03
Jisung 22 años
Pasaron alrededor de 3 meses en el que estuve casi pegado a Minho. Resultó que nuestras madres se conocían de la iglesia así que no fue difícil dar con su dirección.
Estuve yendo casi todos los días a su casa para hablar acerca de como ayudarlo, le recitaba mandamientos, profesias y demás cosas que en serio lo aburrían.
No entiendo cómo nunca me ha corrido de su casa al primer instante en el que me ve con mi biblia en mano.
Estoy a punto de salir de casa cuando escucho a mi padre regalando a una de mis hermanas mayores.
—¡No irás a ninguna fiesta y menos vestida como una pecadora sin vergüenza! - grita fuerte.
Puedo ver a mi hermana vestida con una falda negra de cuero un poco encima de la rodilla y una blusa de tirantes color blanca. No puedo admitirlo enfrente de mí padre, pero en serio se me ve muy bien, hace resaltar muy bien su cuerpo.
El maquillaje que tiene me resulta extraño, no porque haya quedado mal, es porque mis hermanas ni madre nunca han usado maquillaje.
—¡Papá voy con mis amigas! ¡Y es cerca de aquí, no iré lejos!
Es la primera vez que escucho y veo a mi hermana de esa manera, a la defensiva, haciendo lo que quiere.
Eso es mal visto a los ojos del señor, una mujer tiene que permanecer obediente a las órdenes de un hombre, más si es su padre o esposo. Muchas no lo entienden, pero es para protegerlas y lograr que lleguen vírgenes y puras al matrimonio.
—¡Tú te quedas aquí y dejas de ver a esas amigas tuyas! ¡Son una mala influencia para ti! - mi padre no espera ninguna respuesta de hermana y la toma por el brazo llevándola a su cuarto para que se cambie —. Tu única obligación en esta familia es atendernos como buena mujer y casarte para tener hijos. - dice desde afuera de la habitación.
La escucho sollozar un poco, papá no le toma importancia simplemente se va a su cuarto a seguir descansando como si nada hubiera pasado. Me siento mal por ella, no quiero decir que se lo merecía porque mi hermana realmente es una chica buena, siempre nos ayuda a mi hermano y a mí con las tareas a pesar de que no sabe mucho ya que papá solo le permitió estudiar a mis hermanas hasta la escuela secundaria, pero en serio son muy inteligentes.
No puedo ir a su cuarto a consolarla, se supone que no debo hacerlo, por lo que simplemente me despido de mi padre diciendo que voy a casa de Minho y volvería un poco tarde.
Claro que mi papá no sabe que Minho es gay, probablemente me mataría si se lo hago saber, por lo que sólo le digo que es un buen amigo que no tiene con quien juntarse.
Y en cierta parte eso es verdad. Por ser gay creí que Minho tendría muchos amigos y amigas que fueran igual que él, pero me sorprendió cuando dijo que solamente tenía dos y estos se encontraban en otra ciudad.
Cuando estoy frente a su casa acomodó un poco el cuello de mi camisa y toco ligeramente la puerta de su casa siendo abierta por su madre, ella me recibió con una cálida sonrisa como siempre.
—Jisung, que bueno que llegaste. Pasa, Minho está en su habitación.
Ella se hace a un lado dejándome pasar al interior de la casa en dónde lo primero que veo es la foto grande enmarcada en la pared de mi lado derecho de la familia Lee.
—Gracias señora, estaré con Minho arriba. - digo igual con una sonrisa.
Camino hasta las escaleras y subo hasta llegar al final del pasillo en dónde está el cuarto de Minho. Toco la puerta hasta escuchar un "adelante" de su parte y entro encontrando a Minho sin camisa recostado sobre su cama leyendo un libro.
Trago saliva fuertemente, extrañamente verlo sin la prenda inferior me puso nervioso de alguna manera; es estúpido, literal tengo el mismo cuerpo que él ¿Por qué su pulso se acelera de esa manera?
—¿No vas a sentarte a leerme un capítulo o es que ya te aburriste de hacerlo? - su voz me interrumpe en el conflicto mental en el que estaba.
Me siento en la silla de su escritorio frente a la cama, lo veo de reojo, sigue acostado leyendo ese libro sin interesarse en nada más.
—¿Qué libro es? - pregunto desviando la mirada hacia el libro para ya no ver su abdomen descubierto.
—No lo sé, lo encontré en la biblioteca de mi papá.
Se remueve en su lugar quedando de lado siguiendo leyendo, desde donde estoy puedo ver la curvatura de su cintura junto a parte de sus espalda musculosa, nuevamente mi pulso se acelera y mi vista no se puede despegar de su cuerpo.
—¿No tienes frío? Podrías ponerte una camisa.
—¿Te incomoda? No te haré nada, Han, podré ser gay pero no soy un pervertido.
—Es sólo...
Intentaba de buscar una buena excusa para mi petición cuando el simplemente se levantó de la cama, dejó el libro en la cama y se acercó a un lado mío en dónde estaba su closet de ropa, odio tanto las reacciones de mi cuerpo cuando se acerca y puedo oler su fragancia, varonil, fuerte. Puedo ver su cuerpo más de cerca, su abdomen consta de cuadros y una línea en V que no quiero imaginar en dónde termina aunque ya lo sé porque yo tengo esa misma línea.
