, pero ocurre algo que no planee pasaría. Escucho un fuerte golpe, algo ha caído al lavaplatos. Y ese algo es mi celular. Y justo ahora está nadando pues ha caído al agua.
―Ups. Perdón Elinor.
―Dios, Vivi. Voy a asesinarte.
―Perdón, perdón. Esto me pasa por ser tan infantil―niega repetidas veces.
―Cálmate. También es culpa mía
Saco el celular y lo coloco en la encimera. Está apagado. Genial.
―¿Qué hago? Nunca me había pasado esto―digo empezando a hiperventilar.
―Escucha, le diré a un amigo. Es experto en esto.
―Está bien―susurro sin aliento.
Tomo asiento en el sofá y mi cabeza da vueltas. No puede ser que me ponga así por un estúpido teléfono. Respiro profundo y me calmo.
Quizá sea lo mejor. Puede ser una señal para que me olvidé definitivamente de Rowland. Pero aún así siento que me duele perder esos recuerdos con él.
―Ay dios, perderé todas las fotos, los mensajes con él. Todo.
―Elinor, calma. Ya estoy llamando.
Me recuesto y veo al techo mientras escucho como Viviette llama a su amigo.
―Sí, cayó al agua. No sabemos qué hacer...Está bien. ¿Podrías venir?...Entiendo. Iremos a llevártelo. Gracias.
―¿Qué dijo?
―Debemos llevarle el celular. Dice que tiene salvación pero debemos ir lo más pronto posible.
Asiento pero no me muevo.
―¡El, vamos!―exclama al ver mi comportamiento.
―Claro, perdón.
Agarro las llaves y salimos del apartamento.
Conduzco en silencio hacia la dirección que me dio Viviette.
Pero mi amiga no es de las que se queda callada por mucho tiempo.
―Oye sobre lo que dijiste antes de que perderías todos los recuerdos con... él.
―Olvida eso. Fue un momento de debilidad―interrumpo.
―Tranquila es normal. Te entiendo y lo sabes.
―Quizá es normal pero no debo pensar en él y mucho menos en lo que vivimos.
―Oye tomate la ruptura con calma. Apenas llevas un día, no vas a superarlo en una semana. Eso lleva tiempo.
―Está bien lo haré―gruño y sostengo con fuerza el volante.
Sé que debo tomarme la cosas con calma. Eso lo tengo claro. Pero me cuesta bastante.
Simplemente desearía que hubiera un botón que con solo oprimirlo borrará esos recuerdos para que fuera como si nunca lo hubiera conocido.
Estacionó donde Viviette me indica. Es un edificio de 5 pisos que ya tiene algo de antigüedad. Bajamos del auto y nos dirigimos al apartamento donde vive el amigo que nos ayudará.
―Hola, ¿cómo están?―dice el chico que acaba de abrir la puerta. Me quedo sorprendida al ver quien es.
―¿Eres el amigo de Harlan?
―Sí es. Hola, Allan. Necesitamos por favor que salves esto―Se apresura a decir Viviette y entra al apartamento.
Entro y le entregó mi celular.
―De inmediato. Si quieren sigan y tomen asiento. Voy a ver que puedo hacer.―se dirige por un pasillo hacia alguna habitación. Nosotras nos quedamos en la sala.
Viviette se sienta en uno de los sillones que hay. El apartamento no luce como imaginaba, al contrario de la fachada del edificio el interior luce más moderno, incluso parece que lo hubieran remodelado. Los muebles de la sala son negros y contrasta con una mesa de centro blanca. Alrededor en las paredes hay varios cuadros, de los cuales no reconozco ninguno. Quizá no sean pintores tan conocidos como los que suelo ver en el museo.
Desde mi asiento doy un breve vistazo a las otras partes del apartamento, no quiero parecer muy entrometida. Por otro lado Viviette no puede contenerse y empieza a deambular por el lugar. Ella parece tener más confianza con Allan, obviamente porque ya se conocían.
Cuando Viviette ya ha terminado su recorrido por el lugar toma asiento en el sofá frente a mi y me mira fijamente.
―¿Estás bien?
―Sí. ¿Por qué no lo estaría?
―En serio quieres que te responda. Está mañana estabas deprimida y ahora bueno en realidad no sé...¿Sigues enojada por lo que hice?
―No lo estoy. Nunca lo estuvé, Vivi. Los accidente pasan. Además también tengo algo de culpa.
―Está bien―suspira―. Y con respecto a...
―No quiero hablar de la ruptura. Ni nada relacionado con él
―No iba a hablar de eso.
―¿Entonces de qué?
―De tu trabajo. Necesitas encontrar uno nuevo.
―Cierto. Lo había olvidado―digo y me recuesto en el respaldo del sofá para mirar al techo―. Tengo pésima suerte.
―La verdad sí.
Le doy una mirada de no ayudas. Ella solo se encoge de hombros.
Han pasado casi dos horas cuando Allan regresa. Tanto Viviette como yo ya estábamos dormidas.
―El celular logró salvarse, pero necesito revisarlo mejor. Quizá deban irse a sus casas.
―¿Y cuándo podré recoger mi celular?―digo ansiosa.
―Necesita descansar un rato por lo menos 3 horas, además lo probaré y veré si necesita algún ajuste. Puedo llevarlo a tu casa cuando termine.
―Está bien. Muchas gracias. Entonces nos iremos.
♤♡♤♡
Es la medianoche cuando Allan toca a mi puerta.
―Hola lamento venir tan tarde. Pensé que estarías muy preocupada si no te daba noticias lo antes posible.
―No te preocupes―murmuro y bostezo, ya estaba durmiendo así que no estoy en mis cinco sentidos―. ¿Pudiste arreglarlo?
―Quedo como nuevo―me entrega el celular―. Si hay algún problema avísame. Que tengas buena noche. Ádios.
―Muchas gracias. Ádios.
Con torpeza cierro la puerta, estoy muy cansada, me dejo caer en el sofá y tecleo una respuesta rápida a Harlan.
Hola. Perdón por no responder antes.
Mi celular murió por unas horas. Mañana te cuento.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top