ELINOR

Luego de salir aquella vez con ese chico raro, cuyo nombre es Rowland no he vuelto a saber de él. Supongo que se arrepintió. Han pasado casi dos semanas. Según Viviette el chico no va a volver y solo quería jugar conmigo. Cosa que siento que es cierta.

Estoy en recepción ocupando el puesto de Lizzy mientras ella resuelve unos asuntos recibiendo una nueva exposición.

Levanto mis ojos, frente a mi una sonriente niña me observa.

―¿Sucede algo?

―Mira. ―La niña me entrega un ramo de flores.―. Son de aquel chico.

Sigo la dirección que señala, es Rowland. No puede ser.

Me distraigo un rato mirando al chico, es entonces que recuerdo algo. Mi alergia. No tarda en surtir efecto.   Estornudo tres veces seguidas. Mis ojos empiezan a picar.

Me dan alergia quedatelas―susurro a la niña, quién está bastante confundida.
―¿Sucede algo?―Rowland recibe las flores y la niña desaparece.

―Soy alergica a las flores.

―¿En serio? Debí traer mejor los chocolates.

―Aleja esas flores de mí.

Rowland despierta y le regala las flores a una chica que va hacia la salida. Algo confundida las recibe. El chico no le presta mucha atención y vuelve a recepción.

―¿Hay algo en que pueda ayudarte?

―No.

―Quizá debas ir al hopital.

―En unos minutos debo ver a un grupo. No puedo.

―Pide permiso, te ves fatal―dice con su característica honestidad.

―La gerente me dio un ultimatum. La última vez llegue tarde no me dará permiso además...

―¡Vaya monstruo! Es aquella que se la pasa todo el día amargada.

Niego repetidas veces. Olvido todo a mi alrededor, incluso la alergia.

―¿Qué pasa?

Le hago señas para que voltee pero no lo capta a la primera hasta que Karyn se sitúa a su lado.

―Oh tu debes ser Karyn.

―Elinor, sabes que no se permiten visitas personales en el trabajo―informa con monotonía.

―No estabamos...

―Vuelve a trabajar. Yo cubriré a Lizzy

―Estoy algo enferma...

―No me interesa, Elinor.

―Karyn, no es una máquina de trabajo
―interviene Rowland.

―Por favor Elinor saca a tu novio de aquí.

―No es mi novio―digo rápido―Pero me encargaré de él.

Salgo de detrás del escritorio de recepción y empujo a Rowland hacia la salida.

―Tu jefa es un verdadero ogro.

―No digas eso. Te puede oír.

―Si es una bruja puede que en este momento nos esté oyendo.

Ruedo los ojos, dirijo mi vista a karyn, está vigilandome. No puedo tardar mucho. Sin embargo hay algo que debo saber.

―Creí realmente que no volverías.

―No iba a hacerlo.

―¿Entonces por qué volviste?

―Porque me gusta este lugar. Claro.

Así que solo por eso.

―Sí, claro el museo es muy hermoso.

―¡Pensabas que iba a decir otra cosa.?

Río intentando parecer relajada.

―No, ¿qué otra cosa ibas a decir? Después de todo apenas nos conocemos.

―Bueno eso tiene solución. Te invito a cenar. Solo si quieres.

Al parecer Viviette estaba equivocada y no quería jugar conmigo. Parece sincero y si hay algo que el chico no puede evitar es ser sincero, ya que es un libro abierto.

―Claro, estaría bien. Pero necesito saber por qué no volviste al museo.

El chico enarca las cejas.

―¿Quien es la acosadora ahora?

―Obvio yo no. Mi trabajo es saber que personas entran y salen del museo.

―¿Ese no es el trabajo de los guardias de seguridad?

―Está bien no me digas. Pero algún día lo averiguaré―le digo y vuelvo a entrar al museo.

―Acosadora―pronuncia con risa para luego irse.

Los días pasan, Rowland y yo seguimos viéndonos y la relación avanza más allá de lo que creí que llegaría.

Meses después

Estamos cenando con mis padres, mi hermana, Matt y mi sobrino.

Estamos en el restaurante de Vivi, todo está bastante calmada. Mi padre no ha dicho ninguna mención a mi trabajo, ni a mi libro que por cierto aún no termino.

Rowland conoció mis padres hace poco, a pesar de que llevamos saliendo hace varios meses. Estamos tomando las cosas despacio, sin prisa. Viviendo el momento. Y mis padres son expertos en acelerar relaciones. Por eso no lo presenté antes. Así sucedió con mi hermana. Al poco tiempo ya estaban planeando boda y todo por culpa de la insistencia de mis padres de que formarán familia.