Sin embargo por más que esté acostumbrado a ver un cuerpo como el suyo, no puedo dejar de sorprenderme y ¿Emocionarme? Por verlo.
Saca del armario una playera sin mangas y se la coloca rápidamente; ahora mi atención se centra en su brazos marcados, los bíceps se ven duros, me pregunto si el resto de su cuerpo esté así.
—Listo. Puedes comenzar. - dice después de sentarse en la cama agarrando el libro de nuevo.
Estaba acostumbrado a que él estuviera viendo o haciendo otra cosa mientras recito, al final de cuentas sé que me prestaba atención porque siempre me preguntaba cosas acerca de lo que leía o decía por lo que no me molestaba.
—¿Puedo preguntar algo?
—Claro
Tomo el aire suficiente y trato de formular en mi mente la pregunta sin sonar estúpido o que me de vergüenza.
—¿Cómo...descubriste, ya sabes...que eras....
—¿Gay? ¿Cómo descubrir que era gay? Eso es lo que quieres preguntar. - afifma y a mí sólo me toca asentir. Se acomoda en la cama, deja el libro y me mira —. Realmente no lo recuerdo. Al principio sólo me daba cuenta que me fijaba más en el cuerpo de los chicos que en el de las chicas. Después simplemente ya no era sólo atracción por su cuerpo.
—¿No tuviste miedo?
—Claro que lo tuve, vengo de una familia devota a dios, en dónde ser homosexual es un pecado, obviamente estaba muy asustado, tenía miedo de haber cometido el peor pecado del mundo, muchas veces me obligué a mi mismo a ya no sentir esto pero luego descubrí que simplemente no se puede, por las que intentes esto no se quita.
Sus palabras causaron miedo en mí. Esto nunca se quita ¿Entonces todo el mundo lo odiará si es así? ¿No habrá nadie que lo acepte más que él mismo? Eso me da mucho miedo.
Si yo soy así...
No, yo no soy y nunca seré como ellos, nunca seré como Minho porque lo estoy ayudando a cambiar y debe de estar agradecido por ello, agradecido conmigo y con dios nuestro señor por haberme puesto en su camino para salvarlo.
—Es por eso que ser lo que eres está mal. Todos te odian, incluso Dios no te dejará entrar al reino de los cielos si no te arrepientes de tu pecado. Él no permite que el pecado entre a su reino porque sino todo sería un caos.
—Supongo que tienes razón, pero según lo que dicen Satanás incita al pecado ¿Él sí ama al pecado, cierto? Entonces por lo visto también me amará a mí, así que ya sé a dónde iré si no es al reino de los cielos. - sé que se está burlando de mí, está jugando con algo delicado como lo es el ir al infierno.
Lo sé porque se ríe en medio de sus palabras.
—Irás a un mundo sin amor ni armonía, todo será obscuridad ahí.
Estoy muy seguro de lo que digo, y él sin embargo parece tomarlo en broma.
—¿Por qué sin amor? ¿Quién dice que satanás no ama? Además, si las personas como yo también irán al infierno, entonces no estaré muy solo que digamos, habrán personas como yo.
Esas personas también serán infelices por no poder entrar al mejor reino que puede haber en este mundo.
—¿Y crees que serán felices? En un mundo lleno de pecado, nadie es feliz.
—Pues he visto a gente así y que es muy feliz.
—Están cegados.
—Están felices, Jisung. Nada ni nadie los está cegando porque están muy felices siendo lo que son, no sienten culpa ni remordimientos. Espero ser así un día, junto a la persona que amo.
¿En serio son felices? ¿Sabiendo que están cometiendo pecado? ¿Qué no les asusta el infierno, no les asusta no entrar al reino de los cielos? Yo sí fuera uno de ellos estaría muy asustado de las consecuencias de mi pecado.
—¿Por qué son tan felices cuando están haciendo algo malo?
—¿Están robando? - me pregunta, yo extrañado niego cono cabeza —. ¿Están matando a alguien? - vuelvo a negar —.Entonces no están haciendo algo malo, solamente están amando y eso es todo. - sonríe un poco.
—Pero...
Cuando quiero volver a renegar Minho se acerca lo suficiente a mí para tapar mi boca con su mano. Su rostro está tan cerca que puedo ver la claridad de sus ojos y casi puedo sentir la textura de su piel.
—Jisung, cállate, o en serio te haré algo que no querrás si sigues diciendo esa mierda.
Dice mientras sonríe embobado, sus ojos se iluminan un poco al ver que yo no hago nada para detener su toque o alejarlo, a mí también me extraña que no haga nada.
Se ve tan hermoso de esta manera, cerca de mí.
Poco a poco va quitando su mano de mi boca, sin embargo no se aleja de mí, yo sólo puedo quedarme mirándolo, cada movimiento que hace.
—¿Y qué harás?
Me daba curiosidad si me golpearía o me haría algún tipo de daño físico, probablemente me insultaría y me correría de su casa para ya no volver nunca más.
Pero al escuchar su respuesta solamente hace que mi corazón se acelere y todo mi rostro se ponga caliente.
—Voy a besarte
Y no lo hizo. Minho no me besó.
Yo lo besé a él.
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