09

—¿De qué hablas? No puedes estar hablando en serio.

Probablemente mi reacción no era la que esperaba Minho, pero no podía reaccionar de otra manera al escuchar aquello que proponía.

Hablo en serio.

—No, no lo haces. ¿Es una broma, cierto?

—Jisung, de verdad quiero escapar contigo, como esas películas clichés en dónde los protagonistas escapan de todo para vivir juntos

—Esto no es Romeo y Julieta.

No estoy hablando de ellos, Romeo y Julieta, ni siquiera termina bien.

—¿Y crees que nosotros sí?

Hubo un silencio en la línea por unos minutos, de seguro piensa que estoy enojado, quiero decirle que no estoy molesto ni enojado con él, sólo quiero hacerlo entrar en razón. No podemos ni siquiera salir en público y quiere escapar como si nada.

—Jisung, te amo.

—Yo también.

Te amo mucho, demasiado, en serio.

Su voz se escucha un poco rota y entrecortada ¿Está llorando? ¿Por qué lo hace? No me gusta cuando llora, no entiendo.

No sé la razón por la cual llora, pero me da algo de pena preguntar.

Mi padre vino a visitarme. Dijo que lo sabe todo.

Mi sangre de heló en ese momento, por alguna razón, sentí que la vida se me iba.

—¿Qué sabe?

Lo de nosotros, él sabe todo. Ji, tengo miedo.

¿Por eso pedía que escapemos? Tiene miedo de que nos pase algo malo.

—¿Crees que le diga a mi papá?

Lo más probable, le dije que no se metiera contigo pero obviamente fue inútil. Lo siento amor. De verdad quería detenerlo, pero él solo me golpeó en el rostro.

—¿Te lastimó?

Ahora mi preocupación no estaba tan enfocada en si mi padre entrara por la puerta, me quitará el teléfono y preguntara gritando si lo que acaba de escuchar es cierto. Mi preocupación se dirigía a Minho, si estaba bien.

Un poco. Estoy bien.

Sé que no está bien, sé que está llorando, que está tirado en el suelo de su cuarto apoyando su espalda en la cama y con las piernas extendidas sobre la alfombra como un niño pequeño. Sé que también piensa que no tiene a nadie en este momento.

Pero Minho, aquí estoy yo, conmigo no estás solo.

—No lo estás.

Cierto. ¿Cómo supiste? Mi chico es tan inteligente.

El tono burlón que utilizó hizo que riera ligeramente.

—¿Quieres que vaya?

Sé que probablemente es estúpido preguntar por aquello, pero con Minho siempre hago las preguntas más estúpidas.

Por favor.

Pero él aún me sigue respondiendo de una manera dulce.

—Está bien.

Bien... Estaré esperándote

Con eso último cuelgo, tomo las llaves de su departamento de mi cajón y salgo de mi cuarto. Encuentro a mi madre viendo televisión en la sala, sólo me acerco más a la puerta y me despido de ella diciendo que volveré más tarde. Ella solamente se levanta y me da un pequeño beso en la frente diciendo que tenga cuidado.

Ahora me dirijo a la parada de autobús y tengo suerte de que va llegando. Así que en menos de 10 minutos estoy entrando al departamento de Bright como si fuera mi propia casa.

Ni siquiera tengo que llamarlo por su nombre para que me responda en dónde está, con el sonido de sus sollozos viniendo de su habitación basta.

—Llegaste. - dice con una media sonrisa.
Sus ojos están rojos y húmedos, sus manos tiemblan y sus pies no se están quietos. Quiero abrazarlo. Pero no estoy seguro de hacerlo.

—¿Pensaste que no lo haría?

Niega con la cabeza.

—Tardaste.

Y ahí está, haciendo berrinche de nuevo.

—Esta vez no tomé el auto de papá.

—Tu novio está llorando, debes llegar rápido a su departamento para abrazarlo y decirle que lo amas mucho.

Creo que era lo que necesitaba para acercarme a él, ponerme de rodillas y abrazarlo tal y como dijo. A veces podía ser demasiado como un niño pequeño, pero aún así me gustaba cuando se comportaba así.