Mi hermana está inquieta, intento descubrir que le sucede pero hace tanto tiempo que estamos alejada que ya no la reconozco. Sus gustos y sueños ahora son tan ajenos. Recuerdo que cuando tenía quince ella anhelaba convertirse en diseñadora. Hasta ahora nada de eso paso. Prefirió seguir los pasos de mi padre y volverse abogada. Sin embargo no ejerce desde que se embarazo. Y su esposo, Matt odia que mi hermana trabaje. Matt aún no termina de convencerme pero nunca lo he dicho, después de todo ya están casados hace seis años.

Miro a Rowland, parece feliz. Para él la familia es muy importante. Él es adoptado así que entiende muy bien que no todas las familias son perfectas, sin embargo gracias a él he podido mejorar la relación con mis padres. Además mi padre en especial siente aprecio real por él, por lo tanto ha dejado de insistir que abandone mi escritura.

Row estrecha mi mano, eso me hace sentir segura. Sin embargo no sé por qué estamos cenando. No ha ninguna fecha especial hoy ni próxima que recuerde. Todo es tan raro. Incluso Viviette insistió en que debía lucir linda.

Los meseros traen el postre, todos comemos en silencio. Ahora Rowland parece ansioso.

Entonces lo siento. Algo duro se queda en mis dientes. Lo saco para darme cuenta de pronto que es un anillo.

Oh por dios. Que no sea lo que creo que es.

Entonces Rowland se arrodilla frente a mí. Por dios, esto no está pasando.

―¿Te gustaría casarte conmigo?

Entonces todos los clientes voltean hacia nosotros, incluso unos músicos llegan a tocar alguna canción que no reconozco por mi repentina fatiga. Hay tantos ojos fijos en nosotros que creo que voy a desmayarme.

Mi respiración se acelera. Debí solucionar mis miedos al compromiso antes de entrar en una relación. Miro en dirección a mi hermana, creo que entiende mi señal de ayuda sin embargo no hay forma en que pueda ayudarme. Ella me susurra un:responde. Di que sí.

Y así lo hago. Dije que sí. Voy a casarme. No puedo creerlo.

Mis padres me abrazan y todo parece volverse un caos. Estoy confusa y esa noche pasa ante mis ojos como una simple espectadora, como si fuera una película. Sin embargo, soy yo. Voy a casarme.

Dos días después y tras pensarlo seriamente descubro que no quiero casarme. Dije que sí por la presión social. Camino dando vueltas por mi apartamento. Ni siquiera vivimos juntos. ¿Por qué pensó que podíamos casarnos? Es muy pronto.

Respiro y exhalo. No puedo calmarme. Acordamos ir despacio. Casarse no es ir despacio. Al contrario.

Viviette no es de mucha ayuda, a pesar de que ella ya paso por esto. Se divorcio de su esposo hace un año.

―Estás en problemas.

―Lo sé.

―¿Tan malo es si te casas con él?

―No, es decir. Lo amo. Pero no estoy segura si tanto como para pasar el resto de mi vida con él.

―Siempre puedes divorciarte―dice con tranquilidad sentandose en el sillón de la sala.

Estoy en la cocina, buscando los ingredientes de la receta.

―¿Recuérdame por qué estoy cocinando para ti, Viviette? Debería ser al contrario. Tu eres la chef.

―Porque eres mi amiga y me amas. Y además cocinar te distraerá.

Gruño por lo bajo mientras enciendo el horno. Esa fue idea de Viviette, cocinar no me tranquiliza pero según ella si lo hará.

―No pienso divorciarme, Vivi porque no voy a casarme―objeto.

―Pues suerte con eso. Perderás a tu príncipe azul si haces eso. ¿Crees que Rowland te perdonará?. Va a enojarse y se alejará de tu vida.

―Lo sé. Pero voy a decirle.

―Bueno, si crees que es lo que debes hacer entonces hazlo.

Doy varias vueltas en la cama, es de noche y no puedo dormir. No hay forma alguna de decirle a alguien que no quieres casarte con él. Row me odiará si le hago esto. Pero si no lo hago puede que me arrepienta toda mi vida.

No estoy segura y no quiero que terminemos enemistados como Viviette y su exesposo. Arruinaremos incluso nuestra amistad. No puedo permitirlo.

Sin embargo al otro día cuando veo a mi madre y hermana entusiasmadas con la boda, a Rowland más felíz que nunca y a mi padre orgulloso por primera vez me retracto de mi decisión.