—Te amo mucho ¿De acuerdo?

—Y por esa razón vas a escapar conmigo ¿Cierto?

—Ya dije que es una locura.

—No, no lo dijiste. - responde aspirando el aroma de mi cuello.

—Bueno, es una locura, no lo haremos.







"Bueno, es una locura, no lo haremos"

Eso decía el Jisung de hace aproximadamente 50 minutos. Porque ahora me encuentro en el auto de Minho con tan solo 2 maletas y una bolsa de bocadillos yendo a quien sabe dónde.

¿Cómo es que terminé aceptando esto? Me van a matar en mi casa.

—Minho, baja la velocidad, estás yendo muy rápido. - diho sosteniendo su brazo que mueve la palanca.

—Así llegaremos más rápido, además no hay tráfico.

—¿Y a dónde se supone que vamos?

—Si soy sincero, aún no lo sé, pero mi familia tiene una casa en el campo, es pequeña pero servirá por ahora.

Bueno, estoy siendo dirijido a una casa en quien sabe dónde, con un conductor loco que se hace llamar mi novio manejando a límite de velocidad. Y...oh no ¿Eso es la policía?

—Deten el auto, es la policía.

—Mierda. - murmura.

Mediante el megáfono, el oficial dice las placas del auto y pide que nos orillemos. Minho con expresión molesta lo hace y golpea un poco el volante. Pasan unos minutos para que el oficial de baje y venga hacia nosotros. Bien, supongo que es momento de rezar.

—Joven ¿Sabe qué usted iba a límite de velocidad? - pregunta parándose frente a la ventana del auto.

—¿Yo? - pregunta incrédulo. ¿Qué piensa hacer? —. Yo no iba a límite de velocidad, oficial. - sonríe ampliamente.

—¿Ah, no?

Creo que debo de apretarme el cinturón lo más que pueda.

—No. Voy. - y con eso acelera de manera exagerada dejando atrás al hombre.

—¡Puta madre! ¡Minho! - grito.

—¡Lo siento!

Mierda, estoy tan alterado, podemos chocar en cualquier momento pero a este idiota parece no importarle para nada. El viento golpea tan fuerte en mi cara que me obligo a subir la ventana para evitarlo.

—¡Detén el auto maldita sea!

Sin embargo no contestó y siguió manejando aún más rápido. Tenía mucho miedo, la policía venía detrás de nosotros y yo lo único que hacía era llorar y rogar porque no nos pasara nada, no quería terminar en los periódicos como un joven que murió escapando de la policía junto con el idiota que iba conduciendo como un loco.

La mano de Minho sostuvo la mía por unos breves segundos.

—Es por nosotros, cariño. - dijo casi en un grito por lo fuerte que estaba el ruido del auto.

—¡Nosotros una mierda! ¡Detén el auto ahora!

Creí que estaba gritando tan alto que mi garganta de desgarraria en cualquier momento, y es que no es como si mi voz fuera muy baja o delicada, sino porque solamente tenía demasiado miedo de terminar en un fatico accidente.

Me obligué a mi mismo a detener esto por mi cuenta a mi manera. No iba a interrumpir el volante, no era estúpido por lo que quité el segundo de la puerta junto con mi cinturón. El sonido de click que hizo puso atento a Bright a mis acciones, sentí como iba bajando la velocidad poco a poco y como el auto de la policía se iba a acercando más.

—¿Qué haces? - pregunta desviando un poco su vista hacia mí.

—Si no vas a detener este jodido auto haré que lo detengas de una no muy bonita manera.

Veo el miedo toparse en sus ojos y podría jurar que escuchaba los latidos de su corazón acelerándose al igual que su respiración.

—Está bien Jisung, bien, lo haré.
Con eso último se detiene de poco en poco y mi alma vuelve a mi cuerpo cuando todo se ha calmado.

O no.

El oficial de antes baja del auto que dejó estacionando justo detrás de él de Minho y nuevamente se bajó.

—Entonces...¿No iba al límite de velocidad?

Mamá, papá, hermanos. Les pido profundamente una disculpa por la persona en la que me he convertido desde que me alejé tanto.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top