Después de todo. ¿Qué es lo peor que puede pasar si me caso?

...

Un mes y medio después.

Me veo ante el espejo. Luzco muy diferente. Doy un par de vueltas solo para terminar enredándome con el vestido y cayendo.

―¿Que tonterias haces Elinor?

Mi hermana entra en la habitación ayudandome a levantar.
―Solo estaba comprobando que se pudiera caminar con esta cosa.

Compramos el vestido hace algún tiempo. De hecho quedan tres días para la boda. Y aquí estoy por millonésima vez midiéndome el vestido para hacerme la idea de que voy a casarme.

―¿Por qué te refieres a tu vestido de esa forma? ¿Acaso no quieres casarte?

Luego del intercambio de miradas que tuve con mi hermana cuando Row me propuso matrimonio no he vuelto a hablar con ella de eso. Sé que se dio cuenta de mi pánico. Sin embargo tal vez ya lo olvido pues está callada con respecto a eso.

―No, claro que quiero―digo intentando convencerme.

Sí es lo que quiero. Estoy preparada, al cien por ciento. No tengo miedo. Todo saldrá bien...

―¿Entonces cuál es el problema? Te mides ese vestido casi todos los días.

―No estoy acostumbrada a esto. Por eso lo hago.

―Te acostumbrarás a la vida de casada.―sonríe con dulzura sentándose en la cama.

Estoy en la casa de mis padres, la boda será en el patio trasero así que estos días me he quedado en mi antigua habitación

―Sí.

De pronto mi hermana me abraza.

―Serás una gran esposa―me susurra al oído.

―Creo que voy a salir un rato a caminar.

―¿Qué? Pero llega temprano recuerda la cena con los padres de Row.
―Sí, sí adiós

Mi hermana sale y me quito el vestido. Me coloco ropa normal y salgo a la calle.

―No puedo casarme contigo. No estoy preparada―digo a un árbol.

Necesito practicar las palabras, aunque sé que es tarde.

No puedo hacer esto. Despejo mi mente y vuelvo a la casa. Los padres de Row ya llegaron. Todos luce tan felices. No voy a arruinar su felicidad. Quizá si me centro más en lo que siento por Rowland mis ganas por estar toda la vida con él aumenten. Después de todo si lo amo, es cuestión de olvidar el gran paso que voy a dar.

Tras la cena decido olvidarme de mi decisión e intento involucrarme en la decoración y preparación. Los días pasan rápido.

Ya es el gran día. Creo que estoy preparada. Con el vestido ya puesto me observo al espejo. Esta vez me siento más convencida con él.

―Es hora, hermana.

○●○●

HARLAN

Un día antes.

Ha pasado cerca de un año y medio desde que la agencia Infiltrados se creó,  desde entonces somos bastante conocidos, sin embargo nuestro sello es que nadie sabe quién trabaja en este lugar, eso con fines de arruinar alguna de las misiones que nos encargan.

Llego a la agencia, la mayoría de empleados me saluda, todos me conocen y saben que no soy un jefe estricto, cosa que me alegra pues no quiero que me vean como un déspota empresario.

A pesar de ser uno de los fundadores de la empresa me gusta en algunas ocasiones involucrarme en las misiones, pues no es por presumir pero soy excelente como infiltrado.
―Hey, Har. ¿Cómo te va?―saluda Allan  saliendo de su oficina.

―Muy bien, ¿algún encargo nuevo?

―De hecho si. Hay un encargo especial.

―¿De qué se trata?―murmuro intrigado

―Solo detener una boda.

―¿Qué? Pero, ¿quién solicitaría algo así? Acaso algún exnovio vengativo.

―No, de hecho fue el novio.

Seguimos caminando y nos dirigimos hacia la sala de juntas donde dentro de poco habrá una reunión donde se presentará el balance acerca de las ganancias de la empresa, nosotros no somos expertos por lo que tenemos otros 5 socios más y empleados capacitados que nos colaboran.

―Vaya, eso no me lo esperaba.

―¿Te gustaría que fuéramos, solo tu y yo?―dice entusiasmado―. Como en los viejos tiempos.

―Me agrada la idea.

Al terminar paso la zona donde se registran los encargos, me acerco a uno de los computadores y dígito algunas veces buscando en la base de datos el encargo especial.

Anoto con rapidez el número de la dirección y observo el reloj dándome cuenta que voy tarde para una de mis clases. Salgo corriendo de allí sin siquiera despedirme de Allan y guardo el papel en el bolsillo de mi pantalones.